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Archive from agosto, 2011

¡OH, PATXI, MI DULCE Y SUCIO PATXI!, por Carlos Salcedo Odklas

Ago 12, 2011   //   by admin   //   Blog  //  No Comments


Carlos Salcedo Odklas hace en Escritores sucios esta extensa y emotiva reseña sobre ¡Oh, Janis!, las dificultades para hacerse con el libro y, yo diría, sobre mí mismo. Dulces y sucias gracias.

¡OH, PATXI, MI DULCE Y SUCIO PATXI!

Descubrí a Patxi como a tantos otros a través de diversas antologías, su relato mi padre, los libros reno, ned flanders y los beats, todo en la misma frase incluido en la antología Beatitud (Ediciones Baladí) me parecío una obra maestra y el relato el vértigo de spiderman del Vinalia plan 9 (Producciones Vinalia Trippers) ya me hizo memorizar su nombre y ponerme en contacto con el, descubriendome además a una gran persona tras las letras, un tipo sencillo, amable, cercano, asi como seguro de su talento, ilusionado y para nada creído, por eso al saber de la publicación de esta novela empecé a sentir esa sensación yonki de querer bucear en sus páginas cuanto antes.

Me puse en marcha por las librerías de mi ciudad.

-¿Hola, tienen algo de Patxi Irurzun?

-Creo que no ¿cómo has dicho?

-Patxi Irurzun. Pe, a, te, equis, i, Irurzun, como suena.

-No, ahora no tenemos nada en stock.

Recorrí un par de librerías con idéntico resultado. Finalmente opté por probar en la librería pastor, una de las más grandes de la ciudad, la había evitado deliberádamente con anterioridad porque es una librería grande, con un escaparate poblado de banalidades y una clientela constante e impersonal, como el goteo de un grifo, y por lo general prefiero comprar en librerías pequeñas para no dar más dinero a quienes ya tienen bastante, pero todas me habían fallado.

-¿Hola, tienen algo de Patxi Irurzun?

-¿Quién?- Me dijo la dependienta, una señora de mediana edad.

-Patxi Irurzun.

-Mmmmm….¿puedes decirme algún título?

Estuve tentado a decirle la polla más grande del mundo, pero me rajé.

-¡Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis!

-Mmmm….Ffffff…..si, parece que lo tenemos.

-¿En serio?

-Aquí pone que si.

-Si lo tienen me lo llevo.

La señora imprimió un ticket que miró esbozando una mueca.

-Me va a costar encontrarlo.

No contesté, no se si esperaba algún tipo de comentario por mi parte, nos limitamos a mirarnos en silencio, ella volvió a mirar el ticket y finalmente salió de detrás del mostrador, me puse detrás de ella y seguí sus pasos, ojeó un par de estanterias y se dirigió a un hombre mayor que deambulaba por ahí.

-Alfonso, échame una mano con esto.

El señor mayor estudió el ticket y se dirigió a mi.

-¿Es una editorial nueva no?

-Creo que si.

Miraron por encima un par de estanterias mientras yo disimulaba.

-Quizas esté en las cajas de arriba -Le dijo el señor a la señora.

-Pufff….¿Está usted de paso?- Me dijo la señora.

-Errrr… no.

-Es que quizás nos cueste encontrarlo, ¿podría venir mañana?

-No se, supongo que si.

Se alejaron cada uno en una dirección, no sabía si me estaban dejando tirao o se habían ido a buscarlo por otro lado. Me acerqué a la estantería de mi derecha, aquella en la que ellos habían estado mirando, eché un pequeño vistazo. Y allí estaba, lo localicé enseguida, como si estuviese llamándome. Lo saqué de su prisión.

-¡Hey, está aquí!

La señora, que estaba ya inequívocamente volviendo a su posición inicial tras el mostrador, se giró con cara de sorpresa.

-Vaya, pues que bien. -Dijo.

Ya en el mostrador realizamos la transacción.

-Son 16 euros.

-Tenga.

He de reconocer que me escoció, está claro que los vale, pero para un miserable parado de larga duración como yo que hace poco ante la desesperación de su situación ha optado por dar el paso de llevar su curriculum al mc.donalds (esperando que no recuerden aquella vez que, borracho, casi prendo fuego al local ante los gritos del encargado) es un desembolso. Espero que al menos una parte razonable vaya a parar al bolsillo de Patxi.

Por fin tenía la novela, la edición es correcta, la tapa blanda y de extensión normal (206 páginas).

Ya en casa me lamenté por no tener un petilla para acompañar la lectura, nuevamente mi jodida situación financiera. Por suerte si contaba con un par de latas de cerveza marca Askania y un par de cigarros Winston. Me puse a ello.

La escritura de Patxi es agil y tremendamente entretenida, es perfectamente posible leerse el libro del tirón si te da la locura. Su estructura, en breves capítulos de unas cinco páginas, también posibilita irlo leyendo poco a poco si tu vida diaria no te permite dedicarle más que breves momentos.

Cualquiera medianamente interesado en la literatura underground y sucia en la que podría encuadrarse a Patxi seguramente estará ya al corriente de la trama. Dick Grande es un barrendero de Pamplona, un tirao que aulla a lo Bruce DICKinson en alguna jam o grupete heavy a la menor ocasión y barre las calles por la noche, no es un tipo agraciado, enclenque, feo, pero…. Hay amigos, el bueno de Dick esconde un diamante en bruto entre sus piernas, y aunque todos pensamos lo mismo en algún momento y fantaseamos con darle la vuelta a la pantalla del ordenador y ser el cabrón que se folla a todas esas tías con las que nos pajeamos a escondidas, a Dick se le presenta la ocasión tras un viaje de vacaciones a La Habana donde conoce a Janis, una jinetera, y a un par de dementes productores alemanes de porno amateur. Tras ser desvirgado en el medio y comprobar su potencial, un emocionado Dick emprende su recorrido por los bajos fondos del porno donde conocera a inverosímiles personajes y viajara a lugares a cual más bizarro por todo el globo y donde comprobará que no todo es follarse a pivones y eyacular en sus sonrientes rostros sino algo más tortuoso, como la vida misma.

La novela es divertidísima, sin más pretensiones que entretener, y aunque no pretende revolucionar la visión filosófica de la vida de nadie Patxi, con suma habilidad, introduce de vez en cuando reflexiones acerca de la condición humana (algo que en temas sexuales evidencia el verdadero ser de nuestra especie) y también se permite algunos ácidos comentarios de critica social, todo ello alejado del punto de vista oracular y mesiánico e introducido con toda la naturalidad del mundo.

En nuestro viaje en compañía de Dick y su «blackandéker» nos veremos en situaciones divertidas y bizarras y también tristes y desoladas haciendo que nos encariñemos enseguida con el bueno de Dick y queramos saber que le va a pasar ahora, la forma de narrar la historia, en primera persona, facilita también este acercamiento y consigue lo que todo escritor ansía, esto es que el personaje acabe siendo uno más de nuestros colegas.

En la etiqueta de mi ejemplar se la define como novela erótica, es cierto, de echo incluso podría decirse pornográfica (si estás pensado regalarsela estas navidades a la madre de tu pareja, la del opus, te aconsejo desechar la idea) pero es mucho más que las aventuras guarras de un actor porno de grán polla, es la busqueda de uno mismo, el afán de escapar de la mierda de las calles y elevarse sobre la masa con la polla bien tiesa para eyacular sobre todos los cabrones de abajo que nos menosprecian y coartan.

En definitiva ¡Oh, Janis, mi dulce y sucia Janis! Es una novela cojonuda, de las que mola recomendar a los colegas, divertida, muy facil de leer tanto una como varias veces, excitante (no he podido evitar pajearme tras la lectura de algunos pasajes) entrañable y cercana, sin caer en fantasmadas ni sermones, recomendadísima.

¿Se te ocurre algo mejor que hacer estas aburridas tardes de verano que transformarte en una estrella del porno (amateur)?

TITIRITANDO

Ago 9, 2011   //   by admin   //   Blog  //  1 Comment


Esta mañana he madrugado para poder escribir un poco (a las seis me he levantado), pero mi hija también se ha levantado pronto y nos hemos puesto a ver los Lunnis. Los Lunnis me dan asco. Hubo un tiempo en que me hacían gracia, pero ya se sabe qué pasa cuando a un niño le gusta algo. El caso es que en el programa de hoy se han puesto a explicar una palabra. Una Lunni (creo que era Lulila), temblaba de frío y luego desvelaban cuál era esa palabra: Titiritar. Yo me he enfadado porque pensaba que lo estaban diciendo mal (yo diría tiritar), pero luego he mirado en el diccionario de la RAE y titiritar es correcto. Y bonito. Bonita palabra. Sobre todo cuando quien titirita es una marioneta.

PORTADA DE ‘DIOS NUNCA REZA’

Ago 9, 2011   //   by admin   //   Blog  //  No Comments
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En septiembre publicaré con Alberdania mi diario «Dios nunca reza» así que ahora andamos con las galeradas, o con la portada que aquí os adelanto. Os dejo también algunos pasajes del libro que ya he ido colgando en este mismo blog:

Domingo, 20 de julio de 2008

En los últimos días se han fundido tres o cuatro bombillas de la casa. Es como si esta intuyera que se acaba un ciclo, que vamos a apagar la luz dentro de poco. Claro que nosotros le damos pistas, ya no limpiamos tan a menudo como antes, acumulamos en las habitaciones, a la vista, trastos que normalmente suelen estar escondidos… Es su pequeña venganza. Además, hace unos días la goma de la puerta del balcón, que había aguantado cinco años suspendida en una posición inverosímil, se despegó definitivamente. Y la pintura de una esquina de techo del cuarto de estar ha comenzado a abombarse.

Así que también intentamos engañarla, por ejemplo, comprandole algún juguete a Urko, que se sume a todos los que hay en su habitación, para hacer creer a esta casa rencorosa y posesiva que no tenemos que trasladarnos dentro de unos días, que todavía hacemos lo que se hace con las casas, llenarlas de cacharros inútiles, como retales de una vida que se va consumiendo y renovando día a día.

El último juguete, ayer, fueron unos muñequitos que representan a los personajes de Peter Pan. Todo un éxito. Urko no ha parado de inventar historias con ellos. Esta mañana incluso, no quería ir a una exposición sobre Mortadelo y Filemón a la que le habíamos prometido llevarle hace ya varios días, antes de San Fermín.

-No, porque luego se me olvida a qué estaba «juegando»- ha protestado.

Y me ha recordado a mí cuando era pequeño, la manera en que me sumergía en mundos imaginarios, desconectando por completo de la realidad, creando la mía propia, mi propia medida del tiempo; mundos de los que no quería salir, porque no sabía si volvería a encontrar el camino de regreso hacia ellos; mundos que se desvanecen para la mayoría de las personas conforme se convierten en adultos. Otros, por el contrario, nos resistimos a crecer, a dejar de ser peterpanes. Escribir, por ejemplo, es solo un juego, la manera en que un hombre de (casi) cuarenta años pueda seguir trasteando todavía con sus geypermanes o sus clicks de Famobil sin resultar ridículo. Me pregunto si Ibáñez, el creador de Mortadelo y Filemón, se habrá sentido alguna vez ridículo, al pintar sus monigotes. Supongo que no. Hacer reír es algo muy serio. Y él nos ha hecho reír, nos hace reír todavía de lo lindo. Me ha emocionado ver en la exposición (a la que finalmente hemos ido permitiendo a Urko llevarse sus muñequitos) los primeros originales de Mortadelo y Filemón (que al principio llevaba un gorrito y fumaba en pipa), poder ver los trazos de lápiz bajo la tinta china, las correcciones con tipex, los pedacitos de papel con los diálogos escritos a máquina, cortados y pegados sobre la historieta… Pura arqueología del tebeo.

La exposición, además, era en la Fundación Buldain, un pequeño chalet en Huarte (el pueblo de mi madre), dedicada a Patxi Buldain, pintor, desertor y ácrata, que huyó a Francia durante la posguerra. Buldain, en París, alternó con Picasso, Camus, Jacques Brel, fue uno más entre ellos. Pero en Huarte todo lo que saben contarte sobre él (incluso mi madre, a pesar de que el pintor vivió durante algún tiempo en la planta superior de su casa) es que Patxi era un rojo, y que escapó para librarse del servicio militar. Supongo que Buldain cruzó la frontera no solo por ello (una razón más que suficiente), sino también para dejar atrás un país gris, castrante, en el que se trataba a todos como a niños pequeños pero a los que no se les permitía jugar.

Algo ciertamente cruel, porque los niños tienen todos la capacidad innata de crear, de inventar. Y creo que hoy, como entonces, todo parece preparado para despojarles de ella a medida que se hacen mayores, para convertirlos en hombres y mujeres sin otra función que la de producir, consumir, exclusivamente para que puedan conseguir una profesión que desempeñar con precisión mecánica, y obtener un buen sueldo, para hacerles creer que con él pueden comprar todo, incluso los mundos imaginarios que les están arrebatando, reduciendo a escombros..

Todo el mundo en la calle habla de crisis, crisis económica, pero las crisis las crean y las destruyen, les marcan los tiempos, perfectamente, los bancos, los gobiernos, las multinacionales. Nadie, sin embargo, habla de esa otra crisis terrible, que permite que los niños se hagan mayores sin saber apreciar las marcas de lápiz bajo la tinta china. Es como si la casa en que viviremos dentro de unos años también comenzara a quedarse a oscuras, vacía, o fuera a llegar a ella un inquilino que derribara las paredes, sin licencia de obra, sin saber donde están las vigas maestras

Martes 17 de junio de 2008

Martes 19 de agosto de 2008

PORCULO

Ago 8, 2011   //   by admin   //   Blog  //  No Comments


Porculo, así todo junto es una novela dentro de otra novela, en plan matriuska o caja china. Aparece en el libro X (esto en realidad, en vez de una X debería ser un tachón, que es el verdadero título de la novela, en plan «el artista antes conocido como Prince»). Lo firma Percival Everett, que claro con ese nombre ya tiene mucho ganado. Si te llamas Percival Everett a la gente le dan ganas de leerte. Everett es un escritor que está hasta los huevos de que después de decir eso, escritor, añadan «negro». Escritor negro. Y también lo está el personaje de su novela, y por eso odia a una escritora que ha escrito una novela afroamericana, sobre el gueto, llena de topicos, qué pasa hermano, nuestra gente, ey tío (todo esto rapeado), y que se ha convertido en un superventas. Cabreado, el protagonista, que como Everett es escritor, escribe una novela parodiando las novelas de negro y la titula Porculo. La satura de tópicos pero nadie pilla el chiste, al contrario, se convierte en otro superventas. Pero yo a lo que voy es que esa novela dentro de otra novela llena unas cuantas páginas del libro, bastantes, con lo cual es evidente que a Percival Everett no le parecía tan mala como pretende hacerla pasar, si no no nos la habría colado entera. No sé, es una de esas cosas tontas que me pregunto a veces y que, me temo, no interesan a nadie. Por ejemplo, ¿a que has llegado solo hasta aquí solo por el título de la matriuska y del post: Porculo? Por lo demás, X es una novela que está muy bien y que, además del racismo positivo y buenrollista, trata de otros temas, como la desestructuración de una familia, la soledad, las oportunidades perdidas… Yo la dejo mañana en la biblioteca, por si alguien quiere cogerla.

POLICÍA Y FILOLOGÍA

Ago 6, 2011   //   by admin   //   Blog  //  No Comments

«Los ‘indignados’ acuerdan en asamblea no insultar a la Policía». Y entonces ¿donde está la gracia? ¿Y en qué queda la indignación? Bueno, vale, insultar está muy feo, sobre todo cuando se hace sin gracia. Pero eso de que los antidisturbios son solo unos mandados, eso, no, no me jodas, eso ya no… Sobre el tema aquí va este cuento, que es también un ejercicio filológico.

1978

Creo que fue por aquella época cuando la policía cambió de uniforme: del gris se pasó al marrón. Los Escolapios, mi colegio, ocupaba una manzana entera con un patio como un gusano en el centro, junto a la Plaza de toros y el Parque de la Media luna y desde allí solíamos ver, los días que había manifestaciones, las camionetas de la policía aparcadas y a los antidisturbios ajustándose los cascos, colgándose los macutos con las pelotas de goma, fumando impacientes cigarrillos que olían muy raro… La parte de la Media Luna en la que estaba la Plaza de Toros colgaba sobre las viejas murallas como un balcón al casco viejo. Desde él se veían algunas de sus callejuelas y desde allí la policía podía disparar cuando abajo los jóvenes cruzaban coches.
Un día, uno de aquellos que había manifestación, cuando llegó la policía, alguno de mis compañeros dijo:
-¡Mirad, los grises!- pero los grises ya no eran grises.
-Ahora ya no podemos llamarles los grises- dedujo otro.
-Pues los marrones.
Hubo un silencio. Aquello de los marrones no sonaba bien.
-Los maderos- propuso alguien.
-Los monos.
-La pasma
-La bofia.
-Los txakurras.
Siguieron enumerando nombres, pero alguien dijo que esos no valían porque ya estaban inventados.
-¡Los mierdas!- dijo de repente otro chaval.
Los mierdas. Eso era.
-Los caca.
-Los zurrutos.
-La boñiga…

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