MI PAPÁ ME MIMA
Desde hace unas semanas llevo unas barbas que ni el Conde de Montecristo. Nuestra agenda familiar es una mazmorra y no nos deja ni un huequito por el que fugarse al centro comercial a comprar una máquina de afeitar nueva (la anterior la descuajeringó H convirtiendo a todos sus peluches en una banda de skin-heads). Un día toca matrona o ecografía, al siguiente hay que ir a mirar cocinas, entre medio nos olvidamos a nuestro hijo en el colegio (¡uy, pero si hoy es miércoles!) y mientras tanto el Euríbor sigue pareciéndose cada vez más a un lobo feroz que soplará y soplará y nuestros ahorros derribará.
La hora de hipotecarse ha llegado antes de lo previsto: nos han adelantado medio año la entrega del piso (hasta ahora vivíamos de alquiler).
-¡Qué suerte!- dice la gente, pero a nosotros nos hubiera venido mejor que la burbuja inmobiliaria explotara después de que nazca nuestra nena o decidamos si granito o silestone para la encimera. Así que solemos contestar:
-¡Pobre H!- porque su vida va sufrir un pequeño cataclismo: casa nueva, cole nuevo, hermanita nueva. Aunque en realidad donde dice H lo que hay que leer entre líneas «pobres de nosotros». Un niño de tres años está acostumbrado a que su vida sea como tirarse cada mañana por un tobogán que no se sabe a donde va a parar: se duerme en unos sitios y se despierta en otros; sobrevive tranquilamente al grave trastorno bipolar que supone llevar un día lleva una camiseta de los Ramones (si lo visto yo) y otro (si lo viste su madre) un jersey con rombos; y sobre todo no se hace preguntas del tipo ¿nos llegará para la casa, el comedor, la guardería de la niña, los tres menús que ya hay que pedir en los restaurantes?
Sí, todo es muy raro en este preámbulo a nuestra vida nueva. Por ejemplo, Malen se ha convertido en un fantasma, que por las noches deambula de dormitorio al sofá, y a la que nunca encuentro cuando me vuelvo para abrazarla en la cama. Supongo que resulta difícil acompasar el sueño cuando llevas dentro de tu cuerpo una personita que decide despertarse (y convertir tu barriga en un «puching-ball») justo a la hora que tú te tienes que acostar.
-¿Pero por qué no puedo tener yo un bebé tranquilito, que duerma por las noches de un tirón, que no tenga cólicos ni la piel atópica, que le quite el chupete de un día para otro y el pañal en una semana?- se lamenta, y anticipa acontecimientos, Malen. Y yo trato de consolarla:
-¿Por qué entonces no sería un bebé?
Nuestra nueva vida, en definitiva, se avecina llena de interrogantes y misterios. Yo mismo, a veces me miro al espejo y me pregunto ¿quién es ese barbudo?, pero inmediatamente veo a un tipo que sonrié, y me reconozco, satisfecho, a mí mismo. A pesar del Euríbor.
Carteles de la presentación en la FNAC de Donosti
LA VIRGEN PUTA GRATIS
RECUERDO DE UN VIAJE A ROMA QUE NUNCA HICE
Hace tiempo que no me saco un viajecito por la cara, o mejor dicho, por la pluma. Escribir no me da para vivir (o al menos escribir lo que yo quiero), pero sí me ha permitido viajar: Filipinas, Papúa Nueva Guinea, Tailandia, Cuba, México… Un día os daré los detalles, pero básicamente he podido conocer todos esos países gracias a diferentes concursos literarios cuyos premios eran viajes pagados. El último intento fue un fin de semana en Roma, que ofrecía Radio 3, para ir a ver al grupo Ska-p y hacer una crónica de su concierto. Antes, había que escribir la mejor reseña de 200 caracteres sobre su último disco. Yo primero entendí 200 palabras y escribí lo que pego más abajo, después de descargarme el disco por Internet y oírlo un par de veces. A los días recibí un email en el que ponía que había sido el ganador… de un disco firmado por la banda. Los segundos premios siempre te dejan cara de bobo. Ahora, como con la última mudanza dejé el tocadiscos en los Traperos de Emaús, tenemos en casa el disco enmarcado en una pared con un letrerito que pone “Recuerdo del viaje a Roma”. Ahí va la reseña.
CORO DE ÁNGELES CAÍDOS
“Lágrimas y gozos» es un disco para tocar los huevos, no apto para nifunifás. Una galleta estampada en la cara dura de los apóstoles del neoliberalismo, que ahora hacen tintinear las treinta monedas para nacionalizar sus pufos. Un grano en el culo de quienes tienen un crucifijo en forma de polla debajo de la sotana, de los pastores alemanes de dios, de los dobermans de la democracia, de los perritos falderos de las radiofórmulas…
Y todo eso a ritmo de ska, que jode más.
Pero tocar los huevos no es fácil. Ska-p ha tenido que esperar seis años para hacerlo a manos llenas. Sin miedo y sin complejos. Para eso ya están otros. Y han vuelto, los instrumentos más afilados que nunca. Aunque algunos miren para otro lado. No importa, Ska-p mira de frente a los vándalos para quienes componen sus canciones, e irá a buscarlos allá donde estén. Este es un disco de carretera –o de puente aéreo-.. Porque las lágrimas y los gozos no saben de fronteras. De Caracas a Marinaleda. O a Roma. Crimen Sollicitacionis sonará allá como un coro de ángeles… caídos. Y allá estaremos, si dios quiere, o nos deja”