BESTIARIO
(DRAGORRIONES, CULEBRACAS, TÓPAROS Y OTROS BICHOS RAROS)
Patxi Irurzun & Belatz.
Publicado en semanario ON (con diarios de Grupo Noticias) 20/07/2019
El escritor Patxi Irurzun y el dibujante Belatz dan rienda suelta a su imaginación con esta colección de bichos raros-raros-raros- Un catálogo estival de criaturas híbridas e imposibles que se recomienda leer en familia.
ELEPEZ
Al elepez, que es un animal en peligro de extinción, le gusta mucho la música. Le gusta tanto que cuando se mete en la cama se enrolla sobre sí mismo y, como tiene la piel dura, negra y llena de surcos, parece un disco de vinilo.
El elepez, además, antes de quedarse dormido empieza a darle vueltas a su cabeza y siempre suena la misma canción:
—¿Por qué soy un bicho raro, por qué soy un bicho raro? —se pregunta, y se lo pregunta muchas veces hasta que la boca se le seca y su estribillo parece el ruido de las motas de polvo en un tocadiscos.
El elepez, que mide unas doce pulgadas, en realidad quisiera ser un poco más pequeño o un mucho más grande. El elepez quisiera ser un pez para hacer burbujas de amor por donde quiera o un elefante para balancearse sobre la tela de una araña.
Al elepez no le gusta ser un bicho raro, y cuando se duerme tiene contrasueños, es decir, sueña con cosas como ir al colegio o a trabajar en una oficina, o que va a comprar al centro comercial, o que ve en la televisión programas de cocina o partidos de fútbol.
—¿Por qué soy un bicho raro, por qué soy un bicho raro? —es lo primero que dice el elepez al despertarse.
Y después se va a hacer cosas aburridas de elepeces, como bucear y usar su trompa como si fuera un periscopio, o salir a la orilla del río y revolcarse en el barro, o saltar de cabeza desde un taburete a una pecera…
Aunque al elepez lo que de verdad le gusta es oír música, porque la música es genial: cuando uno oye una canción que le gusta mucho, sobre todo si la oye en un disco de vinilo, cierra los ojos y se olvida de todo. Hasta de que es un bicho raro.
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