ALZHEIMER EN ‘CENTRO VIRTUAL SOBRE EL ENVEJECIMIENTO’
Mi cuento Alzheimer ha sido compartido en el blog del Centro Virtual del Envejecimiento. La ilustración, chulísima, es de Joseba Beramendi, Exprai
Mi cuento Alzheimer ha sido compartido en el blog del Centro Virtual del Envejecimiento. La ilustración, chulísima, es de Joseba Beramendi, Exprai
Me jode que el humor se infravalore en todas las artes; en el cine, un drama siempre será mejor visto que una comedia y algo parecido sucede en todas las demás ramas del espectáculo.
Oh Janis, mi dulce y sucia Janis es una novela de Patxi irurzun editada por Editorial Eutelequia.
Bajo el subtítulo de Memorias de una estrella del porno (amateur) se esconde una descacharrante novela, por momentos hilarante, soez y sucia que habla de y como gente normal en el bar con amigos o en casa cuando nos rascamos los huevos, sin velos ni censuras. El navarro, heredero del Bukowski más cerdo y magistral contador de historias, recorre con la excusa del mundo del porno todos los temas que interesan al protagonista, Dick Grande, un barrendero pamplonés al que le cambia la vida tras un viaje a la Habana; desde la música, fútbol, mujeres, política… y hace una radiografía perfecta de la sociedad acomodada y burguesa navarra al entorno borroka, igual que de estractos de mundos suburbiales de Manila, París, México o la propia Cuba.
Un libro que se devora, facilitado por un lenguaje sencillo, con muchos tacos y frases comunes, un cachondeo contínuo pero brillantemente escrito, pues desarrolla la difícil labor de entretener y encubrir una historia de amor, regando con lefa y fluídos varios una filosofía de la vida y sus habitantes sin que te des cuenta. Patxi es un antropólogo que sabe mirar y contarlo mucho mejor después. Y además, te partes la polla.
Yo tenía dos tíos que eran dos viejos verdes de paisano. Sus mujeres no sabían lo cerdos que eran –o hacían como que no lo sabían- porque cuando se cruzaba en sus caminos una chica cañón mis tíos decían , mientras se miraban con complicidad y los ojos les hacían chiribitas:
Jill Love, que así se llama la chica, apareció de repente, surgida de la nada, durante las protestas del 25 S, y en un periquete triunfó el amor sobre la violencia, los fotógrafos dejaron de fotografiar a gente con la cabeza abierta y a policías con cara de perro y se arremolinaron alrededor de ella, mientras se decían unos a otros “Qué zapatos más elegantes, qué colores más bien combinados, etcétera”. Después Jill desapareció como había llegado, tragada por la multitud y la nada , aunque al cabo de unas horas, nos enteramos de que era modelo y actriz y de que estaba dirigiendo una película. OMMMMMM.