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Archive from enero, 2012

MIERDAS DE PERRO

Ene 26, 2012   //   by admin   //   Blog  //  No Comments

 


«Inundan la ciudad. Mierdas de perro. Unas tú las pisas y otras te quieren pisar». Que cantaban los Tijuana in blue hace años, muchos años, pero hoy más que nunca sigue siendo una canción de plena actualidad. Observo un aumento de plastas por las aceras, pequeñas minas antipersona que traen buena suerte, dicen, pero que lo único que traen es peste y mala hostia y un odio cerval hacia los maleducados,que serán los mismos que se cuelan o empujan en la tienda, en la parada del autobús, que aparcan en doble fila, etc. Listos, listillos, gentuza. Con todo, las peores son las otras, las mierdas de perro que nos quieren pisar y que florecen por doquier, pones la radio y ya empieza a aventar la mierda, todo apesta, todo está corrompido y parece que no  hay manera de limpiar las aceras, solo hay miedo y el miedo genera impunidad y así nos va ¡Mierda!

Os dejo con un capítulo de la que fue mi primera novela, Cuestión de supervivencia (1997):

 Ilustración de Kalvellido para la reedición del libro bajo el que fuera su título original ‘La virgen puta’, que se puede leer aquí: http://lavirgenputa.blogspot.com

RAÍCES
Me gustaba andar. Sobre todo cuando estaba borracho. Era como hacer el muerto sobre el mar, permitir que las olas me acunaran, me arrastraran hasta dejarme varado en la playa. La única diferencia era que en lugar de alzar la mirada y encontrarme con el azul luminoso del cielo veía los bloques de viviendas de los barrios trabajadores -en los que ya casi nadie trabajaba- inclinándose hacia mí, hablándome al oído, recordándome los viejos tiempos, pero a la vez ensuciándome la oreja con su saliva maloliente.
Yo había crecido en uno de esos barrios, no importaba cuál, porque aunque entonces nos parecía a cada uno que el nuestro era singular -el barrio sin ley, el barrio conflictivo, EL BARRIO- en realidad eran todos iguales. Los edificios gemelos, cuarteados en bloques de cemento, sus fachadas descascarilladas, sudando sangre gris, los chandals limpios colgando en las ventanas, el ruido de los tubos de escape trucados de las motocicletas robadas, los gritos de los chavales en los portales, sin otra cosa que hacer y sin ganas de hacer otra cosa, las mierdas de perros en las aceras (últimamente, por cierto, todas las familias tenían un perro, y era el padre quien lo sacaba a pasear)…
Aquello era lo que me diferenciaba de Lorea. Raíces que crecían en las tripas y te las revolvían.
Me pregunté cuanto tardaría en regresar al barrio. Todo aquel que no hacía de tripas, de aquellas tripas de madera, corazón, terminaba regresando. Las fronteras también existían, quizás eran las únicas que existían de verdad, en cada ciudad, en cada país, y la única manera de atravesarlas era la traición, el olvido, la delación… Eso o la guerra. La guerra en los barrios se llamaba revolución, pero ya nadie lo recordaba. Sólo recordaban el nombre de sus perros.

‘DIOS NUNCA REZA’ EN EL BLOG ‘PANEM ETA CIRCENSES’

Ene 24, 2012   //   by admin   //   Blog  //  2 Comments

 
 
 

Una reseña más de mi dietario de esas que me ponen colorado, y encima se me nota, porque el autor, a quien no conozco, dice que tuvo la sensación de estar tomándose una caña conmigo en las tres horas de lectura ininterrumpida (ni siquiera para ir al baño, a pesar de la cerveza). Dios nunca reza no para de darme alegrías, y tengo la sensación de que aún vendrán más, de que solo ha echado a rodar, de que el boca-oreja está haciendole el camino que por otros sitios no se puede o no me dejan (y a veces me llega el rastro de ese boca oreja, la gente me escribe, casi a diario, y eso es estupendo, increible, mejor que cualquier reseña en los suplementos literarios para los que no existo, me dicen que compran el libro para ellos y para personas a las que quieren, lo regalan..). .Muchas gracias a todos. Brindo por vosotros y me como un frito a vuestra salud (y visto lo visto igual monto otro día otra firma de libros autogestionada, en algún bar de San Nicolás, por ejemplo, para que el pote no solo sea virtual)

DIOS NUNCA REZA.PATXI IRURZUN. Andrés Matorral.
Ayer tuve que quedarme toda la mañana en casa, cuidando a mi hija, de un trancazo de esos tan habituales por estas fechas. Media Ikastola esta igual. Da mucha penica verla sufrir y a la vez me deja boquiabierto su serena fortaleza.
A la tarde en cuanto apareció mi mujer por la puerta, ya estaba vestido, necesitado e impaciente por dar un paseo que desembotara mi cabeza, como si fuese un perro demandando bajar a la calle. No se si serán los wifis, los campos electromagnéticos, las corrientes eléctricas, las resinas y aislantes de construcción o simplemente una paranoia psicosomática, pero el hecho es que necesitaba, ansiaba con desespero, salir a tomar aire fresco al monte cercano a mi casa.
Al subir al último pueblo de Iruñerria, pasé cerca de la biblioteca pública y decidí entrar a coger un libro que tengo pendiente desde hace meses; qué digo meses; años. Era un libro de un listado de recomendaciones que el profesor de filosofía de tercero de BUP nos entregó: Introducción al pensamiento filosófico de Bochenski.
Ya me ha ocurrido en, al menos tres ocasiones, que las bibliotecarias de este pueblo, dejan abandonada la sala tan campantes, bajando a echarse un café, un truño en el baño o simplemente de cháchara por el resto del edificio, como si el tiempo de los demás valiese menos que el suyo, así que tuve que esperar en el mostrador a que apareciera alguien que se dignara a atenderme.
La sección de novedades está justo al lado del mostrador y por hacer tiempo eché un vistazo un poco a desgana. Ahí vi el libro Dios nunca reza del autor Patxi Irurzun. Ciertamente el título del libro atrae y con esa misma intención, supongo, Patxi, decidió ponerlo. Aun así por mucho título atrayente, la portada era fea de cojones. No se por qué motivo, sin pensarlo demasiado, decidí cogerlo también, junto al de Bochenski, justo cuando apareció la bibliotecaria excusándose. Al verla insistir en la disculpa, ruborizada, me sentí mal por haberseme pasado por la cabeza escribir una hoja de reclamaciones. No debo ser mal tipo. Paso del odio a la compasión y comprensión con sólo ver un pequeño gesto de humildad o reconocimiento de la falta. Eso creo que se llama perdón, aunque, nuestro entorno ultra católico se encargue de desvirtuarlo y confundirlo.
Al llegar a casa, como nuevo tras el paseo, con las piernas aún hormigueantes y las orejas plácidamente congeladas, volví a mirar la portada y caí en la cuenta que podía ser el libro que mi admirado Jorge Nagore recomendó, hace tiempo, en uno de los artículos de su columna del periódico local. Dudé, no obstante.
Tras la cena comenzaron los gritos de los personajes de dibujos animados de la tele. Ultimamente siempre gritan, siempre corren, se dan de hostias, y son medio bobos, como preparando a nuestros pequeños para la que les viene encima, a la vuelta de unos años, incitándoles a que todo siga igual; a correr mucho y pensar poco. Escapé, sin excusarme, al dormitorio y comencé la lectura de Dios nunca reza.
No me moví hasta tres horas más tarde, cuando leí la última hoja y cerré la tapa, volviendo a mirar la portada, incrédulo de lo que acababa de leer. Incluso me aguanté las ganas de mear hasta que lo hube terminado.
Enseguida en las primeras páginas me di cuenta de que efectivamente, no podía ser otro libro, que el recomendado por Nagore. Los dos, Nagore e Irurzun dejan el mismo rastro tras leerlos, ese tufillo a adoquín viejo de la calle mañueta mojao. Abrumadoras sentencias llenas del gran sentido común “de los de casa”, directas, brutas. Una despiadada autocrítica aparentemente camuflada con un humor socarrón, pero igual de dolorosa. Un libro que da ostias de realidad, a pecho descubierto y nos deja a todos pelaos, como a él, como lo que somos, maravillosos perdedores llenos de dudas y contradicciones, pero geniales, viviendo en una sociedad en la que pese a ser conscientes de que no hay nada que hacer por ganar, batallamos como gato panza arriba. Una puta gozada de libro.
Voy a sustituir a “Modesto” arriba, con este comentario, pero quiero pensar que no es casual que Nagore escriba en su blog que se lo leyó del tirón y yo lo haga también, más cuando no lo había hecho en años. Quiero pensar que existe un, llámalo, gusto común; un valorar un estilo y un tipo de arte que lo sentimos como propio las gentes como Nagore, Irurzun y yo. Que me perdonen por mi osadía pero me apunto a su cuadrilla. Con dos cojones. Leer el libro fue como echarnos los tres, unas cervezas y un frito en la Calle San Nicolas, riéndonos de la vida y las mismas paridas, cómplices y compañeros. Ya me gustaría…

TV FREAK (Pozí in memoriam)

Ene 23, 2012   //   by admin   //   Blog  //  No Comments

 
 
Dicen que ha muerto Pozí. Dicen, aunque aún le queda mucha guerra que dar, mientras resistan algunas de las expresiones que aportó al habla popular (¡Pozí!) y que algún día también morirán, como languidencen los chachiìlongui o megaguay. Mientras tanto ¡larga vida a Pozí! Yo me he enterado por Exprai, que ha ilustrado la noticia con el dibujo que en su día hizo para este texto que escribí:
TV FREAK
 
 
Y después de tanto tiempo ahí está de nuevo, Pozí, aquel freak que descubriera Cárdenas, el de Crónicas Marcianas; Pozí, con sus patitas de alambre, como la Gallina Caponata, la que pasaba mucho hambre, con su joroba tierna, como un bizcocho que ha explotado en mitad de la espalda, y sus ojitos, dos moscardones verdes revoloteando en busca de un poco de cariño por todo el plató; Pozí, travestido de lagarterana y marcándose un pasadoble mientras Cañita Brava hace restallar como látigos sus castañuelas y canta en un inglés macarrónico el último tema que su imaginación de torbellino en el patio de un psiquiátrico ha dado a luz con fórceps; Pozí y Cañita Brava superando aquel dueto que este último, contra su voluntad, se veía obligado a representar junto a un tipo de melodía monocorde y, de puro soso, gracia por arrobas, aquel tipo de cuyo nombre no consigo acordarme y que a Cañita Brava lo sacaba de sus casillas, le obligaba a interrumpir sus canciones (entonces en un euskalki extinto del chino mandarín o en el árabe indescifrable de Bin Laden en los vídeos de la CIA), a montarle el pollo, todo ello en aquella descarnada parada televisiva de monstruos que era El Semáforo.

Ah, El Semáforo, que buenos ratos nos hizo pasar… Y cuantas risas como dentelladas en la conciencia. Risas cuyas heridas se curaban con el consuelo de saber que había alguien todavía más cruel que nosotros, las personas que enviaban a aquel batallón de freaks, de desahuciados en un mundo impío con el débil, o con el que se salía, al que lo sacaban a hostia limpia de la fila. Aquellas personas que se suponía, eran familiares, o amigos y que sin embargo colocaban al tonto del pueblo en el centro de la plaza mayor de la aldea global que es la televisión para señalarlo, para convertir sus carcajadas en un cosmético que maquillara una vida en la que los sueños están a la venta el sábado por la tarde en el hipermercado y el retraso mental se fomenta en los planes de estudio de ministerio de educación o desde los telediarios o los programas de tertulianos, por no hablar del mal rollo y el chivateo que patrocinan esos programas de individuos obligados a convivir sin cepillo de dientes en islas llenas de mosquitos, o en academias en las que sólo falta el Leroy marcando paquete o la otra pegando con el bastón en el entarimado mientras dice “Buscais la fama pero la fama cuesta”, y en las que nunca le dan a uno una canción que se avenga a las posibilidades de su voz talentosa y de estrella nacida para triunfar en el mundo del “chou-bisnes”.
TV freak. Pozí y Cañita Brava a la limón. ¿Alguien da más? Po zí. La presentadora, en este caso, azuzando por detrás a ambos, despojada de aquella complicidad, aquellas ironía tierna con que el gran Cárdenas, el de Crónicas Marcianas, trataba a sus fenómenos de feria, algunos de los mismos –Leonardo Dantés, Carlos Jesús, la inevitable Tamara– convertidos hoy en superestrellas, en superventas y en portadas de los supersuplementos de prensa, los cuales igualmente maquillan su docilidad con iconografía kitch. La presentadora ziriqueando en las taras de los monstruos sin otro objetivo que obtener la sangre y el pus del share, la audiencia… ¿Quien es, pues, el auténtico monstruo?
Televisión, en una palabra. Nada más. Así son las cosas y así se las hemos contado, que diría el otro (cuando debería de decir “Así les hemos contado, así son las cosas”).
Para TV Freak, desde el corazón de la bestia, el arriba firmante.

CONTRAFÁBULAS

Ene 22, 2012   //   by admin   //   Blog  //  No Comments
Francis Novoa Terry acaba de publicar en Groenlandia su obra Contrafábulas, para la que he escrito el prólogo, y ahí abajo os lo dejo, así como el enlace desde donde se puede leer este divertido libro, con unas magníficas ilustraciones de Felipe Solano:
La peña está mal. Como una cabra. El autor de esta animalada que tienes entre las manos, por ejemplo: peruano, madrileño, heavy, escritor, curriqui, incendiario (quema una ETT casi cada vez que se pone a escribir)… y ahora autor de un libro de fábulas. O mejor dicho, de Contrafábulas, que así se titula, y muy bien titulado. Contrafábulas. Cágate, lorito. La peña, sí,  está como una puta cabra. Y el mundo del revés. El mundo no se arregla escribiendo libros, no al menos los libros de mierda que se leen por ahí. Algunos han hecho añicos el espejo aquel al borde del camino del que hablaba Stendhal; es lo que se lleva, lo fragmentario, la deconstrucción, lo experimental, un pufo como una catedral, vamos, porque esos pedazos por lo general no cortan, no alcanzan a nadie, no proyectan nada ni se convierten en proyectiles, son inofensivos. Francis lo sabe bien y también que para cambiar el mundo, o al menos para retratarlo y hacer un poco de sangre lo que hacen falta no son libros de mierda sino libros como cóctels molotov, como facas, libros que den coces, zarpazos, que embistan, que muerdan, que arañen… Francis, sin inventar nada, es un rebelde, un lanzador de cuchillos con gafas de sol, Francis va contra corriente, hace lo que nadie hace hoy en día: recurrir a un género como la fábula, tan tradicional como olvidado, y que sin embargo ha sido a lo largo de los siglos el vehículo, el piloto suicida con el que arremeter contra los vicios y tropelías de sociedades enfermas, el guante de seda con el que noquear a los poderosos, el dedo que señala el traje nuevo del emperador…
Las fábulas, además, las contrafábulas de Francis (porque ese es un matiz importante, Francis no podía recurrir a la tradición así como así, ir a beber de sus fuentes como un dócil borreguito, Francis es heavy, hostia, un potro salvaje, un gallo de pelea, y tiene que poner todo patas arriba, poblar estas fábulas de elementos que hasta ahora no aparecían en ellas, de caperucitas violadas, de ratones insumisos que no siguen al flautista, de cabras que fueron actrices porno), las contrafábulas de Francis, decía, se desprenden de su carácter metafórico y se transforman en cuentos realistas, naturalistas, son otra vez el espejo de Stendhal al pie del camino. Si el mundo está lleno de cerdos, de tiburones despiadados que nos muerden la cartera y el corazón cada día, de buitres que los avalan y hacen del despojamiento ley, de ovejas asustadas que cagan votos sobre los que esos carroñeros se suben, de perros policías, perros guardianes, perros con porra para proteger el cortijo a cambio de un currusco de pan, si el mundo se ha convertido en una finca particular, un establo, una jaula, qué mejor que escribir sobre los seres humanos cómo lo que realmente somos: animales. Todo eso lo explica mucho mejor, en realidad, el propio Francis en su contrafábula “Seres civilizados”. Léanla. Lean esa y todas las demás. Háganlo sin miedo, que en estas contrafábulas no hay Moraleja, ni Barrio de Salamanca, son fábulas de extrarradio, de bar de barrio, de autobús urbano… Rúmienlas. Y después, una vez hecha la digestión quizás comprendan que ya va siendo hora, queridos seres civilizados, de hacer un poco el bestia. 
Patxi Irurzun. 
Prólogo para Contrafábulas de Francis Novoa Terry. Ya disponible en el ISSUU y en el SCRIBD:

http://es.scribd.com/doc/78865286/CONTRAFABULAS-DE-FRANCIS-NOVOA-TERRY

http://issuu.com/revistagroenlandia/docs/contraf_bulas__de_francis_novoa_terry

EL MUÑECO DE NIEVE MÁS FEO DEL MUNDO

Ene 19, 2012   //   by admin   //   Blog  //  3 Comments
Lo hice yo, con mi hijo, y es ese de arriba. Después escribí una columna para Guía del niño y de repente el patito feo se convirtió en cisne. «Me encanta Patxi». No, no es que me quiera mucho, es lo que opina una lectora de la revista: «

Empezar vuestra revista por el final es una obsesión, no lo puedo evitar. Sé que mucha gente lee las revistas así, sin ningún motivo especial. Pero yo tengo uno: unas ganas impresionantes de leer los textos de Patxi Irurzun. No puedo parar de reírme con ellos. Me encanta cómo este chico puede hacer de las situaciones más cotidinas, en las que todos nos identificamos, una historia de carcajada continua. Mi más sincera enhorabuena»


Jo, y encima me llama chico…

 

Y ahora os dejo con la historieta:

EL MUÑECO DE NIEVE MÁS FEO DEL MUNDO

Nunca había imaginado que hacer un muñeco de nieve fuera tan difícil… Bueno, probablemente para los demás padres no lo sea. Me pregunto qué recordará H de mí, cuando sea mayor. Un padre es alguien que arregla enchufes, te enseña a andar en bici en una mañana –y que luego no se pasa el resto de la semana con la espalda convertida en un acordeón gimoteante, ay, ay…-; alguien, en definitiva, que hace con sus propias y fornidas manos muñecos de nieve tamaño Goliat, y no esa birria que me ha salido a mí y al lado de la que ALF, aquel extraterrestre de la serie de televisión, era un adonis.
Y mira que he bajado a la calle con ilusión, esta mañana mágica, casi perfecta de sábado: “¡Está todo nevado!”, he gritado al levantarme, y H ha pegado un brinco desde su cama, sin remolonear, se ha colocado junto a mí en la ventana y la luz blanca y deslumbrante de la nieve le ha iluminado el rostro…
-¿Bajamos a hacer un muñeco, campeón?- he dicho yo entonces mi frase de superpadre, y ha funcionado:
-¡Síiiiiii!- ha contestado H, y hasta me ha dado un beso (últimamente no lo hace porque, con la barba, dice que pincho).
Así que ahí estábamos los dos, ya en la calle, con nuestra zanahoria, la bufanda con dibujitos de renos, todos los complementos que un muñeco de nieve puede desear… Pero luego ha sido empezar a amontonar la nieve y no sé qué ha pasado, ésta se me escurría entre los dedos, como arena, no había manera de compactarla, o cuando lo conseguía, al intentar clavar la zanahoria, el muñeco se deshacía…
-Este muñeco es un adefesio- me he rendido finalmente, desilusionado.
Pero H se ha reído, me ha tirado una bola, ha hecho la croqueta sobre la nieve… así hasta que, agotados, hemos subido a casa.
-Mira, mamá, el muñeco Adefesio- ha corrido entonces H a la ventana, arrastrando a su madre.
-Pues sí que debía de ser feo- ha contestado Malen, porque un grupo de niños había rodeado a nuestro muñeco de nieve alienígena y lo destrozaba a patada limpia.
-¡Vándalos!- me he puesto hecho una furia, y ha sido H  quien ha tenido que pararme los pies:
-Déjalos, papá, total, se iba a dirritir…-me ha dicho.
Y tenía razón. Después de todo, lo importante era que nos lo habíamos pasado en grande. Eso y que, quién sabe, quizás cuando H sea mayor recuerde divertido aquella mañana que hizo con su padre el muñeco de nieve más feo (y más efímero) del mundo.
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