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En el blog de «El naúGrafo digital» de Eduardo Laporte

Mar 23, 2010   //   by admin   //   Blog  //  No Comments


Esto escribe Eduardo Laporte (quien anda rematando un libro sobre Cuba que nos tiene caninos), sobre un sarao que montó el Gobierno de Navarra en Madrid y al que acudió gente, digamos, variopinta. Leyendo la nómina de autores me doy cuenta de que los escritores navarros que conozco y con los que soy más afín o mantengo relación, son «exiliados», de un modo u otro: Eduardo Laporte, Hasier Larretxea, Iñaki Echarte, Francisco Javier Irazoki, Miguel Sánchez-Ostiz… Qué cosas
.

Acudí al Museo de la Ciudad, metro Cruz del Rayo, Madrid, a la primera edición de ‘Navarra, muestra de literatura 2010’, que se celebra también este martes. Llegué tarde, y ya había empezado la charla de Tomás Yerro, que a mí me parece un Andrés Trapiello foral, al menos desde lejos, porque hay gente a la que sólo vemos de lejos (y oímos de cerca, con esa voz calmada y aterciopelada [suena a tópico pero es que en este caso es así]).

Sacó a relucir Yerro una nómina de autores navarros, en su mayoría poetas, que haría pensar en una tierra elegida por el Parnaso para sembrar el arte escrita. Apunté al vuelo algunos nombres: Ángel María Pascual, Eladio Esparza, Arturo Campión, José María Iribarren, Carmela Saint Martin, María Luisa Elío, Rafael Uríbarri, Patxi Larrainzar, Rafael García Serrano, Pablo Antoñana, Germán Sánchez Espeso, Pedro Lozano Bartolozzi, Miguel Sánchez-Ostiz, Manuel Hidalgo, entre otros. Luego citaría a Ángel Urrutia, Juan Ramón Corpas, Fernando Luis Chivite, Alfonso Pascal, Javier Asiáin y Daniel Aldaya. Ah, y Ramón Irigoyen, presente en la sala y siempre cumplidor con estos actos forales.

Nos hicimos una foto varios de los allí reunidos, entre los que reconocí y saludé, y van más nombres, a Margarita Leoz, que vino desde Pamplona para la ocasión; me presenté a Javier Asiáin, con el que sólo había contacto virtual; vi Germán Sánchez Espeso, con su look años Chicago años treinta; a Jesús Mauleón (que tuvo ponencia y recitó poemas de su La luna del emigrante), y al gran Hervé Alústiza, que me alegró saber que vivía en Madrid y al que le di un abrazo bien a gusto. Hasier Larretxea se perdió esa foto «para la historia», en palabras del delegado Salvador Estébanez, por atender una llamada de cumpleaños, y luego recitó poemas en euskera, con lo de Luces y sombras, tramo final del acto al que no asistí por excusas varias.

También vi por ahí a los almerienses Aureliano Cañadas y su hermano Luis, que mantienen un curioso vínculo con Navarra y su poesía, impropio en estos tiempos de comunidades autónomas tendentes a las fronteras invisibles.

Presente en cierto modo, a través de su libro que es una manera que estar más que honrosa, estuvo Patxi Irurzun, en el stand de libros expuestos, con su adictivo Atrapados en el paraíso, recién traducido al francés por cierto y a la busca de editorial gala.

Podría hablar ahora de las sensatas ideas que expuso Tomás Yerro, del cruce entre religioso y poético de los versos de Jesús Mauleón, de la pátina religiosa que puebla mucha de la poesía navarra, por ser muchos de esos rapsodas de origen clerical, como el propio Mauleón o Victor Manuel Arbeloa, o incluso el ágrafo Gabriel Urralburu, que acudió al acto y que nada más verlo me produjo automáticamente la siguiente etiqueta, demacrado social, y que daba un poco de penilla, el hombre, discreto, azorado, con cara de culpa sempiterna. Podría hablar algo de todo eso, pero quizá sea lo de menos, y lo de más sea dar una rápida notificación de las personas que integramos, más activa o más pasivamente, esa muestra.
Digno de celebración todo. No tanto la media de edad, más propia de un congreso sobre el colesterol que de una reunión sobre literatura y poesía locales. No me convenció tampoco el cátering, con unos bocaticas entre parroquiales y rústicos que me recordaron a esa fiesta tan poco evocada en mi memoria, por inubicable, de la primera confesión, que en los bajos de la iglesia de San Nicolás concursó con caramelillos y fantas después de haber soltado nuestros infantiles pecados, como comenté con Andrea Anaut.

Mañana, hoy, ayer, más.

www.elnaugrafodigital.com

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