• Subcribe to Our RSS Feed
Tagged with "la polla Archivos - Página 3 de 4 - Patxi Irurzun"

EL SEÑOR CONDUCTOR TIENE SÍFILIS

Ene 31, 2010   //   by admin   //   Blog  //  5 Comments

En la Revista Groenlandia de Córdoba publican dos de mis cuentos, aquí os dejo con uno de ellos, que aparece en la recopilación «La polla más grande del mundo» (Baile del Sol):

EL SEÑOR CONDUCTOR TIENE SÍFILIS. Patxi Irurzun

Querido diario: esta mañana no me he hecho pis en la cama. ¡Por fin! Para mi que ha sido porque hoy en vez de las clases, con el padre Demetrio preguntándome raíces cuadradas y diciendo «pero que burro es usted, Goñi», nos hemos ido de excursión, al monte, a ver como se hace el queso, que resulta que no lo fabrican en el polígono donde trabaja papá, en el que yo pensaba que se hacía todo, las cajas de leche, los coches, las pistolas, los juguetes, que va, el queso este lo fabrica una señora que tiene una casita con muchas ovejas que huelen mal en mitad del monte, y todos íbamos muy contentos para allá, cantándole cosas al señor conductor, cada vez que cogía una curva y parecía que el autobús se iba a caer por uno de esos barrancos tan altos y tan verdes y tan mojados, así hasta que Olleta, uno que es repetidor y siempre anda con revistas guarras con las páginas con pegotones, y diciendo palabras raras y sucias, como potorro o lefa, ha empezado «el señor conductor tiene síiiifilis, tiene síiiifilis» y entonces el padre Demetrio se ha levantado y le ha pegado una torta, y todos nos hemos callado, y a mi me han dado ganas de mearme otra vez.
Menos mal que pronto hemos llegado a lo del queso. Lo primero que hemos visto han sido las ovejas, que no son como en los dibujos esos de Heidi, que va, estas tenían el pelo muy sucio y, algunas, el culo lleno de sangre, la señora ha dicho que porque estaban recién paridas, y que eso que les colgaba se llamaba placenta, una cosa como una culebra, que daba un poco de asco, además allá dentro apestaba, no era como en la tele donde las ovejitas siempre son como de algodón y nunca se hacen pis.
Después la señora nos ha llevado a otro cuarto a explicarnos como se hacía el queso, había un montón de tubos y de pozales y también allá olía fatal, como cuando papá se quita las zapatillas en el cuarto de estar, igual por eso la señora ha dicho que el queso es una cosa viva, que va cambiando, creciendo, y que antes de ser redondo y duro era como un grumo, y antes más sólo la leche que daban las ovejas. «¿Y a las ovejas les gusta que les toques las tetas?» le ha preguntado entonces Olleta a la señora, pero esta no ha podido contestarle, porque el Padre Demetrio le ha dado otra bofetada, y además justo en ese momento ha venido la hija de la señora ha decir que había una oveja pariendo y que si queríamos verlo.
Todos hemos salido corriendo y allá estaba una oveja muy grande con la cabeza de otra chiquitica asomándole por el culo y gritando, para mi que se estaba ahogando, o que no quería salir, igual porque tenía miedo de que alguien le preguntara las raíces cuadradas, el caso es que al final la señora ha ido y ha metido todo el brazo dentro de la tripa de la oveja grande y ha estirado y la oveja pequeña ha caído al suelo, con la placenta esa como un abrigo, y la mamá ha empezado a chupárselo, y entonces el corderito se ha puesto enseguida de pie, y ha empezado a dar vueltas por ahí, y la madre se ha quedado tan pichi, y no se, entonces yo he pensado que todo eso de la vida, lo de nacer, y crecer y tener hijos y morirse tampoco parecía para tanto, y que no teníamos porque darle tantas vueltas a algunas cosas que sólo son tonterías, y que yo ya nunca más me haría pis en la cama por ellas.
«Podíamos llamarle Demetrio», ha dicho después la señora señalando al corderito, y a mi no me ha parecido mala idea, sobre todo por esas puntitas que les asomaban en la cabeza a algunos corderitos, como los cuernecitos de un demonio, pero entonces Olleta se ha puesto a silbar, y a abuchear, y entonces el Padre Demetrio ha ido y le ha metido la tercera torta, no se muy bien por qué, pues a él tampoco le ha parecido bien su nombre para el corderito. «Muchas gracias, pero mejor llámele Escolapio», le ha dicho a la señora, y también la ha dado las gracias por enseñarnos todo, y nos hemos metido en el autobús, y por el camino el padre Demetrio se ha quedado dormido, y Olleta ha empezado otra vez «el señor conductor tiene síiiifilis, tiene síiiifilis», y todos nos hemos reído, hasta el conductor, y así hasta que hemos llegado a casa, y aquí estoy, querido diario, contándotelo todo, antes de meterme en la cama a contar ovejitas con el pelo sucio y el culo chorreando sangre que me hagan olvidarme de que mañana otra vez tocarán raíces cuadradas y el padre Demetrio me dirá «pero que burro es usted, señor Goñi», porque ya no me importa, y mañana no mojaré las sábanas, no señor.

QUERIDA FIFÍ

Dic 29, 2009   //   by admin   //   Blog  //  1 Comment

Hoy he subido a Hank over, el blog que edito junto con Vicente Muñoz y Jose Ángel Barrueco, un cuento de mi libro de poético título La polla más grande del mundo y otros 69 cuentos, titulado Querida Fifí. Es curioso, pero me da palo subir cosas propias a ese blog (a pesar de ser uno de los administradores). Así que como para encima añadir algún comentario o explicación… Para la egoteca ya tengo este otro blog, así que allá va esta nota sobre Querida Fifí: «El cuento se me ocurrió viendo este anuncio de Playstation. No podía dejar de mirar a esa extraña criatura, me enamoré de ella, y le escribí una carta declarándome. Por lo demás, después, en la edición de Baile del sol, resultó que (en una de las pocas pero inevitables erratas) se comieron las dos últimas palabras del cuento. Lo anoto como curiosidad, porque a mí me parece que aunque el relato no queda mortalmente herido por ese olvido, sí que pierde bastante gracia. Podéis leerlo y juzgar aquí».

LA CHICA DEL TIEMPO

Sep 14, 2009   //   by admin   //   Blog  //  4 Comments

Fue como en aquella novela de Raul Nuñez, «La rubia del bar», creo que se llamaba, o tal vez «A solas con Betti Boop», no recuerdo, el caso es que el protagonista era un tipo que se enamoraba de la presentadora del telediario y hacía un viaje, una odisea alcohólica hasta Prado del Rey, en busca de su Penélope catódica, que esperaba su llegada tejiendo los hilos de guerras y goles, bodas reales y coches-bomba, aquellos hilos podridos que siempre se desanudaban para volver a comenzar la misma y miserable historia. A mí me pasó lo mismo con la chica del tiempo de la ETB. En cuanto la vi. Su ropa ajustada a un cuerpo como una carretera de montaña, sinuosa y recién asfaltada, con ese olor a brea que se te introduce en el cuerpo y hace florecer dentro un campo de amapolas, y provoca un aleteo de mariposas entre ellas, a la altura del estómago, y en el escroto un zumbido de abejas…

No era, de todas maneras, una sensación nueva. Tiempo atrás me volví loco por la chica del informativo local. Cada vez que la veía leer las noticias tenía la sensación de que ella clavaba sus ojos almendrados y tristes en los míos, que era capaz de verlos al otro lado de la cámara, que eran los únicos que veía, y también que su sonrisa era a mí a quien reconfortaba, y que sólo yo era capaz de adivinar en el contraste de aquellas dos expresiones la niña que fue, y de comprender que de la suma de las dos resultaba otra, al tiempo asustada y curiosa, soñadora y retraída que indicaba para mí, solo para mí, en las pequeñas patas de gallo que comenzaban a esbozársele como el mapa abrupto de su geografía interior, el recorrido correcto hasta su corazón.

Todo se acabó entre ella y yo, sin embargo, cuando conseguí verla al otro lado de la pantalla. Tampoco entonces, cuando la encaré, rehuyó mi mirada, como si realmente durante todo aquel tiempo hubiera estado mirándome a mí solo a mí, sentado en mitad de mi cuarto de estar, observándola boquiabierto.

Fue en una manifestación, a lo que yo había acudido a revolver un poco y ella a cubrir la noticia; o sea, a lo mismo que yo. Me sentí estafado. Era como si a lo largo de todo aquel tiempo ella me estuviera ocultando algo, una mitad de sí misma, todos aquellas arrugas en sus pantalones, y aquellos dedos de los pies que asomaban en su sandalias y se sobreponían unos sobre otros como pequeñas morcillitas desventradas.

Con la chica del tiempo de la ETB era distinto, porque conseguía verla de cuerpo entero, y su ropa era como asfalto caliente, ajustada como un guante a su cuerpo curvilíneo de carretera de montaña, y los pedazos de piel que asomaban bajo ella frondosas laderas, en las que uno encontraba bonguis, y se los comía, y se revolcaba loco de amor sobre la hierba húmeda.

Ella era una diosa, que manejaba el tiempo, las mareas a su antojo. Me excitaba la manera en que sostenía el bolígrafo, o en que el boli sostenía sus manos nerviosas, y oírle decir «isobaras», y «mar arbolada», y «las temperaturas sufrirán un leve ascenso en todo Euskalherria». La amaba.

Por eso estoy aquí, en los estudios de Miramar, como el protagonista de la novela de Raul Nuñez, que, ahora que lo pienso, tal vez se titulara «Sinatra». Sentado dentro de mi coche y mirando malencarado al guarda jurado, el mismo que me ha echado el alto hace unos minutos. Él no comprende nada. Lo único que quiero es que la chica del tiempo dibuje para mi, solo para mí, unos cuantos soles; que se abra un poco de luz entre las nubes negras que anidan en mi pecho de lobo hambriento y solitario. Por eso estoy aquí, odiando a ese guarda jurado. Por amor. Dispuesto a todo. Incluso a que otra chica a la que también amé una vez en secreto pronuncie mi nombre por vez primera. Mañana, en las noticias del informativo local. Por eso estoy aquí, agarrando cada vez con más fuerza la palanca antirrobos, dispuesto a descalabrar a ese guarda jurado y a cualquiera que se interponga en mi camino. Dispuesto a todo. Por amor. Por puro amor. Sólo por eso.

De La polla más grande del mundo. Patxi Irurzun (Baile del sol, 2007)

200.000 visitas /145.000 visitantes en ‘La polla más grande del mundo’

Jul 27, 2009   //   by admin   //   Blog  //  4 Comments

Es curioso, y un poco triste. Llevo ya un par de meses sin actualizar mi blog ‘La polla mas grande del mundo‘ y sigue entrando gente, digamos inquieta (sobre todo cuando se junta su mano y su entrepierna) a tutiplén. Ya se han superado las 200.000 visitas y los visitantes van camino de los 145.000. Todo eso contrasta brutalmente con el número de lectores que se han interesado por el final de la novela por entregas que iba alojando en ese blog, y que no menciono -la cifra- por mantener un poco la dignidad y la moral. Eso sí, el Adsense mientras tanto me va proporcionando algún eurillo que otro en concepto de publicidad (ya casi más que los derechos de 2008 por el libro por el que abrí -para promocionarlo- ese blog). Y es que hay cosas que son la polla..

DENTRO DEL CÍRCULO DE ILUMINACIÓN

Jun 15, 2009   //   by admin   //   Blog  //  1 Comment


Eva Orúe, en su sección de Divertinajes, Círculo de Iluminación, hace un extenso repaso de la pasada Feria del libro de Madrid. Ella fue la moderadora del debate sobre El libro peor vendido, y también habla de él en La resaca, como se titula su artículo, en el que cortesmente (puesto que yo mismo le envié la información) cita mis frustrados intentos por figurar en esa dudosa categoría de los worstseller. Esto es lo que dice: 

En otra división

Tal y como les conté la semana pasada, el miércoles día 10 moderé una mesa redonda en la Feria del Libro en torno a la cual cinco editoriales querían reflexionar sobre su fracaso más sangrante, su worstseller.

Pues bien, no sé qué repercusión tendrá en las ventas de esas obras, pero la iniciativa despertó el interés de los medios, que siempre compran una buena idea: Cadena SER (Hora 25), TVECuatro, El País, ABC y Público, entre otros, informaron de la cita, si bien alguno lo que hizo fue aprovechar la convocatoria para escenificar uno de los cara a cara más improbables de feria: Carlos Jiménez-Arribas, autor del worstseller Viaje al ojo de un caballo, frente a Ildefonso Falcones.

Por gracioso que resulte, no me parece un titulo envidiable, ese de autor que menos vende. Y sin embargo, hay varios candidatos. Con fair play y sentido del humor, Patxi Irurzun presenta sus credenciales en su blog Ajuste de cuentos. Y al hacerlo nos recuerda que hay muchos escritores de talento que por la razón que sea no han tenido el reconocimiento que merecen.


Aunque lo que de verdad tiene chicha, en mi opinión, de este artículo de Eva Orúe es lo siguiente:


Es costumbre, tal vez lo sepan, que el miembro de la familia Real que participa en ese acto sea obsequiado con libros por los responsables de las casetas en las que se detiene. Casetas que, previamente, han sido visitadas por un trabajador de la Casa Real para sondear las intenciones de los feriantes. Luego, cuando el royal de guardia se aleja, otro enviado pasa y pregunta: «¿Qué se debe?». Excuso decirles que, normalmente, le responden que nada. Como me dijo uno en esta feria, «me contento con ser Proveedor de la Casa Real».

Pero, a veces hay alguien que rompe la norma no escrita. Este año, un grupo de expositores respondió a la pregunta, a lo que ser ve retórica, presentando la factura. Y en pago recibieron la devolución de los libros que habían entregado a la infanta

Páginas:«1234»
ga('create', 'UA-55942951-1', 'auto'); ga('send', 'pageview');