Ayer fue un gran día. Un día de fiesta, pero –en mi casa- solo para mí, mi mujer trabajaba y los niños tenían cole y guardería, respectivamente, así que después de llevarlos en coche a cumplir con sus obligaciones, yo regresé a casa, volví a acostarme, bien abrigado bajo las mantas, puse algunos discos, leí un poco, repasé algunas notas de una novela atascada…Hacía siglos que no tenía un momento así, y por si todo eso fuera poco, de repente al levantar la vista hacia la ventana, vi que había empezado a nevar, los copos caían con fuerza recortados sobre esa luz especial que tienen los días de nieve, y esa fascinación que esta siempre ejerce: ¡Ah, era ciertamente un placer ver esa estampa tumbado en la cama, sin otra obligación que la de estar ahí mirando! Me quedé incluso adormecido y nada fue capaz de arrebatarme el buen sabor de boca que me dejó ese momento. Ni siquiera el tontolaba de Orange -bueno, tontolabas sus jefes, él es un mandado-que me despertó con su voz enlatada y pronunció mal mi apellido y me hizo una oferta que me pareció ridícula y fea y fuera de lugar en una mañana tan perfecta como aquella, una mañana tan rara, en este momento de mi vida, como un gorila albino.
Creo que me estoy planteando volver a Pamplona solo por eso: tener algún «crrrrrrrrrios», llevarlos al cole y luego meterme otra vez en la cama. De pequeño intuía q mi madre hacía a veces eso, y me daba gran envidia.
Gran estampa la que nos has regalado. Agradecido quedo.
¡Qué bonito! Ése es el momento/lugar perfecto para disfrutar de la nieve. Deja de ser tan ideal cuando uno tiene que correr para coger el autobús, o cuando va cargado con las bolsas de la compra…, etc. Pero poder disfrutar de ella así… ¡es un privilegio! Saludos.
Pues, a algunos les dará envidia, pero yo todos los días dejo a mi niña en el cole, que me queda a un minuto de casa y luego me meto en la cama con el portátil, he descubierto este lujazo de escribir en la cama y me apasiona, bien mullidita con unos buenos cojines… Un lujo asiático,jejeje…
de vez en cuando yo tb tengo días así, para mis movidas, son perfectos.
Por otro lado, estoy de los de Orange hasta los huevos.
un saludo
Me alegro por ti, eso sí, no vayas a coger costumbre.
Abrazo
Creo que me estoy planteando volver a Pamplona solo por eso: tener algún «crrrrrrrrrios», llevarlos al cole y luego meterme otra vez en la cama. De pequeño intuía q mi madre hacía a veces eso, y me daba gran envidia.
Gran estampa la que nos has regalado. Agradecido quedo.
¡Qué bonito! Ése es el momento/lugar perfecto para disfrutar de la nieve. Deja de ser tan ideal cuando uno tiene que correr para coger el autobús, o cuando va cargado con las bolsas de la compra…, etc. Pero poder disfrutar de ella así… ¡es un privilegio!
Saludos.
Pues, a algunos les dará envidia, pero yo todos los días dejo a mi niña en el cole, que me queda a un minuto de casa y luego me meto en la cama con el portátil, he descubierto este lujazo de escribir en la cama y me apasiona, bien mullidita con unos buenos cojines… Un lujo asiático,jejeje…
Un cariñito.
Las compañías de telefonía no respetan ni a los muertos. Cagüen tó. Saludos y enhorabuena por tus escritos (incluidos los libros).