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Un cuento maradoniano

Jul 4, 2010   //   by admin   //   Blog  //  28 Comments

A mí por lo general el futbol ni fú ni fá, excepto cuando juega Osasuna y en los Mundiales. En estos de Sudafrica iba con Argentina (o más bien, con Maradona) y, siempre, con todos los equipos que juegan contra España. Ahora seguro que suenan las vuvuzelas. Pero no aguanto el bombardeo mediático, la arrogancia, el desprecio, en lugar de respeto al contrario (aunque Del Bosque ha atemperado algo eso), el buscar siempre cabezas que cortar cuando algo falla, como si esto no fuera un juego en el que el error humano es uno de los componentes, los comentaristas-hoolligans de televisión (aunque uno de ellos sea el entrenador de Osasuna, precisamente), el despliegue de banderas y de patriotismo chusco… Supongo que en todos los países sucederá lo mismo, pero a mí me toca soportar a los de aquí. En cuanto a lo de Argentina, siempre he sentido debilidad por Maradona, y también en este mundial, donde ha seguido siendo el Pelusa (por ejemplo, sacando a Palermo y con la fortuna y la justicia poética de su parte, consiguiendo que este metiera su golito). Ahí abajo va un cuento maradoniano que escribí para un especial sobre Diego que creo que nunca llegó a publicar el escritor Chus Fernández en su fanzine -luego lo incluí en La polla más grande del mundo-y que explica esa extraña simpatía por un personaje como este, al que creo que hay que querer de este modo, desde lejos y viéndolo detrás de esa halo nebuloso que rodea a los mitos.

 

PELUSA

 

Aquel gatito lo trajo a casa mi hermano una tarde de agosto en que el cielo era un brasero. Se lo encontró a la orilla del río, enredado en unos matorrales. Parecía una bolita palpitante de pelos negros, negrísimos. Estaba aterrorizado. Recuerdo que todos los días le lavábamos la cola con un champú que olía a fresas, pero el volvía a cagarse encima. Era todavía muy pequeño. Tan pequeño que dormía en una caja de galletas María. Y sin embargo, ya desde aquellos primeros días, jugueteaba con las pelotas de lana con destreza, correteaba por el pasillo con ellas ensartadas en sus garras de pantera de mentirijillas . Le pusimos Pelusa, por ello, y porque era negro, y porque había nacido en un arroyo. Por Maradona. Por entonces Diego estaba en su mejor época, hacía sobre la cancha exactamente lo mismo que nuestro gato en el pasillo, sorteaba a todos sus rivales como si estos fueran invisibles, como si llevara la pelota cosida al pie, enganchada a una de sus uñas; o metía goles con la mano. La mano de Dios. En un mundo-balón Diego Armando Maradona no podía ser otra cosa sino Dios.
Pelusa poco a poco fue creciendo, dejando de embadurnarse la cola con sus propios excrementos, hasta acabar convirtiéndose en un gato hermoso, que se movía con una elegancia arrogante por la barandilla del balcón, como si también él fuera un dios animal, o un demonio enmascarado. Un día, sin embargo, de repente perdió el equilibrio, y cayó al patio desde nuestro quinto piso. Cayó de pie, porque esa era su naturaleza, y aunque tras una semana sin probar bocado ni moverse de su capazo pareció volver a ser el de antes, algo se había roto dentro de si mismo. Pelusa comenzó a destrozar todas las plantas de casa, a mordisquear sus hojas y revolcarse después medio loco en el suelo de la cocina. A veces incluso se cagaba encima, y volvía a ensuciar su preciosa cola negra. Pero Pelusa ya no era un cachorrito, así que mamá dijo «O el gato o yo».
Lo abandonamos allá en las afueras, junto al manicomio, en un viejo caserón plagado de gatos callejeros, más demonios caídos y rotos por dentro, a los que los locos alimentaban en sus paseos errantes. Algunas tardes mi hermano y yo también le llevábamos a Pelusa un trozo de hígado, pero siempre aparecía un gato más fuerte, o más rápido, o más joven, que se lo arrebataba. Poco a poco dejamos de vagabundear por allá, pero algunos meses más tarde, cuando por casualidad volvimos a pasar por el caserón Pelusa, lejos de morir de hambre, se había transformado en un magnífico ejemplar, gordo, monstruoso, casi repulsivo que se paseaba desafiante entre los demás machos, los cuales le abrían paso con respeto, sin valor para disputarle la comida que le arrojaban los internos del manicomio y que él sólo compartía con varios cachorrillos con las colas salpicadas de lapas; como si todavía recordara aquella tarde de agosto con un cielo como un brasero en que mi hermano lo encontró enredado en un matorral.
Me gusta recordar así a Pelusa. Casi más que cuando se deslizaba, presumido y elegante, por la barandilla del balcón.
Me gusta casi tanto como ver a ese Diego gordo y balbuceante, o a aquel Diego con la mirada perdida en un desierto de nieve, a este Diego al que los porteros le dejan meter los penaltis.
Porque prefiero creer en un dios que tropieza, y que cae de pie, y que se vuelve a levantar enrabietado; en un dios que lleva al Che Guevara tatuado en un hombro; en un dios al que Andrés Calamaro le escribe canciones; en un dios que no olvida que él también nació en el arroyo.

28 Comments

  • http://es.eurosport.yahoo.com/03072010/47/mundial-2010-argentina-llora-marcha-mundial.html

    Me encanta cuando dice «Alemania desnudó las falencias de Argentina»…

  • ¿Amargao o flipao?

    Eres tan chusco que preferiste la selección propagandística del dictador Videla a la del Fútbol Total.

    Amargao y flipao.

  • Uno con vuvuzela.

  • Ey, si lo decías por mí ni idea de que hacía propaganda a Vileda. Si yo ni friego los platos nunca.

    Está claro que perdieron porque no salió él a marcar goles con su mano divina.

    Y ahora dijo que se iba, pero no se va. ¿Se va a ir o no se va a ir? ¿Volverá con la coca XD?

  • La selección Argentina del 78, y su mundial, fueron una vergüenza para el mundo. No ganó Argentina, perdieron los derechos humanos. ¿Eso no fue patriotismo chusco? Fue una mierda pero tus fobias, o tu incultura, que no sé qué es peor, te dejan igualmente a la altura del betún.

    Majo, aprende historia y mírate lo que fue el Mundial del 78, que lo desconoces, porque supongo que no te producirá más sarpullido la chavalería de la Plaza del Castillo cantando el gol de Villa que las madres de la Plaza de Mayo esperando un gesto de Menotti contra las desapariciones de sus hijos que no llegó jamás ¿no? ¿O sí?

    Que seas un Antiespaña me la pela, pero que por la falta de huevos de decirlo claramente, al intentar justificarlo te metas en un jardín con tanta mierda, no deja de recordarme que el camino del infierno sigue estando empedrado de buenas intenciones, o lo que es lo mismo, no hay cosa más chusca que un tonto que se piensa malo, y no te cuento ya cuando se cree ingenioso.

  • 1. No soy anti-España.
    2. El fútbol me interesa tanto como la política. (Más bien poco por si no te das cuenta…)
    3. Suerte con la coca y la Vileda…

  • Gilipollas:

    ¿Cómo no entender esa alegría del pueblo? Si hasta la propia Estela de Carlotto (Presidente de la Agrupación «Abuelas de Plaza de Mayo») reconoció que, mientras ella lloraba en la cocina de su casa junto a su marido por su hija desaparecida, en el comedor sus cuñados y otros tantos familiares gritaban los goles de Kempes y cía.

  • No te hagas el listo, nuestra selección fue siempre nuestra.

  • Me está resultando bastante desagradable el triálogo este. Además de absurdo.

    Al final voy a terminar llorando como el mano-divina.

    http://www.youtube.com/watch?v=jdPa9zQY8uU&feature=fvst

  • La vuvuleza es amarilla ¿no?

  • Ni idea. Pero yo creo que si le invitas a coca te otorgará el privilegio de tocarte con su mano.

    Yo a Maradona lo veo un poco como Sai Baba. Que también se cree Dios, también toca a la gente (alguna demasiado joven…) y también parece una pelusa…

  • Algunas aclaraciones: algunos comentarios anónimos que puede interpretarse que han sido hechos por el autor de este blog (como el de las 18: 41 y el de las 22:06)no son míos. Y creo que hay bastante mala intención en ellos, intentando atribuírmelos. Bueno, hay mala intención en todos los anónimos.
    Por lo demás, yo solo hablo de un partido que vi cuando tenía 9 años, nada más. ¿Malo, ingenioso…? ¿De qué cojones hablas? Y deja de insultar, anda, aún no he borrado ningún comentario en este blog, pero desde luego no voy a permitir que nadie entre a mi casa, se mee en la alfombra, me de un empujón y encima haya que guardarle respeto.

  • No todos los anónimos tenemos malas intenciones.

    Secuencia:

    1. http://www.youtube.com/watch?v=gK2z5-cceP4

    2. http://cms7.blogia.com/blogs/e/el/elp/elpistachoveloz/upload/20060501204633-copia-de-sai-baba-es-de-verdad.jpg

    3. Sin manos y sin cabeza.

    ¿Cómo lo ves?

  • Ja, ja. Muy bueno. Te doy la razón, no todos los anónimos tienen mala intención, aunque yo preferiría saber quién dice qué. Por cierto, que el comentario eliminado era mío propio, porque lo había puesto por duplicado.
    Y más. Al anónimo faltón (ese que, hablando de dioses, va dando lecciones y se cree en posesión de la verdad, eso sí que es peor, mucho peor y más chusco que ser un tonto; «que seas Antiespaña me la pela», dice. ¿Y a mí que me importa que te la pele o no, que creo que no? ¿Quien eres tú para ir dando tu aprobación? Ay, qué risa?: ¿has oído alguna vez «Crímenes perfectos»?

  • Dick Grande la tiene pequeña. Y el glande. Y La vuvuzela también.

  • Mi más sentido pésame. Confio en que sepas consolar como es debido a ese pedazo jugador que es Mertesacker.

    ¿Te quedan vuvuzelas rojas?

  • De los crímenes perfectos no se sabe nada porque por eso son perfectos.

    Te propongo que me mates a los dos perros que me persiguen y yo a cambio me encargo de los dos monos que te siguen a tí. Un cambio así como en la película de Jichkoch. Para que no se note. Para que nadie sospeche…

    Pero luego no te rajes ¿eh? Qué yo siempre cumplo con mi trabajo.

    Que parezca un accidente…

  • Y luego me llaman flipao a mí.

  • Flipaninho o von Flipao.Buscate un currelo o qué, que con los cuenticos la vida no te la ganas ni aunque los conmelitones te los compren todos y todas.

  • Búscate un currelo… Solo le ha falaado añadir «decente». Parece que Franco y sus «conmelitones» han vuelto.

  • Tu sí que eres Franco. Menuda caraja tienes encima. ¿Buscarse un curro es de franquistas? Von Flipao.

    Ya podías ser del Athletic y dejarnos tranquilos a los de Osasuna, porque equipo con el que vas, equipo que se va a la mierda. Qué gafe eres.

  • Ay, que se ha enfadado. A mí el fútbol, en general, no sé si aún no te has enterado, Franco (te voy a llamar así por ponerte un nombre y una cara, ya que tú no la das) me la refanflinfla, así que ojalá fuera con todos los equipos y se fueran todos a la mierda.
    Por lo demás, ¿por qué no me dejas ya en paz, ya que tanto te disgusta este blog y mis cuentos?
    Ala, felices fiestas.

  • Ah, y por cierto, currelos tengo y he tenido muchos que no tienen nada que ver con esto, por si te interesa, no sé a tí si te pasará lo mismo o solo te dedicas a ser un puto troll en casa de papá.

  • Lo que estoy es preocupado. como bajes mucho al Sadar el año que viene bajamos a segunda.¿Puedes irte al pueblo cada quince días, que la tarjeta para la siguiente temporada nos ha salido más cara?

  • Y dale, el tío, qué obsesión, ¿no es mejor que te hagas pajas en las páginas para eso? ¿Te gusto o no te gusto, que no me entero? Porque por lo de El Sadar, tú tranquilo, que yo solo he estado allí dos o tres veces en mi vida. ¿Tienes pelusilla, no tienes amigos, tu vida es una mierda? Es que no te entiendo, Franco.
    Y mientras tanto yo aquí haciéndote la terapia, por pura pena, perdiendo el tiempo…
    Bueno, pues nada, me temo que hasta la próxima, cariño. ¿O serás capaz esta vez de reprimirte? No sé, sal a celebrar lo de España o algo y déjame en paz de una vez.

  • Siempre terminas por sexualizarlo obsesivamente todo. Da igual de lo que se hable. O no has leído a Freud o lo has leído demasiado. Esperaba algo más de ti, maestro.

  • Fútbol + sexo. ¿Y un partido de fútbol de tías en pelotas? ¿No se le ocurrió a nadie?

    P.S.: soy el anónimo amistoso.

  • ¿Sexualizar? Joder, qué lectura más interesada y más selectiva del comentario. Y perdón por lo de joder, Franco, como estoy obsesionado…

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