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X (Un poco de terrorismo cultural)

Mar 7, 2011   //   by admin   //   Blog  //  No Comments

Otro de mis viejas colaboraciones periodísticas rescatadas e ilustradas por Exprai, que quizás de una idea a alguien:

X

La semana pasada reproducíamos fragmentos de un panfleto que nos remitía un tal X, autodenominado “terrorista cultural”, al tiempo que nos citaba, para llevar a cabo esta entrevista, a un lugar secreto al cual debimos acceder siguiendo las rocambolescas indicaciones “psicogeográficas”, que él nos iba dando a través de un móvil, siendo la última de ellas la destrucción de este último ante una oficina de Movistar. Las hipótesis que, de camino, este redactor iba desarrollando acerca de la identidad de este extraño X apuntaban hacia Luther Blisset, nombre colectivo creado por jóvenes contestarios italianos, adoptando el real del peor futbolista jamás pasado por las filas del Milán, quienes sembraron el pánico informativo en la prensa europea bombardeándola con noticias falsas, siendo la más espectacular de todas ellas la burla a un programa tipo “¿Quién sabe donde?”, al que se mantuvo en vilo siguiendo la pista falsa de un inexistente artista inglés que se habría perdido al realizar una perfomance, consistente en trazar con un recorrido en bicicleta la palabra ART sobre Europa. Luther Blisset pretende atacar conceptos artísticos a su juicio reaccionarios como el de “individuo”, asociado a la idea de originalidad y los derechos de autor, y sustituirlo por el uso de nombre múltiples, que además no facilitan las cosas precisamente a jueces y policía. Sin embargo, por ello, poco después de que la novela “Q”, firmada por Luther Blisset, se convirtiera en un éxito de ventas y fueron revelados los nombres de sus cuatro autores, Luther Blisset anunciaba su suicidio a través de internet.
—X, por tanto, no podía ser Luther –se decía a sí mismo este redactor, para a continuación autorreplicarse:

—O tal vez sí , porque ¿cómo se suicida una identidad múltiple?

La, aunque nada original primera pregunta, que se realizó pues a X, una vez que éste, paradójicamente, se identificó, fue quién era y si tenía algo que ver con Luther Blisset.

—X puede ser Luther Blisset, o tal vez un falso Luther Blisset. Del mismo modo que cualquiera podía ser Luther Blisset, adoptar su nombre, cualquiera puede ser X. X puede ser Z en Vitoria-Gasteiz, publicando un panfleto animando a “desPPpizar” la ciudad. X pudiera ser (esto es una indicación psicogeográfica) cualquiera que secuestrara a Sanfermín en Iruña. X es en definitiva un terrorista cultural. Rechaza el coche-bomba, por ineficaz, carente de imaginación y por motivaciones éticas, pero por estéticas considera ejemplares a las Giraldillas o los falsos Pantanis del Tour de Francia. X considera a la izquierda revolucionaria anquilosada, despojada de autocrítica, y sentido del humor.

—¿Y qué propone a cambio? ¿Que es la Psicogeografía?

—Contestando con un ejemplo práctico X propone una interacción de otros X, por ejemplo –volviendo a SanFermín– un recorrido nocturno urbano que incluyera el secuestro de la figura recientemente colocada en la hornacina de la calle de Santo Domingo de Iruña. El rescate podría ser una rectificación del régimen Tali-Sanz en su política de genocidio cultural (euskera, conservatorio, escuela de teatro –podría obligárseles, por ejemplo, a entregar como rescate la frase “En los próximos sanfermines no contrataremos otra vez a Pedro Osinaga”), copiada mil veces. El impacto mediático sería sorprendente, circunstancia a la que los secuestradores deberían extraer el máximo rendimiento, por ejemplo con falsas liberaciones (colocando de nuevo en la hornacina, en lugar de al santo, un muñeco que se pareciera al Presidente y al que previamente se le habría practicado vudú). La comicidad de las acciones es imprescindible para sustituir rancios mitos por el de, cual moderno y urbano Robin Hood, X, que por supuesto a su vez sería desmitificado toda vez que cualquier “individuo”, entendiendo por tal también asociaciones, partidos políticos, tratara de usurpar su identidad múltiple y anónima. Es solo una propuesta– expone X, dando por concluida la entrevista.

Antes de desaparecer, sin embargo, este redactor logró preguntarle si volveríamos a tener noticias de él, a lo cual X respondió:

—Eso ya no depende de mí.

Patxi Irurzun
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