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Archive from mayo, 2016

ENTREVISTA A JALI

May 31, 2016   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

0530_kul_juli“Pensar un comic es la parte más divertida del proceso de creación”

Jali. Dibujante

 

El historietista navarro acaba de publicar en Astiberri, su nuevo trabajo, Malaria, un cuento gráfico en el que narra  la peripecia de una niña tras su muerte y en el que recurre de nuevo a lo tétrico y lo infantil, al existencialismo y al humor… Todos los temas que caracterizan la peculiar y poética obra de un “verso libre” en el mundo del comic

 Patxi Irurzun. Iruñea

Como ya encabezara alguno de sus anteriores obras, Jali califica Malaria con el nombre de “cuento gráfico”, y lo cierto es que no resulta difícil reconocer en ellas reminiscencias que van desde Peter Pan o Alicia hasta Tim Burton, y en los que desde ese universo aparentemente infantil se eleva hacia temas más complejos como la soledad o el sentido tragicómico de la vida (y de la muerte). Afincado desde hace años en Barcelona,  Jali alterna sus tebeos más personales (Plexiglás, No despertéis al que duerme o El último gran viaje de Olivier Duveau, todo ellos editados por Astiberri) con otros trabajos dirigidos al público infantil, como Luci y Fer, que también acaba de ver la luz, de la mano de Beascoa.

Gerardo Vilches le califica en el prólogo de Malaria como un verso libre dentro del mundo del cómic. ¿Está de acuerdo?

Bueno, agradezco muchísimo las palabras de Gerardo. Pero personalmente no creo que mis tebeos sean diferentes de cualquier autor ahora mismo que dibuja lo que quiere. Hay infinidad de dibujantes con un estilo y un mundo propio ahora mismo que están publicando, así que me considero uno más de ellos.

Lo que está claro es que su estilo es muy personal y que en él compagina el existencialismo –temas como la muerte, en este caso- con la fantasía o el humor, lo infantil y lo tétrico… ¿Le gusta jugar con esos contrastes?

Sí. La vida es eso, ¿no? Una tragicomedia. O al menos yo la veo así. Son dos caras de la misma moneda conviviendo conjuntamente: lo trágico y lo cómico, la bondad y la maldad… Y la vida misma, que  no se entiende sin la muerte. Me gusta jugar con estos elementos en mis historias, pero siempre intento que haya un equilibrio.

¿Cómo nace –aunque igual en este caso usar esa palabra es paradójico— el personaje de Malaria?

Pues es un personaje que nació sin más, si no recuerdo mal, para ya la extinta revista “Tos” que dirigía Juanjo Elrápido. Hice unas historias cortas con este personaje que no tenían mucho que ver con este nuevo tebeo que acabo de publicar. Pero me suele pasar que el aspecto gráfico de algunos personajes me invita a imaginar historias con ellos. Y con Malaria me pasó. Poco a poco fui construyendo mentalmente una historia larga  hasta que  finalmente la pasé a papel .Y mantuve el nombre del personaje. Ya no podía verlo con otro distinto.

Técnicamente usa muchos recursos o experimentos gráficos… ¿Es también parte de su estilo o te lo pide cada historia?

Siempre intento en todos mis cómics jugar con las posibilidades narrativas que tiene el noveno arte. Me gusta probar nuevas maneras de explicar las historias jugando con las viñetas. Pero siempre pensando en la historia que quiero contar, que ayude a que se entienda mejor. No sólo por probar recursos y ya está.

Define Malaria como un cuento gráfico. ¿Quiere de alguna manera diferenciarlo de la novela gráfica, definir su forma de contar?

Ja, ja. Bueno, sí. Eso es una pequeña coña que hago al inicio del cómic como avisando al lector. Por un lado, obviamente, lo que yo dibujo es algo más parecido a los cuentos que a una novela. Y por otro, personalmente, no me gusta mucho esto de la terminología de “novela gráfica”. Sé que ha ayudado mucho a que la gente se acerque a las historietas pero para mí no deja de ser un eufemismo. Para mí una novela gráfica es un formato dentro de la historieta, sin más, igual que lo es el álbum, o el cómic con grapa. Yo reivindico la palabra “historieta” que es como se llama realmente. Pero bueno, que ya digo, que es simplemente mi opinión y ya está. Mientras la gente se acerque más a este medio, pues estupendo.

¿Anda también con algún otro proyecto entre manos (Luci y Fer), cuéntenos algo sobre él y sobre sus planes para el futuro? ¿Seguirá siendo un verso libre?

“Luci y fer” es un libro al estilo de los de “¿Dónde está Wally?” protagonizado por dos hermanos diablos orientado  a niños a partir de 7 años. Es un estilo totalmente diferente al que utilizo en mis cómics. De hecho es el estilo que más “utilizo” ya que la mayoría de trabajos que hago (libros de textos, colecciones de libros, ilustraciones…) están destinados a un público infantil.

Y aparte de estos trabajos pues ya tengo en la cabeza un nuevo tebeo que por supuesto no tengo ni idea de cuándo saldrá. Estoy ya pensando y anotando ideas. Es la parte más divertida del proceso de creación de un cómic. Diseñar personajes, escribir los diálogos, dibujar el story board. En definitiva, ir dando forma a esta especie de puzle en viñetas en el que poco a poco las piezas van encajando. La peor parte es dibujarlo. Es un trabajo lento y solitario en el que siempre estás deseando que inventen de una vez por todas la impresora mental.

 

Publicado en Gara 30/05/2016

 

DIARIO DE UN FLÂNEUR

May 22, 2016   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

Publicado en ‘Rubio de bote’, magazine semanal ON de los diarios de Grupo Noticias, 21/05/2016CAM03211

Me gusta esa expresión: hacer tiempo. Hacer tiempo suena mejor que perder el tiempo, y desde luego mucho mejor que matar el tiempo. He pensado en eso esta mañana, mientras hacía tiempo entre una cita para una entrevista con un conocido cantante (al que, sin embargo, iba a entrevistar porque acababa de publicar una novela) y otra para sacarme la muela del juicio. No tenía muy claro cuál de esas dos citas iba a ser más dolorosa, pero al final no he podido comparar porque el manager del cantante ha llamado y me ha dicho que teníamos que anular la entrevista.  “Hemos tenido un contratiempo”, ha dicho, sin entrar en más detalles.

Así que, como no me daba tiempo a volver a casa- preparar la comida para los niños- mirar el correo -fregar los cacharros de la cena anterior- contestar al correo -y salir otra vez para ir al dentista, me he dedicado a hacer tiempo. Hacía mucho tiempo que no tenía tiempo para hacer tiempo y se me había olvidado lo maravilloso que es convertirse en eso que los franceses llaman un flâneur, un paseante, un callejero, un extranjero de tu propia ciudad y hurgar en su intimidad, en el cajón de sus bragas, debajo de sus alfombras…

Durante mi merodeo he visto un grafiti enorme en el que se leía TE QUIERO. Me ha parecido un gesto tan aparatoso como romántico. Luego me he acercado al muro sacrificado, he visto que el amoroso rapero firmaba Stalin y entonces he imaginado qué pasará cuando la persona a la que vaya dirigida ese mensaje se desenamore,  si será sometida a una purga. Te quiero y Stalin. Qué extraños compañeros de paredón. Después, he pasado delante de un quiosco de periódicos y en uno de ellos, en las páginas de fútbol, he leído un titular todavía más desconcertante: “Dios es el último”. ¿Qué demonios era eso? ¿Cristiano Ronaldo hablando sobre existencialismo?… No, claro. Dios es el apellido de un juvenil y al parecer el último jugador incorporado a la primera plantilla del equipo local.  Algo más adelante, una mujer acariciaba y hablaba a las flores en una mediana, en mitad de una gran avenida. En la otra acera, un anciano ha salido de un portal, se ha acercado al contenedor que había junto a un supermercado, ha sacado una bandeja de carne caducada y ha vuelto al portal, que se lo ha tragado en silencio…

¡Dios mío, qué hacía yo desperdiciando el tiempo con el Facebook! La ciudad es una inmensa red social, rebosante de historias que contar. “Algún periódico debería pagarme (a mí, que soy un escritor de periódicos tremendamente desaprovechado) por eso, por pasearme por las mañanas y por las tardes escribir lo que veo. Por eso en vez de por entrevistar a cantantenovelistas”, me he dicho.

Y justo en ese momento,  a través del cristal de una cafetería, he visto al tipo al que debía entrevistar y a su contratiempo. Estaba en una televisión, respondiendo las preguntas de otra. He entrado hecho un basilisco y he pedido un café.

—Escribir una novela es mucho más fácil que escribir una canción —le he oído decir, para más inri.

—¡Sí, claro! Pues ahora yo, que nunca he escrito una canción, voy a hacer una: Trialarí trialará chispún. ¡Qué te parece? He tardado cinco segundos. Me imagino que tú escribirás las novelas del mismo modo —le he gritado al televisor.

La camarera y los demás clientes  me han mirado como si hubiera perdido el juicio. Y entonces me he acordado de mi segunda cita, he mirado el reloj, me he tomado el café de un solo trago y he continuado mi camino en dirección a la consulta del dentista.

 

 

 

RUNNING OCHENTERO

May 8, 2016   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

 Publicado en ‘Rubio de bote’, ON (suplemento de los diarios del Grupo Noticias). 08/05/2016

 

—¡Un, dos, un, dos! —oímos que nos gritaban desde una de las casas bajas, las que daban al barranco, por donde mi madre y yo habíamos salido a correr al caer la noche, cuando nadie pudiera vernos.

Y después unas risas que subían a la superficie desde la ciénaga de un pecho lleno de alquitrán y malas hierbas. Miré hacia aquel agujero negro y vi brillar una luciérnaga naranja, alguien fumando a la puerta de la casa de la bruja. De ese modo llamábamos a la herbolera que vivía allí, una mujer mayor y con barba, que siempre andaba arrastrando bolsas de hierbabuena, berro, verbena, a veces acompañada de un jabalí amaestrado, que hozaba entre los matorrales de los descampados.

—¡Un, dos, un, dos!—escuchamos de nuevo su voz cavernosa.

Y corrimos como alma que lleva el diablo, sintiendo a nuestras espaldas el aliento caliente del animal y los colmillos fríos de la humillación clavados en nuestros culos deportistas. Corrimos hasta que llegamos al portal, y una vez dentro, nos apoyamos contra la pared, jadeantes. Miré a mi madre. Llevaba puesta una falda a cuadros, botas de monte y un oriller amarillo horrososo.

—¡Yo no vuelvo! —dije.

No sé por qué, nos había dado por salir a correr. A mí, supongo que porque había visto Rocky, o porque pensaba que para que me cogieran en la NBA solo con los entrenamientos del equipo de baloncesto no me valía; a mi madre porque siempre había sido muy moderna, una adelantada, o porque no quería dejarme solo en aquella época de navajeros y miedo a salir de noche. El caso es que aquella fue la primera y la última vez.

Por entonces correr era una excentricidad. Nadie corría, si no hacía falta. Solo quienes practicábamos algún deporte, y lo hacíamos de vez en cuando y en grupo. La gente nos señalaba, se reía, y siempre había el típico gracioso que se colocaba junto a nosotros y recorría unos metros imitándonos, burlándose.

Después no sé qué paso. A salir a correr le cambiaron de nombre y le pusieron footing. El chándal se convirtió en una prenda de uso corriente, que hasta se podía combinar con tacones. Todo el mundo corría, aunque nadie les persiguiera. Y como todo el mundo corría, los que corrían más que los demás  dejaron de hacer footing, que era una cosa como de aficionados, y se hicieron runners.

Yo hará unos veinticinco años que no hago deporte. Alguna vez, si se me va a escapar el autobús, echo una carrerita y siento como si cada uno de mis huesos proclamara su declaración de independencia. Y al día siguiente, las agujetas, que duran una semana. No voy a decir que eso sea normal, ni que hacer ejercicio no esté bien, pero a veces me he encontrado con algunos de esos que de niños se reían de mí cuando corría, con aquellos compañeros de colegio para los que la clase de gimnasia era una tortura y el plinto un Everest; o con aquellos que cuando quedábamos para ir en bicicleta, aparecían con sus BH impecables, con los guardabarros sin tocar, aquellas bicicletas que solo habían usado la mañana del día de reyes; y de repente, todos ellos se han convertido en ironmanes, van vestidos como astronautas, beben cosas verdes…  Y no sé muy bien qué pensar: por una parte me siento descolocado, una especie de marciano, me parece que siempre en la vida he hecho las cosas al revés, cuando no tocaba; pero, por otra, me parece que en todo eso hay algo raro, no sé muy bien qué. Por lo demás, cualquier día de estos me encuentro a la bruja yendo a clase de zumba. Y al jabalí atado en la puerta del gimnasio, con una de esas sudaderas para mascotas.

 

Patxi Irurzun

VIDA SOCIAL

May 6, 2016   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

En Condestable, con chavales de secundaria, durante las V Jornadas de narrativa del Ayuntamiento de Pamplona.

http://www.lavanguardia.com/vida/20160424/401330725634/navarra-la-quinta-edicion-de-las-jornadas-literarias-de-narrativa-del-ayuntamiento-de-pamplona-entra-en-su-recta-fina.html

http://www.20minutos.es/noticia/2721432/0/jornadas-literarias-narrativa-comenzar-este-viernes-pamplona-ofrecer-seis-sesiones-diversos-generos/

Tras la presentación de 24 relatos navarros en Katakrak, rascándome la oreja para no salir en un selfie

Celebrando algo ausente el Día del libro en Pamplona en una tertulia con miembros de Clubs de lectura de Pamplona

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