«Beethoven, el músico sordo» en la ESO
«Hola, ni nombre es Celia y soy profesora de música en un instituto de Castilla la Mancha y el curso pasado descubrí este libro (Beethoven, el músico sordo), me resultó tan atractiva su lectura que ahora lo he puesto como libro de lectura obligatoria para mis alumnos de 1ºy 2º de ESO. La verdad es que siempre acaban su lectura encantados. ¡Enhorabuena!»
No sé si debería, si puedo añadir mucho más a esto. Por cosas así, es por lo que uno encuentra fuerzas para seguir adelante. Habrá a quien decir eso le suene a tópico, allá ellos, que se queden con sus mafias, con sus chanchullos, se escribe para esto, y se escribe por amor al arte, no a la subvención o la palmadita del poderoso en la espalda, a la foto en el periódico, a la tajada de un pastel, mientras a ti te estrellan la tuya en la cara (flipado, me quedo estos días, que ando armando un proyecto, una antología y algunas estrellitas, cuando les invitas a participar las primera palabras que te espetan son «quiero mi parte»)…
A mí, desde luego, esto, el mensaje de esta profesora, y que los chavales se queden encantados (a pesar de ser una lectura «obligatoria») me satisface mucho más que, por ejemplo, una reseña paniaguada en un suplemento (que por otra parte no ha habido, nunca las hay, lo que, a mi entender, le da más valor a que hayan dado con mi libro), o que el adelanto de 600 euros que recibí por «Beethoven» y que probablemente sea el único dinero que me reporte.
Muchas gracias, Celia, pues, por tu mensaje. De todo corazón.