En la entrega del Sagrario Resano de la Txantrea
El míercoles 29 de mayo me invitaron a la entrega de premios del concurso de cuentos de mi barrio, la Txantrea, donde dije unas palabras sobre la creación literaria, o eso.
El míercoles 29 de mayo me invitaron a la entrega de premios del concurso de cuentos de mi barrio, la Txantrea, donde dije unas palabras sobre la creación literaria, o eso.
El escritor Sergio Saldaña, que el día 7 de junio presentará «Tengo trastorno bipolar» a las seis de la tarde en la Feria del libro de Pamplona, acompañado de Kutxi Romero, se acercó el otro día a la jaima y nos sacamos una foto. Su libro tiene muy buena pinta, podéis leer aquí algunas líneas. Sergio me hizo feliz con sus halagos y con esto que ha escrito en su blog:
Ha sido un privilegio que “El Tragasables de la Literatura” nos dedicara su último libro de relatos. Especialista en desgarrarme cuando lo leo, iconoclasta como Led Zeppelin, provocador con el que se lo merece, pornográfico de la miseria
humana, irreverente hasta la saciedad. Hablando en plata, un tocapelotas vocacional.
Un ejemplo a seguir.
Para mí ha sido el cuentista que me abrió las puertas, a base de patadas, al género de relatos (con permiso de Charles Bukowski).
Sabiendo que firmaba su último libro “La tristeza de las tiendas de pelucas”, nos encontramos también allí con Kutxi Romero, este sábado por la mañana, en la Feria del Libro de Pamplona.
Aunque en la foto parezca lo contrario, no nos hemos conocido hasta este -para mí- esperado momento. Hemos podido comentar de pasada el relato “Reliquias y jorobas”, que habla de unos personajes que se fugan de un psiquiátrico y que… bueno, mejor os compráis el libro y lo gozáis como lo he hecho yo.
Esta foto tan chula me la hizo Unai Beoriz en la feria del libro de Iruña para Diario de Noticias:
Y en Gara, Alvaro Hilario desagravió mi ausencia en los programas de mano y, repetidamente, en el Diario de Navarra con este artículo:
El pasado fin de semana me tocó hacer el ridiculo firmar en dos ferias de libro, la de Pamplona y la de Bilbao. Es decir, doblete, aunque de las dos me borraran del programa, no sé muy bien por qué. En Pamplona monté mi jaima bajo la lluvia y a todo el que se plantara con una peluca o me trajera un pintxo o un vermú le puse en la mano y gratis «La polla más grande del mundo». Los más valientes, como atestiguan las fotos , fueron el escritor Carlos Erice y me casi tocayo Patxi Ilundain. Yo iba con miedo a la cita, recordando otra firma de libros en la feria años ha, con «La polla más grande del mundo» precisamente en la que por megafonía me anunciaban a a mí pero no el título del libro y en la que aparecieron cuatro y el del tambor. Pero esta vez no, esta vez la cosa estuvo animada, vamos progresando adecuadamente, por allí se presentó un montón de gente, me iba a poner a enumerar pero como seguro que me dejo a alguien mejor no. Una mañana bonita. Antes, estuve por la fiesta solidaria del Paris365 y en el mercadillo de libros me encontré un «Cuestión de supervivencia/La virgen puta» en un cajón de literatura juvenil, muy acertado porque yo siempre he pensado que esa mi primera novela lo es, mal que le pese a algún padre o algún profesor de instituto. Por un euro, flipa, me llevé además «Libertad» y «Las venas abiertas de América Latina».
Al día siguiente, a la capital del mundo, Bilbao, donde estuve haciendo el ridi firmando junto a dos eskorbutines de tomo y lomo, Beñat Arginzoniz, de quien os recomiendo encarecidamente «Pasión y muerte de Iosu Expósito» y Roberto Ortega, autor de las más documentada enciclopedia eskorbutiana Rock y violencia. Los dos estarán y yo con ellos el próximo día 29 en La hormiga atómica en una sesión eskorbutiana en la que también nos acompañará Oscar Beorlegui. Por Bilbao aparecieron entre otros mi gran amigo y enorme escritor Josu Arteaga y el poeta Pablo Müller. Después nos guimos con la famili a comer a un chino y después para casa, que es donde mejor se está.
Un extenso artículo de Ana Oliveira sobre el proyecto del fotógrafo Clemente Bernard y Carolina Martínez «Imagina cuántas palabras» en el que me han invitado a participar junto a gente de lo más interesante, empezando por los alumnos del colegio Cardenal Ilundain. Me gusta mucho este proyecto por colaborar con un fotógrafo como Clemente y unos cuantos escritores a los que admiro, por lo que tiene de reto creativo, pero sobre todo por si sirve de algún modo para arropar a la escuela pública en un momento como este en que está siendo atacada frontalmente. Me gusta también que los niños puedan entender que la literatura no es solo una asignatura, algo aburrido o a lo que se acercan con desconfianza, sino algo que puede hablar de sus cosas, de su mundo, contar historias con las cincuenta palabras que más les gustan
Artículo completo:
http://www.noticiasdenavarra.com/2013/05/21/ocio-y-cultura/cultura/jugando-a-imaginar-palabras