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ENTREVISTA A KIKE SUÁREZ PARA GARA

Ago 7, 2015   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

“Quizás sea un náufrago, pero es que la cordura de la tierra me espanta”

Kike Suárez, cantante y escritor

Kike Suárez y La Desbandada presentan su nuevo disco, “Sueño a la vista”, en una minigira por Iruñea, Irun y Errenteria, los días 6, 7 y 8 de agosto. El artista madrileño y su inconfundible voz diseñada para contar historias vuelven a casa, el escenario, tras un viaje familiar alrededor del mundo.

Patxi Irurzun. Iruñea

Kike Suárez, el artista antes conocido como Kike Babas (King Putreak, The Vientre, Huevos Canos…) ha vuelto a casa, después de dar la vuelta al mundo acompañado de su compañera y sus dos hijos, demostrando que para una aventura de ese calado no hace falta ser millonario, excepto en amigos y curiosidad.  Antes de partir, guardó en el frigorífico de los sueños, que en su caso nunca deja que se quede vacío, un puñado de canciones. Son las que componen el último disco que ha publicado junto con La Desbandada, “Sueño a la vista”, y en las que la caverna en la voz de Kike se nos muestra de nuevo profunda, llena de recovecos y grietas en los que crecen historias de barrio, carcelarias o hermosas baladas a la paternidad, narradas todas ellas con el inconfundible sello de su banda a ritmo de rock, rumba, tango… El de Hortaleza presentará en los próximos días “Sueño a la vista” en una minigira por Euskalherria a cuyo fin promete llevarse en la boca un regusto a sangre.

¿Qué le lleva a lanzarse a dar la vuelta al mundo y de ese modo: con la familia y, supongo, poco dinero?

Se dio el momento y además la posibilidad de endeudarme. Me fui un año con los dos peques y la madre: una inmejorable fotografía de familia, luego los polluelos crecen o las parejas se separan, así que capturamos el instante, nos dimos el regalo.

¿Y qué se trajo de ese viaje?

Del viaje me traje un cuento que acaba de editarse “Housito y la vuelta al mundo en familia”, ilustrado por Ramone, que cuenta la superación de miedos de mi hijo menor a lo largo de un trayecto que circunvala el globo. También me traje una fuerte sensación de que el capitalismo no es el camino para una coherente convivencia humana, antes bien… aunque de eso algo ya intuía.

-¿Hay algo de ese viaje en el disco nuevo, “Sueño a la vista”?

Las canciones que hice por el mundo irán al próximo trabajo. Mi nuevo “Sueño a la vista” lo dejé grabado a falta de mezclar y masterizar. El año fuera me vino bien para alejarme del disco, tomar perspectiva y retomar a la vuelta, al disco le ha sentado bien.

-¿Las canciones, dice, son para usted sueños, ¿qué ha soñado esta vez, con este disco?

Tengo sueños recurrentes: en el barrio, por aquello del exceso químico, hubo épocas que nos dimos ‘mala vida’ y la falta de libertad o de cordura es una constante onírica que viene de ahí, yo no invento personajes. Al latir del corazón también le saco estrofas: amor-desamor, ausencias, paternidad. Y siempre está el pellizco social, es algo inherente a mi personaje, por ejemplo “Vis a Vis”, cuya música es de Leiva, que la hizo con enorme sensibilidad.

-“Sueño a la vista”. ¿La música, las canciones, son para usted una forma de evitar el naufragio, de poder llegar a tierra, poder pisar sobre ella sin volverse loco?

Para mi desarrollar la creatividad -musicando o escribiendo- hace que el mundo tenga sentido. Quizás sea un náufrago que camina sobre las aguas, pero es que la cordura de la tierra me espanta.

-¿Cómo es, por cierto, el proceso creativo con La Desbandada, ese tránsito desde la almohada, donde dice que sueña las canciones, hasta el local de ensayo?

No sé tocar ningún instrumento, desconozco las notas. Las canciones se me quedan en la cabeza, las canto al aire con estructura. Si alguna se olvida es que no valía. Actualmente las que se quedan se las canto primero a mis hijos, que son los que opinan si el tema merece, y después a La Desbandada, que hacen de aquello una canción de verdad.

-¿Y qué tipo de conciertos o de formato van a ofrecer en esta minigira por Euskal Herria?

Nuestra cita primera es el jueves en El Caballo Blanco, de Iruñea, nos presentamos terriblemente ilusionados y con la banda al completo (menos Esther la vocalista de baja por maternidad); hay una relación de cariño y respeto mutuo con Alfredo & co… Como diría El Drogas: “A gusto”. El viernes en trío acústico de voz, acordeón y bajo -¿curioso, no?- haremos el Onki Xin, tambén en Iruñea, y con esa misma formación el sábado haremos doblete en Errenteria (Zuketz) e Irun (Kabigorri). Lo suyo será llegar al final de la minigira con un cierto regusto a sangre en la boca… ¡de bien cantao!

 

Publicado en Gara (07/08/2015)

 

 

ENTREVISTA A MIKEL ZUZA EN GARA

Jul 30, 2015   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments


0729_kul_zuzaNunca he tragado con los que piensan que “más vale malo conocido”. Eso es tener mentalidad de esclavos

Mikel Zuza, escritor

Después de tres libros de relatos en los que el escritor, historiador y bibliotecario pamplonés Mikel Zuza ya jugaba con ucronías y distorsiones históricas sobre el reino de Navarra, en “Causa perdida” novela una Navarra que asombra al mundo con valores y armas invencibles como los libros, su principal industria.

Patxi Irurzun. Iruñea

 “Navarra será el asombro del mundo”. Lo escribió Shakespeare y, de hecho, cuando lo hizo, Navarra ya comenzaba a ser ese país modélico al que todos admiran; ese país que acoge para su causa a artistas y perseguidos de todo el mundo. Es así, al menos, en Causa perdida, la novela que el pamplonés Mikel Zuza (1970) acaba de publicar, en la que el rey Juan de Labrit recupera el reino de Navarra tras la invasión castellana y la convierte en un lugar, ciertamente, asombroso, y a la que se suma una no menos asombrosa, deliciosa, historia de vampiros, con el telón de fondo del proceso a las brujas de Zugarramurdi.

-‘Causa perdida’ es una ucronía que sugiere la posibilidad histórica de otra Navarra y se ha publicado coincidiendo con un momento también histórico, una nueva etapa de cambio en Navarra. ¿Feliz coincidencia, premonición?

Evidentemente, si estoy de acuerdo con cambiar nuestra historia del siglo XVI, no iba a ser menos con la del XXI, y aunque confieso que había perdido ya la esperanza de llegar a conocerlo, este cambio que ahora mismo estamos viviendo me llena de ilusión. Nunca he tragado con los que piensan que “más vale malo conocido”. Eso es tener mentalidad de esclavos. Al contrario: creo que lo bueno siempre está por llegar, y espero que todos podamos comprobarlo cuanto antes.

-Esa Navarra culta, tolerante, integradora que ha imaginado ¿es una utopía, o ha habido momentos a lo largo de nuestra historia en que las cosas podían haber sido de otro modo?

Siempre es mejor ser cabeza de ratón y tomar tus propias decisiones, que cola de león, por muy imperial que este sea. Los reyes Juan de Labrit y Catalina de Foix habían conseguido poner fin a la guerra civil que desde hacía más de sesenta años desangraba Navarra. ¿Qué mejor punto de partida que ese para llegar a ser el país que asombraría al mundo, como dejó escrito Shakespeare? En lugar de eso nos convirtieron en un territorio periférico y sin más interés que servir de baluarte defensivo contra Francia. Y en vez de muchos Shakespeare, lo que acabó saliendo de aquí a partir de entonces fueron bastantes “shaCaspare”, que suena parecido, pero –desafortunadamente para todos- no es lo mismo.

-Usted es bibliotecario y en su novela los libros tienen una importancia vital, ¿cree que ellos o la cultura pueden tener esa capacidad de cambiar el curso de las cosas?

No se me escapa que basar el porvenir de un país en los libros, como hago yo en mi novela, puede parecer un tanto ingenuo, pero lo cierto es que juegan un papel tan importante en mi vida que darles el protagonismo de mi historia me pareció lo más lógico. No tengo la menor duda de que la mejor parte de mí proviene de las miles de páginas que he leído y de las miles que me quedan por leer aún. Así que si, como creo, los libros tienen la capacidad de cambiar a las personas, por igual motivo necesito creer también que pueden ayudar a mejorar el mundo.

-La novela está llena de guiños a personajes y acontecimientos históricos: Johanes de Bargota, convertido en obispo de Pamplona, Pierre de Lancre, Mozart, la fuga de San Cristóbal…

Lo bueno de las ucronías es que a partir del punto concreto en el que cambia la historia que todos conocemos, puedes recontextualizar personajes y acontecimientos dándoles una vida nueva. En ese sentido todos los personajes que aparecen en mi novela, tanto los reales como los que son evidentes homenajes literarios y hasta cinematográficos, muestran mis afinidades y antipatías como si se tratase de un espejo. Un espejo que fui puliendo letra a letra mientras escribía mi libro y en el que me reconozco por completo: estoy en todos esos personajes, y todos esos personajes están también dentro de mí.

-Además de su interés por la historia, y por jugar con ella, alterarla, que ya ha mostrado en otros libros, en este añade también un homenaje a las novelas de vampiros o de terror, con esa novela dentro de la novela… ¿Cómo ha sido el encaje de esta historia dentro de Causa Perdida?

Siempre me tentó homenajear a mi novela favorita: Drácula, y vi que esta era la ocasión perfecta para ello. Por eso imaginar por completo –aunque con la inestimable colaboración de todos los autores que se han ocupado del apasionante tema de la brujería navarra- la figura de Estefanía de Lanbroa es una de las mejores cosas que me han pasado escribiendo este libro. Como digo en las notas explicativas del final de mi novela, me hubiese encantado conocer a una mujer así. No pierdo la esperanza…

-¿Cree, por último, y volviendo al principio, que alguna vez será posible esa Navarra que imagina, que es la admiración del mundo?

Yo quiero creer que sí. Es más, necesito creer que será así. Y la cultura debe jugar un papel crucial para lograrlo. Pero la cultura entendida como el elemento que nos hace verdaderamente humanos, porque saca lo mejor de nosotros mismos. Y sobre todo hay que dejar atrás de una vez verla como un mero entretenimiento, que es lo que muchos desde las instituciones responsables han defendido hasta ahora. Reitero mi ilusión por la época que se está abriendo, y en la medida de mis posibilidades, colaboraré todo lo que pueda.

Publicado en Gara, 29-07-2015

ENTREVISTA A MIGUEL SÁNCHEZ-OSTIZ PARA GARA

May 11, 2015   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

“Mientras escribía este libro pensaba en el epitafio de Gogol: “Se reirán de mis amargas palabras”.

Miguel Sánchez-Ostiz. Escritor

 

 

El pasado jueves el escritor navarro presentó su última obra, Perorata del insensato, el delirante soliloquio de un pintor ante la momia robada de una monja, con el escenario de fondo de un manicomio abandonado. Un libro escrito con ánimo de chanza, al modo del esperpento o los títeres de cachiporra. 

 Patxi Irurzun. Iruñea

 
Con Perorata del insensato  Miguel Sánchez-Ostiz ha regresado a su infancia, a las representaciones de títeres, a los curriños, como popularmente eran conocidos los guiñoles que solía ver en la pamplonesa plaza de San José, o a las propias funciones que él representaba, como un germen de su literatura, en un teatrillo que le regalaron de niño “con el que aprendí a hablar en solitario, con voces distintas, desde detrás de la escena, sin ser visto, a  veces aunque delante no hubiera nadie”, recordó el escritor navarro en la presentación de su nueva obra, el pasado jueves en la librería Walden de Iruñea.

Porque eso es Perorata del insensato: “Un guiñol burlesco, escrito con ánimo de chanza, y por tanto una representación de títeres de guante, al margen de ser  una “Historia fingida, texida sobre los casos que comúnmente suceden o son verisímiles”, que decía el Diccionario de la lengua castellana en su edición de 1791, y en consecuencia por completo imaginaria”, aclara.

Lo aclara en la presentación y en la nota final del libro, porque no quiere que este sea tomado por lo que no es, que se confunda lo vivido con lo imaginado, al narrador (“mi loquico”, como llama cariñosamente al protagonista de su obra) con el autor y “para evitar que alguien caiga en la tentación de mirar por la cerradura no la vida ajena sino su propia vida, algo que pasa mucho”, que pasó por ejemplo con una de sus novelas referenciales, Las pirañas, y con la que seguramente habrá odiosas comparaciones. “No me cabe ninguna duda porque esa murga ya ha empezado. Les ha faltado tiempo. Allá ellos”, cuenta a GARA Sanchez-Ostiz

Títeres de cachiporra

Perorata del insensato es el soliloquio que mantiene a lo largo de una noche un pintor loco, un insensato, ante la momia robada de la monja que lo cuidó durante su juventud, encerrados ambos en un manicomio en ruinas y cercados por los antidisturbios. Un delirio absoluto, un esperpento, que sin embargo, recuerda o funciona como espejo, deformante pero espejo, de la realidad en que vivimos, y que quizás, le preguntamos al autor, sea la única manera de narrarla:  “No, la única no es desde luego, pero a este desdiós en el que vivimos, bueno es responder con otro: me he quedado corto”, responde.

Y eso que este guiñol burlesco  “funciona con la exageración, el delirio, el malhablar, el descoque, la desvergüenza…”. Y que a lo largo de sus páginas el loquico de Sánchez-Ostiz va narrando sus internamientos en centros psiquiátricos, sus fugas de los mismos, sus avatares como pintor de cartelones para barracas de feria o incluso como actor en alguna de ellas, o que, cual Gorgorito, saca a menudo la cachiporra y hace una crítica feroz de los ambientes artísticos, de la movida madrileña, del despiporre autonómico, de aquellas épocas en el que el dinero estaba en el aire y lo cogían al arrebuche los más listos o los menos desvergonzados. Cachiporrazos que, comparados con todo eso, se quedan en nada: “Peor se las gasta contigo la gentelmundolacultura afín al gobierno de turno”, dice Sánchez-Ostiz.  “Pero mucho peor todavía quien te deja sin trabajo o te echa de tu casa o te apalea (por gusto y por dinero) o te multa o te condena de manera injusta a una pena de cárcel… Los abusos del mundo de la cultura son dengues, boberías si los comparamos con lo que otros están padeciendo. Lujos. ¿De qué se puede quejar el loquico? ¿De que le han jodido? Bueno, pues no está solo”.

Delirios y bromas literarias

Perorata del insensato es también una reflexión sobre el éxito y el fracaso, sobre las condiciones que hay que tener para triunfar; y sobre “el paso irredimible del tiempo, que nos daña si remedio ni misericordia”, dice Sánchez-Ostiz. Todo ello, sin embargo, contado en un tono descacharrante. “Cuando iba escribiendo la novela tenía en mente la frase que escribió para su epitafio Nikolai Gogol: “Se reirán de mis amargas palabras”, citó el autor en la presentación.  “Yo creo que esto pasa en este guiñol, que yo mismo me he reído mucho, a veces de recuerdos propios no muy gratos, pero me daría por satisfecho si el lector también se riera, aunque fuera de la amargura de fondo de este soliloquio enloquecido,”.

La novela, por lo demás, está trufada de bromas y referencias librescas, y también a canciones (desde Jorge Drexler a José Larralde pasando por Mari Trini) o cuadros (como aquel de Rembrandt en el que este aparecía cagando delante de sus críticos y acreedores). “Aunque esto es como cuando vas a un restaurante, que no nos suele interesar saber cómo esta cocinado o qué lleva el plato, a veces de hecho es mejor no saberlo”.  Sobre la tramoya de este libro, Sánchez-Ostiz dice no recordar con precisión cómo ni cuándo surgió la idea “aunque estas cosas no caen del cielo, un disparate arrastra a otro y al final se va armando”,  y también que no le costó mantener el tono delirante: “Una vez que «coges» esa voz locoide no la sueltas (de ahí la cita de Alejandra Pizarnik en las páginas finales: «No puedo hablar con mi voz sino con mis voces»)”.

Que es de lo que se trata en definitiva en este guiñol burlesco, en el que, como cuando era niño, Miguel Sánchez-Ostiz ha movido los curriños y ha impostado las voces, para deleite de sus lectores.

Publicado en Gara

 

 

 

 

 

KRONIKA TXIKIA, UN LIBRO PARA SABOREAR DESPACIO

Abr 17, 2015   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

Publicado en Gara (16/4/2015)

Pamiela edita la traducción al euskera de Pequeña crónica, el libro más querido de Pablo Antoñana, y con el que la editorial de Iruñea comenzó su ejemplar andadura, hace más de treinta años.

Patxi Irurzun. Iruñea 

Fue una presentación emotiva, en la librería Auzolan, el mismo lugar en el que se gestó Pamiela  y con la presencia de familia y amigos del escritor navarro, fallecido hace ya casi seis años.
Pequeña Crónica ganó en 1973 el premio de novela corta Ciudad de San Sebastián y fue editada por primera vez por la revista Kurpil en 1975. En 1984, la también por entonces revista Pamiela, en su número 4, realizó un homenaje al escritor vianés que acompañó con la edición de nuevo de la novela, inaugurando la andadura de la editorial navarra, que ha sido también y sigue siendo la editorial de Pablo Antoñana (dentro de poco, de hecho, publicarán otro libro suyo,  Noticias de la Segunda Guerra Carlista). Y ahora, más de treinta años después, llega esta Kronika txikia, la traducción al euskara, de la mano de Luis Mari Larrañaga, también presente ayer en Auzolan (Larrañaga tradujo en realidad la obra para una edición venal, no comercial,  de 2010 con la que un entusiasta grupo de amigos y admiradores de Antoñana lo homenajearon en Zumarraga).

Elvira Antoñana, una de las hijas del escritor, destacó que su aita estaría orgulloso de ver su obra más querida publicada en euskara, una lengua que  aprendió ya en edad madura (en el bar Catachu de Iruñea, de la mano de Asisko Urmeneta y junto a otros ilustres alumnos como Jimeno Jurío). Elvira Sainz, por su parte, la viuda del escritor, se mostró emocionada recordándolo: “Pablo escribe… escribía difícil, pero muy bien. Es un autor al que hay que leer despacio, despacio”. Sentado a su derecha, Toño Muro, probablemente una de las personas que más y mejor han estudiado y escrito a Antoñana, señaló que Pequeña crónica marca un hito en la carrera literaria del autor, convirtiéndose en su obra de madurez literaria y destacó la dificultad de trasladar a otro idioma la riqueza y evocación de su sintaxis y su léxico, dificultad que, sin embargo, Luis Mari Larrañaga, asumió con gusto. “Fue un trabajo inmenso, pero muy gratificante”, señaló el traductor, quien ya había volcado al euskara anteriormente otro cuento de Antoñana, Juli Andrea, también incluido en esta nueva edición de Pamiela. Larrañaga, que considera este su trabajo más importante, tradujo Pequeña crónica en sucesivas versiones, sin la presión de un encargo. Despacio, despacio. Saboreándolo. Como hay que leer a Antoñana. Un día importante, en definitiva, el de ayer —concluyó Blanca, otra de las hijas de Antoñana—, tanto para los lectores euskaldunes de Antoñana como para la familia del que ha sido seguramente el escritor navarro más importante del siglo XX.

 

ANDASOLO

“Veneno, purísimo veneno para el sosiego”, así define Victor Moreno la escritura de Pablo Antoñana en el hermoso prólogo para la edición de Pequeña crónica de 1984. La obra narra la decadencia de una familia aristocrática, personificada en el personaje de un niño-monstruo, en cuyas heces veteadas de colores se puede leer el final trágico de una estirpe. Un niño-mostruo que rompe los espejos y busca refugio en sus huecos,  abandonado por los suyos y amado hasta la muerte por la criada de la casa, que es también la minuciosa narradora de la novela.
Escritor andasolo, como escribía Miguel Sánchez-Ostiz en su imprescindible Lectura de Pablo Antoñana, nacido en la misma casa —que podría ser además la casa de Kronika txikia— en la que vivió y murió otro escritor, Navarro Villoslada  —lo cual determinó su vocación—, no deja de ser cierto por reiterativo que la obra de Pablo Antoñana, inmensa,  mereció, merece mejor suerte.

 

¡COCINA Y LUCHA! Entrevista a Carlos Azagra

Mar 27, 2015   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

Reportaje publicado en Gara

«Cocinar es también una forma de luchar y de ir a contracorriente»
CARLOS AZAGRA, XCAR Y REVUELTA PUBLICAN UN RECETARIO EN VIÑETAS 

El último tebeo de Carlos Azagra, el creador de los inolvidables personajes Pedro Pico y Pico Vena, es sorprendentemente, un recetario de cocina, en el que también han salseado Xcar Malavida y Encarna Revuelta. Revuelta y Azagra estarán este sábado en Bilbao en DDT Banaketak, desgranando los ingredientes (humor, autogestión, rebeldía…) de Estoy hecho un cocinicas.

Patxi Irurzun. Iruñea

Más allá de las manchas de dedazos con chorizo en tebeos que nunca debimos prestar, la relación entre el comic y la cocina no ha sido muy nutritiva  por estos lares. La idea que tenemos de un komikilari es además la de alguien absorbido por sus viñetas o los plazos de entrega, y que en consecuencia tiene que malcomer sobre la marcha, sin despegarse del tablero. Si a ello, en el caso de Carlos Azagra, le sumamos que cuesta imaginarse a sus emblemáticos personajes, Pedro Pico y Pico Vena, zampándose algo más que bocatas en txoznas, conciertos punk o baretos, resulta sorprendente que el último trabajo que acaba de publicar sea un, aunque sui generis,  recetario de cocina, junto con Xcar Malavida, a la sazón editor del libro, y Encarna Revuelta, que se ha encargado de aderezarlo con colores (además de ser la madre del cordero de todo este invento) y que estará con Carlos Azagra el próximo sábado 28 de marzo presentando su trabajo en DDT Banaketak de Bilbao (Muelle Marzana, 5) a las 11:30.

Y sin embargo, sí, “hay vida más allá del tablero” nos cuenta el legendario dibujante Carlos Azagra, quien todavía, como cantaban Tijuana in blue en aquella canción que lo retrató, resiste y sobrevive dibujando sus manías (y una de sus manías, de las manías de los dibujantes y de los artistas en general, aunque parezca mentira, es la de comer todos los días): “Cocinar  es también una forma de luchar y de ir contracorriente, pues cocinando lo que haces es ganar en autonomía. La autogestión comienza en tu nevera. Y además, cocinar no es para tanto, sólo has de tener ganas y un poco de tiempo. Además con el poco trabajo remunerado que hay en los medios impresos hay tiempo de sobra. Para nosotros la cocina es una cosa cotidiana, como procurar que la nevera esté  bien surtida (cuando está vacía da mucha pena, la pobre)”.

Estoy hecho un cocinicas, señala el aragonés Xcar Malavida, el otro chef del comic, comenzó a cocinarse “estando de cañas, como no podía ser de otra manera. Revuelta siempre lleva encima una libreta en la que los amigos le vamos haciendo dibujicos, y luego ella los pinta. Un día, le conté una receta de brócoli que hacía yo, y para explicársela le hice unos dibujicos en ella. Otro día le hice otra, y otra, hasta que se nos encendió la bombilla: “Oye, ¿y por qué no explicamos estas cosas en tebeo?”. Nos pareció una cosa original y divertida y nos pusimos a ello con muchas ganas”.

Malavida, además de dibujar a cuatro manos con Azagra el libro (o a ocho, pues Chema Cebolla e Iru también han dibujado alguna de las 59 recetas) es el editor del mismo, a través de la Editorial Cornoque, un colectivo de autores que desde más de veinte años se dedica a la autoedición de su obra, primero con la revista Malavida y poco a poco ampliando el catálogo, hasta llegar a este Estoy hecho un cocinicas, que se ha convertido en su best-seller,  su plato estrella: “Estamos muy contentos, en un par de meses agotamos la primera tirada y tuvimos que reimprimir a toda prisa. No nos esperábamos que funcionara tan bien, la verdad. Además hemos visto que mucha gente a la que no le interesa –de entrada- el mundo del tebeo se ha visto atraída por él. Por ejemplo, hemos hablado con personas que nos decían que no leían un tebeo desde que eran pequeñas, y que este les había encantado. O gente que estaba harta de libros de cocina, pero que este le gusta mucho porque es una cosa fresca y divertida”.

Estoy hecho un cocinicas es un libro que efectivamente tiene, por una parte algo de didáctico y por otra huye de la cocina elitista o convertida en espectáculo televisado y pretende arrimarla a las cocinas de todas las casas, a la de los frigoríficos con sobras o la de aquellos con media hora para preparar algo antes de salir corriendo a por los niños a la escuela.

“Comer y beber bien no es solo de los ricos”, señala Azagra, “Nosotros estamos por que la gente normal se pueda defender cocinando, que no es nada complicado, lo que hemos hecho, aparte de meterle humor a la cosa, ha sido desdramatizar el mundo de la cocina. Muchos gurús mediáticos han convertido el cocinar es una especie de religión en la que has de cumplir todos los mandamientos y se te castiga si no tienes perejil, orégano o clavo, y eso es una tontería, si te falta algo lo suples con lo primero que tengas a mano. A tu manera, que cantaba Frank Sinatra (y también Sid Vicious)”.

Xcar Malavida, por su parte, respecto a los programas de televisión dice: “Una cosa que no me gusta mucho de la moda de la cocina es tratar de convertirla en algo competitivo (como pasa en esos programas tan de moda ahora) o elitista. En este tebeo defendemos la comida del día a día, con platos rápidos, sencillos y muy ricos. Con productos frescos y comercio de proximidad, pasando de las grandes cadenas y de los precocinados”.

Otro de los ingredientes que, por supuesto, no podían faltar en un libro como este es el humor, la celebración de un placer como es el de comer o el de preparar los platos. Las recetas que proponen Azagra, Revuelta y Malavida, están pensadas para no complicarse la vida, al contrario, para disfrutarla, para tomarse una caña o un vino mientras la olla bulle o el horno coge temperatura. “El placer de cocinar es pasar un buen rato entre fogones con una cervecita y luego compartir la mesa con la familia y los amigos, no demostrarle a nadie que haces el mejor pastel de boniatos del mundo”, dice Xcar Malavida, y Azagra añade: “Nosotros lo que aportamos es cachondeo y sobre todo reírnos de nosotros mismos, que si se te olvida poner el laurel cuando la olla exprés ya está pitando no pasa nada o si se te quema el lomo a la cerveza tampoco (otro día le pones mas cerveza!)”.

Para acabar el gran Carlos Azagra, además del dibujo que acompaña estas líneas en exclusiva para GARA, nos deja una de sus recetas favoritas: “Patatas a lo pobre: poner al fuego unos ajos, unos pimientos, unas cebollas y unos chorizos como Rajoy y esa gente… y ¡todo a la sartén! ¡Así seguro que las patatas se enriquecen!”.

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“HABRÁ QUE HACER UNA HISTORIETA DE ESTO ¿VALE?”
Carlos Azagra, una vida con la bombilla siempre encendida

“Apoyado en la barra del bar, resiste y sobrevive dibujando sus manías”. Tijuana in blue retrató magistralmente a Carlos Azagra en su canción Vidas ejemplares. La de Azagra sin duda lo ha sido para muchos de los que han devorado sus historietas en El Jueves, han visto sus dibujos en las portadas de discos de sus grupos favoritos o han reconocido el nombre de su colectivo, su asociación o la convocatoria para una mani en alguna de sus viñetas.  Azagra ha convertido su lápiz en arma de combate y su pasión en resistencia y medio de vida. Una vida ejemplar, sin duda, la de este dibujante universal e internacionalista, zaragozano, nacido en Morón de la Frontera que vive en Barcelona y al cual le une munchos vínculos sentimentales con Euskalherria: “Los primeros en mandarme coas de Euskadi fueron los Tijuana, el Jimmi me mandó tres cassettes de las de antes con grabaciones de grupos de allá, maketas de antes de que saliesen en disco… BAP! , RIP!, Vómito,  MCD, La Polla, etc., etc. Y Eskroto me mandaba por correo sus movidas de Katakrak! BAH!, Ateos, Ni Fronteras Ni Banderas… Cuando bajaban a Barcelona lo pasábamos genial, siempre acababa diciéndoles que de esto habría que plasmarla en cómic…Como así fue”. A Azagra se le abre el apetito al recordar aquellos tiempos: “La sección musical de Bat, bi,hiru! en el Egin era nuestra referencia político-musical, aún a  día de hoy no se ha podido superar el nivel que tenían esas cuatro páginas semanales, que nos ponían en un mismo plato ingredientes como las okupaciones, gaztetxes, radios libres, conciertos, nicaraguas sandinistas y esas cosas, todo bien aderezado con buena música”, dice, y al rememorar todo aquello uno se imagina que “a por el lápiz se aleja presto y mientras se marcha se le oye decir emocionado:  Habrá que hacer una historieta de esto ¿vale?”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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