* Pan duro. De Patxi Irurzun.Pamiela. Salta este escritor navarro del realismo sucio (bando en el que ha demostrado estar más que dotado) al realismo mágico en este cuento para todas las edades repleto de humor y ternura, y lo mejor es que lo hace facturando una novela de altura. Con ecos de ‘Amanece que no es poco’ y ‘Bitelchús’, dos filmes de referencia, Irurzun nos traslada a Zarraluki, pueblo que no aparece en los mapas.
Cuando escribí ‘Pan duro’ no sabía muy bien qué pintaban los alemanes convirtiendo el suelo de Zarraluki y Olariz en un queso gruyere, ni siquiera los propios zarralukitarras y olarriztarras lo sabían, pero el otro día, durante la entrevista que me hicieron en El Diario Vasco, la periodista me lo descubrió (aunque no lo mencione en el periódico). Fracking. Estaban haciendo fracking. Por eso untaban tan generosamente a los lugareños. Y por eso salieron pitando en cuanto vieron que allí no había nada que rascar y el desaguisado que habían hecho. Es curioso cómo las novelas que uno mismo escribe se le revelan a veces a través de las lecturas de otras personas.