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ESTAMPA DE BUDAPEST

Mar 4, 2024   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

Publicado en «Rubio de bote», colaboración quincenal para magazine ON (diario Grupo Noticias) 04/03/24.

En Budapest no hay rascacielos. Los puntos más altos de la ciudad son las torres del parlamento y de la basílica de San Esteban. Nada por encima del imperio de la ley y de Dios. Pero los cuervos, de ese modo, vuelan a sus anchas y pueden cagarse más a gusto sobre las estatuas de los héroes y los santos. En las afueras de la capital húngara hay, por cierto, un museo con las estatuas retiradas tras la caída del comunismo. Para llegar hasta él hay que tomar dos o tres metros o autobuses que conducen hasta el desangelado museo, que se ubica en un solar, entre otras parcelas con chatarra o material de construcción. Las estatuas de Béla Kun o las dedicadas a la amistad húngaro-soviética, construidas a escala gigante para convertir a quienes las contemplaran en hormigas, se desparraman al aire libre y pierden así toda su majestuosidad. En un almacén medio oculto y lúgubre se amontonan sobre palets viejos varios bustos de Lenin y Stalin. El museo se llama Memento Park y el folleto que venden a la entrada explica que su creación se debatió entre la idea de rememorar los horrores de la dictadura o la de ridiculizarla. El resultado es una mezcla de ambas cosas (y podría ser una pista para el destino de algunos de nuestros mamotretos fascistas, como el Valle de Cuelgamuros o el Monumento a los Caídos de Iruña: desmontarlos pieza a pieza o, para el caso, volarlos por los aires, y exponer sus escombros en un solar de extrarradio).

No hay apenas visitantes, de todos modos, en Memento Park, los turistas, puestos a fotografiar estatuas, prefieren la del inspector Colombo o las miniaturas de Drácula, el osito de Mr.Bean o la rana Gustavo que se distribuyen por varios puntos estratégicos de la ciudad. Por ejemplo, en la barandilla de uno de los puentes que separan y unen a la vez Buda y Pest, representado en una de esas miniestatuas, Francisco José I, el marido de Sissí Emperatriz, se balancea sobre el Danubio azul, que en realidad es marrón. La leyenda dice que quienes ven el agua del río de color azul están enamorados. Y deben de ser unos cuantos, a juzgar por los candados con los que está cubierta dicha barandilla. Aunque para mí que lo único que significan esos candados es que quienes los han amarrado son o bien unos gilipollas incivilizados o bien daltónicos.

Algo más allá, en la plaza Deák Ferenc, una anciana, escoltada por dos enormes San Bernardos sucios, toca en el acordeón una canción que se parece sospechosamente a Baldorba, de Benito Lertxundi, mientras a su alrededor los peatones deambulan entre starbucks y burrikins. El mundo es cada vez más global, y más frío, pero en Budapest, a pesar de todo, todavía uno puede tomarse una cerveza en el Kakas bar, visitar un museo de máquinas de petaco o darse un baño en una piscina termal mientras fuera de ella el termómetro hace una muesca debajo del cero.

LOS DÍAS DE LLUVIA SON MI TÚNEL DE LAVADO

Feb 19, 2024   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments
Un taxista escribe "lavalo guarro" en un Cabify

Publicado en «Rubio de bote», colaboración quincenal para magazine ON (diarios Grupo Noticias), 17-02-2024

¿Por qué en las películas siempre que llega un alumno nuevo al colegio lo hace en mitad de una clase? Me imagino que por el mismo motivo por el que, cuando hay una escena dentro de un coche, quien conduce mira al copiloto en lugar de a la carretera o que cuando dos de los protagonistas orinan en un baño público deben de haberse bebido previamente una kupela de sidra, a juzgar por el tiempo que dura su evacuación.

Son códigos, convenciones aceptadas por el espectador y que, además, tienen su lógica: durante la matusalénica meada alguien revelará, mientras mira de reojo el aparato urinario de su interlocutor, algún dato clave en una investigación; el conductor despistado nunca se va a estrellar porque lo que se ve por la ventanilla es a todas luces un paisaje falso; y si el nuevo alumno llega en mitad de la clase es porque se subraya de ese modo su protagonismo o su diferencia frente al resto de los alumnos que esa mañana han tenido que madrugar como pobres pringados.

En la vida real a algunas cosas resulta más difícil encontrarles sentido: el otro día, por ejemplo, en una tienda de ropa vi unas chanclas con piel de borrego. ¿Cuándo se supone que vas a usarlas? En verano tus pies se van a convertir en chuletillas al horno, y en invierno la parte que quede en ellos al descubierto se te va a congelar (y tampoco puedes ir a la moda, esa horrible moda actual de los calcetines con chanclas, porque estas de la tienda en cuestión eran de las que se enganchan entre el dedo gordo y el siguiente, que no sé cómo se llama).

¿Los dedos de los pies tienen nombre, por cierto? Si extrapolamos la nomenclatura de los de las manos, ese segundo dedo debería ser el índice, pero, ya que hablamos de lógica, yo no conozco a nadie que señale en una dirección o que escriba “Lávalo, guarro” en la ventana trasera de un coche sucio con el pie (esto último está un poco forzado, sí, pero es que he empezado este artículo con la idea de introducir en algún momento del mismo la siguiente frase: “Los días de lluvia son mi túnel de lavado”, a la que ya me he acercado con este discurso, pero a la que ahora tampoco le veo ningún sentido; y, además, la frase en cuestión ya la había escrito en el título).

Hablando de cosas sin sentido, y de cine, todavía me pregunto qué pintaba Quique en Verano Azul o por qué todavía hay a quien la monarquía le parece defendible cuando esto no es una película de época sino la vida real −nunca mejor dicho− del siglo XXI. No sé, yo no le veo utilidad alguna, es como tener una puerta con ventana y mirilla a la vez, es decir, una bobada.

Por lo demás, he consultado en internet y el nombre del segundo dedo del pie es “digitus secundus pedis”, o sea, segundo dedo del pie.

Entrevista a Lendakaris Muertos

Feb 6, 2024   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

ALGUNOS QUE ANTES NOS TIRABAN PIEDRAS AHORA SON FANS”

Aitor “Ibarretxe”, cantante de Lendakaris Muertos

Publicado en Igandea Plus, suplemento dominical Grupo Noticias (04/02/24) Fotos: Galder Izagirre

Su nombre, Lendakaris Muertos, es un homenaje a uno de los grupos pioneros del punk, Dead Kennedys. Comenzaron su andadura hace veinte años, y lo celebran en 2024 con nuevo disco, Mucho asco (casi) todo, y gira, Dándolo (casi) todo.En realidad, desde que empezaron a tocar nunca han parado. Aunque en sus inicios su humor no se entendiera del todo y los apedrearan en más de una ocasión. Ahora, son ya parte de la cultura popular, a la que han aportado canciones y lemas como “ETA, deja alguna discoteca” o la iconografía que los representa, el Oso Panda, una enorme mascota de dos metros que los acompaña sobre el escenario. Sus conciertos se convierten en una fiesta, en la que toma parte un entusiasta público de todas las edades. El nuevo disco es puro lendakarismo, velocidad y gamberrada, y llega con dos novedades: la canción más corta de la historia (menos de un segundo) y el regreso de Asier “Agirre”, uno de los miembros fundadores. De (casi) todo ello, hablamos con Aitor “Ibarretxe”, el cantante de la banda pamplonesa.

Su nuevo disco se titula Mucho asco (casi) todo, ¿qué es lo que se salva en ese paréntesis?

Buena pregunta, pero yo creo que lo hemos puesto solo para quedar bien. Realmente no teníamos título para el disco y hemos cogido el de una de las canciones, la que queríamos que fuera la del récord, la más corta de la historia.

Esa canción no dura ni un segundo, ¿cómo se les ocurrió la idea?

La hizo Asier, que es muy fan de Napalm Death, quienes tenían hasta ahora el récord, con un tema de 1,3 segundos. La nuestra dura algo menos, pero tiene su instrumentación, su letra…

Otra de las novedades es, precisamente, la vuelta al grupo de su hermano Asier, después de diez años…

Yo se lo propuse hace un par de años y él al principio dudaba. Le dije que se lo pensara y finalmente aceptó, fue todo muy natural. Al final, la música es nuestra pasión. Nos quedan quince años para la jubilación (bueno, seguro que son más) así que la idea es disfrutarlos. El grupo está consolidado, nos gusta tocar en directo y grabar discos, y mejor eso que ir a la obra.

¿Hay más novedades?

Después de grabarlo me di cuenta de que era la primera vez que no hablamos de drogas, al menos explícitamente. Lo demás es lo de siempre: política, violencia, temas sociales… Es lo mismo, con veinte años más.

¿Se siente más cómodo, más protegido, de nuevo con su hermano gemelo en el grupo?

Sí, además, en el grupo somos dos parejas de hermanos, Potxeta y Jokin también son hermanos. Para lo bueno y para lo malo.

¿Y como queda el quinto lendakari, Iván, en esa situación?

Iván podría ser nuestro hijo.

En ese sentido, Lendakaris Muertos es un grupo intergeneracional, está la vieja guardia, con Jokin “Garaikoetxea” y Potxeta “Ardanza”, ustedes dos, que son como una generación de transición, y una nueva hornada del punk , en el caso de Iván…

Sí, está muy bien, porque Jokin y Potxeta le dan la autenticidad de los ochenta, que ellos vivieron, y que en cierto modo homenajeamos en el grupo; luego estamos nosotros, Asier y yo, que podemos aportar otro punto de vista, en cuanto a letras, sobre todo; e Iban, que tiene la mitad de edad que nosotros…

En sus concierto también se ve gente de todas las edades…
Al principio cuando empezamos a tocar iban a vernos solo cabezones, todo tíos superjóvenes, después se empezaron a ver más chicas, más tarde gente de todas las edades. Muchos de esos cabezones del principio ahora tienen hijos y vienen con ellos. Yo creo que somos afortunados y privilegiados, por tener una base de fans que se va renovando. También hemos notado que nuestro público es cada vez más multiétnico…

Han hecho, por cierto, giras por Colombia, Ecuador, Argentina… ¿Se entienden allí algunos de los guiños y referencias locales que suelen usar?

A veces nos preguntan. En Bogotá una vez vino un chaval con un montón de dudas apuntadas en un cuaderno: qué es ikastola, qué es amatxo…

Al final el sentido del humor es universal… Esa ha sido siempre una seña de identidad de los Lendakaris, a veces incluso parece una parodia del punk.

Sí, el grupo de hecho empezó con bromas que solíamos hacer en la cuadrilla, sobre todo con el tema de la política, que hay mucha gente que se lo tomaba demasiado en serio, más en aquella época, hace veinte años. Por eso y porque nos gustaba el punk. Juntamos las dos cosas. Sí que es cierto que a un grupo de rock o de música en general, si haces humor, no te toman tan en serio. Por ejemplo, un grupo como Ojete Calor, que a mí me gusta mucho, y que seguro que mucha gente conoce sus canciones… pues seguramente dentro de veinte años, cuando hablen de los grupos de estos años, nadie los citará, porque si te dedicas al humor se le quita importancia a lo que haces.

LENDAKARIS MUERTOS: 'MUCHO ASCO (CASI) TODO'

Pero al final, al menos al nivel que estamos nosotros, todo lo que hay detrás del grupo tienes que manejarlo con seriedad, con compromiso, porque, si no, no funciona bien. En ese aspecto los Lendakaris somos muy serios.

A ustedes les costó mucho que les entendieran, algunos no captaban la ironía de algunas canciones como Gora España!...

Sí, luego la gente ya fue entrando, pero sí, al principio tuvimos problemas, nos tiraron piedras varias veces. Pero como todavía no había redes sociales eso no se sabe o se olvida. Seguramente muchos de los que estaban apedreándonos entonces son fans ahora. De hecho, yo conozco a alguno que hasta nos ha pedido perdón…

¿Se puede decir que Lendakaris siguen la estela de un tipo de grupos como Tijuana in blue, con un humor gamberro, algo brutote, muy navarro?

Un conocido solía decirme que Tijuana in blue era como el fútbol, que la gente iba a sus conciertos a desahogarse. En nuestros conciertos pasa algo parecido.

Además, Jokin y Potxeta tocaron en el grupo. Y usted y su hermano son familia del difunto y añorado Eskroto o Gavilán, el cantante de Tijuana in blue y de los Huajolotes

Sí, somos primos. Eskroto era mi héroe, era un tío muy especial, todo el mundo lo sabe, de los que hay pocos. Y un artista. La parte pública que se conocía de él era solo una parte muy pequeña de lo que era como persona. Y sí, me gustaba mucho todo lo que hacía.

Las perfomances en directo, el espectáculo sobre el escenario, con el oso, usted interactuando con el público… ¿también viene de ahí?

Sí. Cuando cuando hicimos el grupo metimos todo eso porque yo recuerdo que iba a muchos conciertos de rock y me aburría, a no ser que fuera muy fan, y echaba de menos algo de interacción, un poco de peligro, también, y creo que nosotros ofrecemos todo eso.

Y luego está el oso, que es como el sexto lendakari…

Por supuesto.

¿Tiene nombre ese oso?

Sí, Edu. Como el monstruo de Iron Maiden se llamaba Eddi nosotros al nuestro le pusimos Edu.

¿Edu está con ustedes desde el principio?

No, no, el oso lo tenemos hace solo siete años, parece que lleva todo la vida, pero no. La canción del Oso panda es del segundo disco, es decir, de hace 18 años, pero Edu solo lleva siete años. Es curioso porque esa canción la gente la empezó a pedir tiempo después de publicarla, cinco o seis años después. Ahora la tocamos la última, como los Rolling Stones con Satisfaction, pero antes era una más, estaba por la mitad del repertorio…

Hablando del repertorio ¿la gira de celebración de estos veinte años de carrera va a tener también novedades?

Sí, tocaremos canciones de los primeros discos que no tocamos hace tiempo… En realidad siempre hemos metido canciones de todos los discos, pero cada vez va siendo más difícil hacer el repertorio porque tenemos ciento y pico temas… También habrá una escenografía un poco más cuidada, con más elementos… Pero bueno, iremos viendo, lo que la gente pida. Será un “Grandes Éxitos”.

LENDAKARIS MUERTOS: 'MUCHO ASCO (CASI) TODO'

CULTURA POPULAR

La portada de Mucho asco (casi) todo es obra del ilustrador madrileño Mario Riviere. En ella vemos a otro Lendakari, Pedro Sánchez, al que la banda reconoce como un superviviente, capaz de salir vivo, haciendo malabarismos, de cualquier situación, y al cual homenajean y atizan al mismo tiempo en uno de los temas, Sanchista y jujano. Creen más que probable que este tema, o la portada, llegue a oídos del presidente. No sería la primera vez que algunas de las dianas de Lendakaris Muertos reaccionan ante sus zarandeos, la mayoría de las veces con deportividad, como Pablo Echenique, a quien también dedican otro tema en su nuevo trabajo. Pablo Iglesias, por ejemplo, suele citarlos a menudo. Lendakaris Muertos forman parte ya del acervo popular, al que han contribuido con algunos de los estribillos de sus canciones, como “ETA, deja alguna discoteca” u expresiones que aparecen en otras, como las ojeras farloperas de “Oso Panda”.

ABESTI BAT

Feb 5, 2024   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

Publicado en «Rubio de bote», colaboración quincenal en magazine ON (diarios Grupo Noticias), 03/02/24

A medianoche, justo cuando arrancaba el lunes más triste del año, Gorka Urbizu nos alegró el día, nos convirtió en cenicientas al revés, poniendo a nuestros pies esas zapatillas de cristal que son las canciones de su nuevo disco, Hasiera bat, el primero en solitario tras su largo y exitoso periplo en grupos como Berri Txarrak o Peiremans.

Lo publicó por sorpresa, sin meter ruido, sin adelantar exploradores o batiscafos en busca de likes en el proceloso mar de internet o a nadie con un bombo para aporrearlo ante las puertas de las revistas, las radios y las redes sociales. A pesar de lo cual los más devotos, los que algo habíamos husmeado como sabuesos hambrientos en las últimas e intrigantes pistas dejadas en el aire, allí estábamos, con los párpados cargados por el plomo de la madrugada, desafiando al madrugón.

Y mereció la pena.

El músico de Lekunberri ha contado en algunas de las entrevistas concedidas tras el estreno de Hasiera bat que una de las razones por las que publicó su trabajo de esa manera fue para defenderlo de la dictadura de los singles, de las canciones que se desguazan de la nave antes incluso de que esta esté en órbita y caen como meteoritos en nuestros oídos, convirtiendo los discos, en esta época en la que siempre andamos con prisas (la mayoría de las veces para perder el tiempo mirando una pantalla), en chatarra espacial. “Si crees que no puedes dedicarle 34 minutos, igual no es tu disco”, ha dicho Gorka. Y es cierto, hay que escuchar el disco completo para comprender toda su sutileza, para disfrutar de hallazgos como esa teoría de una simpleza tan maravillosamente esclarecedora: “Gauzak ez dira horrela, gauzak horrelaxe daude” (Las cosas no son así, las cosas están así); pero también es cierto −al menos en mi caso lo es, y creo que no soy el único− que resulta difícil no caer rendido ante la belleza elemental de uno de los temas en particular: Etxe bat.

En estos tiempos en que algunos artistas jóvenes nos hablan de sus ambiciones desmedidas o alardean de sus sold outs, el rockero al que no se le cayeron los anillos al tocar frente a un solo espectador en una sala de Nantes nos dibuja en la letra de Etxe bat una escena doméstica y familiar: su aita leyendo las esquelas en el cuarto de estar, su ama pidiéndole que ponga la mesa, el perro demandando sus caricias, y el artista, entre todos ellos, componiendo ya, sin saberlo todavía, esta hermosa canción sobre las cosas pequeñas e importantes y el temor a perderlas…

Gorka Urbizu ha tenido, además, el acierto de contar y cantar todo eso con una desnudez que redobla la emoción transmitida por este trozo de su vida, al que nos permite asomarnos a través de una ventana que es, en realidad, un espejo. Un espejo en el que apreciamos, gracias a la magia de la música, el reflejo, como un cristal precioso, de nuestras zapatillas de casa, o sea, de nuestras vidas y nuestros días.

Entrevista a Los Tenampas

Ene 23, 2024   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

Publicado en Igandea Plus, suplemento dominical de disrios Grupo Noticias (21/01/24)

LA RANCHERA FORMA YA PARTE DE NUESTRA CULTURA E IMAGINARIO COLECTIVO”

Mikel Artuch (Los Tenampas)

Los Tenampas a veces son dos y a veces una docena. A veces se suben al escenario para acompañar a uno de los mariachis más importantes del mundo, el mariachi Vargas, y otras amenizan, en una formato más pequeño, una boda. Y a todo le dan la misma importancia y le ponen el mismo entusiasmo. El pasado 22 de diciembre fue, de todos modos, un día especial para ellos, pues celebraron su tercera velada “AizkolMariatxiMex” en el Navarra Arena, una maratoniana jornada en la que, además de interpretar en un concierto algunas de las canciones de su repertorio, junto con otros clásicos rancheros como “El rey” o “México lindo” (o la versión charra que hacen de “Txoria txori”), ofrecieron a los amantes de la música mexicana una comida de sidrería y un desafío de aizkolaris. Por si todo eso fuera poco, esa misma mañana presentaron las conclusiones del informe antropológico que, de la mano de Labrit Patrimonio, han elaborado para encontrar respuestas a “El porqué de la querencia por la ranchera en Vasconia” (ese es su título). De todo ello eso hablamos con Mikel Artuch, quien junto con su hermano David y el aita de ambos, Patxi, son los fundadores y la espina dorsal de este mariachi pamplonés.

En el estudio antropológico que ustedes han impulsado se intenta explicar de dónde viene el gusto por la música mexicana entre nosotros, pero en su caso concreto, ¿cómo comienzan a cantar rancheras?

En nuestro caso nos viene de familia. Nuestro padre, Patxi, siempre ha tenido ese gusto por la ranchera y la jota. Desde pequeños nos llevaba en el coche escuchando este tipo de música y poco a poco y sin obligación ninguna ha ido calando muy dentro de nosotros.

¿Cómo fueron sus primeros pasos como mariachi?

Como Los Tenampas todo comenzó en el año 2009. Anteriormente teníamos otro tipo de grupo de «Napar Mex» y también hacíamos, mi hermano David y yo, de hombres orquesta, rondas coperas, tocando David su acordeón, etc.

Poco a poco ustedes se han convertido en un grupo dinámico, que lo mismo actúa en el Navarra Arena o acompaña en grandes escenarios a mariachis como el mariachi Vargas que toca en una boda. ¿Cómo combinan esas dos dimensiones, y qué les gusta (o disgusta) de cada una de ellas?

Creemos que es muy importante saber adaptarse a todo tipo de público y situación, ahí está la diferencia de un grupo. En nuestro caso estamos abiertos a toda persona que nos llame. Es verdad que cantar en escenarios grandes como esos que se nombran te da prestigio, o como le quieras llamar, y nos gusta mucho, pero también tocar en las fiestas patronales de un pueblo, ciudad o en las bodas. Son momentos diferentes pero que siempre te llenan de una manera u otra.

Se lanzan a organizar ese tipo de actos multitudinarios, como el del pasado día 22 en el Navarra Arena, con los que además de la música buscan en cierto modo personalizarlos, darles un extra que vaya más allá del concierto en sí, con la comida, la aizkora, etc. ¿Por qué, tiene que ver en cierto modo con mantener el espíritu del mariachi, ligado a la fiesta, los acontecimientos familiares, etc.?

Es una de las cosas claves que tiene este género musical y así lo hemos corroborado en el estudio que hemos hecho. La ranchera está ligada al alcohol, a la fiesta, al momento de compartir… y con todo ello hemos creado este evento «AizkolMariatxiMex». Engloba todo tipo de público y se festeja de principio a fin entre unos y otros. Queríamos crear algo diferente y poder combinar la comida tradicional popular de fiestas de un pueblo, con el deporte rural y la cultura. Tres cosas muy de nuestra tierra en un solo festival.

Por cierto, ¿cómo resultó todo en esa tercera velada “AizkolMariachiMex”?

Fue muy bien, estamos muy satisfechos con el resultado y ojalá podamos seguir mejorando y haciéndolo en años venideros. Puede que «AizkolMariatxiMex» haya venido para quedarse.

Ese mismo día presentaron el estudio antropológico que, de la mano de Labrit Patrimonio, han llevado a cabo. ¿Cuál es la conclusión principal respecto a esa querencia por la ranchera entre nosotros, de dónde dirían, en pocas palabras, que viene?

Podríamos decir que no hay una respuesta única. Hay varias conclusiones: el apego a la tierra y las raíces rurales, es decir, que existen referencias identificadoras comunes; la socialización y participación; el carácter festivo, unido siempre a la juerga, la parranda y el alcohol; el hecho de que el público es también protagonista, o sea, que hay una una conexión o prolongación entre la plaza y el escenario; asumir también esa cultura como propia, en nuestro caso con el tema del Napar Mex; e incluso algunas semejanzas musicales, como la jota o la trikitixa o el acordeón…En resumen, el carácter participativo de personas con fuertes raíces rurales en este rincón de Europa tiene un componentes de socialización festiva relacionado con la disposición a cantar y beber en grupo. La cuadrilla es público y protagonista de una música, la ranchera, sembrada en una tierra abonada por la jota, y en cierta medida forma ya parte de la cultura y el imaginario colectivo festivo de Vasconia en general y de Navarra en particular.

¿Qué tiene la música mexicana para encandilar a gente de otras latitudes, incluso sin vínculos culturales con México ( también hubo, por ejemplo, un boom en países como la antigua Yugoslavia en los años 60)?

Desconocemos es boom, pero no me extraña. La música mexicana tiene algo que cautiva, letras fáciles que hablan del pueblo, de sucesos que pasan a la gente en el día a día. Su música es en algunos casos fácil de tocar, un corrido o una ranchera, y, para terminar, es una música para compartir, en sobremesas y entre gente de todas las edades.

Una particularidad entre nosotros no es solo el gusto por la música mexicana, sino que a partir de ella surgen grupos propios e incluso algunos les aportan su propio estilo o características autóctonas, cantan en euskera…

Por supuesto, y tenemos como ejemplo el Napar Mex, cuyo fundador fue Marco Antonio Sanz de Acedo «Gavilán» con Kojón prieto y los Huajolotes. Fue un estilo de música que se ha quedado y «aficionó» y acercó a la ranchera a un público más joven y con ellos impulsó la querencia por la ranchera.

¿Cómo está actualmente, en ese sentido, la escena, estamos en un momento dorado, con gente como ustedes, Puro Relajo, Chuchín Ibañez, los Zopilotes…? ¿Y cómo es la relación entre todos?

La relación es sana. Cada uno tenemos nuestro público, hay pueblos y trabajo para todos. Considero que es una relación sana (o yo así lo noto, por lo menos) y que cada uno ya sabe dónde está y a dónde puede llegar.

¿Qué planes tienen Los Tenampas para el futuro? ¿Nos sorpenderán con algún nuevo espectáculo?

Seguir trabajando. Creemos que es una pieza fundamental el reinventarse. Estamos en una sociedad en la que queremos vivir todo muy rápido y experimentar siempre cosas nuevas. Seguiremos grabando temas nuevos, creando espectáculos que capten la atención del público y a la vez manteniendo esa esencia que caracteriza a Tenampas.

PERSONAL

Los Tenampas llevan a sus espaldas, desde que en 2009 les dio por montar un mariachi (como cantaba el inolvidable Gavilán de los Huajolotes) nueve discos y más de mil conciertos, algunos de ellos en templos de la música mexicana, como el teatro José Rolón de Ciudad Guzmán, pero también actuaciones en bodas u otros acontecimientos familiares. Los hermanos Artuch, Mikel y David, junto con su padre Patxi, que fue quien les metió en vena el gusto por la música mexicana, (los casetes de rancheras sonaban sin cesar durante los viajes en coche desde Iruña hasta el roncalés pueblo natal de Vidángoz), son inquietos por naturaleza y a lo largo de estos años han impulsado diferentes iniciativas, como las veladas mariachis, un espectáculo ecuestre o el estudio antropológico que presentaron recientemente y que investiga el porqué del gusto de las rancheras entre nosotros.

EL NAPAR-MEX

En toda comida o verbena de fiestas de pueblo navarro que se precie no puede faltar una ranchera con la que bailar agarrado o hinchar el pecho. Y canciones como “El rey” son ya himnos propios entonados en el frontón Labrit, la plaza de toros de Iruña o el Sadar. La música mexicana cuenta con un singular arraigo desde hace décadas en Navarra, como demuestra la existencia de mariachis como Los Tenampas, Puro Relajo o de artistas como el referencial Chuchín Ibañez (que tiene en verano sección propia dentro de la agenda cultural y festiva). Pero, además, en los años 90, de la mano de Kojón Prieto y los Huajolotes, con el añorado Marco Antonio Sanz de Acedo, “Gavilán” (y antes en el grupo punk Tijuana in blue “Eskroto”), se creó una manifestación autóctona de la música mexicana, el llamado Napar Mex, un estilo desefadado, gamberro y reivindicativo que mezclaba el mariachi con el punk, y que se ha mantenido muy vivo hasta nuestros días gracias a grupos como La Mala Pékora, Marianitoz Blai, Impekables, Mexikortxo o Los Zopilotes Txirriaos. Un fenómeno de “apropiación cultural” que, de todos modos, no es único, pues en los años 60 en la antigua Yugoslavia surgió el llamado Yu-Mex, un boom de grupos de música ranchera cantada en serbocroata.

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