Entrevista en Gara / Naiz
“Con la literatura de humor corres el riesgo de que no te tomen en serio”
El escritor iruindarra y colaborador de GARA regresa tras varias novelas a su género preferido, el relato, con una colección de cuentos de tono cómico ilustrados por autoras y autores navarros.
J.Olariz / Iruñea
“Soy un cuentista de campeonato”, se lee en el perfil de una de las redes sociales de Patxi Irurzun, quien, efectivamente, siempre acaba regresando al género con el que se inició literariamente y en el que se siente más cómodo. Le sucede lo mismo con el humor, una de las referencias ineludibles al hablar de su literatura. Después de novelas como “Tratado de hortografía” o “El tren de los locos”, el nuevo libro de Patxi Irurzun es una antología de relatos publicada por Txalaparta en la que compila cuentos inéditos, otros publicados bajo seudónimo o en prensa y algunos de sus cuentos más célebres, todos ellos ilustrados por una granada selección de dibujantes de Nafarroa.
El título de su nuevo libro apunta alto…
Sí, está abocado al éxito. De hecho en algún escaparate ya me han colocado junto a los superventas, se ve que la confusión ha hecho efecto.
¿Por qué “Once millones de ejemplares vendidos”?
Es un libro de cuentos, así que el primero de todos ellos es el propio título. ¿Once millones de ejemplares vendidos un libro de relatos, de humor y de un autor periférico y poco mediático? Evidentemente es un sarcasmo, que parodia esa mercadotecnia editorial: libros que antes de publicarse ya son obras maestras y éxitos de ventas, fajas o bragafajas en las que se compara a los autores con Faulkner o Virginia Woolf… Pero también hay algo de metaliteratura, una referencia a ese título dentro de uno de los cuentos, y alguna alusión en otros de mis libros. Bueno, en realidad entonces eran “Ocho millones de ejemplares vendidos”, pero hace poco Kutxi Romero, el cantante de Marea, me recordó que los Mojinos Eskozíos ya habían sacado un disco titulado “Ocho millones de discos vendidos”, así que me dije “Bueno, pues yo tres millones más que los Mojinos”. Total, para nada, porque luego he encontrado por internet otro libro que se titula “Diez mil millones de ejemplares vendidos”, que eso ya es insuperable.
Siguiendo en ese tono, ¿el libro es un “Grandes éxitos”?
Hay un poco de todo, algunos relatos inéditos, uno que publiqué con seudónimo, un par que solo han aparecido en prensa… Y algunos que los irurzunólogos conocerán, porque ya fueron publicados y son como pequeños clásicos, como por ejemplo “Fiambre” —que además originalmente apareció por capítulos en GARA, ilustrado por Tasio—, en el que se cuenta la historia de un nieto que saca a pasear durante unos sanfermines en una silla de ruedas a su abuelo muerto. Lo que une a todos ellos es el humor, son todos cuentos esperpénticos, tragicómicos… Eso por un lado, y también algunos escenarios y ambientes, que tienen que ver con la sociedad del espectáculo o el simulacro, los reality-shows, las redes sociales… A eso, al aparentar o el tener, más que al ser, también alude el título del libro.
Y también hay algún relato en el que por primera vez se acerca a la ciencia ficción…
Sí, a mi manera. “Patapún”, otro de los relatos nuevos, que en realidad es casi una novela corta, transcurre en una Iruña futurista, en la que la ciudad es un parque temático de los sanfermines, hay barrios subterráneos en los que conviven terrícolas, extraterrestres y mestizos de ambos… No sé por qué, últimamente me salen historias de marcianos, será por esta situación medio apocalíptica que vivimos, o porque yo creo que en realidad los marcianos ya están entre nosotros, intentando someternos, para mí que son marcianos, por ejemplo, Pablo Motos, Borrell, la familia real, el del Mercadona, los que aparcan en doble fila…
¿Hay algún cuento que le apetezca destacar?
“Ultrachef” me gusta mucho, es un cuento sobre los concursos gastronómicos de la tele. Lo publiqué en su día con seudónimo, me apetecía ese juego literario, pero no fue muy buena idea, lo leyó muy poca gente, así que tenía la responsabilidad de recuperarlo, aunque fuera desenmascarándome. Es un cuento muy divertido, además lleva intercaladas unas recetas de Edorta Lamo, Premio Euskadi de Gastronomía este año. Y luego, el último que he escrito, “Me llaman Oso Panda”, que cuenta la historia de los Lendakaris Tuertos, un grupo tributo a Lendakaris Muertos en el que el que toca la batería es Banksy.
Todo muy loco…
Sí, bueno, lo malo es con la literatura de humor corres el riesgo de que no te tomen en serio, pero a mí me parece que no hay nada más serio que hacer reír, eso es a fin de cuentas lo que todos buscamos, reírnos, divertirnos, ser felices, ¿no? Además, yo creo que, o al menos es lo que pretendo, mis cuentos utilizan ese recurso, el humor, para hablar y cuestionar temas que, en el fondo, no tienen ninguna gracia.
Los cuentos vienen acompañado de ilustraciones de autores y autoras navarros, ¿qué nos puede contar sobre eso?
En realidad eso es el detonante del libro. Últimamente voy a libro por ello y a veces me siento un poco pelma, así que este año quería dejar descansar a la imprenta, pero desde Txalaparta me ofrecieron esta antología y la posibilidad de ilustrarlos y fue como si me pusieran un caramelo en la boca. A mí me gustan mucho los cómics, la ilustración. De txiki intentaba dibujar, pero era muy malo. Por eso siempre he admirado a quienes lo hacen. Y que ahora algunos de los mejores dibujantes navarros, donde además hay un nivel muy alto, acompañen mis cuentos… Con algunos de ellos ya había trabajado, como Pedro Osés, Belatz, Exprai, Beatriz Menéndez, Tasio o Exprai –que hacía los dibujos de mis columnas de GazteAlgara—. Y luego hay otros de los que era muy fan y con quienes siempre había querido hacer algo, como Simónides u Oroz, o a los que les seguía la pista, como Mikel Murillo, Andrea Ganuza, Liébana Goñi o Alicia Osés. Estoy muy contento y además, ahora puedo decir que, aparte de un superventas, soy un escritor ilustrado.