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ÚLTIMA CARTA A RATICULÍN

Nov 18, 2014   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

Querida mamá y querido papá y querido Gran hermano Esternocleidomastoideo tú que interceptas todas nuestras comunicaciones: os telepatizo desde este pequeño planeta azul llamado tierra, al que, como bien sabéis, he sido destinado para realizar mis prácticas de bachillerato entomológico y estudiar a esa curiosa especie de insectos intergalácticos llamados humanos, a los cuales poco a poco ya voy cogiendo cariño, a pesar de que, como bien ya os dije, durante los primeros días de estudio me provocaban cierto rechazo por no decir puto asco.

La naturaleza de estos individuos es ciertamente curiosa y patética. Son seres contradictorios, gregarios y orgullosos, amantes de la felicidad y la diversión, de los juegos, la alegría, la música, celosos de su libertad, pero incapaces de vivir en paz y amistad entre ellos y de elegir a líderes que los gobiernen sin someterlos (al contrario, que tú Gran Hermano Esternocleidomastoideo que interceptas todas nuestras comunicaciones pero lo haces en plan guay, de todo corazón, para ayudarnos a mejorar y crecer y perpetuarnos como buenos raticulinianos, oh, Gran Hermano).  La humana, por el contrario, es una especie en peligro de extinción, circunstancia que ignoran por culpa de su corta inteligencia y su orgullo desmedido, como bien os dije antes. Los humanos, por ejemplo, se quieren tanto a sí mismos que son incapaces de imaginar vida extraterrestre si no es como prolongación o deformación de sus propias y subdesarrolladas morfología[1] y tecnología. Los marcianos, como nos llaman, son para ellos siempre humanos a los que añaden antenas, pintan la piel de otro color (generalmente verde) o colocan penes celestiales en la cabeza, en sus películas de apareamiento, a las que son muy aficionados; sus medios de transporte, evoluciones ridículas (platillos voladores, naves propulsadas, máquinas del tiempo) del más habitual entre ellos, el coche, al que rinden un extraño y primitivo culto, hasta tal punto que un humano sin carnet de conducir es una subcategoría de la especie o de que las ciudades en las que viven están diseñadas para los susodichos coches en lugar de para las personas, como también se hacen llamar a veces los humanos, cuando se ponen muy humanos.  Los terrícolas son incapaces, uno, de pensar que un marciano puede ser también un perro o un hámster, un paisaje o una flor, una pizza margarita o un reloj, y mucho menos aún un pensamiento o un estado de ánimo (la forma que yo he tomado para aislar a uno de ellos y analizarlo); y, dos, de darse cuenta de que entre ellos mismos hay una abundante vida alienígena que se ha mimetizado con el entorno y que amenaza seriamente la supervivencia de la especie. Yo calculo que el 83% de los humanos son en realidad extraterrestres que se han infiltrado en la tierra con intención de dominarlos. La especie más destructiva, los hijoputas, ya se ha hecho con el control de todos los centros de poder por los cuales los humanos creen regirse a sí mismos y, así, son alienígenas hijoputas sus presidentes, sus alcaldes, sus concejales de urbanismo y cultura, por supuesto sus banqueros y miembros de todos los consejos de administración, y no sigo, porque es algo tan evidente que da como lacha que alguien pueda leer esto; tan evidente es que hasta los propios humanos lo saben, pero los hijoputas los mantienen a raya administrándoles una serie de somas altamente adictivos como son la televisión, el fútbol,  el ordenador, las redes sociales,  la democracia, el móvil, la hipoteca, la tarjeta de crédito y la del hiper… (drogas, todas estas evolucionadas de otras con las que experimentaron antes durante siglos, como la hostia consagrada). Estos son los invasores más peligrosos pero también los más fáciles de detectar, pero hay otras especies igualmente destructivas y con una gran capacidad de camuflaje, como los que los que no sacan el intermitente ni guardan la distancia de seguridad al conducir , los que votan en secreto a partidos neoliberales,  los que se cuelan en las filas, los que guardan religiosamente fila para que les firme un libro algún escritor destalentado pero con pasta y una buena agente literaria, los que oyen música en las radiocadenas comerciales y creen que oyen música, los que llaman chiquilicuatres a los extranjeros, los que agitan banderitas al paso de reyes y generales (especies superiores ambas de hijoputas), y así un largo etcétera, tan largo que es paradójicamente a los humanos con comportamientos más humanos a los que sus congéneres tildan de marcianos.

No tengo por lo demás claro si el marciano nace o se hace, y uno de mis deberes aquí en la tierra va a ser precisamente  estudiar a algún individuo de la especie humana en etapa de crecimiento para ver si en la misma es posible inducir algún tipo de mutación que lo metarmofosee al contrario y convierta a lo que es una mariposa en un capullo, en un alienígena invasivo y sin corazón, capaz de renegar de su propia naturaleza e intentar esclavizar o aniquilar a sus semejantes. Para ello, como bien os he dicho,  me he desustanciado hasta convertirme en el estado de ánimo de un preadolescente y así he podido saber que se sentía vagamente angustiado porque al día siguiente en el colegio debía entregar una redacción con las cincuenta palabras preferidas elegidas entre todos sus compañeros de clase (palabras como baloncesto, amigos, estuche, iglú, jugar, vacaciones, playa, piscina, sol, gafas, cantar, arcoíris, dormir, balón o agua), afortunada circunstancia que amplia mi trabajo de campo, o mi campo de trabajo, de lo entomológico a la antropológico. Soy consciente que para lograr mis objetivos debería también saber cuáles son las cincuenta palabras preferidas de un terrícola adulto y también de la dificultad de la empresa, pues este sin duda emputecería todas las palabras que eligiera, tales como solidaridad, justicia, amor, libertad, dichas de cara a la galería, pues en realidad en su buscador Google las que introduce con más frecuencia, como he podido comprobar,  son comprar, culo, cáncer o descargar gratis.

Pero, en fin, me estoy desviando. El caso es que, como bien os decía,  poco a poco voy sintiendo cada vez más curiosidad por el comportamiento de los humanos, hasta tal punto, papá, mamá (y oh, tú, Gran Hermano Esternocleidomastoideo que ya no vas a intervenir más comunicaciones porque que, perdona que te lo diga, eres un cansalmas y un metete y porque esta va ser la última carta que envíe a casa por vía telepática), hasta tal punto, decía,  que  he decidido suspender sine die mi retorno a Raticulín,  donde vengo ahogándome desde hace tiempo, y dedicar mi vida a salvar a esta desgraciada y apasionante especie de insectos abocada a la extinción y a luchar en la resistencia y la clandestinidad  contra los hijoputas y toda clase de dominación, externa e interna.  Os echaré de menos, echaré de menos a mis amigos, a las raticulinas, bailar con ellas y sentir las flores carnívoras que se desplegaban en mis gónadas, pero creo que hago lo que debo y me siento terriblemente humano tomando esta decisión. Sin otro particular, recibid un fuerte abrazo de vuestro hijo que os quiere, padres amados,  y tú, Gran Hermano Esternocleidomastoideo un  lapo en toda la cara de este tu siervo que renuncia por la presente a serlo.

 

[1] He hecho un descubrimiento sorprendente y serindípico: uno de los músculos de estos humanos lleva tu nombre, oh, Gran hermano Esternocleidomastoideo que estás en todas partes, del mismo modo que llevan tu nombre las avenidas, y las escuelas, y los teatros y los pantanos y los niños rubios de nuestro amado planeta, Raticulín.

 

Este cuento es uno de los cincuenta incluidos en el libro de la editorial Alkibla en el que se nos pidió a cincuenta autores escribir un cuento incluyendo las cincuenta palabras preferidas elegidas por los alumnos de una escuela pública. Un bonito proyecto impulsado por Carolina Martínez y Clemente Bernard , dos locos maravillosos y necesarios. Clemente acompaña además los relatos con fotos realizadas en La Corrala Utopía de Sevilla. Podéis obtener más información aquí: http://www.alkibla.com/nuestros-proyectos/imagina-cu%C3%A1ntas-palabras/, así como el del nuevo proyecto, Te cuento…, en el que también me han enrolado, junto a autores como Isaac Rosa, Manuel Rivas, Belén Gopegui, Marta Sanz, José Ovejero… 

Entrevista sobre la obra de teatro «Nosotras» para Gara

Nov 14, 2014   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

“Nosotras”, de Alberto Iglesias, una obra con mucho corazón

Mañana, en Zizur Nagusia, se estrena la nueva obra de teatro del autor cántabro. Dirigida por Pedro Miguel Martínez e interpretada por las actrices navarras Maiken Beitia y Leire Ruiz, aborda temas como la incomunicación o las heridas abiertas de la guerra civil.

Patxi Irurzun. Iruñea

Tienen algo delicado entre las manos. Algo capaz de atravesar las capas más duras de la piel y llegar al corazón. Todo el equipo de Nosotras ha sido consciente desde que comenzaron a preparar esta obra de que había algo en ella especial, frágil, que debían cuidar. Y así lo han hecho.  Es algo que se nota, que se respira, viéndolos en los ensayos, o hablar con admiración cada uno de del trabajo del resto: “Nosotras ha sufrido un proceso de transformación, hemos aprovechado que estábamos todos vivos, y la obra ha ido derivando de la propuesta inicial, con aportaciones de las actrices, el director…”, dice el autor del texto, el dramaturgo, actor y director cántabro Alberto Iglesias. Pedro Miguel Martínez, el director de la obra, recalca, por su parte, “la comunión que ha habido con el autor, la capacidad de escucharnos, de cambiar cosas…”. Y las actrices, Maiken Beitia y Leire Ruiz (ambas han creado El Bucle, y esta es la primera obra de la productora) no quieren olvidar  la aportación fundamental de quienes completan el elenco: la sensibilidad de Francesco Casali, cuyo espacio sonoro, la música que ha compuesto para la obra, es un protagonista más de la misma; o el trabajo de Patxi Larrea, que se ha ocupado de iluminación y ambientación.

La obra narra el desencuentro de dos hermanas a lo largo de más de treinta años, en un recorrido cronológico desde el fin de la guerra civil al de la dictadura. “Son dos hermanas que pertenecen a mundos ideológicos diferentes”, nos cuenta el autor, Alberto Iglesias. “Ello se liga con cuestiones emocionales, el desarraigo de una, la cercanía de la otra a un tercer personaje que no aparece en escena pero está siempre flotando, el padre de ambas, el “Pater Nostrum”. Todo eso hace que dos personas que en principio se quieren y necesitan se vean alejadas por el momento histórico y político.  Hay un muro infranqueable, es una lucha por encontrarse, y reconocer que lo que hay entre ellas es amor”.

En Nosotras están presentes, pues, temas como las heridas abiertas de la guerra civil,  la memoria histórica u otros como la incomunicación, recurrente en la obra de Iglesias. El carácter simbólico del dialogo entre las dos hermanas, interpretadas por las actrices navarras Leire Ruiz y Maiken Beitia, tiene además una dimensión personal trasladable a cualquier espectador: “Gente que por una disputa, con su hermano, con su hermana, se separa para siempre, aunque esté deseando reconciliarse. Situaciones en las que, a pesar de eso, nadie baja la guardia, nadie cede ni facilita el diálogo”, señala el director de la obra, Pedro Miguel Martínez. Y el autor de la misma, Alberto Iglesias, apuntilla que él busca en cierto modo ese encuentro: “Yo quiero que la gente se emocione cuando venga al teatro, que haya algo que les toque y luego les lleve a la reflexión”.

La impresión, a dos días del estreno, en los pases privados previos, es que es el objetivo se cumple: “El comentario general es que es una obra con mucho corazón, y que después de verla dan ganas de hablar sobre temas que habitualmente no se abordan”, dice la actriz Leire Ruiz. Y su compañera, Maiken Beitia, añade que por ejemplo a ella su madre nunca le habló de la guerra: “Es un tema que no se toca en muchas familias”.

Nosotras es también un homenaje a las mujeres republicanas, las grandes perdedoras de la guerra civil, y además de emocionar y reflexionar, con su texto Alberto Iglesias subraya que también buscaba justicia poética para ellas: “La mujer fue quizás la más perjudicada en la guerra, durante la república su papel era de una modernidad asombrosa, habían conseguido muchas cosas, se encontraba en un camino de liberación y de autoestima, y de repente toda esa esperanza se desmorona”.

Nosotras se estrena este viernes a las 22:00 en el anfiteatro de la casa de Cultura de Zizur Nagusia y se representará también el sábado en el Auditorio del Carmen de Sangüesa a las 20:00h y el domingo en Villava (19:00h, Casa de Cultura).

 

http://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/gara_2014-11-13-06-00/hemeroteca_articles/nosotras-de-alberto-iglesias-una-obra-con-mucho-corazon

WHATSAPPS Y UROLOGÍA

Nov 10, 2014   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

(La última colaboración para RUBIO DE BOTE, mi sección quincenal en ON, suplemento de Diario de Noticias de Álava, Gipuzkoa y Navarra y Deia)

WHATSAAPS Y UROLOGÍA

Los wathsapps los carga el diablo, sobre todo si tienes los dedos gordos o tontorrones, y a mí en las clases de pretecnología del cole se me rompían siempre todos los pelos de la sierra al cortar la chapa ocume.

“Todo bien en mi pito”, he escrito en mi móvil al salir de la consulta, pero al apretar a enviar me he dado cuenta de que estaba haciéndolo al grupo de madres y padres del colegio, que era en el que tenía abierta la última conversación, la cual versaba sobre una fiesta de cumpleaños.

—¡No, no, no! –he empezado a agitar el móvil, como si se tratara de una maraca o el mensaje fuera una piecita suelta que podía extraer de él. Demasiado tarde. Inmediatamente después he tenido que explicar la situación: “Glups, este whatsapp era para mi mujer, vengo de una revisión rutinaria en el urólogo”.

Mi pito, además, es reincidente. Hace unos días envié sin darme cuenta mi informe médico a  una conocida revista de humor que me había pedido un ejemplar de mi libro La tristeza de las tiendas de pelucas, interesada en publicar una reseña o alguno de los relatos. Había metido el informe dentro del libro para, después de pasar por Correos, ir al centro de salud y pedir la cita de la revisión. “El informe que va adjunto al libro no es un relato. Por favor, destruidlo”, expliqué en otro watshapp al redactor jefe de la revista, y adjunté uno de esos iconos sonrientes y que guiñan el ojo, pero nada más enviarlo me di cuenta de que eso podía interpretarse como una ironía y tal vez conseguía el efecto contrario y publicaban el informe, creyendo que se trataba de un experimento de vanguardia literaria. Así que esta mañana, después de salir de la consulta,  me he pasado por un kiosko de prensa y he ojeado la revista de humor con el alma en vilo y, mientras lo hacía, no he podido dejar de imaginarme a los redactores pasándose mi informe médico y haciendo bromas, “¿Has leído a Patxi Irurzun? ¡Es la polla!”,  todo eso mientras en mi bolsillo el móvil se convertía en un animal salvaje y vibrante que no dejaba de revolverse furioso.

“32 mensajes”, he visto después, tras cerrar la revista y comprobar aliviado que los avatares de mi aparato genital no eran todavía de dominio público, al menos si no entendíamos por tal al grupo de whatsapp de la escuela, puesto que no he tardado en darme cuenta de que todos y cada uno de esos 32 mensajes eran del siguiente cariz: “Yo llevaré bizcocho y zumo. Recuerdos al pito de Patxi”.

A mi pito, por lo demás, no le pasa nada raro. Tengo una revisión anual urológica desde que hace años me extirparon un pequeño tumor benigno en la vejiga. “El tabaco”, dijeron los médicos, pero yo, que en realidad apenas fumaba, pensé “El trabajo” porque por entonces hacía turnos de doce horas en una fábrica. Pero esa es otra historia.

El caso es que al mediodía, cuando he ido a buscar a los niños a la escuela, no ha tardado en acercárseme un padre, con una sonrisita contenida:

—Es que los whatsapps los carga el diablo —me ha dicho, conciliador.

Y yo le he contestado:

—Y los pelos de las sierras de marquetería.

Pero como creo que no lo ha pillado igual se lo explico en un whatsapp. Si es que consigo enviárselo a él.

 

 http://presst.net/subscribers/view_iframe/7262

PRESENTACIONES DE «ATRAPADOS EN EL PARAÍSO» EN MADRID (8 Y 9 DE NOVIEMBRE)

Nov 6, 2014   //   by Patxi Irurzun Ilundain   //   Blog  //  No Comments

2014_atrapados_en_el_paraiso

Los días 8 y 9 de noviembre presentaré mi libro «Atrapados en el paraíso» (Pamiela) en diferentes lugares de Madrid.

-En la Biblioteca pública de Vallecas (sábado 8, 12:30) me acompañará Gsus Bonilla
-El sábado 8a las 19:30 en La Marabunta (C/Torrecilla del Real, 32. Lavapiés), estaré con Alejandro Pedregosa; 
-Y el domingo 9 a las 13:00 en Vergüenza ajena (Galileo, 56) con Pablo Cerezal.

http://patxiirurzun.com/portfolio/atrapados-en-el-paraiso-pamiela-2014/

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