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RULETA TRUCADA

Mar 23, 2011   //   by admin   //   Blog  //  2 Comments

Ayer decía Daniel Ruiz García en su blog que es un ludópata literario, un vicioso de los premios literarios, esa ruleta de la suerte las más de las veces trucada, con la que casi siempre suele ganar la banca, ese tapete resplandeciente bajo el cual se guardan cartas marcadas. Ayer también leía en el blog de Alberto Olmos, Hikikomori, una serie de derechos de los lectores, entre los cuales estaba el Derecho a cuestionar los premios: «Este derecho avisa de la posibilidad que tiene un lector de hacer pública manifestación de sus sospechas -fundamentadas en la propia lectura de un libro premiado o en la información que, tantas veces, puede localizarse en el propio libro o en simples búsquedas on line, y que dan pistas sobre los intereses torticeros del galardón- sobre la fiabilidad de un premio, la componenda a que se pliegan los miembros del jurado y el engaño a que se vieron sometidos 400 o 600 participantes, y, posteriormente, miles de lectores«. Y entre una cosa y otra, yo que también fui en un tiempo algo ludópata y -dado que de vez en cuando el cajón se llenaba de calderilla- todavía tengo recaídas, ayer mismo salí desplumado de uno de esos premios, con el consiguiente resquemor y sospechas, porque mi libro sin duda era el mejor -por eso se presenta uno ¿no?-, estas últimas acrecentadas con el hecho de que en la biografía de la premiada se diga que trabajó durante años como editora precisamente, oh, casualidad, de la misma colección que da nombre al premio en cuestión. Yo no digo nada más, es un dato, no cuestiono la honestidad del jurado, ni la novela, que quizás sea maravillosa e hibride que te cagas los géneros, las nuevas tecnologías, y la puedes leer en tu Ipad, el que tenga, y sus personajes estén en el Facebook, y seguro que la autora será una bella persona, y no es cuestión de aguarle la fiesta, y quizás, en definitiva, todo haya sido limpio, espero que sí, pero no me jodas, hombre, quedan tan feas esas casualidades ¿no?

EL PARTIDO DEL AÑO

Mar 17, 2011   //   by admin   //   Blog  //  No Comments

El escritor David Refoyo ‘Clifor’ me ha incluido en una bizarra alineación para un no menos bizarro partido de futbol que ha publicado en su blog Una ciudad llamada perdición. A juzgar por el orden en la alineación, voy además de 9, de ariete rompedor. con lo cual, después de lo convertirme en estrella -fugaz- del rock, se cumple otro de los mis sueños de infancia (aunque, puestos a elegir, yo prefería el basket salir a sustituir a Corbalán y lanzarle unos cuantos contrataques a López Iturriaga -y rezar para que no sacaran del banquillo a Del Corral, o a Romay el peor jugador que he visto sobre una pista de baloncesto)

EL PARTIDO DEL AÑO
Se enfrentan, en el equipo de casa: Zapatero; Gerard Piqué, Raúl Albiol, un defensa desconocido del Atlético de Madrid y Roberto Carlos; Iván Zamorano, Hugo Sánchez, Juanito, Miquel Soler; Jose Mari Bakero y Patxi Irurzun. En el equipo contrario, el visitante, forman: Matt Groening; Paco de Lucía, New Balance y Miguel; Encías Sangrantes, Lisa Simpson, John Lee Hooker y Tete Montoliu; Raimundo Amador y Mario Crespo. ¿Quién ganará?

CHUPETES

Mar 15, 2011   //   by admin   //   Blog  //  2 Comments


Esta es mi colaboración de este mes para » Guía del niño» en la sección «Mi papá me mima» (y ya van sesenta):

CHUPETES

Esta tarde voy a pasarme por la oficina de patentes y marcas para registrar mi chupete con busca. Lo llamaré ¡Mi chupetemmmm!, así, con muchas emes, por mi hija M y por esos ¡ummmmm! de satisfacción y alivio que exhala ella cuando aparece uno de los chupetes que extravía un día sí y otro también. Para M no tener un chupete a mano es una tragedia, todo su mundo se derrumba, se llena de peligros, de noches en blanco… Y sin embargo no es muy cuidadosa con ellos, que se diga, los olvida en los lugares más insospechados: dentro de zapatos, ejerciendo de marcapáginas… Una vez incluso encontramos uno dentro de la jaula del periquito –supongo que M lo vio algo tristón—.

Me paso la vida tirado por el suelo, o poniendo la casa patas arriba –sí, aún es posible ponerla más patas arriba— para buscar los dichosos chupetes. Durante algún tiempo albergué la idea de patentar otro invento. El chupete de emergencia, con su vitrina y todo, y su martillito para romperla en caso de urgencia. Pero no, eso no iba a resultar, con los chupetes de M hay emergencias todos los días. Hasta hace poco pensaba que existía una extraña ley o cúmulo de casualidades que hacía que cuando perdía uno de sus chupetes, en el rastreo apareciera inmediatamente otro que ya dábamos por desaparecido. Hasta que llegó aquella noche terrible, la noche de los chupetes rotos, en la que todos desaparecieron o se rajaron a la vez y tratamos de aplacar la ansiedad de M con la tetina de un biberón que, llena de rabia, también destrozó a bocados.

Creo que fue entonces cuando se me iluminó la bombilla y pensé en los chupetes con busca. ¡Eureka! Eso era, un invento revolucionario: un chupete con una alarma o busca que se activara mediante un mando a distancia. La contribución definitiva a un mundo sin llanto, de niños felices, con un chupete en cada mano y otro en la boca, chup, chup, incluso de dos o tres chupetes a la vez dentro de la boca, si así lo desean. Sí, ya lo veía, bip, bip, todos los chupetes perdidos del mundo entonando el himno de la alegría, en las gárgolas de la Sagrada Familia, desde los jardines al pie de la Torre Eiffel, debajo de las norias de todo el mundo… Y mi nombre en todas las enciclopedias. “Bendito seas, Patxi”, me adorarían todos los padres y madres del mundo…

En fin, todavía hoy, mientras espero para ir mañana a la oficina de patentes, sigo con ese tipo de fantasías. Los chupetes es lo que tienen, que consuelan una barbaridad. Los chupetes hacen soñar. Los chupetes llenan el mundo de babas que huelen a felicidad. ¡Vivan los chupetes!

EN EL NUEVO LIBRO DE SÁNCHEZ-OSTIZ ( o mi transmutación en personaje literario)

Mar 12, 2011   //   by admin   //   Blog  //  3 Comments

A los escritores, para no decepcionarse, es mejor no conocerlos (aunque la gente se empeña, muchas veces en lugar de leer sus libros, y los escritores acceden porque eso, las charlas, los talleres, los saraos, son lo que les da de comer, más que sus obras). El otro día decía en otro post que me pongo colorado y, glup, trago saliva, cuando alguien me echa unos piropos como los que me dispensó el sir Gsus Bonilla, porque luego los lectores esperan encontrarse a un terrible antitodo y aparezco yo, que en vivo no tengo media hostia y soy un pasmado. Hay en definitiva un Patxi Irurzun que tiene una vida ajena a la mía y últimamente hasta se ha convertido en personaje literario. Hace años Oscar Sipán en uno de sus cuentos -creo recordar, porque no conservo el Monográfico en que se publicó- me puso a conducir un coche con David Benedicte a más de 110 por hora y a atracar bancos y no sé qué más fechorías. Dentro de unos días, el escritor y traductor Luis Ingelmo publicará una colección de relatos en la que yo también soy un personaje literario (no he podido leerlo aún, pero intuyo que los tiros también irán por ahí, porque él también me conoce de leerme en la época salvaje y quinqui de Mono Gráfico.) Y en su último libro, el dietario Vivir de buena gana, el gran Sánchez-Ostiz habla de mí (o, en este caso sí, de mis libros) de esta manera tan elogiosa que viniendo de quien viene, me llena de rubor y de orgullo. Esto es lo que dice:
(…) Patxi Irurzun, un narrador de verdadera valía que se mueve por territorios marginales, provocativos, muy de tabúes literarios, todavía, para una sociedad literaria demasiado ligada al poder político o mediático, muy dependiente de estos, en la que el buen y el mal gusto es una cuestión que se mide con ponderal.
Irurzun tiene un mundo literario rico, de mucho tener los pies en el suelo y los ojos bien abiertos, sin preocuparse de si su entorno o sus decorados tienen o no prestigio literario. El prestigio literario se lo da él con su forma de expresarlo.
Acaba de publicar unos relatos tan duros como hermosos, Ajuste de cuentos, y no hace mucho otros reunidos en La polla más grande del mundo, que es un título que invita a no leerlo o a despreciarlo. Y sin embargo en sus páginas late un humor zumbón y una forma de mirar más pacificadora que otra cosa, en un mundo hostil para quien parece estar condenado a ser un perdedor. Junto al vitriolo, Irurzun expresa un sentido de la belleza de lo cotidiano y pequeño, una emoción común y compartible. Pero no, el buen gusto ante todo. No corren buenos tiempos para las rupturas radicales, a no ser que puedan subvencionarse, reconvertirse en espectáculo, ponerles guardias de seguridad, keep outs, finca particular… Mal asunto el presente si no estás colocado donde hay que estarlo.
Por si fuera poco, Patxi Irurzun tiene un libro de viajes que nadie ha escrito en España, porque ese tipo de viajes no se hacen, no son comerciales, no son turísticos ni de lejos. Un libro hermoso, intenso, que habla del viaje primerizo, cuando quien lo hace y escribe no tiene mañas, y así es como aparece en escena, sin ponerse como un campeón, que es como hay que ponerse para tener éxito. Lástima que esté publicado donde está publicado. Se trata de Atrapados en el paraíso, un viaje al basurero de Manila, el de Payatas, donde más de cincuenta mil personas viven de las basuras.

¡GLUP!

Han dicho sobre ‘¡Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis!’

Mar 11, 2011   //   by admin   //   Blog  //  No Comments

A dos meses de su publicación (la presentación oficial será en la librería Tipos Infames de Madrid el 21 de mayo, con vino y txistorra; y pronto la portada) algunos de quienes ya han podido leer mi novela ¡Oh Janis, mi dulce y sucia Janis! Memorias de una estrella del porno (amateur) han dicho sobre ella:

El Patxi más furioso no deja títere con cabeza. Como en los buenos tiempos.

(Esteban Gutiérrez)

Me he reído un montonazo pero además me ha interesado mucho la historia, que de trivial no tiene nada. Creo que es mucho más que una novela humorística. De entrada, el inicio es fabuloso en la más amplia significación del término. Cómo arranca la historia en La Habana, y su posterior correlato en el Museo de la Revolución, con tamaña irreverencia en la que no se adentrarían jamás unos cuantos de «nuestros irreverentes» profesionales, sumado eso a los trazos francamente impresionistas del regreso a Pamplona, me parece todo una auténtica crónica realista. El humor y la irreverencia a la que me refería ponen el resto: profundizan y ensanchan las márgenes del relato. Por supuesto, la relación de las hazañas del protagonista va en el mismo sentido, de forma que la historia en ningún momento cede un palmo de terreno y cada situación es un ampliar las características del personaje, su inframundo anterior, con lo cual las posibles brutalidades de su nueva profesión quedan reducidas al anecdotario (y es ahí, me parece, donde más crece la historia por lo que antes decía: nada es banal, las peripecias del barrendero se producen siempre entre basura con lo que la anécdota no hace otra cosa que ratificar la condena que ya había caído sobre el tipo antes de que lo descubrieran para el cine porno). También me parece magnífica la manera con que se desbarata el costumbrismo, por ejemplo en lo que pasa la historia por los Sanfermines. Y, por supuesto, los personajes son muy creíbles. Mucho.

(José Luis Moreno Ruiz)

¡OH, JANIS, MI DULCE Y SUCIA JANIS! Memorias de una estrella del porno (amateur) no necesita poster desplegable de la chica del mes. El escribidor se sobra con su facilidad para dibujar personajes de carne y hueso. Ahora es el turno de la piel tostada y los flujos corporales. De los besos húmedos y la carne caliente. Del semen y de la animalidad disparada. De la crítica descarnada. De la risa cabrona. Ese Patxi. Valiente.


(Josu Arteaga)

***


¡OH, JANIS, MI DULCE Y SUCIA JANIS! Memorias de una estrella del porno (amateur)

PATXI IRURZUN (Editorial Eutelequia)


En los años 80, Dick Grande, un barrendero “heavy” de Pamplona se convierte accidentalmente en estrella internacional del porno. ¿El secreto de su éxito? Su privilegiada herramienta de trabajo (la “blakandeker”), sí, pero sobre todo su aspecto de hombre vulgar: tirillas y difícil de ver, cuando aparece en sus películas haciendo el amor con las mujeres más hermosas del mundo, los hombres solos, tristes y rotos creen que pueden ser como él. Dick Grande recorre los santuarios secretos del porno “amateur” —La Habana, París, Bangkok, Manila, México DF…—, funda un movimiento musical (el porno-rock radikal vasco), financia involuntariamente con sus películas una guerrilla maoísta… Pero él también es un hombre insatisfecho, que solo persigue desesperadamente el corazón de la mujer que le introdujo en el mundo del porno: la dulce y sucia Janis. Brutal y tierna, soez y poética, animal y, por ello, terriblemente humana, ¡Oh Janis, mi dulce y sucia Janis! se convierte, bajo la apariencia de una novela de género (erótico) en un pimpapúm social que no deja títere con cabeza y un artefacto infalible para hacer reír a mandíbula batiente mientras una pantera resopla en nuestra entrepierna. Por fin una novela atrevida (que antes fue novela-blog y recibió medio millón de visitas), escrita a tumba abierta por un autor valiente para lectores valientes cansados de leer solapas de libros que nunca cumplen lo que prometen.

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