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¿OBSOLESQUÉ?

Ene 15, 2011   //   by admin   //   Blog  //  No Comments

Comprar, tirar, comprar

Hasta en las puertas de los bares los fumadores han dejado de hablar de que ahora tienen que fumar en las puertas de los bares y ahora hablan de ello, todo el mundo habla de ello, de la obsolescencia programada (bueno, igual exagero un poco, pero en los últimos días me he encontrado con varios blogs que la mencionan, un programa de radio, etc.*). Todo a cuenta del documental que el otro día echó La 2, Comprar-tirar-comprar, y en el que nos revelaban que ese hábito tiene este pinturero nombre: Obsolescencia programada.

El documental es altamente recomendable, aunque en el fondo, creo, como el Wikileaks, nos está revelando cosas que ya sospechábamos o sabíamos (en este caso que nos están dando gato por liebre, que nos venden productos para que se rompan o gasten y sigamos comprando, cuando podrían hacerlos durar mucho más -las bombillas, las baterías de móviles, los consumibles informáticos…). Lo realmente novedoso y que nos ha hecho pensar en ello, recapacitar, prestar atención, quizás empezar a tomar medidas, yo creo que es lo otro, lo de la obsolescencia, que es un término nada obsolescente. Es un triunfo de la fonética, de la etimología, del lenguaje en general, puestos todos al servicio de una buena causa.

*Ayer en Carne Cruda, Javier Gallego entrevistó a los autores del documental, el podcast estará disponible en breve. Y también he visto colgado el documental en el blog de mi amigo el dibujante Juan Kalvellido y del fotógrafo Joseba Zabalza, que durante estos días expone las fotos de su proyecto Welcome to the mountain garbage, sobre basureros de los cinco continentes -yo le acompañé en Payatas (Manila) y en Wewak ( Papúa Nueva Guinea)- en la Ciudadela de Pamplona y que os recomiendo, o mejor que lo haga él mismo con este video:

EL COMUNICADO

Ene 13, 2011   //   by admin   //   Blog  //  1 Comment

A mí lo que me llamó la atención del comunicado fueron los escudos en el jersey (y el jersey en sí, de punto inglés, de esos que solo los puedes encontrar en Ortega, en la Calle Mayor) me preguntaba quién compraría esos jerseys, cómo, ¿en lotes, haría cuentas mientras esperaba la cola? (a ver, dos para los nuevos del Nafarroa, cuatro para el Donosti, que nos lo desarticularon el otro día), eso y quién bordaría los escudos y en qué pensaría mientras lo hacía, quizás fuera la tía de alguno de ellos, como mi tía Angeles, que cuando íbamos a su casa siempre estaba o haciendo croquetas o cosiendo cocodrilos de esos de Lacoste en nikis, supongo que sería para los Lacoste de toda la vida porque por entonces no había chinos, (tiendas de chinos, quiero decir) pero no, la tía Angeles de los terroristas no podía ser, no podía ser tan malos sobrinos como para meterlas en ese marrón, el entorno y el entorno del entorno, quizás lo cosieran ellos mismos, tiene que ser muy curioso ver a un feroz terrorista cosiéndose el Bietan Jarrai, no sé, son las cosas bobas que se me ocurrieron en ese momento, porque para cuando ví el video en el youtube (¿Esos quiénes son?, me preguntó mi hijo, y yo no supe muy bien qué responderle, así a botepronto, ¿Tú que dirías que son?, le pasé la pelota a él, y Hugo contestó, mamuak -fantasmas-, monstruos feos…, los niños a veces tienen unos reflejos que no veas), para cuando vi el comunicado, decía, ya no había mucho más que decir, todas las reflexiones serias y trascendentales ya estaban escritas, todos habían hecho la tarea con tiempo, claro, tanto especular, que si sale el comunicado, que si no, que al final prietas las filas, insuficiente, nada nuevo, más de lo mismo,… mentira, el que no ve nada nuevo será porque no quiere o no le interesa, otra cosa es la desconfianza, y el hastío, y el dolor y todo lo demás, pero que algo se mueve es evidente, los etólogos profesionales no debieron hacer muchos comentarios de textos en BUP, quizás es que en el fondo hay miedo a una ERE en las secciones de opinión y en la fontanería del ministerio del interior, y a tener que decir alguna vez contra ETA vivíamos mejor, o quizás a sacar la calculadora electoral si se legaliza a la «autodenominada» IA (eso del «auto» es otro de los términos que se pone mucho últimamente y que no entiendo muy bien, vale, los has ilegalizado, pero qué pasa, que también les vas a prohibir llamarse cómo le de la gana), y ya entonces ni los pactos contra natura valgan para nada, o quizás lo que de verdad da miedo son algunas palabras como autodeterminación -otra vez el «auto», qué manía tiene la gente de decidir cosas por sí mismos-, eso esta muy bien para el Sáhara, pero cuando lo miras de tan cerca ya no es tan bonito, de cerca todo somos feos, tenemos pelos en la nariz y granitos, será una cosa muy democrática, pero desagradable, incómoda, hasta ahora al menos se la podía espantar diciendo «cualquier idea se puede defender sin violencia», o haciendo filología, lamentáis pero no condenais, ¿queréis condena y apuestas inequívoca por la paz?, pues tranquilos que -me lo decía el otro día uno que era militante hasta hace dos telediarios- que los talibanes, los irreductibles, los duros que les llamaban de la izquierda abertzale, se van a convertir ahora en pacifistas recalcitrantes, y lo habrán sido siempre, y los que más, y al que lo niegue se le da dos hostias y punto, por la paz vamos a muerte, igual hasta llega el día que lo dicen con una camiseta con el bietan jarrai bordado, no por la tía Angeles o ellos mismos, sino por unos obreros chinos o unas maquiladoras salvadoreñas que un día cosen eso y otro camisetas de la CCCP o de zombis asesinos y al final el dichoso escudo es solo -ojalá- algo macabremente kitch, una puta gracia, algo que ya pasó, una de esas prendas demodés que te pones en casa para hacer croquetas, …

¿LUCHA DE CLASES?

Ene 10, 2011   //   by admin   //   Blog  //  1 Comment

Esta mañana he estado en el INEM. Había mucha gente. Nunca había visto tanta gente, en realidad. Hasta me he asustado. Y yo soy un veterano, ya estaba ahí antes, en el 92, cuando los grandes fastos y el despiporre, mientras nosotros empezábamos a hacer cola con un título bajo el brazo que no valía una mierda; en el 2000, después de recorrerme todas las ETT, de chuparme todos los trabajos basura; ahora en el 2010 cuando comprobamos que los contratos indefinidos y los trabajos chachis eran una puta bola, que aún cobrabas menos que con la basura,y encima tenías que estar agradecido y sentirte un privilegiado; y antes del 92, también estaba ahí, cuando teníamos que trabajar para poder estudiar, durante las vacaciones, mientras otros se follaban a las chicas pijas y se bebían las botellas de vino bueno. Igualdad de oportunidades, otra puta bola. Algunos no dejamos nunca de hacer cola, una cola que no lleva a ningún sitio, algunos estamos siempre encadenados a la precariedad, a vivir en los barrios de bloques de las afueras, a montarnos en autobuses urbanos que parecen camiones de ganado…

Sigue habiendo, sí, clases, lo que ya no hay es lucha de clases, en la oficina del INEM todos nos comportábamos ya como veteranos, sabíamos qué cola hay que guardar, a que ventanilla dirigirnos, qué botón pulsar… No ha aparecido nadie con una botella de gasolina, ni mucho menos con un cigarrillo, tampoco nadie con octavillas llamando a la huelga revolucionaria… ¿Qué vamos a hacer ahora, cómo vamos a salir de esta?

Os dejo este fragmento de mi primera novela, Cuestión de supervivencia/La virgen puta, en el que hablo de todo esto. El de arriba es un video de los Rage Againts the machine versionando a los Rolling Stones y su Street fighting man: Londres no es un buen sitio para la lucha callejera, tío. Y parece que ya ningún otro.


Me gustaba andar. Sobre todo cuando estaba borracho. Era como hacer el muerto sobre el mar, permitir que las olas me acunaran, me arrastraran hasta dejarme varado en la playa. La única diferencia era que en lugar de alzar la mirada y encontrame con el azul luminoso del cielo veía los bloques de vivendas de los barrios trabajadores -en los que ya casi nadie trabajaba- inclinándose hacia mí, hablándome al oido, recordándome los viejos tiempos, pero a la vez ensuciándome la oreja con su saliva maloliente.

Yo había crecido en uno de esos barrios, no importaba cual, porque aunque entonces nos parecía a cada uno que el nuestro era singular -el barrio sin ley, el barrio conflictivo, EL BARRIO- en realidad eran todos iguales. Los edificios gemelos, cuarteados en bloques de cemento, sus fachadas descascarilladas, sudando sangre gris, los chandals limpios colgando en las ventanas, el ruido de los tubos de escape trucados de las motocicletas robadas, los gritos de los chavales en los portales, sin otra cosa que hacer y sin ganas de hacer otra cosa, las mierdas de perros en las aceras (últimamente, por cierto, todas las familias tenían un perro, y era el padre quien lo sacaba a pasear)…

Aquello era lo que me diferenciaba de Lorea. Raices que crecían en las tripas y te las revolvían.

Me pregunté cuanto tardaría en regresar al barrio. Todo aquel que no hacía de tripas, de aquellas tripas de madera, corazón, terminaba regresando. Las fronteras también existían, quizás eran las únicas que existían de verdad, en cada ciudad, en cada pais, y la única manera de atravesarlas era la traición, el olvido, la delación… Eso o la guerra. La guerra en los barrios se llamaba revolución, pero ya nadie lo recordaba. Sólo recordaban el nombre de sus perros.

REFLEXIONES SOBRE LA CENSURA

Jun 6, 2009   //   by admin   //   Blog  //  10 Comments

Hace algún tiempo Vicente Muñoz, con quien he coordinado a pachas la antología de homenaje a Bukowski ‘Resaca / Hank Over’, me pidió algunas impresiones un poco a vuelapluma sobre la censura, para una charla que debía dar sobre el tema. Lo hizo a cuenta de un episodio que tuve en diferentes medios de comunicación. Recupero y reproduzco aquí el email que envié a mi compadre y lo amplío con algún otro episodio de censura posterior.

La verdad es que mi historia con Ese Tocho pasó hace ya tiempo y aunque en su momento me quemó mucho, ahora ya he olvidado muchos detalles, pero intentaré ir al grano.

La cosa es que a mí de vez en cuando me encargaban cosas para el diario GARA, cuentos por capítulos, etc. También tenía una columna semanal, en la que siempre había escrito con total libertad (cuentos, también, o textos creativos, nada de opinión, aunque eso sí, cuentos de lo más burros, bastante gamberros, a veces yo mismo me sorprendía de que me publicaran esas cosas, y para ser honesto sabía que en ningún otro periódico se atreverían). En alguna ocasión también “toqué” algunas cosas “sagradas” para ellos (patrias, banderas…) y tampoco pasó nada.

En el cuento este, que era un cuento de San Fermín, hablaba, entre otras cosas, de una relación sexual de una alcaldesa de Pamplona y un portero de Osasuna. Nunca he sabido muy bien si el problema fue la alcaldesa o el fútbol u otro, porque nunca me lo explicaron. Pudo haber sido perfectamente el tema de la alcaldesa, porque por aquel entonces GARA andaba con algún lío con la Seguridad Social o amenazaban con volver a cerrarlo, y no les convenía mucho meterse en fregados, llamar la atención, dar una excusa… Claro que eso es mucho pensar de un simple cuento. También puede que les pareciera un cuento que degradaba a la mujer, políticamente incorrecto porque el portero se follaba a cuatro patas a la alcaldesa o algo así, no sé, yo a las mujeres a las que se lo he pasado no ven nada ofensivo en ello, y desde luego ese propio portero y los hombres que aparecen en el cuento resultan mucho más degradados, patanes, penosos…
Quiero decir que también hay un tipo de censura desde la progresía que es bastante lamentable. Es bastante lamentable, por ejemplo, no poder decir polla, o cojones, porque es misógino, fálico; o que los negros, los homosexuales siempre tengan que ser buenos o sensibles (para mí eso, no ver una opción sexual o una raza en toda su dimensión, verla como si no estuviera formada por personas, eso si es discriminatorio); pero bueno, yo casi estoy convencido de que el problema en el caso de Ese tocho vino más bien porque se ridiculizaba a Osasuna, el mundo del fútbol… El fútbol es hoy intocable. Si tú escribes un cuento o una novela metiéndote con el Madrid, o el Barça, vas a arruinar tu vida, tendrás a unos cuantos ultras esperándote a la puerta de tu casa, y Florentino Pérez pidiendo y trabajando y casi seguramente consiguiendo que se retire el libro de todas las tiendas, y que ese autor no vuelva a publicar más (constructores, empresarios, etc, son quienes de verdad “mandan”). El fanatismo atraviesa a todas las capas de la sociedad. Sencillamente, hay temas de los que no se puede hablar: ese es uno, otro es la casa real, otro el “problema vasco” desde un punto de vista que no venga marcado por los grandes partidos políticos y grupos de comunicación…
Bueno, el caso es que dos días antes de la fecha prevista de publicación me llamaron para decir que no salía, porque era un cuento “inapropiado”. No me explicaron por qué, pero en aquel momento lo que más me fastidió fue que había estado sacando horas de donde podía, porque estaba trabajando de barrendero y a la vez en una guía turística por encargo, y acababa baldado. Encima como no lo publicaban no me pagaban nada. Eso sólo nos pasa a los escritores, vete tu a un fontanero y dile que no te gusta como te ha dejado el lavabo y que no le vas a pagar. Y, por si eso fuera poco, el cuento me había gustado mucho cómo quedó. Por eso decidí que lo tenía que publicar, como fuera, e hice unas cartas de protesta, que envié al propio periódico y medios alternativos de internet. En Rebelión.org se ofrecieron a publicármelo, pero lo que más les dolió en GARA fue que yo lo acompañara con una carta de protesta, hablando de censura en un periódico que ellos creen progre, y que lo hiciera en medios alternativos, que es donde más les jode que afecte su reputación. Hubo alguna carta de apoyo en las que les llamaban gazmoños) Además el asunto desató en Rebelión alguna discusión, con reflexiones acerca de mi cuento insospechadas para mí, reflexiones que hablaban de erotismo, sexualidad, el amor en nuestros días: se pueden leer todavía en http://euskalherria.indymedia.org/es/2003/07/8529.shtml

A los poco días de que todo esto pasara me llegó un email en el que me comunicaban que habían decidido suprimir mi colaboración semanal, con la que llevaba cinco años. Fue una represalia, claro, automáticamente yo me pasaba al otro bando (cosa bastante improbable porque yo no pertenecía ni pertenezco a ningún bando ni banda por escribir en ese periódico), y más aún dejaron de dar información sobre libros que fui publicando, premios y otras actividades en las que yo estaba implicado (posteriormente ha aparecido una entrevista a cuenta de otro libro, pero del último, Ajuste de cuentos, después de pedirme que se lo enviara, no tengo noticias –hoy mismo les he escrito diciendo que si no van a sacar nada me devuelvan el libro-). Todo esto por supuesto no digo yo que fuera cosa de toda la gente de GARA, seguramente lo decidieron dos o tres personas o comisarios políticos.

Eso pasa ahí y en todos los lados, en todos los periódicos, por supuesto, y en muchas editoriales, revistas, etc, los escritores muchas veces acabamos escribiendo para empresas, tras las que hay grupos de poder, y en consecuencia nuestra libertad está restringida, no podemos hablar de temas que afectan a los poderes que sustentan esas empresas (o a sus anunciantes).
Por lo demás, el cuento afortunadamente siguió luego su camino, fue incluido en la antología Golpes, y más tarde traducido al italiano para otra antología de Mondadori, junto a autores como Javier Marías, Julio Llamazares, Roberto Fontanarrosa, etc, sin que pasara nada con él (sólo era un cuento), lo cual demuestra que la censura que ejercen los medios a veces es puro acojone, sin fundamento, y que la gente tiene sus (buenos) criterios y no siempre necesita que nadie le diga qué tiene que pensar, qué es conveniente que lea, etc.

Eso, por una parte, por otra, en mi relación con los medios de comunicación yo he detectado otro tipo de censura de la que nunca se habla, pero que me parece terrible. Por una parte, la imagen es hoy una dictadura, los textos están sometidos a ella, y si para que una foto o el diseño de una página cuadre hay que meter la tijera, se mete, a menudo sin criterio, sin tener en cuenta la opinión del autor, da igual por donde. “Total, la gente no lee”, te pueden llegar a decir, lo cual es el colmo, poner menos textos y más fotos es perfecto para estimular la lectura… Tampoco vale cualquier foto. Cuando volví del basurero de Payatas, en Manila, nos recorrimos varios semanales para intentar colocar los reportajes que junto con un fotógrafo hice allá. Muchos los rechazaron porque ese tipo de fotos a la gente no les gustaba verlas al desayunar un domingo. Y a la vez te pedían fotos más morbosas, con niños (es importante que sean niños) esnifando pegamento, etc. Los textos, por supuesto, eran demasiado largos y demasiado duros.

El periodismo hoy en día es una pura farsa (lo se porque ahora mismo yo trabajo como periodista o algo parecido), está totalmente desconectado de la calle (nuestra principal fuente es en la mayoría de los casos internet) y desde luego los redactores no escribimos con libertad, sabemos perfectamente que no hay que morder la mano que nos da de comer.

Pero volviendo al terreno puramente creativo, hay otra censura, otra dictadura todavía peor, que es la de la mediocridad. Pululan por hay correctores, o editores de textos que, aparte de corregir errores ortográficos o sintácticos se dedican a mutilar textos, a asignar títulos, entradillas, sumarios, que tú no habrías formado ni harto de porros. Muchas veces, más de lo mismo, necesitan más espacio para que entre la foto de marras, o la publicidad, y cortan frases o palabras que para ellos no aportan nada pero sobre las que tú has hecho pivotar todo el texto. Hay una falta absoluta de sensibilidad (normalmente esos cambios se hacen sin consensuarlos con el autor, que se los encuentra horrorizado cuando su texto ya ha sido publicado), una mediocridad, una incapacidad para detectar qué es lo que la gente quiere, espera, que es lo que les puede hacer reír, pensar… Se supone que todo ello, la intuición, ya viene implícita en la tarea del escritor. Es además bastante frustrante que uno de mil vueltas a una frase, que valore, sopese, qué orden, que adjetivo, que expresión es la más adecuada, para que luego llegue un mindundi y se la cargue sin ningún miramiento en una decisión que no lleva más de unos segundos. Yo, por ejemplo, siempre intento que mis textos fluyan, de alguna manera, que un párrafo lleve a otro, etc, y suprimir una frase, una palabra, una coma, supone cargárselos por entero. La censura que ejercen este tipo de funcionarios de las letras es de las peores que hay, porque nadie habla de ella, y porque se da con más frecuencia de lo que parece. Y, sobre todo, porque esos funcionarios creen que están haciendo bien su trabajo. Es una falta de respeto total al creador, al lector. Y en cierto modo es también lógica, una consecuencia más de esta sociedad cada vez mas desintelectualizada, más deshumanizada, robotizada, apresurada…

Después de todos estos episodios, aún tuve otro más con el diario ADN, en el cual “confiaron” en mí ofreciéndome una columna cada tres o cuatro semanas. En la última de ellas, que nunca llegó a publicarse yo hablé de mi libro La polla más grande del mundo, en un tono cómico, diciendo lo poco acertado que había estado al ponerle ese título: mi madre nunca podría ir a Gómez, la librería moña de Pamplona y preguntarle al librero si tenía la polla más grande del mundo… En ese tono. También hice alguna mínima alusión a la familia real española y al Diario de Navarra, que no hizo ninguna reseña de mi libro, y que curiosamente, pertenece (o pertenecía) al mismo grupo informativo que ADN (al menos en Navarra), pero no, ese no fue el problema, me dijo la directora, no, no, por dios, nosotros estamos a favor de la libertad de expresión, la columna (que tampoco era para tanto, la podéis leer aquí) me la retiraban por usarla para autopromocionarme (de lo cual se deduce que si el libro no hubiera sido mío podría haber escrito tranquilamente polla, o algún retruécano del tipo ‘los borbones a los tiburones’ o ‘Diablo de Navarra’)… Lo más gracioso de todo (aparte de que me enteré de que la columna no se publicaba el día anterior y que otra vez, como sus colegas de GARA, no me la pagaban –bueno, eso no es muy gracioso-) es que la directora argumentó las razones de la censura tomándolos de un blog en el que yo mismo, con un seudónimo, ironizaba al respecto:

Acabo de leer en el blog de Hank Over / Resaca que te han «censurado» una columna en el diario ADN. Joder, pues muy bien hecho. ¿Qué esperabas? ¿Te parece bonito hacerte publicidad a ti mismo y la basura de tu libro en un espacio que amablemente te ceden? (…) Mira que podrías subirte a esa columna y otear a tu alrededor, con la de cosas interesantes y jodidas y sorprendentes, incluso alguna hasta bonita, que hay en este mundo, y tú vas y te dedicas a mirarte las pelusas de tu ombligo, a hablarnos de ellas, como si a alguien nos importara?
Bah, de todos modos, seguro que estás encantado con la jugada, ahora tú también eres un escritor maldito, qué suerte, igual así hasta consigues vender alguna «polla» más ¿verdad?

La periodista casi repitió letra por letra mis propias palabras. Demencial. Por lo demás, ni siquiera supo despedirme con un poco de elegancia, me amenazó (“arrieros somos”, soltó), dijo que estaba muy ocupada para perder el tiempo conmigo… Y lo más triste de todo fue que ni siquiera podía disimular que ella solo era una correveidile, una mandada, una pobrecilla, alguien que al contrario que yo, que era un desagradecido nunca mordería la mano que le daba de comer… Por cierto, que el recado intuyo yo, porque no lo puedo asegurar , vino de alguien que después pasó a dirigir un periódico orientado hacia un Público muy progre y muy de izquierdas, lo que son las cosas.

Hay, además, otro episodios menores y muy desalentadores, como una publicación de estudiantes de periodismo que me pidieron un cuento para un suplemento sobre el periodismo del mañana, o algo así, y donde yo puse “teta” ellos corrigieron “seno” (¡yo nunca habría escrito eso!). El periodismo del mañana, qué risa.

¿Continuará?

CORRUPCIÓN DE MENORES Y DERECHOS DE AUTOR

Abr 27, 2009   //   by admin   //   Blog  //  No Comments


Al final los niños no resultaron tan fieros como los pintan (o como los pintaba yo en mi imaginación). La lectura en el colegio Atargi de Villava fue reconciliadora, me gustó ver por una parte a los niños inquietos, curiosos, respetuosos (incluso cuando no supe mantener su exigente atención, sobre todo en el caso de los más pequeños) y por otra a las profesoras, en las que no resultaba difícil distinguir la parte vocacional de su trabajo, la confianza depositada en esos niños a los que está educando para todos nosotros. Pero me gustó sobre todo ver a  mi sobrina, Amaia, por «culpa» de quien me vi metido en todo este embrollo (ella llevó los libros de Beethoven y Mozart a su profesora), contenta, yo diría que hasta orgullosa de su tío y reafirmando su autoestima cuando confirmé lo que ella ya había contado antes a sus compañeros, que no terminaban de creérselo: que en Papúa Nueva Guinea comí carne de cocodrilos que yo mismo había cazado antes. Mi sobrina Amaia, por lo demás, dibuja de maravilla y, tal y como dije, algún día me hará un dibujo para alguno de mis libros y seré yo quien esté orgulloso de ella.


Hubo, por otra parte, algunas anécdotas ese día del libro: una lección de paleontología, cuando una de las profesoras me enseñó un ejemplar de uno de mis libros, Cuestión de supervivencia, dedicado por un servidor, hace ya diez años, durante una charla en la Peña Euskal Herria de Burlada; un encuentro con mi primera novia, a la salida del colegio, ¿pero ahora te dedicas a esto?, me preguntó algo perpleja, y también me presentó a su hija, que era una de las niñas que había estado escuchándome (fue una sensación algo extraña); o las preguntas de los otros  niños, del tipo «¿Y te pagan por escribir?». «Me pagan algunas veces, pocas, y solo un poquito al principio, después se olvidan de mí»,  contesté, supongo que algo condicionado porque esa misma mañana me habían llegado los derechos por uno de mis libros y la cantidad era ridícula, poco creíble, o porque desde hace unos meses la editorial que ha publicado los libros de, precisamente, Beethoven o Mozart y otros tres más, no da señales de vida, pagaron un anticipo raquítico, si tenemos en cuenta los 3 meses de trabajo que invertí en cada uno de ellos, y si te he visto no me acuerdo. Y yo mientras tanto animando a mi publico, esos pequeños, a escribir, leer, escuchar, componer música… Alguien debería detenerme por corrupción de menores.  A pesar de todo, la experiencia mereció la pena  a veces uno tiene la sensación de ser un escritor cascarrabias, siempre protestando, riñendo, y los niños, y los libros que he escrito para ellos, me dan por el contrario alegría, esa fue mi retribución el día del libro, además de dos botellas de vino y una rosa, con la que  hice «la paloma», como decía mi madre, pues se la regalé a mi mujer al volver a casa y quedé como un señor (espero que no venga ahora nadie, se chive y me fastidie un día tan productivo, al menos anímicamente, como ese).

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