“LA RANCHERA FORMA YA
PARTE DE NUESTRA CULTURA E IMAGINARIO COLECTIVO”
Mikel Artuch (Los Tenampas)
Los
Tenampas a veces son dos y a veces una docena. A veces se suben al
escenario para acompañar a uno de los mariachis más importantes del
mundo, el mariachi Vargas, y otras amenizan, en una formato más
pequeño, una boda. Y a todo le dan la misma importancia y le ponen
el mismo entusiasmo. El pasado 22 de diciembre fue, de todos modos,
un día especial para ellos, pues celebraron su tercera velada
“AizkolMariatxiMex” en el Navarra Arena, una maratoniana jornada
en la que, además de interpretar en un concierto algunas de las
canciones de su repertorio, junto con otros clásicos rancheros como
“El rey” o “México lindo” (o la versión charra que hacen de
“Txoria txori”), ofrecieron a los amantes de la música mexicana
una comida de sidrería y un desafío de aizkolaris. Por si todo eso
fuera poco, esa misma mañana presentaron las conclusiones del
informe antropológico que, de la mano de Labrit Patrimonio, han
elaborado para encontrar respuestas a “El porqué de la querencia
por la ranchera en Vasconia” (ese es su título). De todo ello eso
hablamos con Mikel Artuch, quien junto con su hermano David y el aita
de ambos, Patxi, son los fundadores y la espina dorsal de este
mariachi pamplonés.
En el estudio antropológico que ustedes han impulsado se intenta explicar de dónde viene el gusto por la música mexicana entre nosotros, pero en su caso concreto, ¿cómo comienzan a cantar rancheras?
En nuestro caso nos viene de familia. Nuestro
padre, Patxi, siempre ha tenido ese gusto por la ranchera y la jota.
Desde pequeños nos llevaba en el coche escuchando este tipo de
música y poco a poco y sin obligación ninguna ha ido calando muy
dentro de nosotros.
¿Cómo fueron sus primeros pasos como mariachi?
Como Los Tenampas todo comenzó en el año 2009. Anteriormente teníamos otro tipo de grupo de «Napar Mex» y también hacíamos, mi hermano David y yo, de hombres orquesta, rondas coperas, tocando David su acordeón, etc.
Poco a poco ustedes se han convertido en un grupo dinámico, que lo mismo actúa en el Navarra Arena o acompaña en grandes escenarios a mariachis como el mariachi Vargas que toca en una boda. ¿Cómo combinan esas dos dimensiones, y qué les gusta (o disgusta) de cada una de ellas?
Creemos que es muy importante saber adaptarse a todo tipo de público y situación, ahí está la diferencia de un grupo. En nuestro caso estamos abiertos a toda persona que nos llame. Es verdad que cantar en escenarios grandes como esos que se nombran te da prestigio, o como le quieras llamar, y nos gusta mucho, pero también tocar en las fiestas patronales de un pueblo, ciudad o en las bodas. Son momentos diferentes pero que siempre te llenan de una manera u otra.
Se lanzan a organizar ese tipo de actos multitudinarios, como el del pasado día 22 en el Navarra Arena, con los que además de la música buscan en cierto modo personalizarlos, darles un extra que vaya más allá del concierto en sí, con la comida, la aizkora, etc. ¿Por qué, tiene que ver en cierto modo con mantener el espíritu del mariachi, ligado a la fiesta, los acontecimientos familiares, etc.?
Es una de las cosas claves que tiene este género musical y así lo hemos corroborado en el estudio que hemos hecho. La ranchera está ligada al alcohol, a la fiesta, al momento de compartir… y con todo ello hemos creado este evento «AizkolMariatxiMex». Engloba todo tipo de público y se festeja de principio a fin entre unos y otros. Queríamos crear algo diferente y poder combinar la comida tradicional popular de fiestas de un pueblo, con el deporte rural y la cultura. Tres cosas muy de nuestra tierra en un solo festival.
Por cierto, ¿cómo resultó todo en esa tercera velada “AizkolMariachiMex”?
Fue muy bien, estamos muy satisfechos con el resultado y ojalá podamos seguir mejorando y haciéndolo en años venideros. Puede que «AizkolMariatxiMex» haya venido para quedarse.
Ese mismo día presentaron el estudio antropológico que, de la mano de Labrit Patrimonio, han llevado a cabo. ¿Cuál es la conclusión principal respecto a esa querencia por la ranchera entre nosotros, de dónde dirían, en pocas palabras, que viene?
Podríamos decir que no hay una respuesta única. Hay varias conclusiones: el apego a la tierra y las raíces rurales, es decir, que existen referencias identificadoras comunes; la socialización y participación; el carácter festivo, unido siempre a la juerga, la parranda y el alcohol; el hecho de que el público es también protagonista, o sea, que hay una una conexión o prolongación entre la plaza y el escenario; asumir también esa cultura como propia, en nuestro caso con el tema del Napar Mex; e incluso algunas semejanzas musicales, como la jota o la trikitixa o el acordeón…En resumen, el carácter participativo de personas con fuertes raíces rurales en este rincón de Europa tiene un componentes de socialización festiva relacionado con la disposición a cantar y beber en grupo. La cuadrilla es público y protagonista de una música, la ranchera, sembrada en una tierra abonada por la jota, y en cierta medida forma ya parte de la cultura y el imaginario colectivo festivo de Vasconia en general y de Navarra en particular.
¿Qué tiene la música mexicana para encandilar a gente de otras latitudes, incluso sin vínculos culturales con México ( también hubo, por ejemplo, un boom en países como la antigua Yugoslavia en los años 60)?
Desconocemos es boom, pero no me extraña. La música mexicana tiene algo que cautiva, letras fáciles que hablan del pueblo, de sucesos que pasan a la gente en el día a día. Su música es en algunos casos fácil de tocar, un corrido o una ranchera, y, para terminar, es una música para compartir, en sobremesas y entre gente de todas las edades.
Una particularidad entre nosotros no es solo el gusto por la música mexicana, sino que a partir de ella surgen grupos propios e incluso algunos les aportan su propio estilo o características autóctonas, cantan en euskera…
Por supuesto, y tenemos como ejemplo el Napar Mex, cuyo fundador fue Marco Antonio Sanz de Acedo «Gavilán» con Kojón prieto y los Huajolotes. Fue un estilo de música que se ha quedado y «aficionó» y acercó a la ranchera a un público más joven y con ellos impulsó la querencia por la ranchera.
¿Cómo está actualmente, en ese sentido, la escena, estamos en un momento dorado, con gente como ustedes, Puro Relajo, Chuchín Ibañez, los Zopilotes…? ¿Y cómo es la relación entre todos?
La relación es sana. Cada uno tenemos nuestro público, hay pueblos y trabajo para todos. Considero que es una relación sana (o yo así lo noto, por lo menos) y que cada uno ya sabe dónde está y a dónde puede llegar.
¿Qué planes tienen Los Tenampas para el futuro? ¿Nos sorpenderán con algún nuevo espectáculo?
Seguir trabajando. Creemos que es una pieza fundamental el reinventarse. Estamos en una sociedad en la que queremos vivir todo muy rápido y experimentar siempre cosas nuevas. Seguiremos grabando temas nuevos, creando espectáculos que capten la atención del público y a la vez manteniendo esa esencia que caracteriza a Tenampas.
PERSONAL
Los Tenampas llevan a sus espaldas, desde que en 2009 les dio por montar un mariachi (como cantaba el inolvidable Gavilán de los Huajolotes) nueve discos y más de mil conciertos, algunos de ellos en templos de la música mexicana, como el teatro José Rolón de Ciudad Guzmán, pero también actuaciones en bodas u otros acontecimientos familiares. Los hermanos Artuch, Mikel y David, junto con su padre Patxi, que fue quien les metió en vena el gusto por la música mexicana, (los casetes de rancheras sonaban sin cesar durante los viajes en coche desde Iruña hasta el roncalés pueblo natal de Vidángoz), son inquietos por naturaleza y a lo largo de estos años han impulsado diferentes iniciativas, como las veladas mariachis, un espectáculo ecuestre o el estudio antropológico que presentaron recientemente y que investiga el porqué del gusto de las rancheras entre nosotros.
EL NAPAR-MEX
En toda comida o verbena de fiestas de pueblo navarro que se precie no puede faltar una ranchera con la que bailar agarrado o hinchar el pecho. Y canciones como “El rey” son ya himnos propios entonados en el frontón Labrit, la plaza de toros de Iruña o el Sadar. La música mexicana cuenta con un singular arraigo desde hace décadas en Navarra, como demuestra la existencia de mariachis como Los Tenampas, Puro Relajo o de artistas como el referencial Chuchín Ibañez (que tiene en verano sección propia dentro de la agenda cultural y festiva). Pero, además, en los años 90, de la mano de Kojón Prieto y los Huajolotes, con el añorado Marco Antonio Sanz de Acedo, “Gavilán” (y antes en el grupo punk Tijuana in blue “Eskroto”), se creó una manifestación autóctona de la música mexicana, el llamado Napar Mex, un estilo desefadado, gamberro y reivindicativo que mezclaba el mariachi con el punk, y que se ha mantenido muy vivo hasta nuestros días gracias a grupos como La Mala Pékora, Marianitoz Blai, Impekables, Mexikortxo o Los Zopilotes Txirriaos. Un fenómeno de “apropiación cultural” que, de todos modos, no es único, pues en los años 60 en la antigua Yugoslavia surgió el llamado Yu-Mex, un boom de grupos de música ranchera cantada en serbocroata.
“Este es el primer disco
en el que no hablamos de drogas”
Aitor Ibarretxe, cantante de
Lendakaris Muertos
Lendakaris Muertos están de vuelta con una nueva colección de canciones-colleja, entre ellas una que cuenta con un récord mundial, la canción más corta de la historia, y con el regreso de uno de los fundadores de la banda, Asier “Aguirre”. Cumplen veinte años de carrera y lo celebrarán en 2024 con una gira en la que lo darán (casi) todo
Patxi Irurzun / Iruñea . Gara/Naiz 19/01/23
Los Lendakaris Mueros siguen muy vivos, después de veinte años
gobernando sin oposición en el terreno del punk más gamberro. Este
viernes 19 de enero publican su nuevo trabajo, una galleta (un
galletazo, tratándose de ellos) que a partir de hoy se despacha en
formato CD y en vinilo, además de estar disponible en plataformas
digitales, y que muestra de manera clara sus intenciones ya desde el
título: Mucho asco (casi) todo. “Y lo de “casi” no sé
muy bien en realidad por qué lo hemos puesto”, nos dice su
frontman, Aitor “Ibarretxe”, quien firma nueve de los
trece trallazos que componen el disco. Las otras cuatro son obra de
su hermano gemelo Asier “Agirre”, que vuelve a la banda después
de una ausencia de diez años.
La reincorporación del guitarrista es una de las dos grandes
novedades destacadas de esta nueva entrega lendakariana. La otra es
la inclusión en la misma de una canción, la que da título al
disco, de récord, pues es ya la canción más corta de la historia,
con una duración de apenas un segundo. “Hasta ahora era una de
Napalm Death, You suffer, que duraba 1,3 segundos”, explica
Aitor. “La nuestra tiene su letra, su instrumentación…”.
Y lo cierto es que, aunque parezca mentira, en ese minuto escaso tiene cabida incluso el paréntesis que aparece en el título del tema en cuestión, Mucho (asco) casi todo, lo cual le da un plus sobre el tema de Napalm Death que en realidad es poco más que un aullido. Habrá, no obstante, quien diga que Mucho asco (casi) todo se le hace larga, una broma recurrente entre los seguidores del grupo iruindarra, acostumbrados a sus canciones veloces y contundentes. “En este disco he intentado que las canciones sean incluso más cortas que otras veces”, nos cuenta Aitor, quien también añade que, no obstante, será cosa de la edad, pero cada vez le cuesta más sintetizar las letras.
La composición y grabación del disco ha sido también acelerada. En
un mes, a canción por ensayo, se ha facturado y ha sido producido a
kilómetro cero, en Iruña, en Estudio K de la mano de Alberto
Porres, durante una grabación realizada, tal y como se recoge en los
créditos, sin recurrir a las drogas. “Me he dado cuenta además de
que es el primer disco en el que no hablamos de eso, de drogas”,
señala Aitor.
No hay drogas pero en el nuevo disco está presente todo el
imaginario del grupo. En sus canciones caen collejas para todo el
mundo: cayetanos, cayetanas, futboleros, pelotas de oficina… Y
tampoco faltan los habituales guiños, homenajes o fusilamientos. Por
las vitriólicas letras y afilados acordes de Mucho asco (casi)
todo desfilan, entre otros,José
Luis López Vázquez, Anasagasti, Yosi de
Los Suaves, los Exploited, Sanchís y Jocano, Leonardo di Caprio y
el Titanic (se dice taitanic),
Pablo Echenique – “Pablo
Echenaik maltrata a su caniche, maltrata a su
yorkshire”, cantan en un inspirado estribillo− o un punki
viejo y alopécico que decide ponerse cresta en Turquía… Y
además un himno antifutbolero para hacer amigos en Graderío Sur,
Fuck Osasuna;
o un recado a otro lendakari
(Perro Sanxe), al que parece que las hordas fascistas han convertido
en Che Guevara (la imagen del presidente español es además la de
la inquietante portada del disco, obra del dibujante madrileño Mario
Rivière).
Una docena, en definitiva, de bofetadas sonoras sacudidas con el habitual sarcasmo y la contundencia y rapidez propias del grupo y que presentarán en una gira infinita (pues, como reconoce Aitor, a los Lendakaris, a lo largo de estos veinte años de recorrido afortunadamente nunca les han faltado bolos) y en la que, avanza, habrá sorpresas y nueva escenografía (no faltará en la misma, por supuesto, Edu, el oso panda), todo ello para celebrar estas dos décadas prodigiosas de legislatura lendakariana.
Publicado en Rubio de bote, colaboración quincenal para magazine On (diaarios Grupo Noticias) 06/01/24
Hace
unas semanas murió Gainsbourg, nuestro conejo enano bélier.
Algunos de ustedes se acordarán de él, porque lo he convertido en
protagonista de esta página en más de una ocasión.
Me
lo encontré una mañana tumbado en una esquina de la jaula, inmóvil,
con los ojos detenidos, mirando hacia la luz de la ventana, la boca
abierta y sus dientecillos asomando a través de ella. Cuando lo cogí
para ver si todavía le latía el corazón, estaba frío. Me pareció,
además, que apenas pesaba, como si estuviera vacío por dentro, como
si en realidad fuera una copia en 3D de sí mismo. Alrededor de su
cuerpo sin vida revoloteaba un moscardón gordo y zumbón.
Los
moscardones son los cuervos de las mascotas domésticas.
Recuerdo
que, al principio, no sentí pena, sino una especie de alivio, más
por mí mismo que por el propio conejo. Pensé que ya no tendría que
limpiarle más el cagadero. Y puede incluso que consiguiera vender la
jaula en eBay. Tal vez fuera porque llevaba ya un tiempo esperando
este momento. Hacía meses que Gainsbourg estaba sordociego. Y en las
últimas semanas le había salido una especie de tumor en el culo,
tenía incontinencia, se meaba en aspersión por toda la jaula y
fuera de ella… Pero después me invadió un sentimiento de congoja
y de culpa que todavía hoy, cuando cada mañana encuentro un hueco
en el lugar el que estaba su jaula, perdura y me roe el corazón como
si este fuera una zanahoria.
No puedo parar de
preguntarme, desde aquel día de su muerte, si cuando compré a
Gainsbourg, siendo solo un gazapo, lo salvé, le ofrecí una vida
cómoda y sin sobresaltos, o por el contrario lo condené a una
reclusión y un celibato perpetuos; si acaso lo privé de su
“conejidad” y lo convertí en un animal triste y sin otras
expectativas que salir unos minutos cada día de la jaula, arañarme
las pantorrillas mientras cocinaba, roer el cable del ordenador
−acaso
para que no escribiera más columnas sobre él−,
darle de vez en cuando un revolcón a Bardot, el mono de peluche que
le compramos para que se desfogara…
¿Cómo habría sido
Gainsbourg en otro ambiente? ¿Determina el medio, las condiciones
de vida, nuestra personalidad? Tal vez, no sé, Gainsbourg era un
conejo aventurero y follador y yo le había cortado las alas, lo
había hecho infeliz.
En fin, ya da lo mismo, ya es tarde
para lamentarse y para cambiar nada. Puede que ahora Gainsbourg, en
el cielo de los conejos, si lo hay, sea un conejito libre y alegre o
tenga siempre alguien que le compre zanahorias frescas y le corte las
uñas antes de que parezcan garfios.
Espero que sí.
Descansa en paz, Gainsbourg, amigo, fuiste un buen
conejo.
Hace unos días, a la misma hora que en Pamplona el badajo de una de las campanas de la Iglesia de San Nicolás caía sobre las terrazas de la plazuela, yo estaba leyendo un poema de Sharon Olds que se titula El pene del papa. El poema, recogido en la antología Óvulos en la mano, casualmente dice lo siguiente: “Cuelga bajo la sotana un badajo / delicado en el centro de una campana. / Se mueve cuando él se mueve, un pez fantasmagórico / en un halo de algas plateadas, el vello / balanceándose en la oscuridad y el calor, y por la noche / mientras sus ojos duermen, se levanta / en alabanza a Dios”.
Los poemas de Sharon Olds golpean de esa manera, con una contundencia que te dejaría fuera de combate si no fuera porque siempre hay en ellos también algo que te salva por la campana, una imagen brillante − un pez fantasmagórico− o un destello de delicadeza.
En otro de los poemas, Solsticio de verano, ciudad de Nueva York, un suicida depone su actitud gracias a las palabras de un policía. Tras bajar de la azotea juntos, el policía ofrece al suicida un cigarrillo, que este prende a la vez que los curiosos que esperaban ver el dramático desenlace. “Luego todos encendieron cigarrillos, y el / rojo refulgente de los extremos ardía como / las hogueras pequeñas que encendimos en la noche, / al principio, en el origen del mundo”, escribe Sharon Olds.
Casualmente también, ese mismo día yo había leído un cuento del polaco Slawomir Mrozek en el cual el bombero que hace desistir a otro suicida llega a la conclusión de que este podría en realidad haberse arrojado al vacío mucho antes de que él apareciera o de que bajo los pies de ambos se congregara un enjambre de espectadores que, en el fondo, anhelan morbosamente el salto fatal. En ambos textos hay un tránsito redentor de lo individual a lo colectivo: los suicidas salen de las burbujas asfixiantes de su existencia para arrimarse al calor común de la hoguera y ser aceptados en el grupo que, alrededor del fuego, se reúne, fuma, conversa o incluso comparte sus deseos más insanos.
A propósito de la muerte, y regresando a la plazuela de San Nicolás, fue realmente un milagro que aquel badajo suicida y volador no se llevara consigo a nadie por delante, pues cayó sobre las habitualmente concurridas terrazas durante el mediodía de un domingo de Navidad en el que, por fortuna, llovía a mares. Habría sido, desde luego, una muerte absurda, aunque ¿cuál no lo es, cuál no es una estafa y a la vez la única certeza?
También sobre la muerte reflexiona a menudo Sharon Olds en sus poemas. Como cuando en Fotografía de la niña su mirada se fija en una muchacha en el umbral de la pubertad que, durante una hambruna en Rusia a principios del siglo XX −escribe Olds− “va a morir de hambre ese invierno/junto a otros millones de personas. En la profundidad de su cuerpo/los ovarios dejan salir los primeros óvulos/dorados como gotas de grano”.
“Este es un disco sin prejuicios y abierto a la exploración”
Bleak Portrait es el primer trabajo en solitario de Fer García, músico de largo recorrido que ha acompañado y colaborado con músicos como Diego Vasallo. Un trabajo libre de prejuicios que ha gestado de principio a fin en su propio estudio de grabación, Green Farm Recordings
La
trayectoria musical de Fer García arranca a mediados de los 90 y ha
dejado su huella en numerosos proyectos como The Byrons, The Young
Wait o Diego Vasallo, a quien acompaña como guitarrista
habitualmente. En 2021 Fer dio un paso adelante abriendo en
Bidania-Goiatz (Gipuzkoa) su estudio de grabación, Green Farm
Recordings, en el que ha visto la luz Bleak
Portrait,
su primer trabajo como solista,en todos los sentidos: él mismo ha
compuesto letra y música de las canciones, ha grabado todos los
instrumentos (contando con la colaboración de
Jesús Aramberri en el piano y órgano en algunos de los temas), ha
producido, mezclado, masterizado y editado con su sello el disco…
Un trabajo personal, que es una combinación de sensaciones sonoras,
armonías y texturas, con un enfoque experimental y desprejuiciado,
gracias al cual crea atmósferas envolventes que provocan en el
oyente una experiencia altamente emotiva.
En el bandcampdel disco leemos que es un trabajo difícil de explicar con palabras, pero ¿se atrevería a definir Bleak Portrait de alguna manera?
Bueno, creo que el disco lo podría definir de muchas maneras y extenderme sobre todos matices que contiene, pero para ser breve, yo lo llamaría ¨experimental y libre de barreras¨ dado que es la primera vez que toco diferentes elementos y sonidos que no me los había planteado con anterioridad. Es un disco sin prejuicios y abierto a la exploración.
Se ha ocupado
prácticamente de todo el proceso del disco, creación, producción,
edición…
Disponía
de tiempo y muchas granas de hacer algo nuevo después de mi etapa en
The Young Wait, no quería repetir ningún orden ni proceso por el
que ya había pasado antes, también estaba en ¨modo exploración¨
por lo que no tenía nada fijado y me dejé llevar y ver que iba
sucediendo, cómo iba sonando casi de manera improvisada. En este
proceso me he sentido muy cómodo, libre y muy satisfecho ya que he
dado con la tecla de mi propio sonido, que obviamente evolucionará
en las próximas obras.
Es un músico de
largo recorrido, acompañando como guitarrista a otros artistas, como
Diego Vasallo, ¿qué diferencias encuentra entre estar en una
segunda fila y ponerse al frente del proyecto?
Bueno, lo de estar en segunda fila depende más del proyecto y su concepto en sí mismo que del propio nombre del artista. Yo siempre veo y pienso en música y qué puedo aportar o contribuir en la canción de manera beneficiosa, tanto en directo como en estudio, por eso pienso más en integridad que en primeras, segundas filas. Hacer funcionar y expresar la canción es lo que me hace sentir el lugar en el que me encuentro.
Bleak Portrait
es un disco de canciones que podríamos llamar
atmosféricas o ambientales, que crean un clima, y que se alejan de
estereotipos más comerciales, o de música más convencional…
¿Cómo, en qué momento o condiciones nos recomienda escucharlo?
Yo
creo que este disco elige por ti el momento y la forma de escucharlo,
pero creo que lo escucharía cuando uno necesita un ambiente de calma
y de querer soñar despierto, para que la música te acompañe y te
haga abrir más la imaginación. Yo lo suelo hacer a veces con otros
discos que proyectan este tipo de espacio, ya que define que lo que
estés haciendo en ese momento sea único. Por ejemplo, cuando cojo
un libro, elijo un disco que de cierto ambiente para esa lectura.
¿Qué planes
tiene para el futuro, habrá más discos personales, acompañará a
otros artistas, grabará o producirá a otros en su estudio?
Lo de planificar el futuro no es que se me dé bien o, es más, no lo pienso demasiado. Pongo ciertas ideas y propuestas encima de la mesa e intento ordenarlas de alguna manera. Lo que si intentaré es seguir y evolucionar a partir de lo que estoy haciendo ahora mismo, tanto a nivel personal como en colectivo. Mi idea es grabar más discos como Fer García, colaborar o participar en proyectos interesantes, así como ofrecer mi ayuda o contribución con a aquellos artistas que la demanden. Tanto mi obra como mi estudió Green Farm Recordings nos estamos, poco a poco, dando a conocer, por lo que con este trabajo espero que pronto lleguemos a más gente.