RESEÑA PELUCONA EN «DEBORAH LIBROS»
Tardé casi cuarenta años en leerme un libro de un autor «paisano». No sé si es bueno o malo pero la espera ha dado sus frutos y que llegase a él por Jorge Nagore no cuenta porque creo que ambos son amigos. Yo a este señor no le conozco de nada, vaya por delante. Conjunto de relatos en los que Irurzun reparte contra la monarquía, la situación social actual, los estropicios de la fama, idas de olla varias, y mete alguno intimista para redondear el panorama. Me ha gustado el salpicón de realidades, pero creo que resplandece cuando se mete a fotografíar las miserias del respetable, «Peaje» lo situaría en lo alto del podio. Precisamente ayer leí en la red que ya empiezan a etiquetar el asunto como «Literatura del desencanto». Con la que está cayendo suena casi a eufemismo. No sé cómo resolverá Patxi las distancias largas pero en las cortas, al menos en estos cuentos, merece la pena. Lo he disfrutado.
Recomendación: a gustosos de relatos cotidianos y surrealistas sobre lecho social regados con ironía. A «los de aquí de toda la vida» también, esto se hace aquí mismo, y nosotros sin enterarnos…
NOTA DE PRÉSTAMO: Doy por más que amortizada la compra del Sant Jordi en ese mar de novedades industriales al por mayor que eran las casetas de la pseudo-feria.
EN LA TELE
A partir del minuto 11:25
PRESENTACIONES EN PAMPLONA & MONDRA (Peña Anaitasuna)
Grandísima noche ayer en la peña Anaitasuna de Pamplona, presentando ‘La tristeza de las tiendas de pelucas’. Gran idea (potes y libros), gran asistencia, gran ajoarriero (lo hice yo), gran ambiente… Muchas gracias a todos los que vinisteis, os llevasteis mi libro -gran libro-, os acercasteis para que lo firmara… Y muchas gracias a Carlos Erice, y a la peña por el detallazo del pañuelo personalizado. Una gran noche, sí, señor
Y el día anterior, en Mondra, en el gaztetxe. El ajoarriero de Iruña estaba tan bueno porque lo anduve paseando previamente por allí, para que le dieran los aires del Amboto. Un día inolvidable, otro más, con Josu Arteaga & famili, y no solo por la alubiada que nos prepararon, también por la compañía, Oscar Yegua verde Beorlegui, Kutxi, Iosune, Tasio, Peru… Lo pasamos de maravilla. Gracias a todos los que se acercaron al gaztetxe. Volveremos.
UNA RESEÑA EN ZARAGOTA, por Octavio Gómez Milián
Cada vez que me acerco a uno de los libros de Patxi Irurzun sé que saldré del encuentro con una sonrisa, un poco de inquietud vital y unas buenas dosis de ternura. Irurzun, uno de los mejores cuentistas de su generación, de la mía y de la próxima, tiene la habilidad de lo cotidiano y el buen gusto del que sabe que la risa es la mejor herramiento en estos tiempos de rabia. El relato con el que se abre este volumen, Mi padre, los libros Reno, Ned Flanders y los beats, todo en la misma frase es de una melancolía incontenible. Un relato que emociona, casi frisando el diario íntimo, un espacio en el que Patxi se siente cómodo y que domina a la perfección como lo demostró en su libro Dios nunca reza. Nada de bruscos ritmos de batería (uno lo entendería así puesto que estaba incluido en una antología de homenaje a los beatniks: Beatitud que coordinaron Vicente Muñoz y Nacho Escuín ), para el ácido compuesto allí está Reliquias y jorobas, miedo y asco en la meseta, el auténtico relato para los amigos del Dharma. El año de la lengua azul es un viaje psicótico al corazón de una de las manifestaciones patrias que más seducen a Patxi, los Sanfermines. Amor y odio para un pamplonica que busca su lugar entre la tradición y el cachondeo, entre el ayer calimochero y el hoy de mañanas en parques aguantando el olor a orín.Peaje juega con la chispa apagada de los barrios rebeldes, obreros cansados que no saben que Ballan y Patxi Irurzun escriben sobre ellos, como tampoco nadie recuerda a los cantantes melódicos imposibles en Superpop (un regalo de Patxi, gracias amigo) u homenajea con tanto gusto a la subcultura andergrauncon un tributo muy retorcido a Celine en el relato real (por la parte monárquica, más que nada) que es Espejo de príncipes. He tenido el placer de compartir antologías, fanzines e incluso habitaciones de hotel con Patxi (nada de cama, eso es un tema de cuando éramos jóvenes) y cuando llega a mis manos la nueva entrega de Vinalia Trippers busco en el índice el relato de Irurzun y es el primero que devoro: en este libro aparecen la tristeza pop de un hombre araña desolado en la onda de «El adversario» de Carrere en «El vértigo de Spiderman» y una especie de inquietante guiño a la imaginería de Chicho Ibáñez Serrador y sus pueblos abandonados en «El censo del miedo». Estos son dos de los mejores relatos de un libro sobresaliente en el que la pluma de Patxi alcanza su expresión máxima, donde se define el estilo único de Irurzun es en¿Para qué vamos a perder el tiempo hablando si podemos arreglarlo a hostias?,homenaje a las películas del oeste, a la sociedad que lo rodea, al oscuro y risible mundo que nos toca vivir.
Un gran libro. Como siempre.