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HOMENAJE A MIGUEL SÁNCHEZ-OSTIZ

Jun 3, 2024   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments
Foto: Jesús Caso

Dejo aquí las palabras que escribí y leí como reconocimiento, gratitud y admiración en el homenaje que Ane Nie dedicó a Miguel Sánchez-Ostiz en la inauguración de la Feria del libro de Pamplona, el pasado viernes 31 de mayo:

Este año la Asociación Navarra de Escritores homenajea a quien ha sido seguramente el autor más destacado de la literatura navarra en las últimas décadas, Miguel Sánchez Ostiz, sumándose a los numerosos y prestigiosos reconocimientos que ha recibido la obra del autor pamplonés a lo largo de una carrera literaria larga y prolífica, y en la que ha sido distinguido con premios como el Premio Nacional de la Crítica, el Premio Euskadi, en dos ocasiones, el Premio Herralde o el Premio Príncipe de Viana de la Cultura, entre otros. Aunque, en realidad, los premiados somos siempre sus afortunados lectores, a los que Miguel nos tiene no sabemos si muy bien o muy mal acostumbrados, ofreciéndonos cada año una nueva entrega, o dos, o tres…, de alguno de los diferentes géneros, subgéneros, incluso invenciones o artefactos propios, como el soliloqueo, en los que se ha desenvuelto: diarios, novelas, breviarios, poemarios, ensayos, crónicas, libros de viajes…

La última de sus obras, por cierto, Osadías y descalabros, es una de las novedades que podemos encontrar en esta Feria del Libro que hoy inauguramos, y se suma a las decenas de publicaciones que acumula desde que a finales de los 70 e inicios de los 80 dio a imprenta libros como el poemario Pórtico de la fuga o la novela Los papeles del ilusionista.

Pero en realidad podríamos decir que la carrera literaria de Miguel comenzó mucho antes, cuando solo era un niño que a la sombra de las torres de San Cernin, soñaba con ser zaldiko o dejaba volar su imaginación viendo los curriños, los espectáculos de guiñoles o de títeres de cachiporra en la plaza de san José, o moviéndolos él mismo, en un teatrillo que le regalaron de pequeño y con el que, como dijo en la presentación de su Perorata del insesato, aprendió a “hablar en solitario, con voces distintas, desde detrás de la escena, sin ser visto, a veces aunque delante no hubiera nadie».

Ese retablo de marionetas es a fin de cuentas lo que Miguel ha puesto en escena en tantas de sus obras, por ejemplo, en su novela referencial, Las Pirañas o en Moriremos nosotros también, por citar solo algunas.

Y hoy en este homenaje, desde el corazón mismo de Umbría, queremos acordarnos también de esas marionetas cuyos hilos ha manejado y cuyas voces ha impostado con tanto arte el escritor: Perico de Alejandría, Gezurtegi, Potzolo, Lanbroa o su querido loquico de la ya mencionada Perorata del insensato.

Miguel ha ejercido asimismo de zaldiko literario con sus libros o sus colaboraciones en prensa, aporreando con fiereza a veces, a veces con chanza, divirtiendo a unos y haciendo que a otros los vergazos −a otros que suelen merecérselos, por lo general− les escuezan, pero en toco caso, siempre con honestidad, siempre colocándose a sí mismo el primero en la picota.

La obra de Miguel es como decimos larga y resulta difícil hoy abarcarla y detallarla como merece, por mucho que él seguramente piense que todo esto son enormidades, pero no podemos dejar de mencionar algunas de sus facetas, como la de escritor de dietarios, un género del que es un referente.

Sus diarios son un cuaderno de bitacora de toda una vida dedicada a la literatura y en los que también refleja las mareas de la vida, esas mareas que lo convierten en rey mago de la cabalgata un año y al otro en peatón de Madrid.

O libros como El botín, o El escarmiento que son sin duda imprescindibles si hablamos de memoria histórica en nuestra tierra.

Queremos reivindicar también al Miguel escritor de periódicos, ese Miguel al que tantos lectores echamos de menos, pues encontrábamos en los artículos de Miguel las palabras que nos faltaban para expresar el asco indecible y también para arrojar un poco de luz y de sensatez ante el devenir político y social de los locos y oscuros tiempos que corren. Aprovechamos, pues, la ocasión para pedir que Miguel vuelva a tirar porque le toca.

En definitiva, le debíamos a Miguel Sánchez-Ostiz este homenaje por muchos motivos: por su admirable vocación literaria y su vida entregada de manera decidida a los libros; por la originalidad de su voz, o sus voces literarias; o por su escritura irreductible y honesta, sin concesiones, que sigue la estela de otros autores y maestros, como su querido Pablo Antoñana. Miguel es como él -ya quedó dicho en alguna otra ocasión- un escritor betizu, sin collar ni cencerro, libre; uno de esos escritores que tienen como consigna ese verso de Humberto Quino, que tanto le gusta: “No cedas, viejo perro”; uno de esos escritores que son o deberían ser un referente y un ejemplo para nosotros y nosotras, los escritores navarros, quienes hoy te damos por todo ello, en este homenaje, las gracias. Eskerrik asko, Miguel!

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