Entrevista a El Drogas
“Cada vez procuro más serme infiel a mí mismo”
El Drogas presenta su nuevo trabajo, “189 escritos con una mano enferma”, un libro-disco con textos y ocho canciones maquinados durante el confinamiento, en el que aborda, entre otros temas, la reciente muerte y despedida de personas cercanas, como su madre o Boni, su compañero en Barricada.
Patxi Irurzun/ Gara 27/09/21
Llegamos a la cita a pecho descubierto, con el libro-disco todavía en fábrica y habiendo escuchado solo la canción que el músico txantreano adelantó hace unos días y leído apenas un puñado de poemas que Desacorde, la editorial vallecana que los edita nos anticipa. Pero es suficiente. El Drogas es buen conversador y sabe contar su mundo, transmitir la pasión y la minuciosidad que pone en cada uno de sus trabajos. Tras un quíntuple disco, cuya presentación y gira se quedó a medias por culpa del confinamiento, el encierro forzoso fue precisamente el que determinó la gestación de este nuevo trabajo, el que encendió la fiebre por escribir de Enrique Villareal y puso el ratón en su cabeza a dar vueltas: escribir-tocar-escribir… El resultado, “189 escritos con una mano enferma”, que se edita en formato de libro+CD (las canciones además aparecerán también en otro formato independiente, un vinilo bajo el título “El largo sueño de una polilla”), que verá la luz el 1 de octubre y que comienza a presentarse en público con una gira que arranca este mismo miércoles en Oñati y ofrecerá tres conciertos los días 5, 6 y 7 de octubre en el teatro Gayarre de Iruña.
¿Qué nos vamos a encontrar en este trabajo?
Es el curro de un año. Todo empezó durante el confinamiento, cuando me pregunté qué podía hacer yo encerrado por obligación en casa para no volver loca a la familia. Así que comencé a hacer una recopilación de escritos que encontré en cuadernos, el ordenador, y di con catorce textos, algunos antiguos, en los que vi que estaba bien el fondo, pero la forma, no tanto, pues la propia estética de mi escritura ha ido cambiando. Pero la lectura de esos poemas es lo que me dio el chispazo de volver a coger el boli. Me puse, pues, a escribir como un loco, a corregir (aunque no me gusta mucho corregir, porque considero lo que escribo como un jarro de agua echado al papel, al contrario que las canciones, que las manoseo más). En fin, el caso es que cuando me cansaba de escribir cogía la guitarra o me ponía en el piano y con tres o cuatro acordes, sacaba una melodía, una canción, y eso se convirtió un círculo vicioso: escribir, tocar para descansar de escribir, escribir para descansar de tocar… Luego, ya es cuando me convertí en anacoreta voluntario, recopilé los textos, las canciones que había ido escribiendo… Y en el proceso de grabación de esas canciones para la maqueta sucede lo de Boni, que muere en enero. Entonces me comentan que se va a hacer un disco de recuerdo, me invitan a participar, y yo decido coger una canción suya en acústico y la disecciono, la hago mía, en un proceso muy emocionante que me absorbe durante dos meses, más otro más grabando con la sinfónica de Bilbao. En fin, un curro enorme que me saca un poco de donde estaba, hasta que pude volver a retomar la historia.
¿Ese círculo escribir-tocar-escribir quiere decir que las canciones y los textos guardan relación entre sí?
Esa es la única unión, que está todo currado a la vez, pero mientras que en los escritos no hay un denominador común, las canciones están muy relacionadas con lo que me ha sucedido durante la pandemia, la muerte de mi madre, la de Boni, los aplausos durante el confinamiento (de qué manera el ruido de las cacerolas o los altavoces tapa ese gesto físico del aplauso, ese apoyo tan físico a los sanitarios, que se convierte en otra cosa)… Las letras no hablan tanto de la muerte en sí, como de mi relación con ella, con la muerte de personas cercanas a mí, cómo la he vivido, la relación que he tenido con ellos, y también cómo ha sido la despedida, o la no despedida…
¿Esas pérdidas tan cercanas le hacen pensar también en su propia muerte, preocuparse por ella?
No me como mucho el tarro con eso, pero sí pienso en que sí me apetece cada vez más disfrutar lo que tengo y con las personas que tengo más cerca…Esa es mi única preocupación en este momento. No me importa tanto lo que la gente pueda pensar sobre lo que hago, sino disfrutar de todo eso y transmitir lo que quiero como yo creo que debo hacerlo…
¿Piensa en el futuro?
No, siempre digo que la vida es un camino de aprendizaje, lo sucedido con la pandemia lo viene a corroborar, nunca sabes qué puede pasar, el futuro para mí es lo que pueda hablar dentro de un rato con mi socia o el hecho de juntarme con mi gente a tocar en la bajera…
¿Y creativamente eso como le afecta, hace planes a medio o largo plazo?
Eso va viniendo y como yo no me ciño a un estilo concreto… Cada vez me aburre más la visión de mí mismo metido en mi traje, así que procuro prostituirme y serme infiel a mí mismo. No me preocupa para nada lo que pueda pensar la peña que se quedó con El Drogas en Barricada, para mí Barricada fue una anécdota, con sus cosas buenas y malas, más buenas que malas, pero toda la parte final fue una mierda del copón y cada cierto tiempo vuelve otra vez, cuando ya creo que lo tengo superado, en este caso vuelve debido a un hecho concreto, lo de Boni, con quien yo ya había hablado de todo lo que teníamos que hablar durante los dos últimos años, por eso digo que lo de Barricada es una anécdota, y no lo digo de manera peyorativa, otros lo llaman experiencias, yo no le quito importancia alguna, pero a veces hay gente que no tiene donde rascar en su vida e intentan rascar en las de otros, a esos yo ya lo dije hace tiempo: si quieres mis cuatro focos, toma, todos para ti…
No hemos hablado aún de los “189 escritos con una mano enferma”, la parte literaria de este trabajo. ¿Qué nos cuenta en esos textos?
Son escritos, textos cortos, pero realmente no sabría explicarlos, sí hay dos que hice cuando muere mi madre y cuando muere Boni, pero los demás si alguien entiende algo, cuando los lean estaría bien que me los explicara…
Comienza a presentarlo en unos días ¿cómo son las nuevas canciones y cómo va a ser la puesta en escena?
Las nuevas canciones están trabajadas con productor, en lugar de con un grupo, es decir, yo he ido grabando todo en el local y después se las he ido pasando a Haritz Harreguy para las mezclas, etc. para que pueda darle una amplitud que yo no alcanzo… Yo mismo he grabado casi toda la instrumentación, las guitarras (aunque cuando necesitaba un toque especial recurría a Txus Maraví), me hecho mis propios coros… Con el piano me defiendo para sacar estructuras y melodías, pero todavía estoy aprendiendo, dando clases, así que a la hora de grabar hay dos canciones que las toca Germán San Martín, otras dos Mikel Isaba, otra Selva Barón… Respecto a la puesta en escena, es una mezcla de diferentes cosas que he ido haciendo. Yo ya he ido solo otras veces, de vendedor de crecepelo, en formato acústico, con el piano, la guitarra, haciendo monólogos entre canción y canción, y con Txus Maraví también había probado a tocar los dos en bares, o he hecho acústicos con la banda, pero ahora quería hacer algo diferente, más elaborado y al final somos siete músicos, El Drogas Akustik Fraktion, tocando en acústico: el Flako con el contrabajo, acústica y coros, Germán San Martín con teclado y acordeón, Nahia Ojeta, percusión acústica y coros, las voces de Selva Barón y Patricia Graham y Txus Maraví con la guitarra. En el repertorio hay cuatro de las canciones nuevas y un compendio de canciones preparadas para este formato, de todo tipo, por ejemplo La hora del carnaval con cuatro guitarras, piano y voces, sin percusión. Arrancamos este mismo miércoles en la Azoka Kultura Gunea de Oñati.
Si ya sea
Me pisaron
la garganta;
fuerte tacón
en la nuez.
Si ya no sirven
para desencadenar
un incendio
no quiero
palabras que absuelvan
voces culpables
ni frases
vulnerables
de cobarde. Con
la imaginación
que vuela sola
con el viento
nadie puede
jugar al engaño.
Sea el papel ya
la sentencia
para llenar
botellas
y botellas
con sangre inútil
porque hacia el ocaso
solo va
consciente
el borracho.
Y de él,
todos los fracasos
ríen.