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AIRE NUESTRO

Feb 11, 2010   //   by admin   //   Blog  //  3 Comments

Hace unos días leí Aire nuestro, de Manuel Vilas y me lo pasé teta. Fue como una de esas noches que sales de bares sin mucho entusiasmo, unas cañas y a casa, y acaban convirtiéndose en farras memorables. Me echaba para atrás un poco leer la novela –si es que es una novela- porque por todos los lados decían que había que leerla –suplementos culturales, blogs, televisiones- y también –o precisamente por eso- por celos, porque he sido vecino de papel de Vilas en algunas ocasiones –Hank over, Golpes…- y eso de que de repente uno “como tú”, al que conoces, tenga éxito, no está bien, uno no puede alegrarse por él, sino entristecerse por sí mismo, por no ser él, vaya trabalenguas, bueno, todos –al menos todos los que escribís- sabéis de qué hablo, para escribir tienes que ser un cabronazo, ególatra, rencoroso, envidioso –también puedes envolver todo eso en una falsa humildad, pero no cuela, si no eres un cabronazo no progresas, las bellas personas, digo yo, no necesitan escribir, ya están en paz consigo mismas-.

Bien, no nos desviemos, el caso es que de todos modos me apetecía, en el fondo, leer Aire Nuestro, porque ya conocía el percal, había leído otras obras de Vilas y me habían gustado, así que ahora era como ir a tomarse una de esas cañas en un bar de confianza, con música de Johnny Cash (si escribes algo sobre Aire Nuestro tienes que colar a Jhonny Cash en alguna parte, aunque en mi bar en realidad se oye a Eskorbuto, y también hay una buena calefacción porque ahora está nevando ahí fuera y hay, en mi bar, una chica morena con pantalones de tela escocesa haciéndose una coleta al final de la barra, y al levantar los brazos se le dibujan unos pechos redondos y transparentes y dentro de ellos se ve a varios hombrecitos bebiendo cerveza sin entusiasmo que no saben que acabarán siendo engullidos esa noche por una vagina carnívora que devora lectores de Manuel Vilas).

Has dicho que no te ibas a desviar, Patxi. Ah, vale, pues lo que quería decir era que mí lo que me ha gustado de estos relatos –si es que es un libro de relatos- es, sobre todo, la actitud. A ver, Manolo, qué escribo, me imagino al autor antes de ponerse manos a la obra. ¿Una sobre la guerra civil, que igual me la reseñan en Babelia?¿Una sobre la ETA o sobre la familia real, que seguro que meto mucho ruido mediático -y pocas nueces- para que se pongan picudos en El Cultural o el ABCD?… No, qué va, voy a divertirme, dice Manuel Vilas, y ahí tenemos a un autor totalmente despendolado, entusiasmado, metiendo en la coctelera todas sus obsesiones, sus ídolos… Agitando y removiendo… Pasándoselo teta.

La actitud.

Luego está todo lo demás, lo que han escrito por ahí, en suplementos culturales, blogs, etc. que es como si necesitaran adornar ese cóctel con sombrillitas de papel, bengalas… ¿La novela del siglo XXI? No sé, a mí me ha recordado más a Wenceslao Fernández Florez o a Rafael Azcona o a Mortadelo y Filemón. Y las fotos que acompañan a los textos a los fanzines fotocopiados de los ochenta. ¿Qué hay de nuevo en un pie de página? En el fondo me parece un poco triste que a una novela o libro de relatos o lo que sea Aire Nuestro (no sé, quizás sea una de las pocas pegas que le veo, o yo me he perdido algo, pero lo del canal de televisión, me parece un recurso estructural algo forzado para que fuera algo que no necesita ser) me parece algo triste, decía, que haya que envolverlo con todo eso para vender el libro, o para venderlo más –o menos, yo estuve a punto de no leerla porque todos me decían que la leyera-. Y creo que no le hace ninguna falta porque es un gran libro. Pero bueno, no me hagáis caso, no me hagas caso, Manolo, seguramente lo que pasa es que tengo resaca. Y que soy un envidioso, un ególatra, un destalentado … Un cabronazo*.

*Qué mas quisieras, dice la chica de la coleta y los pantalones escoceses, que ahora me doy cuenta, es Manuela Vilas, tú lo que eres es un escritor costumbrista, añade y sale del bar con sus pechos transparentes bamboleándose y desnucando con su vaivén a los hombrecillos insignificantes y yo soy uno de ellos

YA NO ODIO A FÉLIX ROMEO

Feb 11, 2010   //   by admin   //   Blog  //  2 Comments

En realidad, ya lo dije –o eso quise decir- en el otro post referido a él, nunca lo he hecho, nunca lo he odiado, solo le tengo mucha envidia. Y sobre todo, ha sido en más de una ocasión un magnífico camello, un dealer cultural que me ha suministrado con sus recomendaciones, sus listas, sus reseñas y artículos, algunos momentos de placer intenso.

Hace poco, junto con mi hijo Hugo hice un descubrimiento. En la biblioteca elegimos juntos un comic titulado “Vampir va a al colegio”, de Joann Sfar, prolífico autor francés a quien yo desconocía. El libro, que cuenta la historia de un pequeño vampiro que quiere ir al cole, enfrentándose por ello a su familia (su padre es el holandés errante, vive con varios monstruos, un perro rojo volador que se llama Fantomate…), resultó ser una joya. Hugo, que no sabe leer, se lo aprendió de memoria después de que su madre y yo se lo leyéramos al acostarlo dos o tres días. Pasaba las hojas y repetía párrafos enteros, se reía… Fue tal el éxito que unos días después tuve que recorrerme las diferentes bibliotecas en los que había desperdigados otros títulos de Vampir, como Vampir y la sociedad protectora de perros. Por desgracia creo que algunos de ellos, como Sopa de caca, que vaticino que podría ser el favorito de mi hijo, no están traducidos al español (quizás podamos comprarlo un día en una escapada a Bayona o San Juan de Luz). Y ya de paso, yo mismo me llevé otros títulos menos infantiles de Sfar, como Cazador-recolector.

El caso es que pleno subidón, esa euforia que a veces provoca descubrir carne literaria fresca, un autor desconocido, con el que conectas, leí un artículo de Felix Romeo en el que hablaba de Gainsbourg: vie heroique, película francesa dirigida por… ¡Joann Sfar! Vaya, este hombre es un genio. Y entré en la web del film, y allá había un trailer que tiene muy buena pinta (la peli es un biopic del cantante francés Serge Gainsbourg, el autor de Je t,aime… moi non plus, aquella canción en la que se oía de fondo un orgasmo femenino –no sabemos si real o fingido).

Tampoco sé si esa peli la estrenarán por aquí, espero que sí, porque parece muy interesante, como la propia –hasta ahora desconocida para mí, que soy un melón- peripecia vital de Gainsbourg, quien por cierto se parece un poco a Alfonso Ussía y ambos a Vampir solo que Gainsbourg es mucho más guapo, por dentro y por fuera, es un feo-guapo francés de esos, como Belmondo, capaz de encandilar a las mujeres más hermosas (el orgasmo femenino de Je t,aime lo grabó originalmente Brigitte Bardott, toma ya, aunque la versión definitiva fue la de Jane Birkin, que fue pareja de Gainsbourg).

El caso es que –me estoy desviando- quería dejar aquí un par de enlaces, uno a la web de Joann Sfar, y otro a la de la película de Gainsbourg. Y por supuesto dar las gracias a Felix Romeo. Espero la siguiente dosis.

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