Una crítica de LA TRISTEZA DE LAS TIENDAS DE PELUCAS en Diario de Noticias
HISTORIAS PARA GOZAR
No faltan, en este libro, cuentos realistas, como el íntimoTrigesimoquinta crisis, historia triste que, de no haber imperado en los últimos años eso que los más ingenuos llaman todavía crisis, bien hubiera parecido surrealista. Y, mira por dónde, también hay textos surrealistas en el volumen, como el titulado ¿Para qué vamos a perder el tiempo hablando si podemos arreglarlo a hostias? Sí, ese es uno de los titulares inacabables que tanto gustan al autor de Cuentossanfermineros pero la verdad es que el contenido del cuento correspondiente da sentido al mismo.
Si ya se conoce el ambiente tormentoso de la literatura irurzuniana (con perdón), este es otro de esos libros de relatos que son degustados por los habituales y, caso de acercarse a ella por primera vez, lo que espera el lector es una caja de sorpresas. Es lo que tiene escribir con libertad, que a veces te salen los demonios por la boca: «Dicen que la fe mueve montañas, y yo digo una mierda, que Dios y usted, señor arzobispo, me perdonen, pero nadie mejor que yo sabe que las montañas las mueven las excavadoras, y los concejales, y los constructores, y los pufos y chanchullos que unos y otros amañan en esas cuevas de ladrones que se hacen llamar ayuntamientos…».