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Entrevista a Santi Escribano

Oct 7, 2024   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

“Es muy fácil cantar proclamas, pero menos llevarlas a cabo”

Santi Escribano (periodista)

Foto: Montse García

Santi Escribano reúne en “La hoguera” varias historias de canciones que usan la música como herramienta de combate o hablan de luchas políticas y sociales

Patxi Irurzun/ Iruñea

La hoguera, editado por Ovejas Negrax, forma parte de una trilogía que se inició con “La Mecha” y culminará con una tercera parte en la que sumará nuevas “Historias de política y rock”, ese es el subtítulo de esta serie de libros. El periodista madrileño desglosa en esta segunda entrega qué relato se esconde o cuál fue el chispazo que hizo prender temas como “Solidarity”, de Angelic up stars o “Bahía de Pasaia”, de Barricada, entre otros… En la selección, por cierto, hay canciones de varios grupos vascos: La Polla, Negu Gorriak, Piperrak… o se hace alusión a otros como los estadounidenses Body Count, con el conocido rapero Ice T al frente, quienes decidieron ofrecer su único concierto en Europa en 1994 en el Gazte Topagune de Zaldibia.

Cuéntenos cómo surge este proyecto y con qué objetivo.

Lo que busco es reivindicar cómo el rock – y variantes – han sido una parte fundamental en la formación política, cultura, social, personal… de mucha gente. En mi caso, vería el mundo de un modo distinto de no haberme topado en mi adolescencia con Reincidentes, Negu Gorriak o algo después Sin Dios. Desde entonces me divierte buscar, ampliar, qué nos contaban esas canciones en tres minutos, qué referencias tenían explícitas u ocultas. Y para no darle la barrila a mis colegas, desde 2016 lo hago en “100Fuegos, política y rock” programa que ahora emitimos en Radio XATA, emisora comunitaria de Pinto, y quise llevarlo al formato libro porque lo impreso luce mucho más y creo que escribo mejor que hablo.

Libro La Hoguera

El rock, o una parte del rock ha sido a menudo una herramienta política, o una manera de denunciar, mostrar disconformidad… ¿Cree que eso se sigue manteniendo?

Creo que sí, aunque también haya un rock conservador, reaccionario, comercial e individualista. Cada generación de gente protestona ha tenido su banda sonora: coplas antifascistas en los años 30, cantautores y folk en los 70… y el punk rock ha sido en buena parte la de quienes nacimos en los 70 u 80. Sigue habiendo rock de denuncia, aunque (salvo quizá en el streetpunk) la media de edad es alta. Ahora la chavalería con ganas de mostrar esa disconformidad lo hacen con la música urbana o el indie. Y bien que hacen.

Además de hablar de diferentes luchas, también hay un componente sentimental o biográfico en muchas de las historias que cuenta. ¿Cómo ha sido la selección de las diferentes canciones?

Hay canciones que te ponen la historia en bandeja: “Ustelkeria” de Negu Gorriak, “Bahía de Pasaia” de Barricada, “Reggae fi Peach” de Linton Kwesi Johnson o “Solidarity” de Angelic Upstarts… Otras veces es menos obvio: Agua Bendita contando cómo “Billy Joe” se engancha a la heroína me lleva a narrar cómo lo hizo el que era mi mejor amigo de adolescente; Extremoduro mencionando “Cáceres II, Alcalá Meco, Puerto de Santa María” me sirve para hablar del sistema penitenciario español; o descubrir que “Canto” de El Último Ke Zierre era el último poema de Víctor Jara fue la excusa perfecta para recordar su nada rockera pero muy política figura.

En esa selección llama la atención que haya varias historias relacionadas con grupos vascos, ¿el Rock Radikal Vasco, por ejemplo, ha sido un referente para mucha gente, también fuera de Euskal Herria?

Desde luego, el rock vasco, y mucho más allá de la etiqueta del RRV, es un referente imprescindible. Por hablar de mi entorno, Madrid, somos muchas las personas que en un momento dado hemos sufrido de “vasquitis”, viendo con envidia sana esa combinación de “jaia ta borroka”, esa fuerza para dotar de contenido social lo musical y lo lúdico, que hay en EH.

¿Piensa que el rock, o cierto tipo de rock, puede estar ligado a una clase social, a la clase obrera, en concreto?

En su momento el punk, el rock, el heavy… eran cosas de barrio obrero, aunque siempre hubiera pijos disfrazados. Ahora es todo muy raro, ves precios de festivales, las zonas VIP acotadas para Metallica ¡o a La Raíz! y piensas en qué momento esto se nos fue de las manos. Imagino que en el mismo en que alguien por tener una hipoteca a treinta años para un pisito pasó a creerse clase media y más cercano al patrón que a quien friega las escaleras.

¿Y cree que las canciones pueden ser una herramienta de transformación, que pueden llegar a cambiar algunas cosas?

A veces nos flipamos, porque es muy fácil cantar proclamas, pero menos llevarlas a cabo, y llega la decepción al ser tres mil en el concierto y treinta en la manifestación. Pero, cuando me puede el pesimismo, recuerdo que el enemigo sí tiene claro que lo cultural es una herramienta política de primerísimo orden: el rock como arma contra el bloque soviético con “Wind of change” de los Scorpions acompañando la caída del muro de Berlín, Israel haciendo “pinkwashing” en Eurovisión… Si a ellos les sirve, ¿por qué no a nosotras?

¿Hay alguna historia de las que recoge por la que sientas especial predilección?

Del volumen 1, “La Mecha”, mi favorita es la del peluquero Vidal Sassoon pateando fascistas en el Londres de posguerra, a la que metí con calzador la canción “Antinazis” de KOP. En este volumen 2 me gusta cómo hilo lo personal y lo local con una causa mucho mayor, la de los deportados de Pinto, Pego y Guiamets a campos de concentración nazis, con banda sonora de La Gossa Sorda. También la fascinante historia de la anarquista vizcaína Julia Hermosilla, que “casi nos libra de Franco en dos ocasiones” y sale en el himno feminista “Las que faltaron” de Mafalda. Y “Bahía de Pasaia”, porque es un buen ejemplo de cómo, a través del rock, se ha conseguido que no se olvide un caso gravísimo de guerra sucia y represión.

¿Y alguna que se haya quedado fuera?

Quise dedicar un capítulo al 3 de marzo de Vitoria-Gasteiz, con Betagarri, S.A. o Mossin Nagant como gancho; y uno a Comandos Autónomos con Hertzainak, pero como finalmente hay un capítulo dedicado a los crímenes de la Transición con los leoneses Hachazo de percha, me pareció redundante. Quizá vayan al tercer volumen, como otras historias que tengo en mente como Banda Bassotti y los años de plomo italianos, los Rolling Stones y Angela Davis, Estopa como héroes de la clase obrera o la revolución que supuso la fecundación in vitro cantada por Toy Dolls. 

INVENTARIO DE SONIDOS

Sep 16, 2024   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments
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Publicado en Rubio de bote, magazine ON diarios Grupo Noticias (14/09/24)

Hace unos días, en una entretenida y divertida conferencia sobre la relación de la pelota vasca con la Iglesia, el ponente, Santiago Lesmes, iniciaba su intervención botando una pelota contra el suelo (que era además el del refectorio de la Catedral de Pamplona) y hablando del poder evocador de los sonidos, capaz de retrotraernos a otras épocas de nuestra vida, de remover recuerdos, de unirnos incluso de una manera atávica con la tierra o con nuestros ancestros… Hay algo de todo eso en el repique y el eco, como un disparo, de una pelota contra el frontón: la piedra, el cuero, el impacto contra la chapa cuando se yerra el golpe (los errores siempre resultan más estruendosos).

Al escuchar a Lesmes comencé a pensar en mis propias magdalenas acústicas de Proust y me acordé, por ejemplo, del bote de un balón de baloncesto. Durante muchos años de mi infancia y adolescencia el baloncesto fue mi vida, todo giraba alrededor de él, y ese sonido lo percibía como el latido de un corazón. Años más tarde viví durante algún tiempo en un piso cuyas ventanas daban a unas pistas con canastas en las que a todas horas había grupos de chavales jugando. A algunos de mis vecinos aquel ruido les molestaba. A mí, por el contrario, me gustaba, me tranquilizaba, era una especie de cordón umbilical que me conectaba con mi juventud. A nadie le molesta el sonido de su propio corazón.

Las evocaciones acústicas, no obstante, no siempre o no solo traen buenos recuerdos, a menudo dejan en la memoria un regusto agridulce. El ruido de una llave en la cerradura puede suponer un alivio para quien espera con los ojos abiertos y el alma en vilo el regreso de una hija o un hijo desde los abismos de la noche, pero también puede ser angustioso para quien ha vivido algún infierno doméstico.

El inventario de sonidos terroríficos o inquietantes podría ser interminable: el tic-tac de un reloj de pared en una noche blanca de insomnio, el murmullo peligroso de las muchedumbres, la canica o la moneda rodando en el piso superior, el rumor del viento despeinando los árboles antes de la tormenta, el rugido de los estómagos en los exámenes, las toses recorriendo los pasillos en las noches de hospital, el ulular de las ambulancias atravesando la ciudad, la llamada telefónica en mitad de la madrugada…

Aunque puestos a evocar, ¿por qué no quedarnos -volviendo al baloncesto- con el suspiro de la red tras una canasta limpia? ¿O por qué no con el aplauso fervoroso y unánime al artista talentoso, con la carcajada contagiosa como un virus, con el chorro vigoroso de la orina largamente contenida? ¿Y por qué no, en fin, con algunos sonidos en peligro de extinción: el crujido de la aguja sobre el vinilo, el chiflo del afilador, el remache de la tecla de la máquina de escribir poniendo el punto final de un artículo?

Un cartel bordado para el XV Salón del Cómic de Nafarroa

Sep 9, 2024   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments
Cartel XV Salón del Cómic de Navarra

Publicado en Gara/Naiz 09/09/24

Entre el 6 y el 28 de septiembre se celebra en Iruñea el Salón del Cómic de Nafarroa. Es ya la decimoquinta edición y en esta ocasión han bordado, literalmente, el cartel, con la presencia de invitados como la autora de dicho cartel, Bea Lema, una docena de exposiciones o algunos descubrimientos sorprendentes, como el de la joven promesa local Josefina Altuna, de 91 años.

Mientras a solo unas horas del inicio del Salón del Cómic de Nafarroa, su director Javier Pérez de Zabalza, atiende alguna llamada o da los últimos toques a alguna de la exposiciones que ocupan las tres plantas del Palacio de Condestable de Iruñea, su cabeza está ya puesta en la edición del próximo año. Esta es la decimoquinta cita del que es ya un evento cultural asentado en la ciudad y también en el mundillo del cómic estatal, pero que a pesar de su veteranía mantiene toda la efervescencia, frescura e ímpetu propios de los quinceañeros. Pérez de Zabalza no cree que sea él quien deba decir que el Salón es un festival de referencia para los autores y aficionados al noveno arte pero sí reconoce que a los artistas no les cuesta demasiado acercarse a una capital de provincias, pequeña y apañada, como Iruñea. “Creo que en parte tiene que ver con que los tratamos muy bien. Como el festival es largo, dura casi un mes, podemos recibirlos por separado, llevarlos de un lado a otro, incluso a veces emborracharnos con ellos. Nosotros, en el fondo, somos fans y estamos encantados de conocerlos, esa es de hecho una de las principales motivaciones para invitarlos”.

El kiliki Demonio y los bordados de Bea Lema

Por el Salón del Cómic, organizado por la Asociación de ilustradores navarros TIZA, además de la nutrida y talentosa escena local, han desfilado a lo largo de sus diferentes ediciones lo más granado del cómic estatal (Paco Roca, Alfonso Zapico, Flavita Banana…) y también estrellas internacionales como Edmond Baudoin. Y este año la programación no le va a la zaga. La gallega Bea Lema, autora de la premiadísima El cuerpo de Cristo, una novela grafica publicada por Astiberri en la que aborda una dura historia familiar utilizando de manera brillante recursos gráficos como el bordado a mano, ha recurrido también a esa técnica artesanal para elaborar el cartel anunciador, en el que ha elegido como protagonista al kiliki Demonio de Irurtzun. “Ha sido una sorpresa, nosotros esperábamos una ilustración y nos hemos encontrado con este bordado, que ella misma ha hecho, al igual que en su cómic. En el Salón vamos a aprovechar ese recurso y a Bea Lema la tendremos impartiendo un taller de arpilleras en Condestable el 14 de septiembre, y el día anterior en el Museo del Carlismo de Lizarra dialogando con Esther Vital, directora de cine navarra que también está utilizando bordados en sus obras de animación”.

El increíble Hulk en el balcón de Condestable

Talleres, charlas, firmas y encuentros con autores… La lista de eventos es larga. En lo que se refiere a las exposiciones, este año son diez, “doce si tenemos en cuenta los escaparates que algunos ilustradores locales están pintando en comercios de la ciudad o la expo virtual que recogerá las crónicas gráficas que van a realizar alumnos de la Escuela de Artes de las diferentes charlas”, aclara Pérez de Zabalza. El Palacio de Condestable, en la Calle Mayor de Iruña, a uno de cuyos balcones se asoma durante estos días una figura fallera del Increible Hulk, será la sede que acogerá todas estas expos, como por ejemplo la del humorista gráfico e ilustrador Riki Blanco, “un autor brillante, muy versátil y superocurrente, con una mente muy loca”, quien junto con Candela Sierra ofrecerá además una performance sorpresa -ni siquiera los propios organizadores saben en qué consistirá- titulada Nanoespectáculo el día 18 a las 19:00h.

Los tatoos de Josefina Altuna
Otra de las exposiciones, la dedicada a la artista local Josefina Altuna, es una de las más sorprendentes y entrañables de este año. Iruindarra de 91 años, Josefina ha dibujado desde que era una niña. Su obra fue redescubierta por su propio nieto, Mikel Edorta López de Vicuña, quien se recordaba a sí mismo de txiki compartiendo lápices con su amatxi y que, ya adulto, se sorprendió al comprobar que Josefina no había abandonado nunca su pasión y quiso compartir las ilustraciones de su abuela -pequeñas y coloridas ilustraciones de carácter naif, cercanas al arte bruto u outsider– en redes sociales. Mikel Edorta regenta un estudio de tatuaje, Aizkora, en el barrio de la Navarrería de Iruñea, y de inmediato comenzó a recibir encargos de clientes que querían tatuarse los dibujos de Josefina. Recientemente, sin ir más lejos, uno de los artistas más destacados de la pujante escena de música urbana de la capital navarra, Hofe, ha estampado en su piel un diseño de Josefina Altuna. Una bonita historia que podremos conocer de primera mano con el propio Mikel Edorta el día 17 a las 19:30h en Condestable, y cuyo carácter intergeneracional se suma el taller que otro ilustrador iruindarra, Belatz, impartirá en la Casa de Misericordia, en la que residentes de la tercera edad compartirán sus experiencias con menores tuteladas por la asociación Haziak.

Haciéndose el sueco por Iruñea

Pero si la historia de Josefina Altuna resulta increíble, no lo es menos la del dibujante sueco Charlie Christensen. Autor de éxito en su país, donde su personaje Arne Anka, una parodia del Pato Donald, es toda una institución, lleva viviendo, convertido en un auténtico desconocido, en Iruñea desde 1988 (ha vivido, de hecho, más tiempo aquí que en su país natal). “Para que te hagas una idea -nos cuenta el director del Salón- hay una película que fue candidata a los Oscar, La peor persona del mundo, en la que el protagonista es un dibujante, y en la que los dibujos que salen son suyos, por ejemplo, con un guiño a su obra que los suecos reconocen inmediatamente. Por aquí Christensen no es conocido, porque no está traducido, pero en la expo que le hemos dedicado sí hay algunas páginas en castellano y además unos pequeños textos que ha hecho y que explica el origen de algunas de sus historias y en algunas de las cuales hay cosas que tienen que ver con Pamplona”. Además de la exposición, Christensen mantendrá una entrevista con público moderada por el propio Javier Pérez de Zabalza el día 20 a las 18:30h, también en Condestable.

Arne Anka - Wikipedia

El reloj de la estación de autobuses

A Charlie Christiansen se le puede considerar, en cierto modo, un autor local, y una de las características del Salón es reconocer y reivindicar el talento autóctono (el propio Christiansen fue autor del cartel de una de las primeras ediciones del festival). Las vías para ello, además de las exposiciones, charlas, talleres, es la edición del fanzine Zart!, con historietas e ilustraciones de dibujantes navarros y que en este número, el sexto ya, está dedicado a las calles y barrios de Iruñea. Pero en esta edición, además, podemos encontrar otra publicación, Las lámparas llegaron sin novedad, que ha visto la luz con la ayuda del Instituto Navarro de la Memoria, y en la que colaboran en una obra colectiva diecisiete artistas navarros. “La idea parte de algo que hicimos el año pasado en Geltoki, la antigua estación de autobuses”, explica Pérez de Zabalza. Sergio Biurrun “Amplio” escribió un guion a partir de una historia real que sucedió allí, la del militante de izquierdas y republicano Enrique Cayuela, quien tras el golpe militar del 36 se ocultó en el hueco del reloj de la estación, donde permaneció tres meses, antes de poder huir a Iparralde. Cada autor dibujó una página del guion “in situ”, sobre unas planchas, y como nos pareció que quedó una cosa chula lo propusimos al Instituto de la Memoria, que ha editado 2000 ejemplares”. Ambas publicaciones, que se distribuirán de manera gratuita, se presentarán el día 11 de septiembre.

El reloj que salvó dos vidas

Como colofón el día 28, también en Geltoki, donde se gestó Las lámparas llegaron si novedad, se celebrará Komikitoki, una feria de autoedición y de segunda mano -con caricaturas, Djs, murales participativos, un podcast sobre fanzines y otras sorpresas-, que supondrá el finde fiesta de este XV Salón del Cómic de Nafarroa, cuya programación completa se puede consultar en www.salondelcomicdenavarra.com

Entrevista con La Furia

Ago 18, 2024   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments
La Furia' o cómo reinventar la industria musical con rap feminista: "Hay  que ser osada para crear canciones que no dan estabilidad"

Publicado en Igandea+ (diarios Grupo Noticias) 18/08/24

El capitalismo y la creación artística son una nefasta combinación”

La rapera navarra se encuentra metida de lleno en el proceso creativo de su nuevo disco, que verá la luz a final de año, y del que ya ha adelantado algún tema, como Promenade.

Patxi Irurzun

La Furia, el nombre artístico (o en su caso podríamos llamar de combate) con el que es conocida Nerea Lorón Díaz deja claro qué significa para esta rapera de Cascante afincada en Arrasate la música: una herramienta con la que se otorga a sí misma la posibilidad de gritar, expresar su rabia, plantar cara al capitalismo y el heteropatriarcado, pero también de indagar en sus dudas y contradicciones. Tras varios discos como No hay clemencia, Vendaval o Pecadora La Furia trabaja sin prisas ni presiones en un nuevo proyecto en el que a sus canciones las moverán otros motores, como el deseo, o en las que abordará temas que le preocupan, como los sentimientos identitarios y sus encrucijadas.

En sus redes sociales avisaba hace unos días de un verano en el que le esperaban varios conciertos, un nuevo disco… ¿En qué momento creativo se encuentra?

Metida de lleno en el disco, en un lugar lejos de casa donde he venido sola con mi tarjeta de sonido y cuatro cosas para grabar y componer y tirarme en el suelo a esperar con paciencia al estado necesario para crear. Nos pasamos la vida haciendo cosas productivas (yo por lo menos) sin darnos tiempo a mucho más. El trabajo creativo requiere de otros tiempos y de un estado más libre. Si pretendo hacer canciones sin salir de la cotidianeidad (que también lo hago porque no tengo otras opciones) estoy abocada a la frustración… El capitalismo y la creación artística son una nefasta combinación.

Ya ha dado algún adelanto de ese nuevo trabajo y también ha comentado que ahora le mueven más motores además de la furia o la ira, que está dejando entrar en las canciones a otros sentimientos como la tristeza, el deseo… ¿Cómo ha sido ese proceso?

Me voy moviendo, voy viviendo y lo que hago se mueve conmigo. Lógicamente lo que sale de una tiene que ver con los lugares vitales que atraviesa. El proceso en el que sientes que, de alguna forma, tus movimientos se trasladan a las canciones, está plagado de inseguridad y duda. Puedes pensar, que si les gustaste por furiosa quizás no les interese otra de tus capas. También en momentos se me antoja complicado abandonar la percepción que yo misma he tenido de mi como creadora y dejarme ir a otros sitios. Yo sé enfadarme y mostrarlo, eso lo manejo, pero escribir desde otros sentimientos o estados ha sido algo novedoso para mí y en ocasiones difícil de abordar. Lo hago y lo seguiré haciendo porque pretendo acercarme a la creación de forma honesta y comprometida conmigo y con el resto. Y porque me gusta un reto. Y también porque si no sería aburridísimo.

En todo caso, su nombre artístico, La Furia, deja claro desde donde parte…

Entiendo el arte como la posibilidad, y yo decidí hace tiempo darme la posibilidad. En mí la música tiene ese lugar… a través de ella me doy la posibilidad, me lo permito, lo digo, lo disfruto, lo grito, subo el volumen, lo bailo, lo encarno, me libero, lo vomito, lo siento y cuando quiero, lo apago y sigo. Pero hay transformación siempre.

Y al otro lado, en quién recibe sus canciones, ¿le parece que la música puede tener la capacidad de cambiar a las personas, de disponerlas a plantearse cosas sobre su vida, o a despertar conciencias?

La música, como el arte en general, tiene la capacidad de relatar realidades y también de crearlas. ¡Vaya dos cosas! Furia primero, para protestar, denunciar, quemar demonios y encontrarnos en la rabia compartida. Y fantasía después, para imaginar vidas, horizontes, lugares… y encontrarnos ahí también. Esta es una idea que rescato de conversaciones que he tenido con Elisa Coll al hilo de charlas que hemos facilitado juntas sobre procesos creativos feministas y queer y su capacidad de resignificación y transformación.

Supongo que en ese sentido en un género como el rap, que tan basado en el mensaje, es difícil establecer un límite entre lo que es la expresión personal de una idea, un pensamiento, la rabia personal… y la arenga, o incluso una especie de superioridad moral, no sé si eso es algo en lo que se piensa al escribir canciones…

No debemos obviar el contexto del que parte nada, en este caso el rap. El rap está basado en un tipo de sonidos más o menos reconocibles y en una forma, una métrica, unos tipos de rimas… El rap es un estilo de música, punto. Si queremos ser rigurosas y justas nos iremos a entender al rap dentro de la cultura Hip Hop y sobre todo a mirarlo desde su origen. O desde quién parte en cada caso. Nos daremos cuenta de que cuando un sistema capitalista colonial te ha arrebatado todo y te ha abocado a la miseria, escribir de una forma que muches entienden como “ególatra”, quizá sea mucho mas político y necesario que otras formas de hacerlo que la mayoría acepta como transgresoras. Dicho lo cual, niño pijo, blanco, heterosexual rapero o viene a decir algo que ponga en cuestión sus privilegios o por mí podría callarse para siempre. De ese ego que solo perpetúa ese mismo sistema capitalista colonial y heteropatriarcal no necesitamos más.

¿Cómo empieza usted a escribir canciones, tenía relación con la escritura, la música, desde niña?

Mi madre trajo la poesía y mi padre la música. Toda la vida pensando que no respondía a sus expectativas y me acabo de dar cuenta de que encarno una bonita combinación de ambos, ja, ja.

Nació en Cascante, un pueblo que es una cantera de rebeldes (Sanchicorrota, Lucio Urtubia…), ¿Eso marca de algún modo su camino, su estilo combativo?

Supongo, no lo sé… Lucio, ya que lo nombras, forma parte del mapa humano de mi infancia. Por aquella casa familiar pasaba mucha gente y a mi me interesaban siempre mucho las conversaciones de las mayores. De todas formas creo que mi “estilo combativo” está mas impregnado de las mujeres feministas y los maricas de mi vida, (desde recién nacida) que por los señores importantes. Quizás porque un referente es alguien a quien puedes aspirar a parecerte. A esos señores importantes empecé a cuestionarles ciertas cosas desde bien pequeña, porque de sobra sabemos que lo izquierdoso no te quita lo machista. La primera rebelde de Cascante que marcó mi vida y ha sido crucial en mi forma de ser feminista es mi bisabuela Emilia (con permiso de mi madre), a la que solo conozco por los relatos que he oído de ella. Imagínate si hubiera podido sentarme en sus rodillas…

En sus canciones y entrevistas alude a menudo a un tema como es el de la identidad. Parece que tener una identidad consiste en sentir algunas convicciones muy arraigadas dentro de una misma, pero me da la impresión de que usted plantea que quizás lo interesante es poner en cuestión todas esas convicciones.

Me gusta que lo abordes… sobre todo porque estoy absolutamente atravesada por este tema en este momento y eso va a reflejarse de forma rotunda en el disco. No es que plantee que es mejor una cosa que la otra, ni siquiera tiene ese mérito. Es sencillamente que yo me encuentro en encrucijadas identitarias y he decidido atenderlas, asumirlas. Hay una especia de culpa y mucho deseo de pertenencia en mi recorrido. Esto me ha hecho adoptar lugares ajenos como propios y poner picas como un caballero que llega al destino después de la batalla. ¡A la mierda los caballeros y sus picas en Flandes, paso de la idea de llegar al destino! Y de clavar nada en ningún sitio para quedarte para siempre. Aunque la falta de definición identitaria es a menudo un lugar solitario y farragoso prefiero transitar ese camino que quedarme donde no es del todo. Rechazo también a estas alturas la idea de quedarme. Creo en el movimiento y en el descubrimiento y sobre todo he aprendido a darme el permiso de dudar. Se me antoja que quizás seamos mas cómodas como habitantes cuando estamos situadas, identificadas totalmente con algo, inamovibles de nuestras identidades. Todo eso nos coloca en un lugar mucho mas fácil para quienes nos quieren gobernar (en el peor sentido de la palabra). En cualquier caso no es un afán de rebeldía lo mío, sino de búsqueda de cordura y paz que contrariamente a lo que pensaba también son posibles en los lugares frontera de la identidad. Por dar una pincelada a lo concreto, estoy escribiendo en euskera sobre esto y lo podréis oír dentro de poco.

Sus letras me parecen muy cuidadas, con metáforas y frases muy potentes, huyendo de las rimas facilonas, ¿qué hay detrás de todo eso, es lectora, hay otras disciplinas que le influyen además de la propia música?

Ojala fuera un poco mas empollona… A veces (cada vez menos) me doy unos pocos latigazos por leer poco y no hacer cosas de chica lista. Creo que he aprendido más en los bares que en las bibliotecas y he sido mas de barro y noche que de conferencias. No me parece reseñable esto, es lo que soy. También es cierto que cuando dejé de odiar todo lo académico (por traumas que tiene una que no vienen al caso) empecé a abrir libros que sí me hacían devorarlos y encontré mis tótems donde me quedo a vivir algunas temporadas. Pero sobre todo tengo buen ojo para la gente, me rodeo de sabias y sabios y les escucho embelesada y les quiero y nos compartimos. Me inspiro y aprendo mucho de las otras en lo cotidiano y tengo la humildad suficiente para no creerme más que nadie, eso me ha traído grandes saberes.

Y aparte esta su propia experiencia personal o vital, que también vuelca en tus temas, en canciones como Ama, en la que hablas de un tema no muy frecuente en el rap, como la maternidad…. ¿Su carrera es una especie de trabajo en construcción con su propia biografía detrás?

Claramente. Aunque casi inconscientemente siempre he plasmado lo que me parecía político plasmar. Hay cosas que considero que pertenecen a la intimidad y no interesan a nadie, que no transforman nada, que no aportan. Pero lo cierto es que esto es a veces es difuso… Me interesa pensar sobre ello y sus límites.

Para acabar, ¿cómo se plantea su carrera musical en el futuro, mira a largo plazo, tienes proyectos en la cabeza, o va poco a poco, haciendo canciones de una manera natural?

El futuro es el final de este año en el que sacaré un disco. Luego me gustaría presentarlo en directo, si se dan las condiciones para hacerlo. Después de una época difícil para mí (las que nos dedicamos a esto estamos regular de la cabeza) de mucho desencanto con esta industria por capitalista, por patriarcal y por caníbal, creo que estoy en un bueno momento. Reconectada. A pesar de todo. A pesar de ellos y de sus lógicas de mucha mierda y poca música. Me merezco lo bueno y vosotras también.

FORTUNA

Ago 17, 2024   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments
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Publicado en «Rubio de bote», colaboración quincenal para magazine On (diarios Grupo Noticias) 17/08/24

Hoy los he contado y tengo en casa treinta y siete vasos reutilizables, de esos que tienes que pedir en fiestas en bares, conciertos, txoznas (si es que dejan que haya txoznas o no las mandan al quinto pino). Con los vasos reutilizables me pasa ahora los mismo que con los mecheros antes, hace siglos, cuando era joven y fumaba (menos mal que dejé de hacerlo, porque cada cigarrillo te quitaba diez minutos de vida, decían, que no sé yo si era verdad, porque a ese ritmo al cabo de unos cuantos de aquellos fines de semana destroyers, en los que además del humo de los Fortuna −que encima llevaban plomo−, los cuales encendías cada uno con la pava del anterior, te tragabas también la mitad del de todos los demás fumadores del bar −y la otra mitad te la llevabas de propina a casa pegada en la ropa−, total, que, a ese ritmo, con veinticinco años tenías que parecer ya el abuelo de Makinavaja).

La cuestión es que, al igual que ahora con los vasos, entonces salía de casa con un mechero, por ejemplo de Talleres Ceferino, y regresaba a casa con tres, ninguno de los cuales era el mío, por ejemplo uno de Mili KK, otro con un dibujo del Zruspa, el malo de Naranjito, y el tercero con la bandera española y el logo de Alianza Popular raspados con la uña. El mundo-mechero, por cierto, daría para otro “Rubio de bote”, con todas sus derivadas, por ejemplo las cerillas, que usabas si tenías vocación de Humphrey Bogart y que dejabas de usar si tenías mal pulso, sobre todo los días de viento; o los chisqueros −el mejor remedio contra el viento, precisamente− aquellas cuerdas naranjas que prendías haciendo girar una ruedita; después amorrabas el cigarro a la yesca y vete a saber qué inhalabas, además del plomo del Fortuna.

Pero centrémonos en los vasos. Con ellos uno nunca sabe cómo acertar. Si decides llevártelo de casa para ahorrarte el euro de la fianza (que luego nunca recuperas, por no quedar como un rata), resulta que ese día de repente en todos los sitios se han puesto exquisitos y sirven cristal o ha habido un cambio exprés en la normativa y los vasos desechables están otra vez permitidos… Al final te pegas toda la noche paseando de la mano tu vaso (porque además tienes treinta y siete en casa, pero ninguno con un agujerico para colgártelo del cuello con un cordel).

Y al contrario, la noche que sales de casa a lo loco, sin vaso, resulta que este es obligatorio en todos los garitos, y, una vez que lo compras, te lo olvidas en una barra, coges en otra uno que no es el tuyo, se te raja bailando la Bomba de King África…

En fin, los veranos del bebedor social en las sociedades turbocapitalistas son de lo más ajetreados y están llenos de incertidumbre. Un horror.

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