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EL MUÑECO DE NIEVE MÁS FEO DEL MUNDO

Ene 13, 2010   //   by admin   //   Blog  //  1 Comment
ALF, AL LADO DE ESTE ADEFESIO ES UN ADONIS

Hoy me he metido una hostia de impresión, tras resbalar en una acera helada. Me duele un poco el brazo, y la cara (pero eso es porque ayer me sacaron una muela del juicio -la cosa, de todos modos, fue mejor de lo que pensaba, de lo que uno podía esperar después de que en la primera cita, el dentista, que se parecía un poco a Rompetechos, al ver la radiografía, pegara un salto hacia atrás y dijera ¡coño, qué bicho!-). Lo malo de la caída ha sido que llevaba en brazos a mi hija Malen a la guardería. Creo que los dos estamos bien, de todos modos, y lo peor ha sido el susto y la sensación de indefensión que he sentido, tirado en el suelo, con las gafas a dos metros, la niña llorando…
El frío, el hielo, la nieve y yo no nos llevamos muy bien. El otro día bajé a la calle con mi otro hijo, Hugo, a hacer un muñeco de nieve. El muñeco de nieve más feo del mundo. No sabía que fuera tan difícil hacer un muñeco de nieve. El mío me recuerda un poco a ALF. Me pregunto que recordará Hugo de su aita cuando sea mayor. Un padre es alguien que sabe arreglar enchufes, que te enseña a andar en bici en un pispás (yo llevo ya varios intentos fallidos y muchas agujetas)… Alguien que hace unos muñecos de nieve de puta madre… Hugo ni siquiera me llama aita o papá o papi, sino Patxi, lo cual me recuerda al poema Bendita la rama de Kutxi Romero.
El caso es que después de hacer el muñeco, o lo que fuera eso, hemos vuelto a casa, y al asomarnos a la ventana, abajo había tres o cuatro vándalos en miniatura patéandolo. Me ha dado algo de rabia , pero Hugo lo ha encajado bien, y a mí me gusta pensar que ha sido porque nos lo hemos pasado dabuten en la nieve, tirándonos bolas, haciendo la croqueta, construyendo el muñeco de nieve más feo del mundo -y el más efímero-. Hay cosas que no resulta tan fácil destruir. Y quizás, quién sabe, Hugo hasta recuerde cuando sea mayor, esa mañana con su padre. Digo con Patxi.

BUENOS AUGURIOS (o soy un Eskorbutín) (o yo conozco a la que ha ganado el Nadal este año).

Ene 9, 2010   //   by admin   //   Blog  //  2 Comments

No soy nada supersticioso, pero uno se agarra a un clavo ardiendo, y este año me ha tocado el haba del roscón de reyes (que ahora se convierte en muñequitos de Walt Disney o figuritas made in China de forma imprecisa y horripilante) en los tres que he probado, lo cual no se si me convierte en un sortudo, un glotón o un tonto del haba elevado al cubo. Además, puestos a buscar buenos augurios, por rocambolescos que sean, en la noche de reyes el Premio Nadal recayó en Clara Sánchez, de quien no he leído nada pero fue quien me entregó el premio El Viajero de El País-Aguilar hace seis o siete años (aunque hizo de suplente, el que debía hacer el honor era Fernando Swarchtz, que por entonces presentaba Lo+plus con Máximo Pradera y que también ganó alguna vez el Nadal o el Planeta o algo, pero que ese día estaba pachucho; de todos modos a mí en realidad me habría gustado que el premio me lo diera Labordeta, que también estaba en el jurado del premio, y así cuando años después este mandó a algunos diputados maleducados y señoritos del PP a la mierda, el placer hubiera -¿hubiera o habría?, siempre me lío y a veces hasta se me escapa un condicional a la navarra- si habría…- el placer habría sido, digo, doblemente intenso, anda que no habría fardado, «yo a ese lo conozco, yo a ese lo conozco»).

Por lo demás, en estos primeros días del año, David Murders me ha hecho feliz haciéndome saber la existencia de un libro, Agua para los muertos, de Beñat Arginzoniz, sobre Jabi-Subversión X, hijo putativo de Eskorbuto, que viene a ampliar la tarea de reconstrucción del universo de este grupo (Eskorbuto) que fue y es una de mis debilidades y una leyenda del punk yo diría que no solo vasco, sino también mundial (no hace falta más que ver los miles de eskorbutines que se cuentan en diferentes países de América Latina). Yo también me declaró eskorbutín, soy fan del grupo desde que tenía 14 o 15 años, y he tenido que defender a veces lo indefendible por ellos, como debe ser, frente a todos esos que les llamaban fachas o nazis en el País Vasco o terroristas fuera de él (y eso era lo más suave). En alguna de mis otras vidas escribiré una novela sobre el rock radikal vasco, los ochenta, en la que habrá un grupo de rock que se parecerá mucho a Eskorbuto. El caso es que David Mardaras ha escrito un post sobre Agua para los muertos, entre otras cosas, debido al interés que mostré yo por ese libro. Gracias, amigo. Este es el eskorbutiano post.

Por lo demás, en el día de hoy, desarmado y cautivo el ejército rojo, este blog ha alcanzado las diez mil visitas que me consta que es una puta mierda, pero que a mí -se ve que hoy estoy optimista- me es más que suficiciente para seguir dando guerra durante algún tiempo. Un abrazo y feliz año, por cierto, a mis 13 seguidores, que tampoco sé si es mucho o no para un blog pero a mí -como no soy superticioso- me parece un número bien majo.

FIAMBRE

Ene 5, 2010   //   by admin   //   Blog  //  No Comments


Mi amigo, el escritor Esteban Gutiérrez Gómez, Baco, ha publicado en su blog El Laberinto de Noe, mi cuento Fiambre, un buen preámbulo para Ese Tocho, otro cuento sanferminero que como os prometí hace un par de días, publicaré por capítulos dentro de unos días en este blog. Para abrir boca, pues, las peripecias de Mintxo y su abuelo muerto, con la ilustración que hizo en su día Kalvellido.


FIAMBRE

Patxi Irurzun


Usted, abuelo, siempre fue un poco puñetero. Incluso para palmarla: la víspera del chupinazo, tuvo que estirar la pata – o sea, el muñón-.

Estaba tan contento sentadito en su silla de ruedas y de repente su corazón se paró, silenciosamente, como un viejo motor que no da más de sí, ni siquiera para hacer aspavientos cuando revienta.

-Ya verás, ya, Mintxo- me decía – mañana nos meteremos en el cohete, y después nos comeremos unos fritos en el Cordobilla, y también nos tomaremos unos txikitos ¿no?, je, je- intentaba contagiarme su entusiasmo con su risa como un virus.

Pero yo ya estaba inmunizado y no le hacía demasiado caso. Tenía mis propios problemas. Encerrado dentro de mi cuarto oscuro recordaba aquello que dijo la Postiza, el día que usted la trajo a casa, poco después de morir la amatxi (la Txinurri, como usted la llamaba):

-A este niño le faltan un par de hervores.

La Postiza era una arpía aunque eso era lo que pensaban todos cuando me veían, tan chiquitito, tan cabezón (tanto que despanzurré a mamá al nacer y por ello papá murió al poco de tristeza), sobre todo tan enervantemente tartaja.

Y pensaba que usted , al menos, podía haberme defendido, contestar lo que la amatxi me decía cuando me atascaba y echaba a llorar enrabietado:

-Tranquilo Mintxo, lo que te pasa a tí sólo es que eres un poco más lento, pero eso es porque en la cabeza te caben muchas más cosas que a los demás.

Sin embargo, no abrió la boca, sólo se encogió de hombros y permitió que los insectos que le correteaban por la entrepierna le esculpieran una sonrisa, je, je, en honor de esa mala mujer. Creo que fue entonces, y lo tuvo merecido, cuando la Postiza comenzó a hacerle la vida imposible. Y cuando yo, claro, dejé de prestarle atención, abuelo.

Vivía, pues, encerrado en mí mismo, aunque desde que la Postiza también, ejem, ejem, murió, la relación entre usted y yo había mejorado. Los demás me habían castigado en el cuarto oscuro pero ahora comprendía que yo nunca había intentado abrir la puerta y había preferido vivir a oscuras, amargado, resentido, incapaz de querer a nadie… En cierto modo, igual que usted. La diferencia estaba en que a usted le había pasado eso porque había abierto la puerta con demasiado ímpetu y se había dado con ella en las narices. Quería tanto a la Txinurri (bastaba con oírle explicar porque le llamaba así: -Es pequeñita como una hormiga- decía cariñosamente) que al morir ella le resultó inconcebible vivir sin sentir ese amor, necesario como el oxígeno, y corrió, cojeó más bien, a buscarlo a Benidorm, y de aquel Rastro de emociones baratas para viejos verdes se trajo ese cacharro oxidado y sucio como una lata que era el corazón de la Postiza. Y se acabó el txikiteo, el mus… Y ahora que la Postiza por fin había muerto pensó que era el momento de recuperar, a toda hostia, porque a usted tampoco le podía quedar mucho- no le quedó nada, en realidad-, todo el tiempo perdido. Y ahí estaba diciendo:

-Mañana nos meteremos en el cohete….- y todos esos proyectos tan desmelenados para un calvo nonagenario que, con sólo imaginarlos, detuvieron su motorcito viejo y cansado.

En cuanto a mí si no le hice caso fue por pura rutina, pues en realidad también había decidido salir del cuarto oscuro, buscar fuera un poco de alegría, un pellizco de amor, y que mejor ocasión que los sanfermines, aquella celebración de la vida.

-Así que- pensé -usted tranquilícese, abuelo, de todas maneras iremos al chupinazo, y al encierro, que siempre le gustó tanto, aunque aquel toro traidor le llevara por delante la pierna, y a los toros, y hasta saldremos alguna noche, a ver si encontramos alguna chica tan guapa como la Txinurri ¿eh? . Claro que sí, abuelo, cumpliré su última voluntad, iremos a donde usted quiera.

-Pu….pu…pu…puñetero.

Cuento completo aquí

ME HAN EXCOMULGADO

Ene 5, 2010   //   by admin   //   Blog  //  No Comments

Ha sido Mario Crespo, escritor y cineasta, en su blog «El viento que agita la cebada«, en el que ha abierto una nueva etiqueta con el nombre «Ficciones», y en el que en clave de humor escribe cosas como esta:

El escritor navarro Patxi Irurzun ha sido excomulgado por la Iglesia de Roma al negarse a pagar las tasas correspondientes al uso y disfrute del nombre de la virgen, puta; utilizado para titular su novela homónima.

Gracias, Mario.

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