Club de lectura de invierno
EL TESORO DE LA SIERRA MADRE, de B.TRAVEN
Publicado en magazine On (diarios Grupo Noticias) 19/12/20
“¿Qué libro me llevaría a una isla desierta? Mientras sea uno de Traven me da lo mismo”. Eso es lo que decía Albert Einstein sobre el autor que nos ocupa hoy en este club de lectura que vuelve a las páginas de ON —vamos a chulear un poco— por aclamación popular.
El Traven al que se refiere Einstein es Bernard Traven, pero también podríamos llamarlo Hal Croves, Ret Marut, Traven Torsvan, entre otros muchos seudónimos, e incluso Esperanza López Mateos, es decir, el nombre de una de sus traductoras al español, la cual también se llegó a especular que fuera —además de la hermana de uno de los presidentes de la república mexicana— la autora oculta tras los seudónimos de este misterioso escritor. Hay incluso algunas desmelenadas hipótesis que identifican a Traven con el mismísimo Jack London, que habría escenificado su suicidio para reencarnarse en el autor de El tesoro de la Sierra o El barco de los muertos.
En realidad, a menudo era el propio Traven quien se encargaba de sembrar la confusión y hacer crecer el misterio en torno a su persona, empeñado —quizás con una estrategia equivocada— en reivindicar la importancia de las obras por encima de la del autor.
No se sabe mucho, en todo caso, sobre B.Traven. Parece consensuado por la mayoría de sus biógrafos que entre las firmas que empleó en sus diferentes obras la de Red Marut es la que responde con más fiabilidad a su identidad real. Al menos eso fue lo que aseguró su viuda, Rosa María Luján, si bien esta añadió a continuación que en la cabeza de Traven “estaba todo tan hecho bolas que él mismo desconocía la realidad”.
Red Marut versus Bernard Traven
Red Marut nació, presuntamente, en 1882 en la por entonces ciudad alemana, hoy polaca, de Schwiebu. En su juventud fue mecánico, actor de teatro ambulante, activista político… Acusado de incitar a la rebelión en periódicos anarquistas o de participar en las consejos revolucionarios de la República de Baviera, fue condenado a muerte, pero lograría huir a Inglaterra primero y más tarde a México, donde pasaría el resto de sus días y donde escribiría sus libros, en uno de los cuales, por cierto, mató a un personaje que se llamaba… ¡Red Marut! ¿Intentaba acaso borrar de ese modo su pasado? Quién sabe, lo cierto es que la cabra siempre tira al monte y en México Marut/Traven frecuentaría a destacados artistas y revolucionarios, como Diego Rivera, Frida Kahlo o un mecánico nicaragüense apellidado Sandino, a favor de quien recolectaría fondos cuando este acabara convertido en el famoso rebelde nicaragüense.
Red Marut, es decir Bernard Traven, murió en Ciudad de México en 1969 y sus cenizas fueron esparcidas en el río Jatajé, en la selva de Chiapas, donde se estableció durante algunos años y sobre la que escribió obras como La rebelión de los colgados.
Su obra más conocida es, no obstante, El tesoro de la Sierra Madre, y es curioso, porque más arriba comentábamos que la estrategia de la confusión de Traven para fijar la atención en los libros en lugar de en quien los escribía no fue quizás del todo acertada y, de hecho, hemos llegado hasta aquí sin comentar todavía nada sobre esta novela de aventuras, más interesados en la misteriosa identidad de quien lo escribió.
Una montaña maldita
El tesoro de la Sierra Madre nos cuenta la historia de Fred Dobbs, un norteamericano que vagabundea por Tampico mendigando y buscando trabajo en los pozos petrolíferos, y a quien la suerte sonreirá de manera rocambolesca con un billete de lotería premiado, gracias al cual financia una expedición en busca de una mina de oro, junto con otros dos compatriotas. No obstante, la Sierra Madre, en la que los tres buscavidas buscan fortuna, está maldecida por los indígenas desde que los españoles los esclavizaron para vaciar su vientre dorado, y la empresa no tendrá un final feliz. La novela es, en fin, una historia sobre la codicia, sobre cómo esta corrompe a los seres humanos. Es la avaricia, viene a decirnos Traven, y no las maldiciones o supersticiones, la que destruye nuestros ideales.
No sabemos qué sucedió en su caso, porque El tesoro de la Sierra Madre se convirtió inmediatamente en un éxito internacional, al cual además contribuyó la famosa adaptación cinematográfica que hizo John Huston con Humphrey Bogart en el papel principal. El propio Traven asesoró al director norteamericano haciéndose pasar por su representante o agente literario, Hal Croves, quien decía conocer muy bien al autor de la novela, y trasladó algunas de sus caprichosas indicaciones a Huston, por ejemplo que uno de los actores (el padre del director) debía despojarse de su dentadura postiza para rodar.
Como curiosidad cabe señalar que Bobby Blake, el actor que interpreta en El tesoro de la Sierra Madre al niño que vende el fatídico boleto de lotería al protagonista acabaría interpretando años después (además de al detective Baretta) a un misterioso personaje en Carretera perdida, la película de David Lynch escrita junto con el novelista Barry Gidford; un personaje que aparece y reaparece o está en dos sitios a la vez, como si del mismo Bernard Traven se tratara.
Otros escritores enigmáticos
Traven no es, de todos modos, el único escritor enigmático o esquivo que ha tratado de ocultar su identidad. Ni siquiera el más famoso, pues junto a él nos encontramos con otros como Salinger, el autor de El guardián entre el centeno, Thomas Pynchon, o más recientemente la italiana Elena Ferrante, que se ha convertido en todo un fenómeno editorial y que comparte con Traven la misma idea de que lo verdaderamente importante es el texto, si bien en ocasiones da la impresión de que en realidad lo que se esconde tras todo esto no es algo tan secreto como parece y se reduce a lo mismo de lo que hablaba Traven: el vil metal, es decir, una mera maniobra comercial o de marketing (de hecho, en España hay alguna sospechosa e incluso patética réplica del caso Ferrante).
Traven, eso sí, es seguramente el escritor desconocido que mejor ha sabido dotar de atractivo, con sus sucesivas invenciones, muertes y resurrecciones, al anónimo personaje tras el que se ha escondido y que perfectamente podría haber sido —de hecho lo fue en el caso de Red Marut— uno de los protagonistas de sus magníficas novelas de aventuras.
PATXI IRURZUN