BEATITUD VISCERAL
Estas son las portadas de las dos antologías que se publicarán este mes y en la cuales participo y además de forma muy entusiasta porque me parecen dos libros muy interesantes y porque para mí es un honor formar parte de sus nóminas. Los cuentos además guardan cierta relación entre ellos, son como primos-hermanos. Reliquias y jorobas, el que aparece en Viscerales, en principio lo empecé a escribir para Beatitud, pero se me cruzó en el camino Mi padre, los libros Reno, Ned Flanders y los beats, todo en la misma frase, que es el título del otro relato, y fue este el que envié a Vicente Muñoz y Nacho Escuín, los responsables de Beatitud. Visiones de la beat generation. Esta circunstancia la menciono además en el cuento de Viscerales (es decir -me estoy haciendo la picha un lío-que en un cuento -el de de Beatitud– hablo del otro cuento – el de Viscerales-). A propósito de esta antología, Mario Crespo, uno de los dos antólogos , ha hecho una pequeña sinopsis de cada texto que aparece en el libro, y la mía me gusta mucho. Dice:
El navarro Patxi Irurzun y su amigo Glez al cuadrado nos llevan hasta el Monasterio de Yuste en un road trip surrealista por la España más profunda. Paxti narra esta historia, como es habitual en él, en tono de humor. El lenguaje es directo y seco, del norte, sin eufemismos ni zarandajas, de cara, de verdad. Y el final… el final sí que es visceral…
El cuento empieza así:Fue nuestra penúltima parada en el camino antes de llegar al Monasterio de Yuste, en un bar de Cuacos, la camarera se agachó para prepararnos una tapa, y entonces vi sus dos pechos redondos y transparentes, comos dos bolas para adivinar el futuro, y dentro de una de ellas estaba Glez al cuadrado y en la otra yo, Glez al cuadrado era el hombre del tiempo del telediario y declamaba el parte meteorológico, diciendo mar arbolada, isobaras y vientos huracanados en el mismo verso, no lo recuerdo bien, no me pidáis que lo repita, en cuanto mí, también tenía el pecho de cristal, y detrás de ese escaparate de carne se veía en el lugar de mi corazón una cebolla púrpura con siete capas a medio pelar, como una bailarina de puticlub desnudándose y dejando al descubierto la cicatriz de su cesárea por encima del tanga de lentejuelas, pom, pom, pom pom, pom, pom, pom, mi corazón de cebolla se aceleraba y sangraba ácido sulfúrico por culpa de todas las pilulas con sabor a cuchillo que Glez al cuadrado y yo nos habíamos comido desde que salimos la noche anterior, en una ambulancia que tomamos prestada, del manicomio de Mondragón…
Hasta ahí puedo contar. José Angel Barrueco, el otro antólogo de Viscerales (por cierto, en la mayoría de las últimas antologías en las que he participado, como autor o siendo yo el propio antólogo, los compiladores van/vamos siempre en pareja, no sé por qué, pero en mi caso, tanto con Vicente Muñoz (Hank over), como con Esteban Gutiérrez (Simpatía por el relato), la fórmula ha funcionado de maravilla), decía que JAB, además me ha mencionado en dos de sus colaboraciones para El Adelanto de Zamora/El Norte de Castilla, aquí y aquí , le estoy muy agradecido por eso y por otras muchas cosas.
Por lo demás este de aquí soy yo haciéndome el interesante en la librería Shakespeare&Co de París, en la foto que envié para la bio que Vicente Muñoz ha colgado en el blog de Beatitud, y que reza tal como sigue abajo (no recuerdo mucho de Shakespeare & Co, porque todos los libros estaban en francés o en inglés, pero sí que justo después nos comimos en un jardín de al lado un kebab que quitaba el hipo). Y de este modo, amiguitos, finalizamos con la sesión de autobombo de hoy, no sin antes adelantar que este finde una mini -reseña de Simpatía por el relato aparecerá en XL semanal ( y ya de paso tampoco sin hacer un llamamiento: ¿Alguien vio Página2 esta semana? ¿De quién era la canción que cerraba el programa?):
Patxi Irurzun (Pamplona, 1969) habla poco y escribe mucho.
Ha publicado los libros de cuentos “Ajuste de cuentos” (Eclipsados, 2008), “La polla más grande del mundo” (Baile del sol, 2007), “Cuentos sanfermineros” (Altaffaylla Kultur Taldea, 2005), “El cangrejo valiente” (La olla express, 2004), “Cuentos de color gris” (Premio Ciudad de Palencia) (Ayuntamiento de Palencia, 1989) y las novelas “Odio enamorado” (Ediciones Idea, 2007), “Atrapados en el paraíso” (Premio Creación literaria del Gobierno de Navarra/ finalista del Premio Desnivel) (Gobierno de Navarra, 2004), “Ciudad Retrete” (Txalaparta, 2002) y “Cuestión de supervivencia/La virgen puta” (Alttafaylla Kultur taldea, 1998 / Tiempo de cerezas, 2010).
Además es autor de cinco biografías para niños (Franklin, Mozart, Beethoven, Pizarro y Hernán Cortés) en la colección “El rompecabezas” de Ediciones Nivola. Una de ellas (“Beethoven, el músico sordo”) ha sido utilizada como lectura en institutos. Escribió el guión de un comic de Juan Kalvellido (“A Chankete le olía el aliento”), varios textos del libro de fotografías “El bulevar del zope”, de Joseba Zabalza y de una guía turística sobre La Habana.
Ha participado en varias antologías entre las que destacan “Golpes. Ficciones de la crueldad social”, “El Quijote. Instrucciones de uso”, “Tripulantes” o “Cuentos de fútbol 2”. Y él mismo ha coordinado otras como “Resaca /Hank over. Un homenaje a Charles Bukowski”, (Caballo de Troya, 2008) con Vicente Muñoz o “Simpatía por el relato. Antología de cuentos escritos por rockeros” (Drakul, 2010), con Esteban Gutiérrez Baco.
Ha sido traducido al italiano y al euskara y ha ganado diversos premios como el “Francisco Yndurain” o “El Viajero” de El País-Aguilar.
Tras colaborar en todo tipo de fanzines y publicaciones sospechosas y de mala nota (El Canto de la Tripulación, El Europeo, Rolling Stone, La Jornada de México, Gara, ADN, Dominical, Mono Gráfico, Vinalia Trippers, Al otro lado del Espejo…), actualmente tiene una página de humor mensual en la revista “Guía del niño”, donde cuenta sus peripecias con sus dos hijos pequeños. Por si todo esto fuera poco, en 2011 verán la luz dos libros más con su firma: “Oh Janis, mi dulce y sucia Janis” (Eutelequia) y “Dios nunca reza” (Alberdania).
Tal vez alguien debiera decirle que hable más y escriba menos. O no.