EL MUÑECO DE NIEVE MÁS FEO DEL MUNDO
Lo hice yo, con mi hijo, y es ese de arriba. Después escribí una columna para Guía del niño y de repente el patito feo se convirtió en cisne. «Me encanta Patxi». No, no es que me quiera mucho, es lo que opina una lectora de la revista: «
Empezar vuestra revista por el final es una obsesión, no lo puedo evitar. Sé que mucha gente lee las revistas así, sin ningún motivo especial. Pero yo tengo uno: unas ganas impresionantes de leer los textos de Patxi Irurzun. No puedo parar de reírme con ellos. Me encanta cómo este chico puede hacer de las situaciones más cotidinas, en las que todos nos identificamos, una historia de carcajada continua. Mi más sincera enhorabuena»
Jo, y encima me llama chico…
Y ahora os dejo con la historieta:
EL MUÑECO DE NIEVE MÁS FEO DEL MUNDO
Nunca había imaginado que hacer un muñeco de nieve fuera tan difícil… Bueno, probablemente para los demás padres no lo sea. Me pregunto qué recordará H de mí, cuando sea mayor. Un padre es alguien que arregla enchufes, te enseña a andar en bici en una mañana –y que luego no se pasa el resto de la semana con la espalda convertida en un acordeón gimoteante, ay, ay…-; alguien, en definitiva, que hace con sus propias y fornidas manos muñecos de nieve tamaño Goliat, y no esa birria que me ha salido a mí y al lado de la que ALF, aquel extraterrestre de la serie de televisión, era un adonis.
Y mira que he bajado a la calle con ilusión, esta mañana mágica, casi perfecta de sábado: “¡Está todo nevado!”, he gritado al levantarme, y H ha pegado un brinco desde su cama, sin remolonear, se ha colocado junto a mí en la ventana y la luz blanca y deslumbrante de la nieve le ha iluminado el rostro…
-¿Bajamos a hacer un muñeco, campeón?- he dicho yo entonces mi frase de superpadre, y ha funcionado:
-¡Síiiiiii!- ha contestado H, y hasta me ha dado un beso (últimamente no lo hace porque, con la barba, dice que pincho).
Así que ahí estábamos los dos, ya en la calle, con nuestra zanahoria, la bufanda con dibujitos de renos, todos los complementos que un muñeco de nieve puede desear… Pero luego ha sido empezar a amontonar la nieve y no sé qué ha pasado, ésta se me escurría entre los dedos, como arena, no había manera de compactarla, o cuando lo conseguía, al intentar clavar la zanahoria, el muñeco se deshacía…
-Este muñeco es un adefesio- me he rendido finalmente, desilusionado.
Pero H se ha reído, me ha tirado una bola, ha hecho la croqueta sobre la nieve… así hasta que, agotados, hemos subido a casa.
-Mira, mamá, el muñeco Adefesio- ha corrido entonces H a la ventana, arrastrando a su madre.
-Pues sí que debía de ser feo- ha contestado Malen, porque un grupo de niños había rodeado a nuestro muñeco de nieve alienígena y lo destrozaba a patada limpia.
-¡Vándalos!- me he puesto hecho una furia, y ha sido H quien ha tenido que pararme los pies:
-Déjalos, papá, total, se iba a dirritir…-me ha dicho.
Y tenía razón. Después de todo, lo importante era que nos lo habíamos pasado en grande. Eso y que, quién sabe, quizás cuando H sea mayor recuerde divertido aquella mañana que hizo con su padre el muñeco de nieve más feo (y más efímero) del mundo.
Etiquetas: MI PAPA ME MIMA
No está visualizado en el marco ideoneo…es un muñeco supegenial…el problema es el entorno, que no acompaña, esa nieve que si es no es, esa acera gris que no tenia que asomar…que solo falta la marca de neumatico y el charco gris de garrafón…si este muñeco estuviera en mitad del kilimajnaro…ni ken ni barbie le harian sombra…
Sí, es como el Rossy de Palma de los muñecos de nieve, tiene una belleza picassiana. Estoncen, que alias más bonito, cada vez que lo oigo me troncho.
Pero lo que mas cuenta son los momentos pasados juntos, ademas le habeis dado vida a Adefesio.
Yo lo veo como mirando hacia arriba, sera hacia la ventana..
Saludos