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EN ‘LA REPÚBLICA CULTURAL’

Jul 19, 2010   //   by admin   //   Blog  //  3 Comments
foto: Javi Alvarez

Hoy nos informan de que todos los libros de La virgen puta que llevamos a la Semana Negra se han vendido. Objetivo cumplido. La remesa era modesta, unos cincuenta, pero no está nada mal. El chaval que llevaba la mesita para firmar ya nos dijo que de momento (era el segundo día de feria, vale, pero ya habían pasado por ahí varios autores de esos a los que sí reseñan en Babelia) era el que más había vendido. Javi Alvarez, periodista de La República Cultural, escribió esta reseña sobre la presentación, la única que se sepa, a pesar de nuestro pequeño éxito:

Juan Kalvellido y Patxi Irurzun dos «niños» traviesos y comprometidos

Se presenta La virgen puta en la Semana Negra de Gijón. Es un trabajo en equipo al que Patxi Irurzun aporta la novela, Juan Kalvellido se encarga de ilustrarla y el editor Santiago Oset de su edición en papel. Es un proyecto antiguo, con una génesis diferente, que ha vivido una carrera muy particular. Patxi Irurzun escribe su novela y consigue que la editorial Altaffaylla kultur taldea la edite en 1997. El título les parece algo incorrecto, convencen a Patxi y se publica con el nombre de Cuestión de supervivencia. En noviembre de 2008 decide publicarla en internet con su título original La virgen puta y como una novela por entregas. La idea es añadir un capítulo semanal al que acompaña un dibujo preparado por Juan Kalvellido y una canción de la época a modo de banda sonora. Santi Oset es uno de esos lectores fieles que acude impaciente cada semana para leer la nueva entrega. Le gustó tanto que habló con ellos para buscar una forma de hacerlo de otra manera, para editarlo en papel. Se pusieron a trabajar los tres y les salió este libro que hoy presentan. Muy fresquito, recién sacado de imprenta.

Cristina Macía ejerce de anfitriona y comienza leyendo un fragmento para abrir boca, para dejar una muestra precisa de la escritura directa de Irurzun. Después, deja el libro sobre la mesa, lo acaricia con suavidad y lo describe con la palabra precioso. «Hay cosas que lo dicen todo» y señala las ganas de romper y de provocar de los dos autores.

Por su parte, Santiago Oset habla primero de la editorial Tiempo de cerezas, muy pequeña, con sus problemas, pero que se pelea por sus autores, porque cree en lo que hace y en lo que publica. La virgen puta rompe los cánones de la editorial, pero en el fondo, cada uno de los libros que editan lo ha venido haciendo también, por esa sensación de que cada obra tiene algo de única y diferente. Recuerda como hace muchos años Juan y Patxi vinieron por separado a Madrid cargados de esperanzas, el uno con sus historias y el otro con sus carpetas llenas de dibujos.

Juan Kalvellido comenta que su amistad con Patxi viene de hace catorce años, cada uno con un libro bajo al brazo al que, al final, terminaron poniéndole otro título diferente al original. Han trabajado juntos a menudo, pero sólo se han visto en persona tres veces. Ahora sale este libro y Juan vislumbra dos caminos posibles, o convertirse en un bombazo o que les metan en la cárcel. Juan maneja el humor como una forma de distender, pero nunca deja la crítica directa, consciente siempre de su condición de clase obrera, sin perder de vista la revolución que vendrá y en la que cree. Nos pide un favor, que no compremos chupa-chups que han cerrado una fábrica. «Salud y ni un paso atrás».

Los libros se hacen para ser leídos, así que una re-edición es una nueva oportunidad para una novela. Patxi Irurzun habla de ésta y dice que la culpa la tienen los dibujos de Juan. Cuando se publicó en el 97 se le había quedado una espinita por lo del cambio de título de la que se desquitó al publicarla en internet con la ayuda de Kalvellido y con la selección de canciones que fue acompañando a cada capítulo (Barricada, La polla records…).

De la novela cuenta que quiso hacer una parodia de una novela negra, pero que ahora, al revisarla, la ha encontrado como un libro escrito con las que eran sus referencias juveniles. Una novela sin oras pretensiones. Como no quería escribir una historia con el típico detective, eligió a un punk que edita una fanzine, lo ambientó en una ciudad imaginaria Jamerdana y le puso a investigar los asesinatos de vagabundos que estaban ocurriendo. Y no cuenta más porque el resto se puede leer en el libro.

Luego, terminada la charla firman el libro. Juan se ha llevado los rotuladores y a cada uno le añade uno de sus dibujos.

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