Mi dietario aún sigue provocando reacciones, dos años después. Aquí va la reseña de Carlos F. Romero en ‘Con L mayúscula’:
Ya he dicho en más de una ocasión que disfruto de los dietarios de los escritores, supongo que por la parte de voyeur que tenemos todos más o menos desarrollada, de un lado, y la manera en que pasan de lo particular de su día a día a lo universal de la condición del ser humano, por otro. Cheever, Kafka, Julio Ramón Ribeyro; pero también autores más desconocidos como Iñaki Uriarte o Juan Gracia Armendáriz.
Tras el buen sabor de boca que me dejaron sus cuentos,
La tristeza de las tiendas de pelucas, y sabiendo que tenía publicado un diario, decidí continuar por ahí con la obra de este autor navarro.
Irurzun apunta en las diferentes entradas de su diario los acontecimientos que le ocurren durante el verano del 2008. El cambio de residencia a Sarrigurren, ciudad dormitorio próxima a Pamplona donde solo hay casas y muy poca vida; el nacimiento de un miembro más de la familia, June, una hermana para el pequeño Urko que, en ocasiones, se siente ya un príncipe destronado; el trabajo que le asquea y le quita tiempo para escribir; la presión por parte de su mujer, Malen, para que pida un aumento de sueldo ahora que la familia va a crecer; alguna pequeña alegría relacionada con un libro en homenaje a Bukowski, del que fue el encargado de la edición; etcétera.
Se da una cosa curiosa con los diarios ya que, aparte de la sensación de estar espiando una vida ajena, al mismo tiempo se produce una empatía con el autor. Cómo no sentirse extraño y enrabietado con ese sistema, con ese monstruo como lo llama Patxi, que nos controla y del que formamos parte, casi sin querer. La voluntad de hacer el mal no es nuestra, es del sistema mucho más fuerte y superior que nosotros, pobres humanos. Cómo no sentirse aprisionado en un trabajo que no te llena, que no te hace feliz, pero que te sirve para malvivir, cuando en realidad lo que querías eras estar haciendo otras cosas que hicieran que tu vida valiera la pena.
Sin levantar la voz, sin berrinches, Patxi Irurzun pone las cartas sobre las mesas desde la subjetividad personal pero trascendiendo el yo. Estoy deseando leer ya Atrapados en el paraíso, sobre su experiencia en el mayor vertedero de Manila.
He tenido el privilegio de escribir el prólogo del primer libro de mi admirado Enrique Villarreal, El Drogas, titulado Tres puntadas, para el que Desacorde ediciones ha editado un video de promoción en el que junto a Uxue Barkos, Kutxi Romero y Bego Loza, aparezco leyendo uno de los poemas. ¡A gusto!
Patxi Irurzun, escritor de Sarriguren, presenta una nueva novela
Nuestro vecino presenta un nuevo libro
Hace unos meses realizamos una entrevista a
Patxi Irurzun con motivo de la presentación por parte del escritor de Sarriguren del libro de relatos
“La tristeza de las tiendas de pelucas”.
En su prolífica carrera como escritor, nuestro vecino acaba de publicar un nuevo viaje por la imaginación, en este caso, centrándose en un tema que para muchos de nosotros no resulta para nada desconocido.
“Mi papá me mima” fue antes que este libro la popular página de humor que el escritor Patxi Irurzun mantenía en Guía del niño, una de las principales revistas de España sobre embarazo y bebés, y en la que cuenta sus aventuras y desventuras como padre y amo de casa al cuidado de sus dos hijos. Es un libro imprescindible para cualquier futuro padre con un poco de sentido del humor.
Bebés de hábitos nocturnos que hacen que los vecinos lo miren con recelo en el ascensor, pañales radiactivos, batidas debajo de camas y sofás en busca de chupetes… El autor recrea con su peculiar e inconfundible humor situaciones que cualquier padre o madre de niños pequeños reconocerá por las calles y casas de Sarriguren o de cualquier pueblo o ciudad que nos rodea.
Escribir me ha permitido cumplir algunos sueños para los que no estaba destinado, ni, evidentemente, dotado,subirme a un escenario con un grupo de rock, aparecer en los créditos de algunos discos, o en un videoclip, firmar alguna canción, y, sobre todo, conocer a un montón de gente, de rockeros, gente estupenda, llena de ritmo y energía. Estos últimos días he estado con El Drogas (uno de mis ídolos de juventud, y todavía hoy) para quien he escrito el prólogo del libro que publicará en breve, y con quien (y con sus inseparables Brigi, Txus Maraví y El Flako, además de con la gente de Desacorde ediciones) aparezco ahí arriba, en una de las fotos, y, por otra parte, con mis amigos de Insolenzia, que andan grabando su último disco por aquí cerca y a los que visité en su guarida, aquí abajo. ¡A gusto! ¡Salud y rocanrol!