TOCANDO EL HUESO (PEQUEÑA CRÓNICA DE LA PRESENTACIÓN EN EL GAZTETXE DE ARRASATE)
Yo a Arrasate no vuelvo. Quiero decir que sí, que fue una gozada estar allá, como siempre, con la gente del gaztetxe y con Josu Arteaga y su familia, pero es que al final lo voy a matar al pobrecico Josu, mi anfitrión, porque cada vez que voy lo gafo, lo enfermo, o a él o a alguno de los suyos. La otra vez, cuando estuve acompañándole en la presentación de su novela Historia universal de los hombres gato (un gran libro, una pasada, que se merece mucho más, buscadlo, leedlo, merece la pena, y me contáis), le cayó una neumonía a Josune, la pareja de Josu, y mientras ellos estaban en Urgencias, yo durmiendo tan ricamente la mona en su casa, sin enterarme; y esta vez Josu ya anadaba pocho, incubando algo, pero es que una vez ya en el gaztetxe, se hizo un chandrío en el dedo cortando pan, claro que lo hacía con la navaja que le regaló El Marro, el poeta tristemente desaparecido (en todos los sentidos) un armatoste de unos cuarenta centímetros de tajo. El suyo, el tajo de Josu le llegó hasta el hueso, lo cual para alguien que toca el bajo (en La banda del abuelo) no es una buena noticia. Así que esta vez se fue a Urgencias mientras yo y quienes asistieron a la presentación nos comíamos tan ricamente el ajoarriero que preparé para la ocasión.
Por cierto, que creo que voy a dejar de escribir y me voy a dedicar a cocinar y vender mi ajoarriero, menudo éxito (la verdad es que me sale de rechupete)… Aunque bueno, la cosa tampoco estuvo tan mal, vino bastante gente y se vendieron algunos libricos, tanto de Janis como de Dios nunca reza. Y sobre todo, estuve a gusto, a gusto, con esa buena sensación que queda cuando los libros, o al menos mis libros se llevan a su espacio natural, al de sus lectores potenciales.
Por lo demás, me alegró volver a ver a algunos viejos compañeros de batallas, como al escritor Eneko Barberena, o saber a través de él de otros, como Diego Martiartu, y también a Iker Barandiaran, o a Izkue, de El Desván del Macho(sensacional grupo, del que os dejo este video:
Y por supuesto, a mi siempre querido Josu, gran escritor, gran amigo y gran persona. Aupa Josu, que las cicatrices siempre son medallas para los escritores malditos. Y tranquilo que la próxima vez prometo ir a a algún chamán que me quite el gafe.
MONDRA! (En DIARIO VASCO, GOIENA, MONDRABERRI Y ARRASATE IRRATIA)
Mañana tengo bolo. Presento Dios nunca reza y ¿Oh, Janis! en Arrasate / Mondra, en el gaztetxe, a las cinco, y me acompañará Josu Arteaga, que además de ser un gran escritor es mi amigo y se ha encargado de mover el cotarro por ahí, yo me estoy pensando en ficharlo como jefe de prensa porque me han salido unas cuantas reseñas en los papeles (y además escritas con mucho fundamento, cosa poco frecuente), de las que doy cuenta abajo. Lo de arriba es una entrevista en Arrasate Irratia, en la que hablé en euskera, y la cosa no quedó mal, oyes, aunque tiré un poco de chuleta. Si pincháis podréis oírme expresarme en la lengua de Aitor, después de la publicidad y en el minuto 2:20. Se la voy a pasar a mi irakasle, también, ya puestos.
Mañana llevaré a la presentación ajoarriero (que yo mismo cocinaré, espero haberlo desalado bien, y si no por si acaso también llevo vino tinto navarro con el que refrescar el garganchón). Será como en los viejos tiempos, yo con las cajas de libros de aquí para allá y si alguien compra contando por debajo de la mesa con los dedos para dar los cambios. Luego, eso sí, los dineros, si no nos lom gastamos en zuritos, se los queda la distribuidora, aunque yo y Josu hagamos todo el trabajo). Aupa el undergorund!
Bueno, aquí va lo que han sacado en Diario Vasco, y más abajo los enlaces a Goiena y Mondraberri. Yeah!
El escritor Patxi Irurzun presentará mañana sus dos nuevas novelas
En Mondraberri
En Goiena
Ah, en Onda Vasca también estuve largando un poco, ayer, pero no dejé rastro en la red, todo se lo llevó el proceloso mar de las ondas herzianas
‘Beethoven, el músico sordo’ (Gordo, no ¡SORDO!)
Aquí os dejo el primer capítulo del libro (que total, ya he visto que está por ahí colgado):
El día que murió Beethoven, el 26 de marzo de 1826, nos dieron fiesta en el cole.
-Vaya, y yo que creía que solo era un chiflado- recuerdo que pensé.
Pero claro, entonces yo todavía no había empezado a investigar en su vida y en su obra, hasta convertirme en todo un experto, y para mí solo era aquel pobre loco al que algunos de mis compañeros perseguían y hacían burla, cuando nos lo encontrábamos paseando por las calles de Viena*.
Beethoven solía caminar sin rumbo fijo, moviendo sus brazos como si dirigiera una orquesta de músicos invisibles y tararaeando unas melodías muy extrañas. Tacha tachán. A veces se paraba de golpe y porrazo, sacaba un cuaderno de un bolsillo de su abrigo, y hacía unos garabatos muy extraños. Otras veces, si se encontraba con algún conocido, se metía la mano en el otro bolsillo y le entregaba otro cuaderno distinto, en el que quienes hablaban con él escribían lo que querían decirle. Porque Beethoven estaba sordo como una tapia.
Yo lo descubrí que un día que entró en nuestra tienda de sombreros.
-¡QUIERO ESA CHISTERA!-dijo. Y hablaba muy, pero que muy alto, y también se enfadó cuando papá le dijo el precio y él no le entendió.
Beethoven eligió un sombrero de copa alta, aterciopelado, morado, muy elegante, aunque algo llamativo. Debió de gustarle mucho, porque la llevaba siempre en sus paseos por la ciudad, y con el paso del tiempo acabó por perder el color y convertirse en una especie de chapiñón gigante y algo pocho que había crecido en su cabeza, que ya de por sí era grande y redonda.
La verdad era que Beethoven parecía un vagabundo, porque además tenía el pelo largo y blanco y a veces se dejaba crecer una barba como un matorral. Con aquellas pintas, resultaba muy difícil imaginarse que era un hombre importante, y todavía mucho menos un gran músico.
-¿Un músico sordo? Imposible- pensaba yo.
Pero lo cierto es que todo el mundo en su funeral repetía cosas como:
«Hemos perdido un gran artista», «Pasarán siglos hasta que vuelva a nacer un compositor como él», o «¡Era el mejor!», (y esto último era lo que más me llamaba la atención, porque también lo decían algunos de mis compañeros de clase, aquellos que solían pitorrearse de Beethoven).
Supongo que, como a mí, les impresionó su funeral, el más importante que se recordaba en Viena, al que acudieron miles de personas: actores, nobles, banqueros, que se daban codazos, se empujaban para llevar durante un rato el ataud, pero también, tenderos, lavanderas, maestros (al mío lo distinguí entre el gentío y me pareció que lloraba como un niño pequeño)… Todos querían despedir al músico, y arrojaban una flor a su paso, o se quitaban el sombrero en señal de respeto.
Imaginaros cuánta gente había que la comitiva, encabezada por un gran coche de caballos, tardó casi dos horas en recorrer… ¡trescientos metros!, la distancia que separaba la Iglesia de la Trinidad de la casa de Beethoven; o «la casa del español moreno», como la llamaban algunos, porque Beethoven, por su aspecto, pequeño, robusto, con el pelo y los ojos negros, y la piel oscura, más que alemán, parecía un gitano andaluz.
Yo no pude entrar a la iglesia, pero desde fuera oí por primera vez en mi vida la música de Beetohven, que una pequeña orquesta interpretó para darle el último adiós.
Y fue en ese mismo momento cuando decicí que tenía que saber todo sobre aquel hombre tan misterioso y tan genial, capaz de imaginar, incluso siendo sordo, una música tan hermosa como aquella, que me puso los pelos de punta.
-Hablaré con todas las personas que lo han conocido- me propuse, y esa noche mi papá, al que le conté mi idea, y al que le pareció estupenda, me dijo:
-Mañana mismo, Otto, mi pequeño investigador, te presentaré a alguien que conoció a Beethoven cuando solo era un niño.
CALENTANDO MOTORES PARA EL SÁBADO EN ARRASATE

Patxi Irurzunek bere azken bi eleberriak aurkeztuko ditu Gaztetxean
2011-11-14 13:36:25 Imanol Gallego
Idazle iruindarrak zapatuan aurkeztuko ditu Dios nunca reza eta ¡Oh Janis mi dulce y sucia Janis!, bere azken eleberriak.
Patxi Irurzun idazle emankorra da, oso denbora laburrean bi eleberri kaleratu ditu eta zapatuan Gaztetxean 17:00etatik aurrera bere lanaren inguruan mintzatuko da idazlea. Bi eleberriek Irurzunen estilo anitza argi erakusten dute, oso lan ezberdinak dira-eta.
Dios nunca reza, eguneroko intimo bat da. irurzun beraren etxe-aldaketa batekin hasi eta bere kaleratzearekin amaitzen da. Bi gertakari horien artean gertatzen den guztia ezagutzeko aukera ematen du Dios nunca reza. Irurzunek egunerokoak irakurlea bereganatzen du, langabe edo enpresario izan, guztiek aurkituko dute euren ataltxoa eleberri honetan.
¡Oh Janis mi dulce y sucia Janis! berriz, oso bestelakoa da. Bere lerroetan Irurzunek duen samurtasunaz gainera bere umore garratza ere ageri da. Idazleak eleberri hau katarsi gisa erabili duela dirudi, izan ere, guztiaren kontra egiten baitu, beti ere, bere helmuga umorea den arren.
Bi eleberri hauek ezagutu eta bide batez, nafarroko idazle lotsagabe eta ausartena ezagutzeko aukera polita da zapatukoa.