BEATITUD. VISIONES DE LA BEAT GENERATION
Ahí van dos flyers que mi amigo Pepe Pereza ha hecho para esta antología de Vicente Muñoz y Nacho Escuín en la cual tengo el honor de participar y que saldrá a la venta en enero. Este es el blog del libro:
Ahí van dos flyers que mi amigo Pepe Pereza ha hecho para esta antología de Vicente Muñoz y Nacho Escuín en la cual tengo el honor de participar y que saldrá a la venta en enero. Este es el blog del libro:
No lo sé.
«La línea amarga», el cuento de arriba, es el primer cuento que escribí con intención estética, o algo así. Tenía 16 años. Antes, claro, estaban las redacciones de los viernes, los cuadernos garabateados en casa, llenos de monigotes… Entre los 16 y los veintitantos escribí cuentos por un tubo. Unos trescientos. De los primeros de todos, los diez de «Cuentos de color gris» son una buena muestra. Ahora los leo y me da vergüenza, los errores, la grandilocuencia, la autodestrucción y el victimismo adolescente, pero también están la frescura, la rabia, el descaro… En esos cuentos creo que se apunta mucho de lo que ha venido después. Es pura arqueología, que seguramente a nadie más que a mí interese (aunque por si acaso, lo cuelgo, quién sabe; creo que en realidad escanearé y colgaré el libro completo, que es una rareza, difícil de encontrar -podría haberme inventado, incluso, ese premio, y ese libro). Pero no, con las 75.000 pesetas me fui a un viaje de estudios a Marruecos, para el que no tenía dinero (yo nunca he tenido dinero). Incluso eso me ha pasado después, con otros premios y libros. La literatura no me ha dado para vivir, pero me ha permitido viajar.Y están también, en esos cuentos, la tristeza, el humor, la preocupación social, el gusto por los personajes hechos añicos, por los débiles, por los derrotados y por los que siguen luchando… Suena pomposo y manido, como una solapa promocional, pero creo sinceramente que es así, que eso forma parte muy importante y muy definida de mi obra. (Mi obra ¡ooooh!).
En fin, si alguien le interesa solo tiene que pinchar en las imágenes de arriba. Buenas noches, amigos, y gracias por estar ahí.
El diario, lo escribí, como digo, hace dos años, entonces la crisis solo era una palabra que empezaba a oírse, que eran otros quienes pronunciaban, que se oía a lo lejos… Después perdimos nuestros trabajos, y antes de perder nuestros trabajos ya habíamos perdido, nos había arrebatado poco a poco todo lo demás, la sangre, la rabia, la capacidad de pensar por nosotros mismos, las horas de filosofía en los planes de educación, los días de indemnización por despido… Me pregunto si alguna vez perderemos -tal vez sea lo que necesitamos- también los nervios.
Domingo 20 de julio de 2008
Así que también intentamos engañarla, por ejemplo, comprandole algún juguete a Urko, que se sume a todos los que hay en su habitación, para hacer creer a esta casa rencorosa y posesiva que no tenemos que trasladarnos dentro de unos días, que todavía hacemos lo que se hace con las casas, llenarlas de cacharros inútiles, como retales de una vida que se va consumiendo y renovando día a día.
El último juguete, ayer, fueron unos muñequitos que representan a los personajes de Peter Pan. Todo un éxito. Urko no ha parado de inventar historias con ellos. Esta mañana incluso, no quería ir a una exposición sobre Mortadelo y Filemón a la que le habíamos prometido llevarle hace ya varios días, antes de San Fermín.
-No, porque luego se me olvida a qué estaba «juegando»- ha protestado.
Y me ha recordado a mí cuando era pequeño, la manera en que me sumergía en mundos imaginarios, desconectando por completo de la realidad, creando la mía propia, mi propia medida del tiempo; mundos de los que no quería salir, porque no sabía si volvería a encontrar el camino de regreso hacia ellos; mundos que se desvanecen para la mayoría de las personas conforme se convierten en adultos. Otros, por el contrario, nos resignamos a crecer, a dejar de ser peterpanes. Escribir, por ejemplo, es solo un juego, la manera en que un hombre de (casi) cuarenta años pueda seguir trasteando todavía con sus geypermanes o sus clicks de Famobil sin resultar ridículo. Me pregunto si Ibáñez, el creador de Mortadelo y Filemón, se habrá sentido alguna vez ridículo, al pintar sus monigotes. Supongo que no. Hacer reír es algo muy serio. Y él nos ha hecho reír, nos hace reír todavía de lo lindo. Me ha emocionado ver en la exposición (a la que finalmente hemos ido permitiendo a Urko llevarse sus muñequitos) los primeros originales de Mortadelo y Filemón (que al principio llevaba un gorrito y fumaba en pipa), poder ver los trazos de lápiz bajo la tinta china, las correcciones con tipex, los pedacitos de papel con los diálogos escritos a máquina, cortados y pegados sobre la historieta… Pura arqueología del tebeo.
La exposición, además, era en la Fundación Buldain, un pequeño chalet en Huarte (el pueblo de mi madre), dedicada a Patxi Buldain, pintor, desertor y ácrata, que huyó a Francia durante la posguerra. Buldain, en París, alternó con Picasso, Camus, Jacques Brel, fue uno más entre ellos. Pero en Huarte todo lo que saben contarte sobre él (incluso mi madre, a pesar de que el pintor vivió durante algún tiempo en la planta superior de su casa) es que Patxi era un rojo, y que escapó para librarse del servicio militar. Supongo que Buldain cruzó la frontera no solo por ello (una razón más que suficiente), sino también para dejar atrás un país gris, castrante, en el que se trataba a todos como a niños pequeños pero a los que no se les permitía jugar.
Algo ciertamente cruel, porque los niños tienen todos la capacidad innata de crear, de inventar. Y creo que hoy, como entonces, todo parece preparado para despojarles de ella a medida que se hacen mayores, para convertirlos en hombres y mujeres sin otra función que la de producir, consumir, exclusivamente para que puedan conseguir una profesión que desempeñar con precisión mecánica, y obtener un buen sueldo, para hacerles creer que con él pueden comprar todo, incluso los mundos imaginarios que les están arrebatando, reduciendo a escombros..
Todo el mundo en la calle habla de crisis, crisis económica, pero las crisis las crean y las destruyen, les marcan los tiempos, perfectamente, los bancos, los gobiernos, las multinacionales. Nadie, sin embargo, habla de esa otra crisis terrible, que permite que los niños se hagan mayores sin saber apreciar las marcas de lápiz bajo la tinta china. Es como si la casa en que viviremos dentro de unos años también comenzara a quedarse a oscuras, vacía, o fuera a llegar a ella un inquilino que derribara las paredes, sin licencia de obra, sin saber donde están las vigas maestras.
http://www.noticiasdenavarra.com/2010/11/26/ocio-y-cultura/el-camaleon/libro-el-navarro-patxi-irurzun-y-el-madrileno-esteban-gutierrez-coordinan-una-original-seleccion-de-textos-los-autores-32-musicos