A Pedro Juan le encantaría esta historia, completamente propia de la picaresca habanera. Venga, sí, que no te diste cuenta… jajaj. Me entra curiosidad por saber qué tienda era.., aunque yo apostaría una que está en una calle de nombre teatral y graciosín… jaja.
saluds
Je, je. A mí me pasó lo mismo hace no mucho en una gasolinera.
El ladrón de chicles me lo compré, leí las primeras páginas en la calle y lo devolví inmediatamente.
Saluti.
Juro que fue sin querer, ya me podía salir a mí de dentro.
Y sí, fue en esa librería, Naúgrafo, lo confieso, y si ellos leen esto que se acuerden de que una vez les hice una compra de 600 euros para la biblioteca de Falces.
Ay, qué lacha.
Una vez me ocurrió algo parecido. Estábamos en un Night-Club. Sin darme cuenta salí con una de las chicas enganchada a la pernera del pantalón y cuando llegué a casa mi mujer me echó una bronca de la hostia. Juré que no sabía cómo aquella ilustre señorita había llegado hasta mí.
Nunca lo entienden, Patxi.
Los descuidos, hay gente que nunca jamás los encajará.
Perra vida.
yo te creo
jajajajaja, joder patxi ten cuidado no sea que guardes dentro de ti a una wynona Ryder.
abrazos.
Yo preferiría que Winona me llevara a mi dentro