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DIOS NUNCA REZA

Nov 22, 2009   //   by admin   //   Blog  //  1 Comment

Este otro libro, Dios nunca reza, tendrá que esperar un poco a ser publicado si no quiero complicarme la vida. Es un diario que escribí el año pasado, durante una mudanza y el embarazo (de mi mujer) de mi hija Malen. Pero ahí va el arranque y de vez en cuando subiré algún que otro fragmento.
Martes, 17 de junio de 2008

Suelo cruzarme con él algunas mañanas, al llevar a mi hijo a la ikastola. Es un hombre de unos cincuenta años -aunque quizás solo tenga 35- con el cabello cubierto de ceniza y el rostro renegrido, quemado por las llamas de algún infierno del que ha conseguido huir a mordiscos, dejándose varios dientes en la refriega. Anda encorvado, con el lomo doblado por -imagino- cientos de noches durmiendo en portales, cajeros, parques, por todo el alcohol trasegado como un veneno, por el peso de demasiados errores y golpes en su vida. Pero también lleva agarrados, cada uno de una de sus manos, al colegio a sus dos hijos, y estos son, sin duda, los dos ángeles que le han traído de regreso.
A su lado, parece un hombre redimido, un padre responsable y cariñoso. Pero, a la vez, todavía sigue pareciendo un vagabundo. Tal vez, por la expresión atormentada de su rostro o por su mirada, esos ojos desde cuyo fondo amarillo parece emerger un cadáver descomponiéndose lentamente.No sé por qué he decidido empezar este diario escribiendo sobre él. Supongo que de lo que se trata es simplemente del traje que lleva, ese traje que le viene grande y dentro del que aparenta sentirse extraño e incómodo. Igual que yo. La hipoteca que voy a firmar, la mudanza, mi trabajo que aborrezco, la compra en el centro comercial (y la cena del niño en el Burger King), los libros que se amontonan sin leer, los discos que ya no escucho, los seis meses que llevo sin hacer el amor con mi mujer embarazada… Ese es el traje que yo llevo puesto desde hace algún tiempo y con el que también me veo a mí mismo ridículo y derrotado. No sé si es lo que llaman la crisis de los 40. Espero que no. Yo todavía solo tengo -dentro de unos días voy a cumplir- 39.

BUSCO EDITOR (Y UN PAR DE NOTICIAS)

Nov 22, 2009   //   by admin   //   Blog  //  2 Comments

Ahora, desde hace unos días, me siento como uno de esos comerciales a puerta fría. Tengo una novela que quiero publicar y, toc, toc, ando intentando convencer a alguna editorial (escribiendoles emails, o enviando copias del libro -como piden algunos, a veces creo que como maniobra disuasoria-) . Otros, me cierran la puerta en las narices, con más o menos buenos modos (y yo no tengo esa habilidad para meter el pie); hay quienes miran por la mirilla y al verme se retiran de puntillas, como si no hubiera nadie; algunos dicen vuelva usted otro día, quién sabe… Es un tarea desagradable, deprimente… Antes, solía guardar las notas de rechazo de las editoriales, para pasarselas por el morro el día que alguno de mis libros se convirtiera en un éxito. Ya no, pero eso no quiere decir que haya perdido la esperanza. Mi novela, amigo editor, puede convertirse en un fenómeno, si usted se arriesga un poco (es algo bruta y bastante guarra).

Por lo demás, para postularme con un poco más de garra, o de gancho, un par de noticias más o menos buenas: Octavio Gómez Milian incluye Ajuste de cuentos entre los diez mejores libros editados en Aragón en 2009 (por autores no aragoneses, eso sí); y mi microrrelato «El escenario del crimen » fue seleccionado entre los 150 finalistas entre los más de 3500 que se presentaron al concurso de microrrelatos del «Museo de la palabra«, el certamen mejor pagado en España (por palabra). Los 7.000 euracos se los llevó otro cuento, eso sí, pero el mío aparecerá, o eso dicen las bases en el libro que se editará con los 150 que pasaron la criba.

Enfin, uno se anima el día como puede.

UNA HABITACIÓN SIN VISTAS

Nov 15, 2009   //   by admin   //   Blog  //  3 Comments

Tengo una colaboración mensual llamada Mi papá me mima, desde hace más de tres años, en una revista de bebés, Guía del niño, y en ella voy narrando las cosillas de mis hijos, H y M. Son cosas como esta:

UNA HABITACIÓN SIN VISTAS

—Si alguna vez tengo un hijo, su cuarto nunca será como este—me decía hace muuuuuchos años, cuando todavía era un crápula que observaba con preocupación cómo a todos mis amigos les daba por reproducirse y, en lugar de invitarme los domingos a sus casas para curarnos la resaca con cerveza y discos de rocanrol, ponían videos de “primeras veces”: el primer eructito del niño, su primera papilla, el primer cambio de pañal de papá… A ellos todo aquello les parecía muy emotivo, pero no era lo más apropiado para el estómago de un trasnochador, así que siempre llegaba un momento en el que muy educadamente yo decía: —Voy a cambiar de agua al canario—, y salía al pasillo, donde a menudo acababa confundiendo la puerta del baño con la del cuarto de los horrores, uy, perdón, quiero decir con la habitación del niño.
—¿Estará dormido o es que no se atreve a abrir los ojos?— me preguntaba entonces alarmado, acercándome a la cuna, porque no me explicaba cómo la pobre criatura podía conciliar el sueño con todos aquellos peluches mirándole fijamente desde las estanterías — que más bien parecían las gradas del fondo sur de un estadio de fútbol—.
Yo, al menos, cuando volvía a casa tenía pesadillas en las que veía al monstruo de las galletas comiéndose a bocados mis discos preferidos. Y era entonces, al despertar, cuando me juraba muy digno que no, que si alguna vez tenía un hijo, su habitación sería de estilo minimalista, y que juguetes los justos, “porque luego los niños se vuelven caprichosos y no saben valorar lo que cuestan las cosas”.
¡Qué inocente era! Pensaba que los domingos iban a ser siempre ese día de la semana en que podías dormir hasta las tres del mediodía. Pero después llegó mi hijo H, y así supe que del mismo modo que los niños no distinguen los días de labor de los de fiesta, los padres de los niños no pintan demasiado en sus habitaciones, y estas se van convirtiendo casi sin que uno se de cuenta en pequeños almacenes, en los que se amontonan todos los juguetes con los que tíos, abuelos y amigos dejan constancia material de lo mucho que quieren a tu niño y de lo poco que saben los metros cuadrados que tiene tu piso. Malen y yo, de todos modos, tenemos suerte, le hemos enseñado a H a aparcar en batería sus correpasillos, bicis, minimotos, etc, y así justo delante de la ventana, queda un hueco en el que hemos podido apilar unas cajas en las que guardamos la mayoría de los trastos. Aunque también ayuda mucho que en realidad con lo que a H le gusta jugar es con un palito que el otro día cogió en el parque —bueno, él dice que es una varita mágica— y con el que consigue que todos los juguetes del mundo quepan en su cuarto.

REIVINDICACIÓN DE RAMONCÍN (O «EL CAPACICO DE LAS HOSTIAS»)

Nov 15, 2009   //   by admin   //   Blog  //  5 Comments

Eso sí que no. Una cosa es que Ramoncín se haya convertido en el muñeco del pimpampúm para el 90% de la población, y otra que eso de derecho a la gente a mentir e inventarse cuanto le venga gana. Será que el odio colectivo ciega a la peña, pero te pones a leer los comentarios sobre las noticias en las que se menciona al que fuera el rey del pollo frito, y parece que este no ha llenado, por ejemplo, nunca el pabellón Anaitasuna -en Pamplona- con una multitud a sus pies coreando su nombre -Ramontxo, Ramontxo, y el otro agitando una ikurriña- ni que nadie ha cantado nunca a grito pelado nunca sus «Litros de alcohol, corren por mis venas, mujer»… Aquí hay un episodio de amnesia colectiva, o de mala fe, o de ignorancia supina, pero Ramoncín es un pedazo importante de la historia del rocanrol en castellano, y que lo niegue cualquiera que haya escuchado «Muerte en Putney Bridge«, o «Como un susurro» o «Ángel de Cuero» o «El Chuli«, así podemos seguir y no parar…
Después está (y para mí eso, al lado de cualquiera de sus discos, al menos hasta el Ramoncinco, tiene muchísima menos importancia), la imagen pública que él se haya forjado, o le haya forjado el imaginario popular, que se esté más o menos de acuerdo con algunos usos y abusos de la SGAE (colarse en bodas, por ejemplo), asociación por la que él ha dado la cara (o más bien, da la impresión de que lo han puesto al frente para que se la partan, que es lo que creo que ha hecho siempre, por otra parte, Ramoncín: cuando se la pintaba, en los albores del punk patrio, o cuando se operó una nariz que era un icono, o cuando fue jurado de un programa –OT– contra el que había firmado un manifiesto).
Yo he sentido siempre debilidad por Ramoncín, lo reconozco, por su música, en primer término, pero también por ser o dar la impresión de ser un hombre-hecho- a-sí mismo, un chaval de barrio que se merienda el mundo, sin complejos, hasta con chulería, porque puede, porque sabe hacerlo, por su pico de oro, por todo lo que ha tenido que ver y oír, jugando al billar, por ejemplo en La Bodeguilla, o en los camerinos de Crónicas marcianas… Ramoncín es, ahora que lo pienso, un pedazo no solo de la historia del rocanrol en España sino de la Historia reciente, sin apellidos (la democracia, la Transición, todo ese cuento). Me encantaría escribir una biografía sobre él. Me fascina. Y estoy seguro de que hay muchos más que piensan algo parecido, que le guardan la fidelidad que se debe a aquellos que han compuesto parte de la Banda Sonora de tu vida, pero callan como perros porque es lo que hay: Ramoncín es hoy el muñeco del vudú colectivo, el capacico de las hostias, y ponerse de su parte te convierte a ti también de algún modo en lo mismo.
Por lo demás -esto sería muy largo de contar, y entraríamos en muchas contradicciones: ¿quién no se ha descargado alguna vez un disco? Yo creo que hasta Ramoncín-, yo decía, estoy a favor de la cultura libre, por supuesto. Y de la vivienda libre, y de la alimentación libre, y ya puestos me gustaría ver a tanta gente como la que descarga/mos discos pegando patadas en las puertas de viviendas desocupadas, o llenando los carros en El Corte Inglés y pasando por las cajas sin pagar y, sobre todo, reventando los bancos y llevándose el dinero a espuertas.
Pero como eso no va a pasar, me conformo con que alguno de esos que escriben en los foros o en los comentarios de los periódicos digitales cosas como «Pero este Ramoncín, ¿de donde ha salido?», se baje «Barriobajero«, o «Corta» o «Arañando la ciudad«, y que después diga lo que tenga que decir, con conocimiento de causa (y un poco de buen rocanrol en el cuerpo).

Estoy en El Mundo (o El trabajo os hará libros)

Nov 12, 2009   //   by admin   //   Blog  //  No Comments

Ilustración de Kalvellido para Los hermanos Dosenuno, uno de los cuentos curriquis

Hoy he leído sorprendido que hablaban de mí en las páginas de Cultura de El Mundo, en un artículo que se titula “La verdad os hará libros” (el título por cierto ha provocado unos cuantos comentarios, absurdos en mi opinión). Bueno, hablaban de mí y de tres autores más, a propósito del mundo del trabajo y los libros, la literatura curriqui–de la que me nombran el máximo representante en España, qué responsabilidad- …-

Uno de los otros autores era David Benedicte, y eso aún me ha sorprendido más. Yo no creo en la conjunción de los astros ni en apariciones marianas ni en la serindipia como motor del mundo, pero lo cierto es que esta misma semana David Benedicte me envió un PDF con su nuevo libro, Biblia ilustrada para becarios, y que esta misma mañana he subido uno de sus poemas a Hank over. Hacía, por lo demás, mucho que no nos escribíamos. Bueno, yo de él sabía algo porque suelo leer los artículos y entrevistas que hace desde su caballo de Troya en XL Semanal, el semanario de mayor tirada en España, y en el que ya ha hecho atravesar la muralla una reseña de Ajuste de cuentos y otra de Resaca. David Benedicte era vecino de papel habitual en fanzines allá por los años 90 (Mono Gráfico y otros), y ya por entonces, sin conocernos, la casualidad, o mejor dicho el escritor Oscar Sipán nos convirtió en compañeros y protagonistas de un cuento (que intentaré rescatar y colgar aquí).

En fin. El caso es que el artículo de El Mundo mola, aunque intuyo que han tirado de Google y he aparecido yo, hablando sobre la literatura curriqui en este mismo blog sobre la charla que di en la biblioteca de San Jorge el mes pasado. De aquel bolo salí con esa desolación que nos abate a los que nos dedicamos a esto cuando el auditorio los componen cinco personas. Pero nunca se sabe, con que una de esas cinco se convierta en lector tuyo está más que bien el tiempo empleado. Y después, a veces, pasan cosas como estas, dejas pistas, ecos que llevan hasta ti por caminos extraños. Bienvenido sea, en todo caso, el artículo y gracias a su autor o autora , que no sé quién es, no veo su firma por ningún lado, acaso porque ha tenido la osadía de colocar la portada de un libro de Txalaparta (Ciudad retrete) en las mismísimas páginas de El Mundo. Os dejo con “La verdad os hará libros!». Y si alguien le parece fuerte verme en El mundo, desde ya le aviso que un día de estos voy a escribir una reivindicación de Ramoncín (del Ramoncín cantante, por lo menos):

COMPROMISO Literatura ante la crisis
¡El trabajo os hará ‘libros’!

Un puñado de autores desconocidos toma partido frente a la crisis y el paro
Poesía, relatos cortos y teatro para la llamada literatura ‘curriqui’

elmundo.es Madrid
Paro, recesión, crisis de valores, empresas en quiebra… Páginas y páginas en los periódicos para describir la cruda realidad, pero aún están en blanco las de la literatura. ¿Son ciertas las críticas que acusan a los intelectuales de estar adormecidos ante la mayor crisis del capitalismo desde el crash del 29? Sí. Es más, no abundan los escritores que toman partido contra la crisis y el paro.
¿Dónde se esconde el Émile Zola que escriba el ‘Germinal’ de esta época? ¿Qué Charles Bukowski entregará a su editor ‘El cartero’ o el ‘Factótum’ de la nueva era? Ninguno. De hecho, son incontables las librerías que debe uno patear si lo que quiere es separar el grano de la paja. O sea, si no está dispuesto a aceptar que las dos o tres novelas ‘tardomarxistas’ de Belén Gopegui o ‘Atlas de geografía humana’, de Almudena Grandes, son los únicos reflejos que la literatura ha hecho del mundo laboral en España.
Ninguno de ellos es conocido, pero estos escritores han decidido coger el toro del desempleo por los cuernos y, de momento, no necesitan subvenciones para sobrevivir. En esta particular nómina de autores ‘proletas’ se encuentra David Benedicte, escritor madrileño que, después de ganar hace algunos años el Premio Francisco Umbral de novela, acaba de presentar ahora su primer poemario: ‘Biblia ilustrada para becarios’, publicado por la editorial Islavaria.
Se trata de un conjunto de poemas de temática laboral que el autor ambienta entre los barracones del campo de concentración de Sachsenhausen, lo que le sirve para efectuar una rotunda parábola sobre los ‘horrores’ de la precariedad, los ERE y el paro actuales.
El humor negro, el tono esperpéntico y la ironía más atroz recorren la espina dorsal de esta ‘Biblia ilustrada para becarios’ con versos del tipo: «Somos demasiado numerosos los sintrabajo como para contarnos. Motivo por el cual atravesamos el amplio arco de esta oficina de empleo estrechamente apiñados. Como un único cuerpo que ha caído muy bajo y tristes al caminar nos consolamos».
¿Qué es la literatura obrera?
Patxi Irurzun, el segundo ‘paleta’ en incorporarse a esta cuadrilla especial de escritores ‘no al uso’, nos lleva de la poesía al relato corto. Este escritor pamplonés es el máximo responsable en nuestro país de la llamada literatura ‘curriqui’ o «literatura sobre el desempleo, la otra cara de la moneda», según matiza Irurzun.

No en vano el autor ha facturado, entre otros muchos de una variada producción, sendos libros sobre el tema: ‘Ciudad retrete’ y ‘Ajuste de cuentos’, ambientados ambos en la fábrica de tazas de baño de Jamerdana Pozal, S.A.

«No sé muy bien en realidad qué es la literatura obrera -confiesa en su web Irurzun-. ¿La que escriben los obreros cuando no están en la cadena de producción? Y si estos escriben, no sé, libros en los que los personajes llevan un fular con cuadros y beben martinis con aceituna en la cubierta de un yate, ¿eso es también literatura obrera? ¿Lo es cuando los protagonistas son trabajadores altamente concienciados con su clase proletaria, o embrutecidos por el alcohol, o explotados en turnos de 12 horas, pero a los que ha mirado como a bichos por un microscopio escritores que no han cogido en su vida un martillo, ni siquiera de caramelo? Es complicado».
El tercero en concordia viaja, mientras escribe, a bordo de un taxi. Y lo más curioso del caso es que lo conduce él. Su nombre: Daniel Díaz, alias ‘Simpulso’. Escritor y taxista a tiempo completo, este autor que ‘currela’ a pie de asfalto ha trasladado las historias que cada día publica en su ‘blog’ a las páginas de un libro: ‘Nilibreniocupado’, publicado por Editores Policarbonados.
Nuestro cuarto ‘jornalero’ de la letra reparte sus horas extra entre la poesía y el teatro. Se llama Carlos Contreras Elvira, burgalés, cosecha del 80, y ha ganado el XI Premio de Teatro Arte Joven de la Comunicad de Madrid con ‘Orikata’, actualísima obra coral (26 personajes) que transcurre entre las paredes de un locutorio. Ha sido publicada por Ñaque Editora y se representará en breve.
Ni son todos los que están, ni están todos los que son, pero basten los cuatro casos como ejemplo para tener en cuenta que, afortunadamente, en materia literaria, todavía quedan algunos autores que se lo ‘curran’.
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