VINO GRATIS (Y un libro)
Ahí va una reseña que sobre mi novela ¡Oh, Janis! ha hecho Alfonso Xen Rabanal, y de paso una invitación a quien quiera probar suerte y conseguirla gratis, porque sorteará un ejemplar de la novela a quienes contesten correctamente a una pregunta que plantea en su blog:
Además, para quienes anden por Madrid, si se animan a comprar mi novela en determinadas librerías (Rafael Alberti, Antonio Machado, Tipos Infames, La Central y La Buena Vida), puede que entre sus páginas encuentran un naipe con premio: una botella de vino. ¡Suerte!
Volviendo a la reseña de Xen Rabanal, para mí es todo un honor que un escritor como él escriba sobre ¡Oh, Janis!, pues es uno de los autores más lúcidos y capaces de arrojar un poco de luz entre esta niebla en la que vivimos anestesiados y perdidos, felizmente perdidos, algunos infelices:
¡OH, JANIS! EN CRÓNICAS PARA DECORAR UN VACÍO
Dick Grande, de polla grande y corazón tierno, barrendero de Pamplona que en un viaje a Cuba conoce a una jinetera que le introduce en el mundo porno (amateur). Ahí empiezan las peripecias de este entrañable personaje que nos llevará por diferentes lugares del mundo con sus crónicas sexuales.
Y ahí se quedaría si otro la hubiese escrito. Pero no… estamos hablando de Patxi Irurzun. Y Patxi no deja indiferente a nadie. Posee la mejor mala leche de la literatura española. La prosa más fluida y demoledora, esa que engancha con una sonrisa y cuando quieres darte cuenta sigues sonriendo al intentar quitarte de encima los escombros y cascotes del sistema que ha derribado con su blankandéker. Nadie queda en pie ante su verbo. Posee esa virtud que solo Céline profesaba al incomodar hasta el paroxismo a una sociedad encerrada en las murallas de su ombligo.
El establishment nunca le perdonará que un siervo que revuelve la basura física de una sociedad, se trasmute en el héroe que proclame y demuestre que la parte es el todo y que sólo somos basura, desechos de nosotros mismos. Tampoco le perdonarán que ensalce el lenguaje coloquial, que se la ponga dura a los censores que, no te engañes, están más de actualidad que nunca… que las señoras del opus se pelen el gólgota de su clítoris al ser empaladas por una polla del rebaño.
Ni los nuevos siervos, esos que sólo saben decir que sí, como autómatas made in china que ya son, al expolio de lo poco de sociedad del bienestar que teníamos, esos, tampoco le perdonarán que se reivindique una conciencia de clase, esa que en sí vendieron al diablo de los mercados por nada… y que, ahora, transmutados en conservadores de un vacío hipotecado, les duele al justificar con sus votos el fascismo bicéfalo en el que nos hayamos.
Novela imprescindible para los tiempos que vivimos. Nos hemos encontrado con que la basura ya no está siempre en otros vertederos. Ahora somos y vivimos entre nuestra propia mierda. De nosotros depende si queremos acabar disparando balas, de basura.
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