EDUARDO LAPORTE HABLA DE ‘DIOS NUNCA REZA’ EN SU COLUMNA DE NAVARRA.COM
http://www.navarra.com/blog/eduardo.laporte/jaime/20160201185253023419.html
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UNA ENTREVISTA DE FERNANDO F. GARAYOA FOTOGRAFÍA PATXI CASCANTE – Lunes, 1 de Febrero de 2016
PAMPLONA – Dicen que Miren Lacalle lideró en los ochenta el grupo Las Tampones, banda desconocida para muchos pero que Loles, cantante de Las Vulpes, y Aitor, vocalista de Lendakaris Muertos, se atreven a recordar en sendos vídeos promocionales de Ultrachef, su primer libro, recién publicado por Desacorde Ediciones, “un disparatado relato sobre los no menos disparatados concursos televisivos”. El micro volumen cuenta, además, con las recetas creadas por el cocinero Edorta Lamo (A fuego negro) a partir de los nombres de platos elucubrados por Miren Lacalle y con un prólogo escrito por Patxi Irurzun, quien además ejerce como portavoz de la autora y con quien desgranamos los ingredientes de este relato tan patxiirurzuniano.
¿Qué nos puede contar de la enigmática Miren Lacalle…?
-Yo la conocí a través de un mensaje de Facebook que me llegó un día y en el que una chica me comentaba que habían escrito un cuento y que lo había ubicado en Zarraluki, un espacio que aparece en mi última novela, Pan duro. Y me preguntaba si no me importaba que lo utilizara en su relato. A mí el nombre de Miren Lacalle se me hacía familiar, pero al principio no caí… Leí el cuento, que es este Ultrachef, me gustó mucho y, dándole vueltas, me acordé que había una Miren Lacalle, cantante de un grupo que se llamaba Las Tampones, que con su temaEstamos contra las reglas fue el primer grupo que yo vi tocar en mi instituto, Irubide, allá por los años 80, y del que luego ya no nunca más volví a saber nada… El caso que, a raíz de que me pasara este relato, empezamos a intercambiar e-mails y me reconoció que sí, que era la de Las Tampones; y es que el grupo tocaba enmascarado y nunca revelaron sus identidades. El hecho de que fuera cantante de un grupo fue lo que me llevó a proponer la edición de este relato a Desacorde, que últimamente editan a muchos rockeros (Evaristo, El Drogas, Kutxi Romero…). Posteriormente, con la edición de libro ya encauzada, Miren me fue contando que, tras retirarse de la escena, se fue a vivir a Nueva York, donde abrió un pequeño restaurante al lado de la famosa sala CBGB, donde comenzaron a tocar Los Ramones; de hecho alardea de haberles dado de comer en alguna ocasión, así como a otros músicos como Iggy Pop o Johnhy Thunders.
El relato, que tiene el punto de mira puesto en los tan de moda concursos de cocina televisivos, está protagonizado por un camarero llamado Leontxo… Esto huele a León come gamba.
-Miren, tras regresar a Pamplona, lleva ahora una vida tranquila y no quiere dar la cara porque no le apetece estar en este circo de la literatura en el que, a veces, cuenta más el nombre que la obra; por eso me encargo yo de hablar por ella, además de escribir el prólogo. Dicho esto, creo que detrás de la historia de Ultrachef lo que ha tenido en cuenta Miren fue aquel episodio de León come gamba, en el que aquel joven cocinero fue humillado públicamente. Casi podíamos decir que este relato es la venganza de León come gamba. Y, por otra parte, creo que el relato también refleja ese trato tan autoritario, que tanto le molesta, y que se da entre los chefs y los concursantes; así como el aspecto competitivo que imponen en algo tan creativo como la cocina. En estos concursos, al final, no se valora lo gastronómico, ya que están muy editados y se dirige mucho el rol de cada participante, en función de lo que le interese al programa que tenga más visibilidad. Además de que están basados en una falacia, ya que el espectador nunca va a poder probar los plato, y están al servicio de otras cosas más turbias, en el sentido de que se cocina para toreros, militares, embajadores… Creo que estos concursos son una especie de metáfora del mundo en el que vivimos, que es como un trampantojo, en el todo es fachada y lo dentro es falso. El caso es que ahora pones la tele y sale un cocinero; y son programas adictivos.
Ultrachef, además de un relato, casi puede decirse que es micro libro de recetas, ya que el cocinero Edorta Lamo ha hecho realidad los platos inventados por Miren Lacalle.
-En el relato, Miren inventa unos pintxos que, a priori, parecen irrealizables. Pero, ya con el cuento en mis manos, se me ocurrió que sería un buen plus a lo hora de editarlo que un cocinero los creara de verdad. Así que contacté con Edorta Lamo, del restaurante donostiarra A fuego negro, pero sin demasiada esperanza, ya que el libro es bastante crítico con el mundo de la cocina en plan espectáculo. Pero, para mi sorpresa, Edorta se lanzó de cabeza a la historia y creo las recetas, que en el libro aparecen detalladas, con los ingredientes y los pasos para hacerlas. De hecho, el próximo día 13 de febrero presentaremos Ultrachef en su restaurante. Y, por cierto, se han dado unas casualidades y coincidencias increíbles con Edorta, ya que su hijo se llama Leoi (León), igual que el protagonista (Leontxo), y su abuelo se llama Arcadio, como el abuelo del protagonista.
El doble, o quizá triple, salto mortal de esta historia es que Miren ha creado un protagonista masculino homosexual. ¿Qué le ha contado Miren sobre cómo ha vivido la experiencia de, como mujer, meterse en la piel de un hombre gay?
-Digamos que sobre esos aspectos creativos no me he puesto a hablar con ella… Pero si me pongo en su lugar, imagino que tiene que ser difícil planteárselo, pero, al final, la literatura es ponerse un disfraz encima de otro. Y, de hecho, creo que este es un libro con muchos disfraces (risas). En cualquier caso, creo que se ha metido bien en el punto de este Leontxo.
La verdad es que los ingredientes de este relato, con el humor negro como base principal, así como su forma de cocinarlos, recuerda mucho a la literatura de Patxi Irurzun…
-Con este cuento, lo que me pasó es que, al leerlo, me sentía muy identificado con las cosas que escribo yo: el humor, el tono corrosivo… Y creo que conecté con Miren por eso.
Y, ¿cómo vive Patxi Irurzun la aventura de ser el portavoz de una escritora anónima?
-Bien y mal. Por una parte, a mí, todas estas cosas, por mi carácter no me gustan ni me apetecen mucho. Pero, por otro lado, me parece un relato interesante y una autora potente. Literariamente podría decirse que estoy enamorado de ella.
¿Cree que Miren Lacalle seguirá escribiendo y publicando?
-Yo creo que sí, que se animará… El aspecto creativo no es algo que desaparezca de la noche a la mañana; ya lo tenía como música y, ahora como escritora ha dado otra paso más y creo que seguirá… En este sentido, lo que me ha comentado por e-mail, porque yo a ella no la conozco físicamente, a pesar de que ambos vivimos en Pamplona, es que no se ve escribiendo algo más largo, pero sí relatos o novelas cortas; de hecho, ahora está escribiendo otro.
Publicado en Gara 07/01/2016
Patxi Irurzun
Y en el centro del pastel, La Región Central, la sección oficial, a la que este año concurren nueve largometrajes y ocho cortos, procedentes de catorce países diferentes y elegidos entre 1378 trabajos. Una variada selección que va desde el cine comprometido políticamente y el retrato social a las propuestas más artísticas y rompedoras del cine de no ficción. Varias de ellas son además estrenos y se contará con la presencia de la mayoría de sus autores, e incluso con el protagonista de uno de ellos, el ruso Oleg Karavachiuk, que aparece en Oleg y las raras artes, filme dirigido por Andrés Duque. Karavachiuk, de 94 años, es toda una leyenda en su país, la única persona que tiene licencia para tocar el gran piano que los zares dejaron custodiado en el Museo Ermitage. No será el único piano histórico que suene en esta fiesta de cumpleaños, pues en la gala final Iñar Sastre se sentará ante el Chassaignes Frères vertical que se guarda como oro en paño en una de las estancias del Hotel la Perla de Iruñea y que perteneció a Pablo Sarasate. Para poner la guinda, la mítica película La región central que da nombre a la sección oficial será proyectada el jueves 11 con presencia de su autor, Michael Snow, quien además impartirá una clase magistral al día siguiente.
Al margen de las películas a concurso, cabe destacar la retrospectiva dedicada a [José] Antonio Maenza, en la sección Heterodocsias, en la que las sesiones serán dramatizadas con voces de actores, tal y como dejó indicado el cineasta “maldito” turolense; el homenaje póstumo a Pío Caro Baroja, con proyecciones, coloquios o la docu-entrevista realizada por Oskar Alegría; la primera retrospectiva dedicada a Jean-Daniel Pollet; el ciclo Ten Years Older, sobre la relación entre el Tiempo, su paso, sus heridas, sus huellas, y el cine; o las sesiones especiales con presencia de autores como José Luis Guerín, Luis Ospina, Claire Simon, o la pamplonesa Ainara Vera que junto con Victor Kossakovsky, ha dirigido Mira, mi rey, la película que cerrará Punto de Vista el domingo 14, cuando el jurado de a conocer el palmarés.
Por otra parte, El séptimo vicio, el programa de cine de Radio 3 dirigido por Javier Tolentino emitirá una serie de programas a las 22:00h dedicados al festival desde la librería Katakrak, que contarán con las actuaciones en directo de músicos como El Drogas (día 8), Tonino Carotone (día 9), Je t’ aime (día 10) y Belize (día 11)
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Cortometrajes sirios rodados por niñas refugiadas
Un festival de cine documental como Punto de Vista no podía ser ajeno a una de las situaciones más dramáticas que se viven en nuestros días, como es la de los refugiados, y en esta edición antes de cada sesión de la sección oficial, se proyectarán los cortometrajes rodados en el campo de refugiados sirios de Za’atari, en Jordania, el segundo más grande del mundo, donde viven 50.000 niños, y también en la ciudad jordana de Irbid, al norte del país. Las autoras de los cortos, fruto de los talleres de cine impartidos por la profesora norteamericana Laura Doggett son jóvenes de entre 15 y 18 años y a modo de diario muestran las vidas personales de sus protagonistas en esa ciudad provisional en la que la guerra les ha obligado a crecer.
Se abre el telón y a través de una grieta el tiempo, de un calendario con forma de vagina, reaparecen los Lendakaris Muertos, con su nuevo parto en forma de CD-DVD: Cicatriz en la Matrix. Vienen desde el futuro (hoy es el futuro) y se teletransportan a una cabina telefónica en Euskal Herria y en plena década de los 80. Los veteranos de la kale borroka regresan a sus años mozos, con canciones para cantar con un mechero en la mano (y en la otra un cocktail molotov). Pero —antes de que la delegada del gobierno ponga manos en el asunto— “esto no va de apología del terror”: las mechas que prenden este artefacto son, como siempre, la ironía y el punk.
Nadie mejor que los Lendakaris saben cómo patear el culo al vocabulario y al abecedario del rock radikal vasco. Vuelven los descacharrantes dobles sentidos, en todos los sentidos: canciones para partirse la caja y canciones para partir a los de la caja (bueno a los del banco). Hay que reírse de la realidad, de los desahucios (“Y sin embargo, te quiero”), por no llorar. O por no coger el kalashnikov.
Vuelve el punk gamberro y absurdo, que es la forma más seria de hacer punk. Van dos y se cae el del medio. Vuelven los Lendakaris con Cicatriz en la Matrix y a muchos su nuevo trabajo les sorprenderá, les parecerá ciencia ficción, pues, lo nunca visto, en él hay una canción tecno, una canción que dura 7 segundos y otra, dividida en 2 partes, que dura casi 5 minutos y que cuenta la historia de un hombre que se enamora de Urrusolo Sistiaga al ver su foto en un cartel de los terroristas más buscados del 83 (insistimos, señora delegada: “Esto no va de apología del terror”).
Lendakaris Muertos. Cicatriz en la Matrix. Se cierra el telón.
Patxi Irurzun
PD 1: Este disco no va a gustar a los que aplauden en los aviones, a las húngaras chungas que ponen zancadillas a los refugiados, a quienes se resisten a dejar de tener la porra por el mango, ni a Paloma San Basilio.
PD 2: Si algo no te ha quedado claro búscalo en puto Google.