TASIO, TASIO
Publicado en «Rubio de bote», colaboración quincenal para magazine ON (diarios Grupo Noticias), 29/05/21
En un vídeo del grupo Guarimba Patxi Bisquert, el inolvidable Tasio de Montxo Armendariz, regresa casi cuarenta años después al frontón de Viloria para danzar una cumbia sobre el mismo suelo sobre el que, en la película, jugaba descalzo a pelota para no destrozar las alpargatas y poder bailar después con la chica de las trenzas gordas y negras.
“Tasio, Tasio”, repite pegadizamente el estribillo de la canción de Guarimba.
Dice Patxi Bisquert que se convirtió en actor por casualidad (su primer papel fue en La fuga de Segovia, en la que le invitaron a participar puesto que él mismo había formado parte del grupo de presos que planeó dicha fuga), y que también por casualidad anda liado ahora como productor de la película Ombuaren itzala (La sombra del ombú), sobre la vida del bertsolari y poeta guipuzcoano Pello Mari Otaño. Pero no es por casualidad, es por necesidad, porque no queda otra, y, sobre todo, porque Bisquert nunca ha podido despegar de su piel el espíritu salvaje del carbonero Tasio.
Vuelve Bisquert a descalzarse las alpargatas, en esta ocasión para recorrer todos los pueblos de Euskal Herria, y llamar a un auzolan multitudinario y nunca visto (nos resistimos a usar el palabro crowdfunding) con el que pretende vender por anticipado treinta mil entradas que le permitan financiar su proyecto. Dice también Patxi Bisquert en las presentaciones del mismo que si hoy alguien propusiera el guión de Tasio a un productor este no tardaría ni cinco minutos en rechazarlo. Por eso se ha liado la manta a la cabeza con Ombuaren itzala. Porque ese auzolan es la única manera de sacar adelante películas como esa, historias pequeñas y al mismo tiempo enormes, que cuentan con el mayor de los presupuestos, pues lo que se empeña en ellas es el corazón. Cine, además, para el pueblo, por el pueblo y con el pueblo: la idea de Bisquert es proyectar después esa película en los cines, salones de actos, frontones, colegios…, de los pueblos que visita incansable (tiene que conseguir antes del verano el dinero que le permita, a él y a su equipo, desplazarse a Argentina, a rodar las escenas que allí transcurren).
Ombuaren itzala recreará, como decimos, la vida de Pello Mari Otaño, nacido como el propio Bisquert en un caserío de Zizurkil y criado en la famosa Karidadeko Benta, la posada que regentó la familia del poeta y que se construyó gracias a otro auzolan, de ahí su nombre. Bertsolari afónico, liberal entre carlistones, protoinsumiso (huyó a Argentina para evitar el reclutamiento), irakasle en Buenos Aires (donde inventó un avanzado método de aprendizaje del euskera)…, Otaño escribió inspirados bertsos que durante mucho tiempo fueron una referencia para la cultura vasca. Bisquert, no obstante, siente que el eco de esa voz se apaga y es otra de las razones por las que reivindica la figura e importancia del bardo de Zizurkil.
“Tasio, Tasio”, repite el estribillo de la canción de Guarimba.
Y Patxi Bisquert corre, atraviesa furtivo e indomable el bosque, llega infatigable a los pueblos buscando nuestro aliento (en la web https://pellomariotañoauzolana.eus se puede contribuir al auzolan), con las alpargatas en la mano, reservándolas para cuando toque bailar de nuevo con la chica de las trenzas gordas y negras, esta vez sobre una alfombra roja.