COLUMPIADA
El otro día en Madrid, de todos modos, la cosa estuvo bien. Como me suele suceder a menudo, la presentación coincidió con algún acontecimiento megaimportante, en este caso de verdad, no fue un partido, ni que estuviera lloviendo, lo del 15-M es de verdad, unas horas antes de presentar el libro estuve dando unas vueltas por la puerta del Sol y me gustó mucho lo que por allí vi. De verdad. Había una multitud y no paraba de llegar gente. Todos iban en la dirección contraria de la librería Tipos Infames, eso sí. Pero allí, en la librería, aguantaban firmes, contracorriente, algunos incondicionales, como compañeros de editorial (José Angel Barrueco y su chica, Marta, y la niña que esperan, y Mario Crespo, y Esteban Gutiérrez, que me hizo los honores y me sacó los colores, con una elogiosa presentación, mía y de mi novela -¡dijo, ni más ni menos que es el Quijote del siglo XXI, no sé qué le habían echado en la caña que nos tomamos antes-…), y me reencontré también con mucha gente que hacía tiempo que no veía, mis compas del viaje a Chiapas, con la CGT, que estaban todos igual de majos y que a pesar de ser unos ácratas y unos revoltosos, vinieron a verme, antes de pasarse por la multitudinaria acampada para reclamar el Sol de noche, lo imposible, la revolución, por fin, o al menos una baldosa más en el camino hacia ella, la baldosa necesaria para no caer en el hoyo para siempre…… Me hizo mucha ilusión verlos.
Y Clea, mi editora, mi valiente editora, a la que deseo la mejor suerte del mundo, mientras me siento responsable, si mi libro no le ayuda en ello, si pasa como las otras veces, si pasa sin pena ni gloria, aunque no lo merezca, aunque sea el Quijote del siglo XXI, aunque sea una novela que no se parezca a ningún otra, aunque sea pura dinamita, una bomba anarquista de sudor y esperma y la saliva que se cae de la boca cuando te ríes a mandíbula batiente o duermes la siesta con tienda de campaña… ¿Por qué no puedo decirlo?
En la presentación también hablé de ello: estoy harto de que nadie me haga ni caso, después de tanto tiempo, tantos libros… Soy un autor desconocido, y ya estoy cansado de eso, sinceramente creo que lo único que necesito es que me descubran, que me lean, y sé que después seguirán a mi lado. No puedo permitirme pensar otra cosa. No puedo decir «Igual no eres tan bueno como crees». Porque no lo creo y porque no voy a tirar la toalla. Creo que esta novela es, eso también lo he dicho en alguna entrevista, un golpe en la mesa, y os pido que si de verdad confiáis en mí, si consideráis que merezco que mis sueños se cumplan, me apoyéis, compréis el libro, lo leáis y si os gusta lo recomendéis. Esta es mi oportunidad, no será la única ni la última, pero es la que está más a mano, y la necesito, ahora y ya. Necesito algo más que «ya te vi en el periódico» o «a ver si vendes muchos libros» (pues empieza tú, cabrón, y cómprame uno).
Bueno, dejo de arrastrarme un poco. A rastras, por cierto, volví casi al hotel, después de beber con extraños, que ya no lo son, Germán San Nicasio, gran escritor y persona, creo que nos unió y nos hizo salvajes y desinhibidos nuestra introversión enfermiza, Izabella, y su hermoso acento polaco y sus dibujos que tengo muchas ganas de ver (los dos también publicaran en Eutelequia), Javier Serrano, otro escritor que viene pisando fuerte, lleno de energía y provocación y mucha sed…. Y antes Iñaki Etxarte, que nunca falla, la única representación de los expatriados navarros (a los que espero no tener que unirme, si como vaticina Josu Arteaga en el prólogo del libro, me echan de Pamplona)…
Mucho me temo que el responsable de una cosa que llaman la delegación del gobierno navarro en Madrid, o algo así, una julada como cualquier otra y que me imagino que saldrá por un riñon, no reenvió la convocatoria que le mandé unos días atrás (yque volvía recordarle en vísperas del acto). Lo hice por recomendación de otro colega escritor, que finalmente no pudo acercarse, aunque a mí me diera un poco lo mismo -lo de que el embajador ese en Londres, digo en Madrid, enviara o no el email- pero amigos hay que tener hasta en el infierno, y una convocatoria es una convocatoria, abierta, plural, bla, bla, y total no perdía nada (además de que el colega del que hablo es una persona de la que me fío)… Pues bien, hace unos meses hubo una polémica a cuenta de esa «embajada» navarra, que sí que envió otro email masivo en el que avisaba de un acto de la -si dios o el diablo o Pepiño Blanco no nos libran de ella- nueva ¡presidenta, presidenta! de Navarra, Yolanda Barcina, que fue a hacer un bolo por la capital. Entonces alguno saltó, que no estaba nada bien utilizar una cosa pública, pagada por todos los navarros para promocionar intereses políticos o partidistas, y entonces Miguel Sanz, el expresidente foral, dijo que los que se habían quejado por eso se habían columpiado, que dentro de las funciones de la delegación navarra estaba informar a todos los navarros de Madrid de cualquier acto o evento de un paisano en la capital… Pues, si finalmente no me equivoco (porque no puedo asegurarlo aunque ya sé de más de uno y de dos que no recibieron el dichoso email) yo digo que mentira puta, que columpiarse vosotros, como siempre y nosotros detrás empujando, a nuestro pesar y contra nuestra voluntad… Que depende quién eres y que cuentas y qué quieres. Que mucho morro. Y que no, que no os pagamos para eso, os pagamos para que nos representeis a todos, para que mandeís obedeciendo, que dicen los zapatistas… Y que eso es de lo que se habla y se discute estos días en la plazas, en los ágoras (¿los ágoras o las ágoras?), y que ojalá sirva para mandaros a la mierda de una vez. De democracia real. De una democracia y unas instituciones al servicio de todos, no solo de unos pocos.
Bueno, al final me he ido por las ramas. El caso es que había más gente en la presentación (y también había mucha gente que no vino o no pudo venir y a la que eché de menos -y también hubo quién se dedicó a echar una mano vaticinando por ahí que no iba a aparecer nadie-). En fin, cosas de las presentaciones. La próxima en Pamplona, en esa ya me encargaré yo de avisar, no necesito salvadores. El día 11 en La hormiga atómica a las 12:30. Os espero. Habrá jamón.