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Estos últimos días hemos estado la familia de vacaciones por Cáceres, y aprovechando el viaje, surgieron dos entrevistas sobre Mi papá me mima, una en la SER (en la que también intervino mi hijo H) y esta de El Peródico de Extremadura
Patxi Irurzun : «Este libro tiene su punto de periodismo doméstico»
JORGE SOLIS 28/08/2013
Patxi Irurzun, con su libro, en el paseo de Cánovas.Foto:JAVIER PULPO
Escritor y amo de casa, Patxi Irurzun publica en Ediciones B Mi Papá me mima , recopilación de sus columnas de humor en La Guía del Niño , donde relata sus aventuras como padre.
–¿Cómo surge el título?
–Es normal la perspectiva de la educación de los hijos de la madre, pero ahora se están igualando los roles. Quería enfocarlo desde el punto de vista de un padre. Aunque he de decir que el título me lo sugirió mi mujer.
–¿Cómo empezó la columna que forma el libro?
–Cuando tuve a mi hijo escribí una cosa, me gustó y lo envié a una revista. A lo largo de ocho años lo he continuado y los niños han ido creciendo.
–¿Cómo se junta el humor con los textos para niños?
–Los niños te dan muchas situaciones cómicas. Luego hay otras que no son cómicas, pero te las tienes que tomar así, porque sino te puedes volver loco.
–Nombra a sus hijos con iniciales. ¿Cuestión técnica o literaria?
–Las dos, en principio son sus iniciales. Se llaman Hugo y Malen. Empecé para protegerles, aunque luego perdió sentido. Me cuadraba por ser H el niño y M la niña.
–¿Diferencia su escritura del periodismo a la literatura?
–Cada historia te exige una forma diferente. He escrito desde libros de viajes a literatura para niños y creo que este tiene su punto de periodismo doméstico.
–¿Cómo espera que sus hijos vean este libro en el futuro?
–Para ellos tiene que ser bonito. Cuando lo corregí me di cuenta de que muchas cosas las hubiera olvidado si no las hubiese llegado a escribir.
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/caceres/patxi-irurzun-este-libro-tiene-su-punto-de-periodismo-domestico-_752362.html
Conocí la prosa de Patxi Irurzun hace un par de años, gracias a alguna revista literaria que publicaba un relato suyo, ganador de algún premio. Después he seguido a distancia su blog (ajustedecuentos.blogspot.com) hasta que hace estos días tuve la oportunidad de leer su última recopilación de relatos, La tristeza de las tiendas de pelucas.
A pesar de conocer ya su estilo, audaz y desinhibido, la sorpresa me ha acompañado en cada relato. Admiro a cualquier escritor o poeta, que sea capaz de asombrarme, y Patxi lo consigue, desde el título (algo que cuida mucho) hasta el punto final (es capaz de todo). En todos ellos mantiene el suspense adherido a un estilo vivo, desenfrenado, con abundantes dosis de humor, de frases largas, donde juega con el lector, a veces asfixiándolo con un ritmo de imágenes y metáforas, otras, haciendo -con excelente maestría- que detenga su mirada en una frase ingeniosa, en una crítica más o menos velada. En este juego, sin distracción, va esculpiendo retratos sociales (El mundo es un autobús), crea personajes surrealistas (Fray Spray) o simplemente se pone en la piel del Príncipe Felipe, contraponiendo en el personaje, humor y ácida crítica.
Patxi es un tío sensible, alguien comprometido que no escribe gratuitamente; en sus relatos dibuja la nostalgia con la precisión de un poeta, denuncia la xenofobia o une en unas pocas líneas el retrato de las clases más desfavorecidas. También un tipo capaz de imaginar unos Sanfermines sin encierros o un Spiderman cuyo traje le tira de la sisa y se le mete por la raja del culo.
Un detalle de su exquisita prosa y aguda reflexión:
Tenían miedo, y el miedo los volvía más vulnerables, aunque pensaran precisamente lo contrario, que los protegía. El miedo no era su escudo, era su puñal clavado en el pecho. Miedo a perder su trabajo de mierda, malpagados y aniquilantes. Miedo a las colas del paro, a los cursillos, a los exámenes que no querían hacer para convertirse en algo que no querían ser…Miedo a perderlo todo mientras se iba perdiendo y ellos participaban en la ceremonia del miedo, votaban, miraban la tele, el fútbol, los programas de corazón, su Twiter… o mientras se dirigían, como algunos de los que iban en ese autobús- aunque yo entonces no lo sabía-, a espantar su miedo agitando banderas al paso de un príncipe, un jefe de las fuerzas armadas, un generalísimo, un extraterrestre, con el que lo único que tenían en común era que nunca se habían mirado de verdad en el espejo.
http://halcondelanoche.wordpress.com/2013/06/17/la-tristeza-de-las-tiendas-de-pelucas-patxi-irurzun/
Mi dietario aún sigue provocando reacciones, dos años después. Aquí va la reseña de Carlos F. Romero en ‘Con L mayúscula’:
Ya he dicho en más de una ocasión que disfruto de los dietarios de los escritores, supongo que por la parte de voyeur que tenemos todos más o menos desarrollada, de un lado, y la manera en que pasan de lo particular de su día a día a lo universal de la condición del ser humano, por otro. Cheever, Kafka, Julio Ramón Ribeyro; pero también autores más desconocidos como Iñaki Uriarte o Juan Gracia Armendáriz.
Tras el buen sabor de boca que me dejaron sus cuentos,
La tristeza de las tiendas de pelucas, y sabiendo que tenía publicado un diario, decidí continuar por ahí con la obra de este autor navarro.
Irurzun apunta en las diferentes entradas de su diario los acontecimientos que le ocurren durante el verano del 2008. El cambio de residencia a Sarrigurren, ciudad dormitorio próxima a Pamplona donde solo hay casas y muy poca vida; el nacimiento de un miembro más de la familia, June, una hermana para el pequeño Urko que, en ocasiones, se siente ya un príncipe destronado; el trabajo que le asquea y le quita tiempo para escribir; la presión por parte de su mujer, Malen, para que pida un aumento de sueldo ahora que la familia va a crecer; alguna pequeña alegría relacionada con un libro en homenaje a Bukowski, del que fue el encargado de la edición; etcétera.
Se da una cosa curiosa con los diarios ya que, aparte de la sensación de estar espiando una vida ajena, al mismo tiempo se produce una empatía con el autor. Cómo no sentirse extraño y enrabietado con ese sistema, con ese monstruo como lo llama Patxi, que nos controla y del que formamos parte, casi sin querer. La voluntad de hacer el mal no es nuestra, es del sistema mucho más fuerte y superior que nosotros, pobres humanos. Cómo no sentirse aprisionado en un trabajo que no te llena, que no te hace feliz, pero que te sirve para malvivir, cuando en realidad lo que querías eras estar haciendo otras cosas que hicieran que tu vida valiera la pena.
Sin levantar la voz, sin berrinches, Patxi Irurzun pone las cartas sobre las mesas desde la subjetividad personal pero trascendiendo el yo. Estoy deseando leer ya Atrapados en el paraíso, sobre su experiencia en el mayor vertedero de Manila.
He tenido el privilegio de escribir el prólogo del primer libro de mi admirado Enrique Villarreal, El Drogas, titulado Tres puntadas, para el que Desacorde ediciones ha editado un video de promoción en el que junto a Uxue Barkos, Kutxi Romero y Bego Loza, aparezco leyendo uno de los poemas. ¡A gusto!
En algunos escaparates me encuentro tan bien acompañada como en estos