Mozart medía sólo un metro y medio, pero la mayoría de los músicos no le llegaba ni a la suela de los zapatos: desde que tenía cinco años componía música, lo mismo del derecho que del revés (bueno él decía de culo porque era un poco gamberrete). Claro, que lo tenía fácil, porque había nacido con toda una orquesta dentro de la cabeza. Así que no podía pensar en otra cosa que no fuera la música. Hasta se cambió su nombre por otro más melodioso: Amadeus. ¿A qué suena bien?
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