Jorge Nagore
Yo no era uno de esos que empezaban a leer el periódico por la última página hasta que conocí las columnas de Jorge Nagore en Diario de Noticias por eso que me cite hoy en una de ellas me hace sentirme muchísimo más importante que si alguien se volviera loco y me hiciera una reseña en Bobelia. A sus pies, maestro. Y hablando de maestros, ¿tiene usted el disco de ahí arriba? (menuda pregunta más tonta ¿no?)
El documento
Ayer me preguntó un conocido por la calle a ver si había leído “el documento”. Le dije que no, que no había leído “el documento”. Me dijo que si tenía previsto leérmelo más tarde “el documento” y le dije que no, que gracias, que tengo el último libro de Patxi Irurzun sobre la mesa mirándome desde la semana pasada y que hay millones de cosas más importantes en la vida que leerse “el documento”. Me miró con mala cara, antes de soltarme que “trabajando en lo que trabajas” debería ser “obligatorio” leerse “el documento”. Le contesté que “trabajando donde trabajo” lo único obligatorio es mandar por mail el artículo a ser posible antes de las ocho de la tarde para que lo maqueten, que todo lo demás es accesorio, incluido leerse “el documento”. No obstante, le pregunté que qué le parecía a él, ya que estábamos. Me dijo que me lo contaba por ser yo. Le dije que si era por eso que no hacía falta, pero insistió. “Es un paso hacia delante”, me explicó. Le pregunté que para quién. Me contestó que para todos. Le contesté que cómo lo sabía. “Eso no se sabe, se nota”, añadió. Le dije que yo lo único que noto es que cada vez hay más gente que, dando mucha importancia al tema del documento, pasa completamente de la forma que adopta, porque ya son muchos años y muchos documentos, que ya sólo haremos caso de verdad cuando se oiga el chasquido del cierre de la puerta. Me soltó que con esa actitud sólo estaba cooperando con los que niegan el “conflicto real que existe bajo el problema visible”. Le dije que igual era cierto, pero que milagros en Lourdes, que ya había llovido mucho desde el 87 y que cuando el problema desaparezca ya se verá, cuando se vaya la niebla, qué de real hay en todo y qué tamaño tiene. Me llamó frívolo. Le dije que sí, que alguna afición hay que tener.