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MANUAL PARA CUÑADOS

Nov 29, 2021   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments
Papel Higiénico El Elefante - ¡Conoce toda su historia!

Publicado en «Rubio de bote», colaboración quincenal para magazine ON suplemento de diarios de Grupo Noticias

La séptima ola, la crisis de suministros, el gran apagón, Miguel Bosé publicando sus memorias…. Igual lo que habría que hacer, antes de que vuelva a cundir el pánico y que las masas asalten los hipermercados, sería imprimir los libros y periódicos en papel higiénico y así matábamos varios pájaros de un tiro. Por una parte, evitaríamos esas hordas de cagones aterrorizados; por otra se solucionaría el desabastecimiento de papel que, dicen, está deteniendo la publicación de muchas novedades editoriales (sobre todo las de aquellas que se presentan con tapa dura); y de paso se contribuiría, aparte de a construir una sociedad más culta —y más solidaria con las personas que sufren en silencio las hemorroides—, a mantener un ratito más con vida la prensa escrita. La prensa escrita no teme al beso negro, le da igual lo que hagas con ella al final del día, las noticias de hoy envuelven el pescado de mañana, etc.

De acuerdo, es una idea de bombero, un ensayo para una conversación de cuñado en la cena de Nochevieja. Discúlpenme, estoy desconcertado, ¿quién no lo está, en estos tiempos apocalípticos? Resulta difícil tener una opinión clara sobre nada cuando todo es temor, confusión, rumores, dicen que… Dicen que la crisis de suministros se agrava por la falta de camioneros. Nadie quiere ser camionero. Mentira, digo yo. Todos los niños quieren ser camioneros. Vivir en la carretera. Dormir en la cabina. Conducir de noche escuchando la radio. Llamar a la radio mientras conduces. Tocar la bocina al cruzarte con un compañero. Poner el nombre de tus hijos con letras gordas en la carrocería. Parar en restaurantes de carretera secretos en los que se come por diez euros mejor que en Arzak… Lo que no quiere nadie es ser camionero (o camarero, cajera, peón de obra)  por la cara, cobrando una miseria y con unas condiciones laborales dignas de un cuento de Dickens. Soñar es gratis, pero no tanto.  

Hablando de conductores, o de semiconductores… Lo que no entiendo muy bien es lo de los microchips. Primero resulta que nos los estaban metiendo a saco y en vena vía vacuna, y ahora que los hacen todos poco menos que artesanalmente en la misma fábrica de Taiwan o de Corea del Sur y que esta ha colapsado, todos sus trabajadores se han ido a participar en el juego del calamar o se han apuntado a la gran dimisión o algo. Total, que estas navidades nos quedamos sin playstations, sin ordenadores, sin móviles de última generación, como en aquella canción de los RIP (Última generación/ No tenemos más futuro/ Solo nos queda esperar/ La desolación, el caos/ la hecatombe nuclear). Eso o los pagamos a precio de oro. Porque esa es otra. La crisis de suministros  implica también un encarecimiento de los precios. ¡A ver si va a ser adrede! Esto es como cuando subían el precio de la cerveza justo antes de los sanfermines. Después se acababan las fiestas y la cerveza no bajaba.

En fin, como ven a los cuñados y a los opinadores profesionales no nos faltan temas de conversación. La cuestión es hablar, hablar por hablar, o escribir, rellenar páginas para que así siga el ciclo de la vida y el de la digestión y cuando ustedes se sienten en el trono no les falte algo con lo que limpiarse las reales posaderas. No, no me den las gracias, yo esto lo hago de manera altruista, a mí en realidad lo de la tapa dura no me afecta, soy un escritor rústico, proletario, un columnista cuñado, un esclavo, un amigo, un siervo… A sus pies.

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